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El Virgo (3)

en Grandes Series

La puja había subido a 22000 soles y que había mucha gente interesada en ella, se fijó quien era el que más pujó por ella, un hombre de negocios de Italia, le había escrito un mensaje.

"hola ragazza, ante todo he de decirte que no es para mí tu virginidad, es para mi hijo mayor, dentro de poco cumplirá los 18 y aún no sabe de ragazzas, quiero que su primer contacto con una femina sea con una inmaculata, pura y si es bellissima como tu, molto bene, había pensado en colocarte desnuda dentro de una caja con un agujero, para que él palpe la sorpresa, o sea tu ragazza, para que note como es la piel de las bellas ragazzas, en ese momento en cuanto el abra la caja, tu saldrás dándole un beso en su boca (supongo que el beso estará incluido), en ese y solo en ese momento, estaréis solos, a ti te medicaremos para que no puedas tener fillios en Aqueste día, pero serias una buona mamma.

Espero ganar la subasta.

Fabritzio"

¿alguien inexperto? ¿Él tendría tanto miedo como ella? ¿Cómo saldría? ¿Iría con cuidado pensando en ella o se abalanzaría sobre ella como una bestia salvaje con tal ímpetu que le faltaría puntería para clavarla dentro?.

Se levantó del asiento y se fue con los saludos de los cibernautas, no tardó mucho en llegar a casa, donde preparó la comida para los familiares, es una suerte que sus hermanos no supieran nada todavía, no podría verles la cara, en cuanto se durmieron, les dio un beso en la frente, su madre la llamaba y fue a verla.

-¿cómo ha ido hoy? – Preguntó la madre.

-bien mamá, sin problemas – decía Daniela.

-últimamente los vecinos muestran gestos de desaprobación en tu actividad, una tal Pamela Torres decía que deberías trabajar y no ir a la vía fácil.

Pamela Torres era una de las periodistas más populares de Perú, al parecer había oído de la noticia y organizó un gran revuelo con sus comentarios y opiniones, comentarios que decían que ella tenia brazos y piernas para trabajar, le dijo varias empresas donde podría trabajar.

Yo ya trabajo y no me basta, Pensaba Daniela indignada, le dio un beso a su madre mientras le decía que no se preocupase y se fue a la cama, llena de rabia, cerro los ojos y se durmió.

-Daniela estaba desnuda, en una caja, oía cantos y fiestas fuera de ella, canciones llenas de alegría que escuchaba en su pequeño encierro, la gente hablaba en un idioma raro, pero muy divertido.

Mientras Daniela esperaba y esperaba y poco a poco la gente se iba hasta que quedó en silencio.

Eso de alguna forma llenó de pena su corazón.

En ese momento, algo le tocó la pierna, una mano cálida que se fue fugazmente que la había cogido por sorpresa.

¿Seria él?

Pasó un largo rato y otra vez la mano volvió, esta vez estuvo más tiempo tocándola, Daniela notaba esos toques delicados y suaves, pero el portador de la mano era el que disfrutaba más.

A medida que la tocaba, la mano se volvía mas atrevida, subiendo hasta la cadera de la virgen, ella se sentía cohibida.

En ese momento se retiró deprisa la mano y la caja se abrió, la luz que entró cegó momentáneamente a Daniela, que lo primero que vio al acostumbrar su vista es a un joven italiano de piel y largos cabellos morenos cuyos ojos marrones aún conservaban la esencia de la infancia.

Lo primero que hizo Daniela fue levantarse y besar los labios del joven, beso que recibió con sorpresa y que no sabia responder.

En cuanto se separaron, Daniela se mostró completamente mientras ruborizada le decía.

-feliz cumpleaños, soy vuestra por esta noche.

El joven temblaba, era la primera mujer desnuda que veía, tímidamente, colocó sus manos en los pechos de Daniela, ella se moría de vergüenza ante esa situación.

Las primerizas manos del joven acariciaban los suaves senos de Daniela, pero en cuanto pellizcó uno de sus pezones, Daniela soltó un quejido de dolor y se llevó las manos en el pezón alejándose de el.

-lo-lo siento – decía el joven con culpa.

Daniela lo miró y le dedicó una sonrisa, se dirigió a lo que quedaba del pastel y se tumbó encima de el, después se dirigió al joven que enseguida comprendió las intenciones de Daniela. El chico empezó a lamer la crema del pastel que había en el cuerpo de la virgen, su lengua limpiaba con asombrosa rapidez y habilidad, Daniela no podía evitar soltar algún que otro suspiro, lo que animaba al joven a seguir lamiendo.

El sabor del pastel junto con la piel de la femina eran una mezcla eróticamente deliciosa.

En cuanto terminó el pastel, el joven tenia ganas de más, pero Daniela lo detuvo y guiñándole un ojo, se puso de rodillas y desabrochó su pantalón de botones con la boca, botón a botón.

El joven italiano notaba como le crecía su masculinidad y en cuanto Daniela le desabrochó los pantalones, se descubrió la verga del chico.

No era ni grande ni pequeña, de aproximadamente 15 cm, apenas tenia pelo, a Daniela le pareció encantadora.

La joven virgen abrió la boca y la engulló entera, dentro de su boca, su lengua masajeaba la verja mientras que los labios ejercían la presión adecuada a medida que movía su cabeza.

El joven empezaba a lanzar suspiros de placer mientras acariciaba los cabellos de su feladora con suavidad.

Daniela, a medida que chupaba, masajeó con sus manos el escroto del joven con suavidad, el joven no tardó en responder vaciándose en la boca de la virgen.

Pero ella se mantuvo con la verga en su boca, recibiendo su leche, lentamente sus labios se retiraron y miró a su amante a los ojos mientras tragaba su néctar.

Al ver que su erección se mantenía, ella se la cogió y lo llevó a la cama, en ese momento ella se tumbó, mostrando su cuerpo en todo su esplendor, mientras que con su dedo índice indicaba al joven que viniera.

El se acercó despacio, acariciando los pechos de Daniela con suavidad para después lamerlos con dulzura, los pechos de Daniela son la parte más sensibles de su cuerpo y temblaba como un flan mientras los lamía.

El joven ya no podía más, debía invadirla.

Apuntó su verga a la concha de Daniela y la metió.

A medida que la metía, un gestó de dolor se produjo en la cara de la virgen, el joven intentó separarse, pero Daniela reaccionó abrazándole y bloqueando sus piernas con las suyas.

Le guiño un ojo, una señal que animaba al joven a penetrarla.

El dolor era punzante, como si le clavaran un punzón, entonces, solo entonces se rompió su virgo, él era su primer hombre y ella su primera mujer.

Poseído por el placer el chico bombeaba con fuerza, Daniela aún le dolía las envestidas, pero tenia que aguantar, varias lagrimas recorrieron su rostro.

-ti amo mío amore – dijo el italiano entre jadeos.

Eso emocionó a Daniela que le dio fuerzas para aguantar las inexpertas y brutales embestidas del joven, que se convulsionó y echó toda su herencia genética dentro del útero de Daniela.

Ambos amantes se abrazaron y durmieron.

Daniela se levantó, preparó la comida de su familia y después de arreglarse salió al trabajo.

La primera impresión que tuvo era que la gente de su vecindario la miraba de forma intimatoria, como de desprecio, miradas que herían a Daniela, de modo que aceleró el paso.

Al llegar al trabajo, lo primero que la sorprendió es que el jefe del establecimiento la pusiera en la caja en vez de limpiar, al parecer el morbo de ver a la virgen subastada atraía mucha gente.

María, su compañera de trabajo no parecía de acuerdo con la decisión de Daniela.

-¿no te da pena entregar tu primera vez a un desconocido?

-¿por qué tendría que dármela? – Respondió Daniela.

-yo creo que la primera vez debería ser algo maravilloso, hermoso, compartirlo con quien más amas, debería ser algo, mágico – respondió María

Daniela hizo un gesto de incredulidad y le dijo a María.

-no creo en el amor, madre entregó a mi padre su virginidad y acabó abandonada, prefiero entregar mi primera vez a cualquiera antes que a alguien que me traicione, por cierto ¿no ha venido Teresa?.

María hizo un gesto de tristeza y contó a Daniela que Teresa había sido brutalmente violada, después de que se vaciaran dentro de ella lastimaron su cara a patadas, ahora estaba ingresada en el hospital.

Lo que sentía Daniela era difícil de describir, sentía una mezcla de sorpresa, tristeza, rabia e incredulidad ¿cómo podía pasarle eso a una persona tan bondadosa como Teresa? El mundo estaba lleno de indignos.

En el restaurante no había niños de corta edad, las madres se los llevaron para que no viesen a Daniela, pero los jóvenes no solo sustituyeron las perdidas, sino que aumentaron la clientela, querían ver a aquella virgen en venta.

Unos iban para decir ordinarieces a Daniela.

Otros a ofrecer dinero.

Otros a darles ánimos.

Pero en ese momento apareció Pamela Torres, con un montón de cámaras, pillando por sorpresa Daniela, la periodista, lanzó la primera pregunta.

-señorita Daniela ¿es cierto que con su acto esta ofreciendo a todas las chicas del país como carne de cama?.

Una pregunta horrible que Daniela prefirió ignorar, así que solo le pidió que iba a tomar.

Pero la periodista respondió con otra pregunta.

-¿sabe que hay otros métodos para conseguir dinero sin seguir una vía tan fácil como venderse como si fuese un juguete sin alma?.

¿Crees que no he pensado en otra forma? ¿Crees que quiero esto? Mírate, eres rica y famosa, lo único que te preocupa es que peinado iras mañana, yo he de preocuparme de sí podremos comer, ya ni me preocupo de las goteras, la luz o las ropas, todo el dinero que gano se va en medicinas y he de coger de la basura los restos que los clientes no quieren, si estuvieses en mi situación ¿cuántas pollas chuparías? Pensó Daniela indignada.

Pero antes de que dijese nada, el gerente del restaurante obligó a la periodista que se fuese, a pesar de las quejas de Pamela que juró que volvería.

Daniela se sintió alterada, llena de odio en toda la jornada.

Al acabar su turno, se dirigió al hospital a ver a Teresa, había ganado un pequeño sobresueldo gracias a su fama que atrajo muchos clientes, no solo podría comprarle una rosa a Teresa, sino que este mes podrían vivir un poco mejor.

La calle era oscura, fría y solitaria, Daniela notaba como su corazón latía con fuerza, notaba unos pasos que la seguían, no se atrevía a volver la vista, pero podía oír al muchacho que decía.

-mmmm que culito más rico, cuantos litros de leche se le van a meter esta noche.

Daniela enseguida empezó a correr, si era lo que pensaba, acabaría como Teresa y Daniela tenia no solo el motivo de que no la forzaran, tenia que proteger su intima inversión, podía oír a su perseguidor que gritaba.

-no corras puta, que nos vamos a correr jejeje.

Enseguida apareció un segundo joven que le hacia gestos grotescos con la lengua, Daniela frenó en seco y cambió de calle, las calles se volvían más oscuras y solitarias, sé como si fuese dirigida al infierno por sus dos perseguidores.

Un tercer violador apareció abriendo y cerrando la cremallera de su pantalón con cruel jocosidad, Daniela cambió de nuevo de dirección y corrió como si llevase alas, perseguida por aquellos canallas.

-no corras encantó, lo que te haremos te gustará.

-puuuuta puta puta puta puta.

-ven mamita, vamos a hacerte un hijo.

Esas crueles palabras aceleraban el corazón y el miedo de Daniela, que vio de repente como una pared indicaba que estaba atrapada, se giró y vio a cuatro chicos, reconoció a uno de ellos que se acercaba con una sonrisa.

-vaya vaya vaya, nuestra putita favorita ¿dispuesta a pasar un bien rato como tu amiga? – Decía Ramón desabrochándose los pantalones.

-¿vosotros, vosotros le hicisteis eso a Teresa? – Preguntaba Daniela atando cabos.

-sí y espero que tenga una hija para que nos la podamos follar también – decía Ramón relamiéndose.

Daniela sintió odio por aquel elemento, cogió un trozo de cristal y lo esgrimió contra sus agresores.

-¡atrás! ¡Atrás! Juro que me abriré camino a puñaladas si es necesario – gritaba Daniela con un cierto tono de temor.

Los amigos de Ramón la rodearon haciéndole gestos obscenos y tocando el culo a Daniela, la cual, respondió usando su arma, pero solo apuñalaba o cortaba el aire.

Uno de los agresores se colocó por detrás de ella y sujetó los brazos, los otros aprovecharon para rasgar la camisa y empezar a lamer los pechos de Daniela, la cual gritaba y lloraba impotente.

-traedla aquí y ponedla de rodillas – decía Ramón acariciando su erección.

Los secuaces obedecieron y arrastraron a Daniela que mostraba una insólita resistencia, al ponerla de rodillas, Ramón puso su verga frente a la cara de la virgen y le dijo.

-hoy me siento bondadoso, antes de metertela, dejaré que me la chupes, así que si no quieres que te duela al estrenarte abre la boca.

Daniela miró para otro lado, pero los secuaces sujetaron la cabeza para que mirase la verga que amenazaba con violarla.

-¡HE DICHO, QUE ABRAS LA BOCA! – Gritó Ramón.

Los amigos de Ramón obligaron a la fuerza a abrir la boca a Daniela, Ramón introdujo de golpe su verga dentro de su boca, notando como llegaba hasta la campanilla, provocando en la virgen unas insólitas arcadas mientras que los secuaces reían y movían su cabeza marcando el ritmo de la flexión.

-ohhh si, que puta eres, una autentica chupapoLLAAAAAAAHHHHH –gritaba Ramón.

Daniela mordió con fuerza el miembro de Ramón el cual la golpeaba para que la soltase, sus secuaces intentaban separar sus mandíbulas, pero ella aprovechaba que dejaron sus manos libres para agarrar los testículos de dos de sus agresores, los cuales reaccionaron con gritos mientras que el cuarto agresor intentaba abrir la boca de Daniela.

Pero en cuanto la virgen notó el sabor de la sangre, movió su cuello con violencia, daba igual cuantas veces la golpearan, ella tenia un objetivo.

Arrancársela de cuajo.

Pero uno de los golpes consiguió soltarla, ella, adolorida, cogió su bolso y echó a correr otra vez mientras sus agresores se recuperaban de sus dolencias.

Pero enseguida y vomitando odio, fueron otra vez a por ella, se acercaban más y más a la virgen, la cual solo tenia una esperanza, llegar a una zona con gente para que no se atreviesen a tocarla.

Pero el infortunio llegó en forma de cubo de basura tirado, un cubo que ella tropezó tirándola al suelo.

Sus cuatro perseguidores la alcanzaron y la rodearon.

-Bien, puta, tú lo has querido, te vamos a meter dos vergas a la vez, te vamos a follar tanto que se te va a gastar el coño de tanto uso, te llenaremos de lefa hasta reventar y te dejaremos atada y abierta de piernas para que cualquiera te folle, mañana te haremos lo mismo y pasado mañana y el día siguiente, serás nuestra puta particular, nuestro juguete – decía Ramón con odio.

-perdonad, pero antes de eso, tendréis que pagar una pequeña cuota – decía una voz.

Todos miraron en la dirección donde salía la voz y vieron un chico de pelo largo, bastante musculoso y lleno de tatuajes, Ramón y sus amigos sacaron unas navajas y le dijo al desconocido.

-¡tu estate quieto ahí! Si quieres puedes mirar y hacerte una paja, pero nosotros nos la follaremos primero. Poco a poco y para terror de los violadores, vieron como salían más gente de las sombras, al parecer todos miembros de la misma banda, en ese momento el joven tatuado se dirigió a Daniela y le ordenó que se largase, cosa que ella hizo, Ramón y los demás no solo tiraron las navajas al suelo, sino que también entregaron sus carteras, el joven tatuado se quedó con los dineros y las tarjetas, pero se dirigió a ellos y les dijo con odio.

-¡no sois más que basura! ¡Hacerle esto a mi hermana Teresa! Cómo diría mi amigo mejicano Antonio, ¡la pelona os espera para llevaros al infierno!.

Lejos de las suplicas de los violadores, lejos de la matanza, lejos del callejón, Daniela se detuvo y se agarró y se apoyó en la pared para llorar, estaba tan asustada, tan aterrada que necesitaba desahogarse, era cierto que salvó su virgo, pero estuvo a punto de.

Deshecho esos pensamientos y cogió una camisa tirada para remplazar su camisa rota, se dirigió al hospital, la enfermera que ahora Teresa descansaba que no la molestase.

Daniela entregó la rosa y se fue, había una pequeña carta en la flor.

"Vuelve con esa sonrisa que tanto nos llena".

María llegaba al orgasmo abrazándose a su musculoso amante, el también eyaculó dentro de ella.

Ambos amantes recobraban las fuerzas, fue un momento de mucha pasión, pero María le preocupaba su amiga.

-¿qué te ocurre cariño? – Decía el joven con acento argentino.

-nada Daniel – decía María para no aburrirle.

-ey cielo, no deberías quedarte con tus preocupaciones, aún estoy dentro de ti, de modo que en cierto modo yo soy tú y noto como tus ojos están tristes ¿qué te pasa? – Decía Daniel.

María dudó, pero al ver los ojos de su amante le pidió lo siguiente.

-ya sabes que mi amiga va a vender su virginidad, entiendo su postura, pero, los demás no la entienden, temo que la gente quiera hacerle daño por su decisión, me gustaría que la seduzcas, que le robes su primera vez, así la gente la dejará en paz.

-eh, tranquila, la gente no es tan boluda, ya se olvidarán de ello – decía Daniel.

María iba a contradecirle, pero los labios de Daniel besaron los suyos en un beso lleno de pasión, notaba como Daniel volvía a bombearla, sabia muy bien como moverse dentro de ella, la cabeza de María ya dejó de pensar, se abrazó a su amante y disfrutó de esas ricas acometidas.

Daniela llegó al cibercafé, encendió su ordenador, la puja había subido a 35000 soles, dibujando una sonrisa en la cara, pero cuando vio quien era el pujante, su expresión era una mezcla de sorpresa y tristeza.

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