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Alma podrida (día 1)

en No Consentido

La mañana siguiente se levanto temprano, compro comida de una tienda especializada y se dirigió a la casa abandonada, allí se puso su "uniforme de secuestrador" y saco su polla.

-¡tu! ¡Chica! ¡Gánate el desayuno!

Sara, aun dolida por la paliza, fue ahí a chuparla de nuevo, abrió la boca y alojo la verga de su secuestrador, mientras la tenia dentro de su boca, su lengua acariciaba el duro y calido miembro de Víctor, el cual disfrutaba con ganas, ¡cuantas ganas tenia Víctor de decirle quien es! De recordarle el crimen que cometió Sara contra el, pero quería alargar su angustia un poco más, Sara aumento la velocidad de su chupada y Víctor respondió eyaculando en su boca, acto seguido le entrego su comida, sin gluten y se fue a su clase, pero poco sospechaba lo que pasaba en su casa.

Ramón estaba registrando la casa de Víctor, su compañero Carlos, un ecuatoriano nacionalizado español, un hombre corpulento de piel morena, pelo negro y ojos verdes, le ayudaba, pero con ciertas dudas.

-¡hace dos semanas que estoy en el cuerpo! ¡Va a ser el curro más breve que he tenido en mi vida! – decía Carlos con cierto temor.

-¡no, tío! Aquí hay algo, lo huelo, ese tío la ha secuestrado y la habrá violado Dios sabe cuantas veces – decía Ramón mientras buscaba indicios.

-por Dios, necesitas vacaciones, ¿qué coño? ¡Deberían meterte a la fuerza en un avión y llevarte a Méjico!, rumbo a ciudad Juárez, así cuando volvieras lo harías desahogado. – decía Carlos.

-todo llegara – decía Ramón mientras se dirigía hacia el cuarto de baño, entonces, lo notó.

Respiraba un ligero olor a alcohol, incluso podría atreverse a identificar la marca, JB, se arrodillo al urinario y lo olió, al parecer habían derramado gran cantidad de alcohol en el valer.

-Carlos ¿cuántas botellas ha estado bebiendo ese tío? – preguntó Ramón.

-tres – respondió Carlos.

Ramón paso su algodón por los bordes del valer, mientras formulaba otra pregunta.

-¿hay vasos?

-si, pero ninguno con alcohol, están amontonados para llenar el lavavajillas y evitar gasto de agua, también las botellas están en un rincón para llevarlas al contenedor de reciclaje – respondió Carlos.

-adoro a los ecologistas – decía Víctor para si mientras su mente trabajaba.

Ramón dejo de escuchar, cerro los ojos y vio la misma habitación.

Víctor estaba derramando el contenido de las botellas en el valer, dos botellas, cuando derramo todo el contenido, sin duda unos cuantos mililitros se resbalarían de la boca de la botella, llegarían al cuello de vidrio y recorrerían el camino hasta el culo de la botella, recorriendo el circulo que lo forma, si las hubiera puesto en el suelo, sin duda formaría un circulo.

Las imágenes se desvanecieron, Ramón se tumbo buscando al menos un circulo, un circulo que no tardo en encontrar, hizo una foto.

-Carlos ¿has encontrado algo más? – preguntó Ramón.

-aquí hay gotas de beefeater, eso demuestra que se estuvo emborrachando, ese tío es inocente – respondió Carlos.

Ramón reaccionó corriendo hacia Carlos y agarrándolo del cuello le dijo.

-¿crees maldito idiota que se pueden beber tres botellas de 1,5 litros cuando el estomago humano solo tiene capacidad para 1,5? – pregunto Ramón.

Carlos intento entrar en razón a Ramón, el furioso policía dejo al novato con tranquilidad y siguieron con el trabajo, entonces Carlos lo vio.

-¡Ramón, ven a ver esto!

Ramón respondió a la llamada y solo vio grifo de la cocina.

-huélelo – dijo Carlos.

Ramón se acerco y olió a alcohol, pero desparramado por todo el fregadero, en cambio en el valer, solo había unas gotas y el culo de botella en el suelo, en cambio en el fregadero había signos de que no tenía las condiciones físicas adecuadas.

Ramón cerró los ojos.

Víctor dejo la primera botella en el suelo mientras derramaba la otra por el valer, con precisión, sin huella, perfecto, luego, como buen ecologista llevo las botellas hacia su sitio de reciclaje, después, se sentó en el comedor, beber, beber, controlando sus facultades, pero mermándolas lo suficiente como para hacer lo que tenia que hacer, después fue a por una chica, cualquiera sirve, solo para que los vecinos lo vean, pasa el tiempo, trae a la dominicana y se la folla,  finge dormir mientras ella se larga adolorida y bajo el desprecio del bloque, se levanta el la hora H y bebe un poco, pero sus facultades estaban algo mermadas, solo toma un sorbo, lleva el resto de la botella y la vacía en el fregadero, sale y secuestra la chica.

Las imágenes se desvanecen.

-Hemos de encontrar a la puta – dijo Ramón.

Víctor termino las clases, al salir de clase se dirigió a otra tienda para comprar la comida de Sara, mientras la compraba se preguntaba cuanto había cambiado esa chica, ¿le habrán crecido los pechos?, ¿cuánto vello tendría? Pero cuando el tendero dijo el precio, se dio cuenta.

¿Si lo localizaban por la tarjeta? Hasta ahora pago al contado, pero esos productos son muy caros, un día tendrá que usar la tarjera, ¿y si ese detective se diese cuenta? Se imaginaba al detective pasándose por la torera las normas de la policía, vería el enorme gasto y ataría cabos, ¿cómo puede solucionar esto?

Mientras pensaba, vio una tienda de informática ¿y si?.....

Ramón llego a comisaría, vio a los padres de Sara que enviaban un mensaje al secuestrador.

-se lo suplico, deben saber que nuestra hija es alérgica al gluten, por favor, pónganse en contacto con nosotros, podemos llegar a un acuerdo.

¿Alérgica al gluten? Mmmmmmmmm, pensó Ramón mientras seguía escuchando.

El padre se puso de rodillas mientras suplicaba llorando.

-con gusto entregaría mil veces mi vida a cambio de la de mi hija, si tienen que secuestrar a alguien tiene que ser a mi, yo tengo los códigos bancarios, yo tengo el acceso al dinero, pero mi hija es joven, llena de vida y de ilusión, no sabe ningún código bancario, por favor, devuélvanme a mi hija y llévense a mi.

Los periodistas estaban filmando atentamente al padre como buitres mirando un moribundo, intento hablar con el padre, pero el comisario estaba junto a el prometiendo no escatimar esfuerzos para encontrarla.

-bueno comisario, promete todo lo que quieras, yo voy a trabajar tanto si quieres como si no – pensó Ramón para si.

Sara lloraba y lloraba, oyó los pasos, era hora de cenar, se acerco a la puerta para recibir la polla, pero esa puerta se abrió violentamente golpeando su rostro, Víctor se abalanzó encima de ella agarrándola por el cuello y la lanzó al colchón, todo fue muy rápido y Sara se protegía como podía mientras Víctor colocaba un trípode con una cámara.

-por favor no me hagas mas daño, me portare bien, seré buena, me portare bien – decía Sara ignorante de lo que le esperaba.

Víctor encendió la cámara y se lanzó encima de Sara con el miembro trempado, Sara se dio cuenta de lo que le venia encima y mostró una gran resistencia, Víctor, al ver que no colaboraba, abofeteo una y otra vez a Sara mientras esta pataleaba, una de las patadas impacto en los testículos de Víctor que sintió el dolor del golpe, Sara vio la oportunidad de escapar y salio de la cama, pero Víctor reacciono rápidamente y se lanzó a los pies de Sara atrapando uno de ellos, Sara perdió el equilibrio y cayó al suelo golpeándose en la barbilla, aturdiéndola.

Víctor la arrastro cogiéndola por el pie y la lanzó a la cama, estaba aun aturdida, indefensa, le arranco el camisón, dejando ver unos grandes, suaves, blandos y jóvenes pechos con unos pezones de escasa aureola, no se fijo en su concha, abrió sus piernas y bombeo dentro de ella como si su vida dependiera de ello, Sara apenas reaccionaba, solo lloraba, su cuerpo no respondía pero era consciente de lo que pasaba, sentía cada bombeo a que era sometida, como estaba seca sentía como le dolía cada bombeo.

Víctor por su parte, disfrutaba al máximo, se había puesto dos condones para que no se corriese demasiado rápido, pero era tan bueno lo que estaba haciendo, se acerco al rostro de su victima y lamió su mejilla, saboreaba su piel mientras seguía bombeando, hasta que por fin, exploto dentro de ella.

Sara no se movía, ya no estaba ahí, su mente estaba en otro lado, intentando evitar la tremenda humillación sufrida, Víctor tiro la comida sin gluten encima del cuerpo profanado de Sara y se llevo la cámara aun encendida, tras cerrar la puerta, se dirigió a la cámara y les dijo.

-esta es mi Web, si tenéis alguna preferencia, contádmela, les complaceré con gusto – dijo Víctor con una sonrisa

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