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La odisea de Nerwen (Nerwen vs Sephirot)

en Parodias

Estábamos yendo al bosque de los ancianos, yo me adelanté al bosque a pesar de las advertencias de mis compañeros, era un bosque muy hermoso, el más hermoso que he visto nunca, hasta que.

¡Descubrí que se necesitaba un objeto para poder atravesarlo! ¡Me había perdido! ¿Qué podía hacer?, he dado varias vueltas por el bosque ¡no llegaré a tiempo para salvar a Aerith! Me sentía tan :_( impotente.

-puedes salvarla, si haces lo que te digo – me decía una voz sensual que inmediatamente reconocí como Sephirot.

Mi cuerpo reaccionó rápidamente, miedo para ponerme en guardia, excitación para marcar mis pezones ¡¿qué queréis?! Me gusta Sephirot y eso no cambiará.

Una sombra bajó del bosque, allí estaba, enfundado en su traje negro que mostraba un musculoso torso carente de pelo con su espada de tres metros y sus largos cabellos plateados y penetrándome con su mirada verdosa.

Aaaaaaahhhhhhhh :O_

Se me acercaba y yo no me movía, si, es cierto que es un ser sanguinario, enloquecido y peligroso, ¡pero es mi tipo de hombre!

Puso sus manos en el árbol que tenia a mi espalda, rodeándome, mirándome con esos intensos ojos verdes que me llenaban de deseo, entonces me cogió por la barbilla.

-quiero que seas mía hoy, te sometas a mi y sacies todos mis deseos – me decía Sephirot sosteniéndome la barbilla.

y-yo no respondí recodaba las palabras de Aerith de que no lo hiciera, pero, su olor es tan sensual.

El rostro de Sephirot se acercó a mí y me repitió la pregunta con una sonrisa maliciosa.

A pesar de toda mi excitación, conseguí decir si.

Pero antes de proseguir con mí historia.

XP ¡lo siento chicas fans de Sephirot! ¡Ahora está conmigo! ¡Mió, mi tesssooorrroooooo! ¡No pienso dároslo! Cuando el acabé de cojerme no me ducharé en mi vida para que no se me vaya su olor.

Sephirot se separó de mi y empuñó su espada, hizo varios movimientos con su filo contra mí, pero yo confiaba en el.

No parecía pasar nada, pero mis ropas empezaron a caer trozo a trozo debido al filo se Sephirot.

Poco a poco, mi cuerpo se fue descubriendo, me sentí turbada, turbada y excitada, el se despojó de sus ropas, quitándose primero la camisa :O_

Luego, sus botas para después sus pantalones.

Los pantalones se los bajaba despacio, podía ver el comienzo de su verga :O_

Siguió bajándolos despacio, como si quisiera verme excitada, cuando se los bajó del todo, vi. Todo su miembro viril, era grande, a algunas les daría miedo, pero era para mí, solo para miiiiiii.

¡Santo cielo! Aún no me ha tocado y ya he sentido un orgasmo, siento mis piernas totalmente mojadas por mis jugos de mujer, en ese momento, vi. A Sephirot desplegar un ala, un ala negra como la noche sin estrellas.

Por primera vez creí en los Ángeles, de hecho, tenia uno delante, me acerqué despacio, sentí la suave ala envolver mi cuerpo, acercándome al suyo, el me miró a mis ojos, acercó sus labios a los míos, me besó.

Sentí su lengua entrar dentro de mi boca y yo hice lo mismo con la suya, una de las manos de Sephirot acariciaba mis pechos mientras que la otra se hundía sin problemas dentro de mi inundada intimidad.

No pude evitar soltar un jadeo, sus dedos sabían donde buscar, sentía tanto placer que pensaba que me moriría.

¿Y esa mano que manipulaba mis pechos? Cielos, es imposible que un hombre sea tan hábil.

Y su beso, tan largo, tan tierno, de todos los hombres con los que he estado, solo el me esta enseñando lo que es sentirse mujer de verdad.

Sus labios abandonaron los míos para atacar mis pechos, su lengua atacaba mis pezones sin piedad, mis brazos se agarraban a su cabeza impidiendo separarla de mis pechos.

Hasta que un nuevo orgasmo agotó mis fuerzas.

Mi respiración estaba acelerada, quería recuperarme rápido, pero Sephirot se puso delante de mi con su miembro erecto.

Ahora me tocaba a mi, abrí bien mi boca y engullí su virilidad, su sabor a hombre me encantaba, succionaba con fuerza para darle el máximo placer, me esmeré con ganas, moviendo mis labios, mi lengua y mi cuello, succionando con fuerza, acariciando sus testículos, mirando sus hermosos ojos verdes con una mirada inocente, Sephirot me sonreía, yo le sonreí y me apliqué más a mi mamada.

Noté como Sephirot eyaculaba, intenté bebérmelo pero me atragantaba, lo que no pude engullir se derramó en mi cara y en mis pechos, me relamía, que bien sabia su zumo de hombre, pero Sephirot me tumbó boca arriba y apuntó su herramienta hacia mi concha.

Estaba tentada a decirle que no, porque estaba en mis días más peligrosos, pero le dejé, dejé que me penetrara, sentí su carne hundiéndose en mi concha, llenándome toda, sentí sus ricas envestidas mientras miraba sus ojos felinos llenos de determinación, mis pechos se movían al compás de las penetraciones, Sephirot se acercó su cara a la mía y me lamía el cuello, sentía un ligero escalofrió recorriéndome el cuerpo, sentía como sus envestidas me estaban llevando de nuevo al éxtasis, no podía pensar, solo gozar, aquel unialado me cogia con maestría, no tardé en gritar de placer.

Y el también gritó, yéndose dentro de mi, sentía como si me inflaran, nunca había sentido tanta leche entrando dentro, el se mantuvo dentro un momento y luego separó lentamente su verga de mi concha.

Notaba como miraba mi concha, como la leche sobrante salía de la entrada, yo estaba agotada, aquellos orgasmos eran muy intensos para mí.

Pero el me volteó se puso detrás de mi mientras me susurraba al oído que había sido buena y que merecía un premio "especial".

Me abrió las nalgas y su lengua recorría mi esfínter.

Temblaba de placer ante aquellos lametones, pero sabia que el solo estaba humedeciéndolo para penetrarme por detrás, casi se me salían los ojos de las órbitas cuando noté como Sephirot hundía su lengua dentro de mi cola ¿cuánto le media la lengua? Me parecía llegar muy dentro de mí, yo me mordía la mano para no desmayarme de placer, en ese momento se separó.

Noté como apoyaba su verga en mi cola, me mordí la mano con fuerza, mi cola es tan pequeña y su cosa es tan grande, Sephirot empujaba despacio, parecía un maestro ya que el dolor que me hacia era mínimo, cuando la introdujo toda, empezó a moverse, lentamente sentí que eso que me hacia me gustaba, notaba como las envestidas de mi amor eran más rápidas y más fuertes, yo, tenia la mirada perdida, perdida por el placer, sentía como un nuevo orgasmo se acercaba para robarme las fuerzas.

Sentí como Sephirot jadeaba, me sentí tan feliz de que disfrutara de mi cola, gocé con el y me corrí con el, noté como mis intestinos se llenaban de su leche calida y viscosa.

El se acercó a mi oído y me dijo que se la limpiara.

Yo obedecí, casi no tenía fuerzas por los orgasmos que me hizo sentir, pero obedecí.

Puse su verga entre mis senos, su verga era muy larga, tanto que podía chupársela también.

Mis pechos acariciaban con suavidad la dura carne que tanto placer me había dado, sentía la respiración de mi amante, me sentía tan bien que el disfrutase tanto como yo.

Se la dejé bien limpita, había saboreado hasta la ultima gota seminal que había, pero Sephirot quería más, me puso cara a la pared y me cogió la concha con fuerza, todavía recuerdo sus palabras mientras me bombeaba.

-eres preciosa, dulce y fuerte, será un acierto que plante mi semilla en ti.

Recordé las palabras de Aerith, pero, no puedo evitarlo, ahora soy la esclava de Sephirot.

Y disfruto de su "vara".

Eyaculó de nuevo dentro de mi concha, si había alguna posibilidad de que no me embarazase, se esfumó, puesto que nunca había tenido tantas semillas dentro de mí.

Pero otra vez me penetró.

Y otra.

Y otra.

Cuando terminó de saciar su lujuria conmigo, desenvainó su espada y esta se iluminó, hizo un corte, oía los coches de mi ciudad, sus gentes, parecía que había abierto una puerta dimensional con la espada.

Yo estaba tan agotada que cerré mis ojos y dormí.

Me desperté en un hospital, mis papis lloraban a mi lado, decían que me encontraron desnuda en la calle con signos claros de abusos sexuales, la policía me hacia preguntas, mucha gente me decía que abortase.

¿Era un sueño? Estaba tan confusa en esos días.

Pasaron los meses, seguía con mi vida, pero la atención de mis compañeros se centraba en mi abultado vientre, estaba embarazada y no quería abortar, sentía que ese niño era lo mejor que he tenido en mi vida, yo lo criaría, lo educaría y lo amaría, le podría de nombre Serafín, el fruto de Sephirot.

Los nueve meses pasaron, el dolor de las contracciones me indicaban que quería nacer, me llevan al hospital, empujo animada por la comadrona, siento que sale, le oigo llorar, me siento tan emocionada, veo como lo sacan del todo y me anuncian que es un niño, cuando lo ponen en mis brazos, el pequeño se calma y me mira con unos familiares ojos verdes, estoy tan agotada que pierdo el sentido.

Epilogo I

Un doctor examina la ficha medica de Nerwen, había tenido un parto difícil, pero no corría peligro su vida, mientras ella descansaba, su bebé estaba en el nido, al parecer, era el único niño que nació hoy.

Entonces se fijó que un hombre de cabellos plateados y atuendo negro como la noche estaba mirando al bebé que había en el nido.

El doctor fue a preguntarle si el era el padre, pero el desconocido dobló una esquina y desapareció.

¿Le han jugado una mala pasada sus ojos? ¿Había visto a esa persona?, sus ojos se fijaron en una pluma negra, una pluma que recogió y miró.

Epilogo II

Pasaron los años, con los típicos cambios de un mundo que evoluciona, pero un alma infantil, planea grandes cambios para el planeta, cambios peligrosos.

Un niño de doce años rechoncho y musculoso, acompañado por su sequito de niños más débiles se dirigió a aquel niño.

-¡ey, peliblanco! ¡Dame el dinero de la merienda! ¡Ahora!.

El niño de pelo blanco posó su mirada verde en aquel abuson, sus siete años no eran un impedimento para vencer a gente más grande y fuerte que el, se acercó al doceañero mirando sus ojos con su mirada verde, el abuson gruñía, pero había algo en ese niño de pelo plateado y mirada verde que no era normal, que podría hacerle daño, que podía arrebatarle la vida.

No sabía cuanta razón tenia.

En cuanto estuvo frente al abusón Serafín le dijo.

-es hora de que volváis al planeta.

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