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¿Perdonarte?
¿Por renunciar?
No has renunciado a mí
No renunciaste a la fantasía
No te abandonaste de realidades
ni siquiera asumiste la despedida.
No has renunciado a mí
como renuncia a dios el delincuente
Creíste y confiaste en mi llegada
entre malvados y un dios ausente.
No has renunciado a mí
como el que ve partir navíos
con rumbo hacia imposibles y ansiados continentes
Con la mirada más allá
siempre esperaste en el muelle.
No has renunciado a mí
como el marino que renuncia al puerto
o el buque errante que renuncia al faro.
Pues puerto tus ojos y buque tus brazos
y en tus labios esperando un te amo.
No has renunciado a mí
como el ciego junto al libro abierto.
Si la locura provoca cegueras
y enloquecida has buscado mi aliento.
No has renunciado a mí
a pesar de que a cada instante siempre estamos renunciando
Trozos de ser se pierden tras cada paso
más nunca el amor interminable por el cual nacimos
ese que vive y muere y sigue amando.
Y yo estoy en ti.
Tú estás en mí.
Y estamos tranquilos
pues hemos renunciado a todo, más no al sueño
Ese sueño de ser uno aquí en la tierra como en el cielo.
¿Perdonarte?
Lo haré si me perdonas
haber llegado tarde.
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Este poema es la contestación al poema "La Renuncia" de Andrés Eloy Blanco.
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