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La pesadilla (conclusión)

en No Consentido

¡no! No iba a permitir eso, con las fuerzas que me quedaban me libere una mano y clave mis uñas en los testiculos del de la rosa, el muy cabron cayo de dolor pero el de los craneos me abofeteo fuerte y me volvio a tirar violentamente en el suelo ante la mirada del chico de los piercings, cuando se recupero el de la rosa, tenia una mirada furiosa, de su boca salieron esas palabras.

-tios, hagamos la mecha.

Cogieron mi pelo y lo estiraron en el suelo, el de los piercings preparaba una hoguera mientras que el de la rosa se puso encima mio y me dijo.

-bien putita, queria que esto fuese por las buenas pero necesitas un escarmiento, vamos a quemar tu pelo desde la punta, las pequeñas llamas consumiran tu pelo hasta llegar a tu cabeza, la cual ardera como una falla, pero te apagaremos el fuego si tu te dejas follar, cuando me corra le dire a mis colegas que apaguen el fuego ¿¡entendido!?.

No, mis hermosos cabellos quemados, mi principal orgullo, cuantos chicos me dijeron cosas bonitas sobre mi pelo y cuantas chicas sentian envidia de el, les suplique que no lo hicieran, que haria lo que quisieran, pero empezaron a quemar mis cabellos, no tuve mas remedio que someterme, de nada servia luchar ya que me habia inmobilizado con fuerza el de los craneos.

-toma mi carne, puta – dijo el de la rosa penetrandome.

Senti una horrible punzada dentro de mi, no tuvo dificultades en romper mi himen, en el momento de la penetracion no pude evitar gritar de dolor, con cada envestida que notaba mas y mas mi moral se desmoronaba, pero tenia que apretar los musculos de mi utero con fuerza para que terminase rapido, ya que las pequeñas llamas se acercaban mas y mas, vi como el de los piercing me enfocaba la cara, bañada en lagrimas y sufrimiento, notaba como caia sobre mi cuerpo pequeñas gotas de sudor de mi violador, empece a notar que aceleraba el ritmo, le grite para que no se corriera dentro pero el, mordiendome el cuello, acabo depositando su semilla en mi, note como algo viscoso y calido me invadia totalmente y el saco su pene aun unido a mi vagina con un hilo de semen.

-chicos, apagad su pelo – dijo el de la rosa sonriendo.

Los dos muchachos se desabrocharon los pantalones y empezaron a orinar en mi cara y en mis cabellos, los cuales ahora eran mas cortos, como los de un chico, me senti destrozada, profanada, con mi vagina mezclada de sangre y semen, me cubri todo lo que pude, pero el de las calaveras me cogio de los brazos mientras que el de los piercings, despues de entregar la camara al de la rosa, me cogio por las piernas.

Me llevaron a la pequeña hoguera, yo les suplique que no me quemaran, pero el de la calavera me metio su pene en la bocamientras que el de los piercings me penetro vaginalmente, la sensacion de ser invadida por mi boca y mi utero mientras que las lenguas de fuego de la hoguera acariviaban mi espalda era espantosa, oia la cruel sonrisa de el de los piercings mientras me violaba, notaba como el de la rosa gravaba la escena mientras que el de los craneos me movia violentamente para que se la chupara mejor.

De vez en cuando me bajaban poco a poco a la hoguera para que el dolor de las quemaduras mi hiciera moverme violentamente, note como el desgraciado de los piercings echaba todo su semen dentro mio y me arrojaron lejos de la hoguera, yo me retorci de dolor por las quemaduras de mi espalda ¿qué habia hecho yo? ¿qué pecado he cometido para vivir un infierno semejante?, entonces el de la rosa y el de los piercings me separaron las piernas, y me levantaron la parte inferior del cuerpo, note como alguien se lanzaba a la carrera y de repente note una penetracion realmente dolorosa, no pude evitar lanzar otro grito, mientras el de los craneos me violaba con mas violencia que sus otros compañeros, yo les suplique que pararan, que tenia dinero, que no me hicieran mas daño, entonces el de los craneos lanzo un grito y note como su semen me inundaba toda, dejaron mis piernas y yo cai al suelo, llevandome la mano a mi intimidad llorando de dolor y vergüenza mientras ellos se sentaban, despues el de la rosa me ordeno que me levantara, yo apenas tenia fuerzas, pero al sacar su revolver no tuve mas remedio que obedecer.

-Abre las piernas encanto, queremos ver nuestra obra – dijo el de la rosa.

Me abri de piernas, notaba como los fluidos de esos bastardos salian a traves de mi profanado agujero y resbalaban por mis piernas, no podia dejar de llorar.

-¿creeis que esta preñada? – pregunto el de los piercings con una sonrisa.

-sin duda, es que somos unos autenticos machos – respondio el de los craneos chocando su mano con el de los piercings.

No queria estar enbarazada de esos desgraciados, tenia que deshacerme de aquel niño, pero ¿qué culpa tenia ese pequeño de que sus padres eran unos crueles sadicos? Ese pequeño no me habia hecho nada, no podia hacerle responsable solo porque comparte la mitad de sus genes con esos desgraciados, me jure que cuando naciera, lo criaria con amor y dulzura, cuando me preguntase quien era su padre, le diria que era un hombre bueno y justo que murio en un accidente de trafico cuando iba de camino a verle nacer, era preferible eso que saber que su padre era un monstruoso violador.

Los tres bastardos sacaron cerbezas, pero el de la rosa les inpidio abrilas y puso un billete de cincuenta euros bajo una piedra, los otros dos sonrieron e hicieron lo mismo y me agarraron ¿qué me iban a hacer? ¿no han gozado bastante de mi? ¿por qué no me dejan y van a por otra? ¿por qué?.

Me tiraron boca abajo dentro de la furgoneta y el de la rosa saco su pene, me abrio mis nalgas y senti como invadia mi ano, no paraba de decirle que no era ahí, que dolia, pero parecia muy seguro de lo que hacia, senti como mis paredes intestinales envolvian la monstruosa herramienta de mi violador, me envestia con fuerza, con furia, tanta que vi como se movia la lata de cerveza que habia dejado a mi lado, tan pronto como termino dentro de mi culo le sustituyo el de los piercings, dejando su cerveza al lado mio y penetrandome con ganas, pero termino antes, unas manos apartaron al de los piercings, era el de los craneos, su pene era mas grande que nunca y le costó hundirla dentro de mi culo a pesar de que el semen actuaba como lubricante, cuando la hundio del todo, se movio con fuerza, no paraba de gritar y de llorar, era como si toda la furgoneta se moviera, queria morir, queria que todo terminara.

El de los craneos me tiro de lo que quedaba de mis cabellos mientras gritaba, senti como me llenaba los intestinos, habia terminado, me sacaron del vehiculo arrastrandome, no tenia fuerzas por el dolor, entonces abrieron las cervezas y un enorme chorro de espuma salio de la cerveza del de los craneos mientras sus compañeros aplaudian.

-es que cuando se es el mejor, se es el mejor – se jactaba el de los craneos mientras recogia el dinero.

Yo me incorpore como pude, ellos recogieron sus cosas y las metieron en la furgoneta, entonces el de la rosa me miro y me apunto con su revolver.

-ha sido un placer haberte conocido, encanto.

Yo cerre los ojos, no sentia miedo, queria morir, no podia vivir en un mundo tan cruel, cai de rodillas mostrandome dispuesta, pero paso un largo rato, no me disparaba ¿le divertia alargar el momento, de pronto note un impacto viscoso en uno de mis senos, otro en la boca, al abrir los ojos un chorro de semen impacto en mi ojo, me molestaba mucho mi ojo, al verles vi que se habian masturbado, me usaron de diana para sus monstruosas armas violadoras, me tiraron un beso y se fueron en su furgoneta.

Yo me tumbe en el suelo, al lado de la hoguera, estaba moralmente muerta y rompi a llorar hasta quedarme dormida mientras preguntaba ¿por qué?, sono un timbre, pero no le hice caso, simplemente cerre los ojos.

Desperte, pero no en el bosque, estaba en mi cama, desnudo ¿desnudo?, ¿y mi hermoso cuerpo femenino? ¿y mis heridas? Paso poco tiempo antes de darme cuenta de que no era mas que un sueño, no pude evitar lanzar un aullido de alegria, cogi el telefono, lo que habia oido en mi sueño.

-hey colega, perdoname tio, necesito que me hagas un favor bien gordo.

Era Marcos, un amigo mio, era homosexual, de hecho probe acostarme con el una vez, pero fue una relacion asquerosa para mi, estaba claro que yo era puro hetero.

-veras, iban a venir mi hermana pequeña y dos amigas suyas a mi casa, pero he conseguido ligarme a un culturista y necesito intimidad, ya me entiendes, te las he enviado a tu casa, ahora me he de ir que ese hermoso armario de ebano me esta esperando, no te aprobeches de esas tres chicas que te conozco.

Iba a contarle sobre mi sueño, pero me colgo, estaba excitado, se ve que el culturista ese estaba de buen ver, me dirigi a la ducha, pero estaba intranquilo, sucio, me lave con fuerza, pero no parecia suficiente, mire mi polla, y recorde cada escena del sueño, senti mucha angustia ¿todas las chicas que compartieron su cama conmigo lo hacian por sacrificio? ¿solo sentian dolor y nada de placer? ¿tan terrible es el destino de una mujer?, no sabia por que, pero cai de rodillas mientras lloraba, no podia parar de llorar mientras me abrazaba a mi mismo.

Cuando me calme oi un timbre, me vesti con lo primero que vi, unos pantalones vaqueros, me subi la cremallera y me abroche bien, no sabia quien era la hermanita de marcos, nunca coincidimos, tenia que darle buena impresión, mientras me ponia la camisa pude oir a traves de la puerta sus comentarios.

-¿seguro que no es maricon como tu hermano?

-si el dijo que tuvieramos algo de cuidado con el sin duda le gustan las tias como nosotras.

-jijiji ¿nos diverimos provobandole?.

No podia evitar sentir pena por su ignorancia, el enorme dolor que ellas sienten al ser poseidas con gran brutalidad, al abrir la puerta y verlas, senti un vuelco en el corazon, el miedo fue tal que orine en mis pantalones, cai al suelo ya que apenas mis piernas respondian y no paraban de temblar.

-oye ¿te ocurre algo?

-podemos ayudarle?

Esas botas negras, esos pantalones vaqueros, esas camisas rojas, esas chaquetas de cuero, las joyas.

Ellas se acercaron, les vi la cara, a pesar de las gafas de sol las reconoci por sus cabellos teñidos, por la rosa y los cráneos tatuados, por los piercings de la tercera chica, ellas me veian con cara preocupada, pero yo veia las sonrisas sadicas de mi sueño, no me sale la voz, quiero gritar, quiero huir, mientras se acercaban mi mente no paraba de gritar, ¡despierta! ¡despierta! ¡DESPIERTA!

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