- El tiempo corre, no lo olvidés. Lo digo por vos que ya pagaste -
- Cuatro, tres, dos, uno ya
- Es extraño hablarle a un tipo grabadora en mano pero por cien dólares hasta dejaba que me la metas por el culo. Anywhere. A ver, ¿Por qué soy una puta? Me lo han preguntado tantas veces como polvos he ofrecido. Tengo mis motivos. Dispares, sí, pero motivos al fin. Es que toda consecuencia tiene una causa y en mi caso, más de una.
- A ver, dime
- Soy una puta porque quiero cumplir todas y cada una de mis locas fantasías sexuales derramadas en el negro tul de los deseos más bajos. Soy una puta para dar rienda suelta a mis obsesiones sin sonrojarme por ello. Soy una puta para obtener lo más íntimo; el incendio y el posterior estallido y así entrar y salir de vidas que acaso nunca hubiera sospechado, hombres a los que jamás hubiese mirado. Soy una puta para llegar, escuchar, callar y abrir paso así a lo que los desiertos de entendimiento han devorado... alguien habla, entre jadeos, pero alguien habla. Soy una puta solo por poner a prueba mi tolerancia y mi racimo de prejuicios y sonreír al saberme limpia de ellos. Soy una puta para explorar los límites de la realidad y cruzarlos a toda velocidad sin mirar más que a mi nariz. Por curiosidad de hembra. Por joder
- ¿Nada más?
- Siempre hay más, guapo
- ¿Entonces?
- No me apurés, lindo (hace un silencio de siete segundos) Quiero ser una puta adicta a su trabajo, de lunes a lunes, full time, para encontrar algo de sentido a esta vida hipócrita de ocultar lo que los demás no quieren ver o bien, para divertirme con mayúsculas, entre paréntesis y una buena verga con puntos suspensivos de leche caliente gratis o para alimentar a la hoguera de mis más recónditos placeres y quemarme junto a ellos, que es la idea. Quiero ser una puta para enfrentar a todos mis miedos, que es la única manera de poder superarlos, y humillarlos en cada nuevo polvo entre mis piernas. Para mirarme en otros espejos y verme salvaje e inocente, puta y decente, con mis pezones en punta y el que dirán entre mis dientes. Para transformarme en la mujer que mis padres jamás soñaron y aún así, ser la mejor hija de todas. Para despedazar a los mitos y sus fantasías de décimo vagón. Para indignarme de los que me llaman con el nombre de sus hijas mientras me cogen, y para aborrecerlos... y aborrecerme por ser aquélla hija por unos billetes. Y porqué no, para deleitarme con los penes cabezones y gruesos, largos y finos, pequeños y deliciosos, todo un glosario de formas y gustos y aromas por los que me pagan para exprimirlos dándome la sensación de tener todo el poder de mi lado porque cuando están por acabar soy la dueña de sus vidas -
- O sea que estás orgullosa de ser puta, nadie te obliga a serlo, incluso lo disfrutas -
- Quiero ser una puta, por supuesto que quiero, nadie me obliga a serlo. Por eso lo soy y no me avergüenzo de ello. Lo mío, es como decirte casi por amor al arte. Para putear a los hijos de puta que se creen dueños de mí y me reclaman un porcentaje por pasearme en sus calles y mezclarme con sus putas. Para decir "yo lo hago mejor" y sentirme superior por esos quince minutos con un pene entre mis labios, rozándome la garganta, mojándome las entrañas. Soy puta para sacarle hasta el último suspiro a tipos mal cogidos por sus esposas ahogadas en el terrible y profundo océano de sus rutinas caracol. Para darles placer también a ellas si así lo disponen... por supuesto... ¿qué mujer negaría el deseo de lamer una vagina ajena alguna vez en su vida? Quiero ser una puta con todas las letras y un "vale todo" como presentación para vestirme como siempre me ha gustado y mostrar la redondez de mis pechos, el buen tamaño de mis pezones, las perfectas curvas que se disputan supremacía en cada parte de mi cuerpo. Para que puedan mirarme el culo sin temor a que les dé vuelta la cara de un buen bofetón, y se animen a tocarlo, solo si van a comprar, tampoco exageremos. Soy puta para sentirme la más deseada mientras a mi paso, los penes se elevan hasta el dolor entre los pantalones y alguna que otra vagina se humedece bajo las braguitas. Para calentarme con ese morbo, sí, me calienta ser la causa de tantas ganas de coger
- Por fin alguien que no es hipócrita y acepta su condición sin más
- Corazón, siempre me gustó sentirme una mujer apetecible, con la sensualidad serpenteando en mi andar y el sexo listo, para cuando gusten. Que me paguen por eso, es el cielo. Y sí, soy además de todo esto, una curiosa por naturaleza y por ello me fascina conocer las fantasías más ocultas de la gente. Si supieras, guapo, si supieras, pero no puedes eso no tiene precio y es solo mío (otro silencio inunda la habitación) La verdad es que soy una solitaria que vive tratando de comunicarse, ¿ves? No todo es color de rosa
- No todo es color de rosa, verdad (aprieta la tecla del "stop" y pone el grabador sobre la mesa de noche) Y bueno, al final me sobró tiempo -
- No te preocupes, guapo, no vas a perder un solo minuto. Pagaste una hora y vas a estar acá una hora (sonríe relamiéndose los labios de pintura carmesí) No vas a olvidar la mamada que te voy a dar y si nos sobra tiempo, hasta quizá pueda degustar tu verga entre mis piernas
- Amén
- Guapo, a dios lo vas a ver en cuánto te la chupe
Dedicado a las prostitutas, amigas y maestras del pasado.