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Silent Hill Luz

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Silent Hill Luz

Jasón y Jessica iban en su coche hacia un parque de atracciones, se lo prometieron a su hija, el era informático y ella era agente del FBI, ambos tenían una hija de 5 años que dormía en el coche, soñando con toda la diversión que la esperaba.

Jessica era rubia platino, sus largos cabellos estaban recogidos en una coleta, tenia los ojos esmeraldas, iba vestida con camisa blanca y pantalones vaqueros con botas de cow boy, lo que denotaba su origen tejano.

Jasón llevaba una camisa de cuadros azules y pantalones de pana, era de rasgos hispanos, moreno de cortos cabellos castaños.

Jessica miró a la pequeña, la joven era morenita de cabellos castaños y ojos verdes, llevaba un peluche de un oso.

Sentía que cuando ella nació, era lo más maravilloso que habría jamás, realmente adoraba a su hija y le dedicaba todo el tiempo que podía.

Pero en ese momento, notó como el coche giraba bruscamente, su primer impulso era salvar la vida de su hija, notó como el coche giraba hasta que un golpe la dejó inconciente.

Cuando despertó, se sintió como si la hubieran metido en una trituradora y también que alguien la había besado, al menos no se había roto nada, con temor fue a ver a su hija, no estaba, la puerta estaba abierta, fue afuera y miró si se había sido lanzada fuera del vehículo, pero había una niebla bien espesa, fue a ver a Jasón.

-¡cariño! ¡Alice no esta! ¡Despierta! ¡Tenemos que buscarla! – decía Jessica desesperada.

Pero al ver a Jasón empezó a angustiarse, temblorosa, tocó una arteria del cuello, no tenia pulso.

Su marido había muerto.

Jessica rompió a llorar abrazando el cadáver de su marido, pero no lloró mucho, tenia que encontrar a su hija.

Cogió su pistola y su placa, vio que estaban cerca de un pueblo, eso le extrañó ¿por qué no fueron a ayudarles?, fue allá para ver que pasaba.

La niebla era muy densa, pero reconocía que estaba en un cementerio, podía oír silbar a alguien mientras cavaba, Jennifer se acercó al lugareño.

Era un hombre de pelo largo y oscuro, de barba de cinco días, su cara tenia tatuadas multitud de letras de algún idioma arcano, era de complexión delgada y llevaba una camisa negra, unos pantalones vaqueros y unos zapatos deportivos negros, estaba cavando cinco tumbas, cuatro grandes y una pequeña.

-oiga ¿puede ayudarme? – preguntó Jessica.

-¿a una preciosidad como tu? Por supuesto ¿qué desea? – decía el lugareño.

-hemos tenido un accidente, mi marido esta muerto y no se donde esta mi hija ¿puede ayudarme a buscarla? – decía Jessica de forma suplicante.

-verá, vi a los camilleros llevársela, usted no se despertaba y como ha dicho, su marido ha entrado en el sueño eterno, supongo que la habrán llevado al hospital – decía el lugareño.

-¿podría llevarme? – pidió Jessica.

El lugareño le lanzó las llaves de su coche y le dijo.

-no, pero puede llevarse mi coche, yo tengo que ir hacia su marido y hacer los tratamientos necesarios para que no se descomponga, no sea que se haga una epidemia en el pueblo, el hospital está pasando el puente, siga línea recta y cuando pase tres calles desvíese a la derecha.

-gracias – respondió Jessica.

Cogió el coche del lugareño y condució siguiendo las indicaciones del sepulturero.

Lo que le atrajo la atención del puente era el gran foso que salvaba, una grieta de tal profundidad que parecía absorberla.

Mientras conducía, se fijó que no había nadie, pero lo achacó a la densa niebla.

Llegó al hospital y le sorprendió lo vació que estaba.

-¿hay alguien? ¿Oigan? – preguntaba Jessica en voz alta.

Nadie respondía.

Decidió mirar en los archivos del ordenador, el ultimo registro informático fue hace cinco días, había casos de histeria, heridas de mordedura y disparos, pero había un registro que le captó la atención, era de hace doce días y era un grupo numeroso, solo ponían, esclavo de pareja 1, esclavo de pareja 2, esclavo de pareja 3....

También encontró el diario del recepcionista, abrió las páginas para saber que había pasado.

"no lo he llegado a entender, mi hermano me excluye de las celebraciones, ¿acaso hice algo mal? Todo lo que el me respondía era que pronto lo entendería ¿entender que?"

"me advirtió mi hermano que no debo bajo ninguna circunstancia permitir que nadie supiera de mis creencias religiosas, se que la gran mayoría de esta gente son radicales cristianos, aún me acuerdo de aquel musulmán que lo lapidaron llamándole terrorista"

"hoy he soñado con la profecía, aún me parece un galimatías, lo escribiré para ver si hay algo que pueda entender"

"las luces de los falsos brillarán"

"las vidas de los esclavos apagaran"

"el fuego una puerta mostrará"

"y al pueblo un reflejo partirá"

"los portadores de la soñadora"

"verdugos serán de los cinco inocentes"

"la pareja los tomará"

"y gobernaran eternamente"

"este poema fue escrito por si mismo, nuestro primer gran sacerdote fue asesinado y su sangre escribió este poema, un poema que predica la venida de nuestros amos"

"lo hicieron, esos cabrones lo hicieron, han formado una turba y han quemado nuestra iglesia matando todo aquel que les cruzase en su camino ¿por qué? ¿Acaso envidiaban nuestras orgías en honor a la pareja? ¿Envidiaban nuestra fé? ¿O acaso el detonante fue que la hija del padre Raimón se había unido a nuestra fé y entregó su virginidad a nuestro señor hace unos meses y el fruto germinó? El padre Johan intentó detenerlos, pero sin éxito alguno"

"acabo de ver a mi hermano, ¡por Samael! ¿Qué le habían hecho? Tenía quemaduras y heridas por todas partes, sus últimas palabras fueron que era mi hora ¿qué quería decir? ¿Qué consultase el libro negro?"

"ahora lo entiendo todo, ¡ya se cual es mi papel! ¡Ya entiendo la profecía! Mi corazón no cabe del gozo, me advirtió mi hermano que quemase el libro, pero es demasiado valioso para que se perdiese en el olvido, he guardado en la morgue un mapa donde pondría las localizaciones del libro y los elementos para resucitar a Samael, solo el agua de la vida podría revelarlas, querido hermano, pronto salvaremos el mundo"

¿El recepcionista era miembro de una secta religiosa que se dedicaba a hacer orgías? Esperaba que la chica aquella no fuese menor de edad, buscó por la planta baja para ver si podía encontrar a alguien que le dijese donde estaba su hija.

Intentaba abrir todas las puertas, las habitaciones estaban vacías, la puerta del despacho del director estaba destrozada y en el desastre de su despacho gobernaba una enorme mancha de sangre donde flotaba un diario.

Jessica lo cogió y empezó a leer.

"he visitado a Rachel, al parecer aún sufre estrés post traumático por ver como sus amigos del culto Esclavos de pareja se consumían en las llamas, supongo que nunca averiguaremos quien es el padre ya que fue concedido en una de las orgías del culto"

"Rachel esta en avanzado estado de gestación, debe tener ocho meses pero Rachel no para de vomitar odio hacia el pueblo, al parecer el padre Johan, el capellán de nuestro hospital es el único que tolera, pero aparte de el, no quiere ver a nadie, ni siquiera a su padre"

"la niebla que llegó con la destrucción del culto no ha abandonado el pueblo, algunos dicen que hay monstruos saliendo de esa niebla, otros dicen que son los espíritus de los que murieron en el templo, sea lo que sea, esta asustando a la gente del pueblo"

"no me lo puedo creer, hay una gran sima rodeando el pueblo, la he rodeado y parece que no hay forma de atravesarla y encima me he encontrado con una especie de perro rojo grande, no lo distinguí bien por la niebla, pero sea lo que sea, no era de este mundo"

"hemos perdido la electricidad, fuimos al sótano, pero allí han aparecido cosas realmente espeluznantes, parecían humanos, pero no se lo que son, una cosa es cierta, son peligrosos, les atrae la luz y que los aparatos eléctricos suenan cuando están cerca"

"el doctor González se acaba de encerrar en la habitación 207, no sale para nadie, yo pienso que debería hacer lo mismo, a la noche, oigo disparos, gritos, esas criaturas parecen vivir de noche"

"¡Dios mió! ¡Están aquí! ¡Esta rascando la puerta! ¡Van a entrar! ¡Van a en".

El escrito se interrumpía bruscamente y en su lugar había una inmensa mancha de sangre, tal vez debería ir a ver a ese doctor González.

Miró en el plano del hospital, vio que el quirófano estaba en el segundo piso, se dirigió al ascensor, pero no había electricidad, vio que el ascensor estaba en el quinto piso, se dirigió a las escaleras, pero estaban bloqueadas, lo único que podía hacer era ir hacia el subsuelo, donde todo hospital tenia un generador donde administraba electricidad en caso de apagón.

Después de coger una linterna, bajó por las escaleras y abrió la puerta de los pisos del subsuelo, había dos niveles, el generador estaba en el segundo.

La oscuridad reinaba en ese piso, el haz de luz lo hacia mucho mas tenebroso, pero la experiencia de Jessica en el FBI la mantenían en calma, pero en el fondo sabia que había algo que no funcionaba.

Desenfundó el arma, su instinto se lo pedía a gritos, con la diestra apuntaba su arma, con la siniestra, sostenía la luz, estaba en la lavandería, había un montón de ropa sucia que acumulaba telarañas, las más recientes, estaban manchadas de sangre.

Jessica observaba todo a su alrededor, su mente y su cuerpo actuaban como maquinas bien engrasadas, pero oía un sonido de estática, estaba en el fondo del pasillo.

Como una ratoncita siguiendo el sonido de la flauta, llegó al banco de sangre y tejidos, allí estaba lo que sonaba tan horrible, un radiotransmisor de la policía, pero también había algo más.

Una especie de bolsa para cadáveres con dos delgadas patas sin pies, estaba succionando la sangre de las bolsas almacenadas.

En cuanto Jessica lo iluminó con el haz de su linterna, la criatura emitió un gruñido curioso y se volvió hacia Jessica, la cual casi le da un vuelco al corazón ¿era humana esa criatura? No lo parecía.

-¡quieto! – ordenó Jessica.

La criatura avanzaba con paso vacilante, pero decidido.

-¡quieto o disparo! – gritó Jessica.

La criatura abrió su bolsa y de ella salieron dos tentáculos negros que intentaron agarrar a Jessica, la cual, reaccionó disparando su arma impactando sobre la criatura, pero esta avanzaba, otro disparo salió y otro más, derribando a la criatura que soltaba sangre negra como la oscuridad.

Curiosamente, la radio se había apagado, pero la atención de Jessica se limitaba a observar a la criatura, cuando tocaba la bolsa, le pareció tener un tacto un poco viscoso, las patas, eran demasiado delgadas y huesudas para ser humanas, pero dentro de la bolsa parecía haber un relieve ¿humano?, difícil saber.

Lo que si estaba claro, es que a esa criatura le gustaba la sangre, de hecho, solo había una docena de bolsas de sangre que no había roto, las recogió todas, también la radio para poder contactar con su gente.

-agente Jessica Chambers al cuartel general, responda – decía Jessica.

Pero nadie respondía.

-repito, agente Jessica Chambers al cuartel general, responda – volvió a decir Jessica.

-bienvenida asesina decía la radio.

Chambers no reconocía la voz, pero le era muy familiar, se colgó la radio y salió de la habitación.

La radió sonó y Jessica miró al pasillo en el fondo del pasillo había otro monstruo, estaba lejos pero bloqueaba las escaleras hacia abajo, evitaba iluminarlo, no quería otro enfrentamiento ya que tenia doce balas en la pistola y otros dos cargadores, no sabia cuando los necesitaría, mordió una de las bolsas de sangre y la lanzó hacia el fondo del pasillo.

La criatura olfateó la bolsa y se dirigió a ella, dejando paso libre hacia las escaleras abajo.

Al bajar, oía tres jadeos femeninos y la radio que no paraba de emitir ruido al iluminar el lugar de los jadeos, casi gritó del susto, vio tres enfermeras que no tenían rostro, llevaban uniformes desgastados y caminaban como moribundas.

Jessica apuntó con su arma a la primera de las enfermeras y disparó acertando en la cabeza.

La criatura tambaleó, pero no cayó.

-¡imposible! – dijo Jessica para si.

El segundo disparo fue al pecho de la enfermera, esta cayó entre convulsiones, la segunda necesitó tres disparos en el pecho para que cayera y en cuanto la tercera solo dos.

-al parecer son vulnerables en el pecho – decía Jessica para sí.

Cuando pasó junto al cuerpo de la primera enfermera, decidió examinarla, la herida en la cabeza la atravesó de parte a parte, pero no parecía que le afectara, pero cuando la alcanzó en el pecho.

Con una navaja empezó a abrirle el pecho a la chica y encontró algo espeluznante.

Era un gusano de unos 30 cm, había devorado el corazón de la enfermera, el gusano estaba muerto por la bala que le había alcanzado, estaba sujeto en la parte delantera de la columna vertebral y tenia tentáculos conectados al cerebro de la enfermera.

-¡parece una de las plagas del Resident Evil 4! – decía Jessica para si.

Pero algo cayó por las escaleras, Jessica iluminó el lugar con el haz de su linterna.

Era "el hombre bolsa" al parecer los disparos le alertaron.

La radio volvió a emitir ruido, Jessica se dio cuenta de que podía usarlo para localizar monstruos.

Pero se fue del lugar, directa a la sala del generador.

Al llegar allá, bloqueó la puerta y empezó a manipular el generador para encenderlo.

El generador empezó a vibrar y a emitir el típico ruido de funcionamiento, la luz casi cegaba a Jessica cuando se encendió, ahora solo tenia que ir al ascensor e ir al segundo piso.

Pero cuando desbloqueó la puerta, vio como el pasillo no había nadie, ningún monstruo, ni siquiera los cadáveres de las enfermeras, extrañada, se acercó, no había ni siquiera sangre.

¿Lo habría soñado?

Un ruido la alertó e instintivamente apuntó con su arma, memorizaba cuantos disparos había efectuado, solo tenia 5 balas en la pistola.

Fue al origen del ruido, al depósito de cadáveres.

Había marcado en el suelo una estrella arcana y un cadáver en el suelo en el que le faltan varios órganos y la piel.

También se fijó en los congeladores había un nombre.

Jasón Crown, el nombre de su marido.

Jessica, temblorosa, abrió el congelador, allí estaba, parecía dormido, no pudo evitar llorar sobre su cuerpo.

Cerró el congelador para que se conservase y luego llevárselo a que le diesen un entierro digno.

Encontró también un mapa del pueblo, lo cogió pensando que seria útil.

Era bastante grueso para ser un mapa normal, pero lo enrolló y lo guardó.

Fue hacia el ascensor y tras llamarlo y esperarlo, subió pulsando el segundo piso.

En cuanto subía, la luz del ascensor parpadeaba, lo que vio en un segundo Jessica le pareció imposible.

El ascensor estaba viejo, oxidado, como si hubieran pasado siglos, pero después de otro parpadeo de luz, volvió a la normalidad.

-¿qué esta pasando aquí? ¿Acaso la niebla es alucinógena? – se preguntó Jessica.

Al llegar al segundo piso, salió apuntando a ambos lados, al ver que el piso era seguro, se dirigió hacia la habitación 207.

El quirófano estaba cerrado, pero podía oír llorar a alguien en el otro lado.

-oiga ¿esta bien? – decía Jessica dando golpecitos en la puerta.

-¡aaahhh! ¡Aléjate! ¡Aléjate! – decía la voz del otro lado de la puerta de forma aterrada.

-¿quiere decirme que pasa? – preguntaba Jessica.

-¡todo! ¡Todo lo que pensaba que era cierto en realidad no lo es! ¡Existe el infierno! ¡Existe la resurrección! ¡Y ni siquiera la muerte es la vía de escape! – decía a voz al otro lado de la puerta.

-¿pero que dice? – preguntó Jessica.

-¡vete de aquí! Engendró de Tyler ¡VETE! –gritaba la voz.

Estaba claro que el no aclararía nada, mientras se alejaba, se colocó al lado de un espejo, ¿existe la resurrección como dijo aquel hombre? Si pudiera resucitar a su marido, pero...

Sabiendo que eso era imposible rompió a llorar delante del espejo, susurrando el nombre de Jasón.

En ese momento el espejo empezó a moverse como si fuera agua, eso alzó la vista de Jessica, se acercó para ver que pasaba en el espejo.

En ese momento, el espejo formó una mano que tenia la intención de acariciar el rostro de Jessica.

Esta, asustada, lanzó un grito e instintivamente disparó tres veces al espejo que se rompió en mil pedazos.

Jessica estaba temblando, ni en las peores situaciones se comportaba así, estaba asustada como una niña después de que le contaran un cuento de terror, oyó pasos al fondo del pasillo, apuntó con su arma y estuvo a punto de disparar, pero en el ultimo momento reconoció al hombre.

-¡eh!¡oiga! ¡No dispare! – decía el lugareño del cementerio.

Jessica corrió hacia el y lo abrazó con todas sus fuerzas.

-eh, nena, ¿los de la ciudad sois así de fogosas? Yo soy más clásico, ya sabes, presentarnos, emborracharnos en un bar, alejarnos en barca en el lago y practicar el mete-saca bajo la luna llena – decía el sepulturero.

Jessica sentía ganas de abofetear a ese grosero, pero no podía evitar llorar como una niña, sintió la mano del sepulturero acariciar sus cabellos.

-eh, eh ¿qué ha pasado?¿acaso su hija ha...? – decía el sepulturero.

-n-no, aún no la he encontrado, pero están pasando cosas aquí, cosas extrañas – decía Jessica.

-estamos en un pueblo nena, para las chicas de ciudad como tu todo es extraño, ¿ahora me sueltas? El tacto de tus pechos me esta poniendo a tono – decía el sepulturero.

Ante esas palabras Jessica se soltó, el sepulturero le acarició la cara diciendo.

-no soporto ver llorar a una preciosidad como tu, te ayudare a encontrar a tu hija y luego nos pegamos una borrachera.

-gra-gracias, me llamo Jessica Chambers, ¿usted? – decía Jessica.

-Tyler, Tyler Meyer – decía el sepulturero sonriente.

¿Tyler? el nombre que le dijo el medico, era posible que dijese un nombre al azar, pero, no podía fiarse totalmente de aquel hombre.

-yo me ocupo del tercer piso y usted del cuarto ¿cómo es la niña? ¿Tan guapa como usted? – preguntó Tyler.

-es morena, ojos verdes, pelo hasta los hombros, se llama Alice – decía Jessica.

-ok, usted en el cuarto piso y yo en el tercero – dijo Tyler.

-gracias, mi frecuencia es 130,98 – respondió Jessica con una sonrisa antes de dirigirse al ascensor.

Tocó el cuarto piso, ahora serena, preparaba su pistola y un cargador, pero cuando se abrieron las puertas del ascensor vio algo que le encogió el corazón.

El cuerpo de un niño de doce años cayó delante de ella, le habían cortado el cuello y tenia la mirada abierta, Jessica le cerró los ojos, pero tenia miedo de que su hija le hubiera pasado lo mismo, fue a toda prisa a registrar el piso.

Vio una de las puertas moverse el picaporte como desesperado, Jessica preparó el arma para cualquier alerta y puso la mano en el picaporte.

Abrió la puerta con rapidez y apuntó con el arma.

No había nadie, solo una habitación llena de sangre y oxido.

En ese momento, oía niños llorar mientras un adulto les daba la extremaunción.

Fue rápida hacia allá mientras uno a uno los lamentos de los niños se fueron apagando.

La puerta estaba cerrada con llave, efectuó sus dos últimos disparos a la cerradura y luego le dio una patada en la puerta para abrirla.

Había un cura con los hábitos manchados de sangre junto a los cadáveres de media docena de niños, Alice no estaba entre ellos.

-¡FBI! ¡QUIETO BASTARDO! – decía Jessica con furia.

-les estoy salvando de Satán, del infierno – decía el sacerdote.

La pistola estaba descargada, pero la apariencia parecía que no y no había tiempo de cargarla, esperaba adementarlo.

-ECHESE AL SUELO ¡YA! – gritaba Jessica.

La radio empezó a encenderse diciendo.

-¿Jessi? Aquí Tyler, no he encontrado a la niña, nos vemos en el quinto piso.

El cura la miró con rabia y se lanzó contra ella esgrimiendo un cuchillo, pero Jessica pudo esquivarlo y recargar el arma.

El sacerdote huyó por las escaleras hacia arriba, Jessica le persiguió hasta el quinto piso, pero ahí le perdió.

Silenciosamente, recorrió el quinto piso, estaba alerta, ese hombre estaba desquiciado y era totalmente peligroso, asomó la cabeza en una esquina y vio como volaba hacia ella una botella llameante.

Jessica se apartó justo a tiempo antes de que la botella se rompiera convirtiendo la esquina en una pira.

El cura oraba frases en latín mientras preparaba otro molotov con alcohol, Jessica evitaba buscarle la espalda recorriendo los pasillos.

Pero el pasillo que se encontró estaba inundado en alcohol y llamas salieron de una esquina para devorarla.

La agente tuvo que huir por el otro lado para esquivar las llamas que casi la alcanzaban.

Al doblar la esquina, se encontró al cura a cinco metros de distancia que le lanzó un cocktail, Jessica reaccionó disparando, haciendo explotar la botella a medio camino de distancia.

La agente persiguió al cura saltando el charco llameante, al doblar la esquina, el cura la esperaba con otro molotov.

Pero ella fue más rápida, disparó a la botella que tenia en la mano el cura y esta estalló envolviéndolo en llamas que lo consumían mientras el párroco soltaba alaridos de dolor.

En cuanto dejó de gritar, los aspersores soltaron una lluvia de agua que apagaba las llamas.

Jessica recobraba el aliento mientras observaba el cadáver, apenas notaba el agua que recorría su cuerpo entrando por las telas de su ropa.

-¿qué ha pasado aquí? – decía Tyler que acababa de llegar,

-nada, un psicópata menos en este mundo – decía Jessica jadeando.

-¿acaso le has matado de la impresión gracias a tu cuerpazo? – preguntaba Tyler.

Jessica no comprendía la pregunta, hasta que vio que su camisa estaba totalmente pegada a su cuerpo y se le transparentaba su sujetador, reaccionó tapándose los pechos mientras decía.

-¡FUERA DE AQUÍ!

-lastima, bueno, yo voy a la comisaría, es posible que ella te espere allí – decía Tyler.

Pero antes de que se diera la vuelta, Tyler sintió una mano que lo hizo girar, vio a Jessica con una mirada de determinación que le decía.

-¡llévame allí!.

-ok, si me das un beso – respondió Tyler.

Lo único que recibió de Jessica era un cabezazo que hizo que sangrase la nariz.

-escucha idiota, acabo de matar a una persona, no estoy para bromas – decía Jessica furiosa.

-vale, vale, que poco humor tenéis las de ciudad – decía Tyler.

Tyler sacó un botiquín y se puso dos algodones en la nariz para parar la hemorragia.

-veo que vienes preparado – decía Jessica.

-bueno, de todas las chicas con las que he cortejado, tu eres la que mejor me ha tratado, así que imagínate que harían las otras – dijo Tyler.

Eso hizo que Jessica soltara una carcajada, ambos salieron del hospital y Tyler le indicó que camino tiene que recorrer para ir a la comisaría.

-¿no vienes? – preguntó Jessica.

-contigo iría hasta al infierno, pero acabo de acordarme que he de buscar a alguien en el hospital, alguien que conoces, tranquila, no pasará nada – decía Tyler.

Jessica con una sonrisa, condujo hasta la comisaría, pero fue despacio en un tramo, veía un extraño animal parecido a un lobo rojo pelado comiéndose a una mujer, el lobo estaba demasiado distraído para captar la atención de la chica.

Ella no podía hacer nada por aquel cadáver y siguió conduciendo hasta llegar a la comisaría, posiblemente halle allí a su hija y también, respuestas.

Bajó del coche y entró en el edificio, se fijó en una maquina de chuchearías, esa maquina le recordaba tristemente a su hija.

En ese momento, el cristal se rompió como si alguien le diese una patada y varias chocolatinas cayeron.

Jessica instintivamente desenfundó el arma, pero no había nadie, examinó los archivos de la desértica comisaría.

Había una alarmante alza de desapariciones en los días previos a la niebla, la estantería de las escopetas no había nada, quizá hubiera más suerte en el piso de arriba.

Se movía en silencio, intentando escuchar hasta el más imperceptible sonido, en ese momento una puerta se abría y Jessica apuntó con el arma.

Era un hombre de color de unos cuarenta y cinco años, muy corpulento, con alopecia y bigote del tipo mostacho, tenía una barba de tres días y un aspecto desarreglado.

-¡quieto ahí! ¡Identifíquese! – decía Jessica con autoridad.

-co-comisario Kyle Stone, del departamento de policía de Silent Hill – dijo el hombre corpulento.

Jessica bajó el arma pero se sentía incomoda con el comisario.

-¿qué ha ocurrido? Comisario – preguntó Jessica.

-¿usted también vio los monstruos? – preguntó el comisario.

Jessica afirmó con la cabeza.

-es un poco complicado, ni siquiera se por donde empezar- decía el comisario Kyle.

-¿qué tal si empieza por ponerse unos pantalones? – decía Jessica.

El comisario se fijó que estaba desnudo de cintura para abajo.

-oh, discúlpeme, pero hace cinco días que no he visto otra persona aquí aparte de Rachel.

En el despacho del comisario, después de ponerse la prenda que faltaba y de presentarse, dijo la situación.

-vera señorita, es algo difícil de creer, ni siquiera yo me lo creo, pero me temo que el mundo se irá al infierno – decía el comisario.

-explíquese – pidió Jessica.

Verá, tenemos, o mejor dicho, teníamos aquí una secta llamada los esclavos de los pares, una secta que adoraba a los demonios Samael y Lillith, y me temo que están trayendo el infierno aquí – decía Kyle con aparente tranquilidad.

Jessica no podía creer lo que oía, ¿el Apocalipsis? Tonterías.

-debe haber una explicación lógica – decía Jessica.

Kyle la miró como si fuera un bicho raro.

-señorita, ¿no vio a los monstruos? ¿No vio que en algunos sitios cambia el paisaje drásticamente? ¿No ve la niebla que hace días que está ahí? – preguntó Kyle.

-no, solo he venido a buscar a mi hija – decía Jessica.

Eso atrajo la atención a Kyle, con interés le preguntó.

-¿vio a un tipo de largos cabellos negros?.

-¿Tyler? – preguntó Jessica.

Eso alarmó al comisario, Kyle se levantó y le invitó a que le acompañase a los calabozos.

De camino a los calabozos, Jessica vio una mujer en avanzado estado de gestación, tenia la mirada perdida y sonreía, no paraba de decir, los pecadores serán castigados.

-esta es Rachel Earp, es la que más sabe de Silent Hill, he intentado sonsacarle información, pero lo único que dijo es que pronto vendrían los portadores de la soñadora – decía Kyle.

Jessica quería hablar, pero Rachel se abalanzó sobre las rejas diciendo.

-¡oh portadora! ¡Has llegado!.

-¿portadora? – preguntaba Jessica.

Kyle miró a Jessica con cierto temor.

-siiiii, has venido a matarnos a mi y a mi hijo, has venido a que se cumpla la profecía – decía Rachel extasiada.

-¿de que me esta hablando? – dijo Jessica confundida.

-se donde está la niña – decía Rachel.

Eso hizo reaccionar a Jessica, le pidió a Kyle que le abriese la celda, pero Kyle se negó, entonces Jessica le colocó el cañón de su pistola en la cabeza del comisario, ante esa coacción, Kyle no tuvo más remedio que entregarle la llave.

Jessica abrió impaciente la celda, pero al abrirla Rachel se abalanzó sobre ella intentando estrangularla ante la mirada atónita de Kyle, pero Jessica logró empujarla hacia su celda, pero con tan mala suerte que Rachel se golpeó en el cuello contra el retrete, partiéndoselo y muriendo instantáneamente.

Jessica se acariciaba su cuello, vio a Kyle que miraba espantado a Jessica, esta se miraba a si misma y vio que su ropa estaba manchada de sangre, registro sus bolsillos.

El ataque de Rachel le había reventado varias bolsas de sangre, solo se salvaron dos bolsas, Kyle respiró con alivio.

-me temo que la situación es mucho más grave de lo que creemos, tiene que acompañarme – decía el comisario.

Llegaron a la armería y abrió la puerta.

Jessica miró a Jasón, sentado en el suelo, con porte cansado, ¡pero respiraba!.

-¡Jasón! ¡Amor mió! ¡Estas vivo!- decía Jessica ilusionada.

Pero la luz parpadeó y desapareció el hombre que había en la sala, dejando a Jessica sin palabras.

-¿Jasón es su marido? – preguntó Kyle.

Pasó un largo silencio antes de que pudiera responder.

-s-si, murió en el accidente que nos trajo aquí.

-entonces no queda mucho tiempo – decía Kyle mientras abría una taquilla y sacaba una caja que ponía "purificación" – póngale esto a su hija en cuanto la encuentre, lo necesitará.

-¿esto? ¿Esta enferma? – preguntaba Jessica preocupada.

-no, algo peor, es una llave – decía Kyle.

-¿una llave? ¿Qué quiere decir? – preguntó Jessica.

Kyle hizo un gruñido de resignación y dijo.

-olvídelo, es como describir a un ciego los colores, póngase este uniforme y llévese las armas que pueda, tengo una ligera idea de lo que está pasando y hemos de llegar a tiempo – decía Kyle.

-de acuerdo, espere a que me asee primero – decía Jessica.

-límpiese a fondo, esos monstruos les encanta la sangre y el olor de toda esa sangre atraerá a todos los bichos del pueblo – decía Kyle.

Jessica se fijó que había varios rifles de asalto y escudos antidisturbios.

-los adquirimos cuando se agravaron las relaciones de la secta con la población local, jamás fueron utilizadas – decía el comisario mientras abría las taquillas.

Jessica se colocó todos los cargadores de su arma reglamentaria en su pistolera y en sus bolsillos, se colgó el rifle de asalto y puso todos los cargadores que pudo en una bolsa, cuando cogió su escudo, se fijó en un objeto que había en una esquina, al cogerlo, vio el osito de Alice, tenia cinta aislante rodeando su abdomen.

En ese momento cayó de rodillas y lloró abrazada a su oso, Kyle intuya que le pasaba, le puso una mano en el hombro y le dijo.

-hemos de rescatarla, no podemos perder el tiempo llorando.

Jessica agradeció esas palabras y se dirigió al cuarto de baño que había arriba.

Una vez allí se quitó la ropa quedándose solo con unas sugerentes bragas y las botas, las únicas prendas que la sangre no ha manchado, se encerraron en uno de los retretes, allí sacó papel del rollo del retrete y mojándolo con el agua de la cisterna empezó a pasarla por su juvenil cuerpo.

Tuvo un pensamiento erótico, recordaba su noche de bodas, cuando Jasón la despojó de su vestido de novia y la tomó en Venecia, sentía que el papel mojado que pasaba por su cuerpo, eran las manos de su marido que la acariciaban, que la tomaban.

Cuando de limpió la sangre, bajó sus bragas y se sentó en el retrete.

Se acarició a si misma de forma suave mientras su mente recordaba el día en el que Alice fue concebida, cuando sus caricias fueron más intensas, se mordió el labio, sentía que el calor y el placer la invadían hasta que estalló en un orgasmo que silenció tapando la boca con su mano.

Agotada y recuperando el aliento, empezó a llorar, tenia demasiada tensión acumulada, en cuanto se calmó, se subió las bragas y cogió papel para secarse el sudor, se dirigió al espejo del baño.

Mientras se secaba, se fijó en sus ojos, enrojecidos de tanto llorar, Jasón le dijo que se enamoró de ella por sus hermosos ojos verdes.

Sonrió mientras recordaba ese día, la pilló por sorpresa, todos siempre se fijaron en su busto o su trasero.

-¡PARQUE DE ATRACCIONES! – gritaba un rostro reflejante que surgía del espejo.

Jessica cayó al suelo del susto, cogió su pistola y disparó al espejo destrozándolo, poco después apareció el comisario preguntando que ha pasado.

Jessica le explicó lo sucedido, Kyle empezó a pensar.

-debe haber algo en el parque de atracciones de Silent hill, deberíamos ir allí – decía el comisario.

-¡¿a que estamos esperando?! – decía Jessica.

-errr mmm, ¿a que se vista para no coger frió? – dijo Kyle.

Jessica no entendía lo que dijo hasta que se miró a si misma, se tapó avergonzada mientras le dijo al comisario.

-¿puede dejarme sola un momentito?.

El comisario accedió y Jessica, muerta de vergüenza se vistió y ordenó sus cosas, pero vio algo que le atrajo la atención.

El mapa que cogió del hospital, se había manchado de sangre, pero había sido absorbida y mostraba unas descripciones, la primera de ellas era la iglesia de Silent Hill, muy cerca de aquí.

Ella quería ir directamente hacia su hija, pero ¿y si fuera una trampa? ¿Quería jugar con ella?, decidió no ir al parque de atracciones, de momento.

Después de vestirse y de estar completamente preparada, se dirigió a Kyle diciéndole.

-cambio de planes, vamos a misa – decía Jessica.

-¿pero su hija no está en...? – preguntó Kyle.

-seguro que no, el que mueve los hilos aquí juega con nosotros, si no jugamos con sus reglas, posiblemente vendrá a nosotros y traiga a mi hija como rehén, tal vez pueda recuperar a mi hija y capturar al responsable de esto a la vez – decía Jessica.

Sabia que era una jugada muy arriesgada, pero era posible que si seguía el juego acabaría viendo como muere Alice solo para alimentar con su reacción el disfrute de ese psicópata.

-de acuerdo, vamos para allá.

Fueron al garaje y cogieron un coche de la policía, no tardaron mucho en llegar a la iglesia de Silent hill, la capilla estaba coronada con un cristo algo más grande que un ser humano.

Jessica consultó el mapa, allá donde estaba ubicada la iglesia, ponía Longinus, oyó hablar de la lanza de Longinus ¿lanza?.

Se fijó que el cristo tenia la herida del costado un poco más grande de lo normal, subió hacia el y metió la mano en la herida del costado.

Había un plástico con un libro, leyó largo tiempo el libro con la esperanza de encontrar una forma de adelantarse a los movimientos de o los responsables de Silent Hill, solo encontró leyendas y un hechizo de resurrección.

-¡Dios mió! ¡Así es como resucitaron a Tyler! – decía Kyle.

-¡solo es un libro de patrañas! – decía Jessica.

Kyle abofeteó a Jessica furioso por su estrechez de miras.

-¡oye idiota! ¡Despierta de una vez! ¡Está pasando! Tyler resucitó y está trayendo a un ejército de monstruos ¿qué piensas que esta pasando? ¿Cómo explicas lo de los monstruos? ¿Qué no haya nadie en el pueblo? ¿Qué haya una niebla que no se vaya? Por no mencionar de los "cambios de decoración" que pasa ocasionalmente – gritó Kyle.

Jessica se tocaba la mejilla abofeteada, no encontraba explicación a las cosas que le decía, pero se negaba a creer.

-escuche, yo resucitaré a su marido, si lo hago ¿empezará a creer? – decía el comisario.

-¿resucitar a mi marido? ¡Ridículo! – decía Jessica.

-créame señorita, si es verdad lo que pienso, su hija esta soñando un infierno y la única manera de sacarla es seguir el juego de Tyler y luego cambiar las reglas – decía Kyle.

Jessica reflexionó, entonces miró al comisario y le dijo.

-de acuerdo, supongamos por un momento que puede resucitar a mi marido, si lo hace, le creeré.

-me alegra que haya entreabierto los ojos ¿conoce otra ubicación que pudiera contener la esencia de la vida? – preguntó Kyle.

Jessica miró en el mapa, la otra marca que aparecía ponía Pachembel y señalaba el parque de atracciones de Silent Hill.

-espero que esté aburrido, nos dirigimos al parque de atracciones – decía Jessica.

Ambos subieron al coche y se dirigieron directos al parque de atracciones.

Probablemente el parque era un lugar alegre y fantástico, pero ahora tan silencioso, tan vació, daba inquietud.

Jessica sintió una gran tristeza cuando veía el parque, se imaginaba ella con su hija y su esposo, divirtiéndose juntos.

Pero no podía permitir que los recuerdos la distraigan, tenia que concentrarse, ¿qué sitio podría visitar?

Al parecer la casa de la risa era el lugar más idóneo, Kyle decidió comprobar el túnel del terror.

Jessica miraba la casa de la risa, ruedas que giraban, suelos resbaladizos, vamos, maquinas que causan mareos y tropiezos que deberían pasar por el inspector de seguridad.

Mientras, Kyle miraba el túnel del terror, oía unos lamentos que provenían de más adelante.

Era un chico de dieciséis años de pelo negro que se abrazaba a un cuerpo decapitado, estaba llorando, sus ojos marrones estaban llenos de lágrimas.

-Michael ¿qué haces aquí? ¿Cómo es que no te has ido del pueblo con John? – preguntaba Kyle.

-no puedo irme, no puedo abandonarle – se lamentaba Michael.

Kyle reconoció el cuerpo decapitado, era John, sabia que Michael estaba muy unido a el.

-ven conmigo, estarás a salvo – decía Kyle.

Michael sacó un revolver y apuntó a Kyle.

-déjanos ¡déjanos solos! – gritaba Michael.

Kyle no tuvo más remedio que dejarlos, Michael siguió llorando hasta que Tyler apareció de las sombras y le preguntó.

-¿quieres recuperar a tu hermano?.

Jessica se fijó en los dientes del payaso que adornaba la casa, tenia algunos negros, como caries, parecía un piano.

¿Un piano? Pensó Jessica, recordaba unas notas y empezó a tocar los dientes.

El payaso soltó una carcajada eléctrica y empezó a abrir la boca, mostrando la estatua de una mujer embarazada completamente calva.

Jessica la cogió, había algo dentro del vientre, pero estaba hecha de hierro, de modo que no podría romperla, la guardó en su bolsa al ver que no había nada más, salió del lugar.

Pasó por la casa de los espejos, podía verse un laberinto de espejos a trabes de la pared de cristal, los últimos acontecimientos hicieron que ella temiera ese lugar.

Hasta que vio a Tyler salir de uno de los espejos.

¿Ha salido de un espejo? ¿Cómo es posible? Pensaba Jessica.

Armándose de valor, entró en la casa de los espejos para encontrarse con el

-¡Tyler! ya es hora de que respondas a muchas preguntas – decía Jessica con autoridad.

-ah, hola Jessi ¿qué tal todo? – dijo sorprendido.

-¿qué esta pasando en el pueblo? ¡Quiero la verdad!- decía Jessica.

-no entiendo la pregunta – dijo Tyler.

-la niebla, los monstruos, los espejos, ahora dime ¡¿QUE COÑO ESTA PASANDO?! – decía Jessica encolerizada y amenazándolo con el rifle.

-un castigo, la niebla es el humo que emite los restos de nuestra iglesia, los monstruos los verdaderos habitantes de Silent hill y en cuanto los espejos.... – Tyler se interrumpió a si mismo al ver la bolsa con la caja de la purificación.

-¡¿qué es eso?! ¡Sea lo que sea no lo usarás! – decía Tyler furioso.

El sepulturero sacó dos ganchos de carnicero y se metió en uno de los espejos.

Jessica, manteniendo la calma, avanzaba por el laberinto, atenta ante cualquier cambio en el ambiente, pero un gancho se clavó en el muslo, sorprendiéndola.

-eres muy lenta cariño – decía Tyler tirándole un beso.

-Jessica apuntó a Tyler, pero este se movía como una sombra metiéndose en uno de los espejos.

El corazón de Jessica latía a toda velocidad, le dolía horrores su pierna, pero mantenía la calma, Tyler se movía de espejo en espejo como un topo de madriguera en madriguera.

No parecen pasadizos secretos parece que salta de agua en agua ¿qué ocurre?.

Tyler tenía la intención de destruir la bolsa del suero, pero para eso tenia que encontrar la oportunidad.

Jessica sentía que ese suero era importante, lo cogió de la bolsa y lo metió debajo de su uniforme.

Pero subestimaba a Tyler, que atacaba a velocidad felina a Jessica, la cual protegía el suero como si su vida dependiera de ello, los ganchos hacían jirones el uniforme de Jessica, cuando apuntaba con el rifle, Tyler había desaparecido y reaparecía por otro lado, su último ataque le rajó en un costado.

El sepulturero hacia tiempo que pudo haber roto la bolsa, pero se sentía extasiado con la pelea

-¡sigamos jugando! ¡Sigamos! – decía Tyler riendo enloquecidamente.

-¡no con tus reglas! – dijo Jessica disparando a cuanto espejo veía.

-buena idea nena, pero es hora de acabar con esto – decía Tyler mientras se dirigía a un espejo intacto.

Pero ese espejo formó unos brazos que lo empujaron, cogiendo por sorpresa a Tyler, el cual, sintió como unas balas atravesaban sus piernas, arrancándole un grito de dolor.

Cojeando, se acercó Jessica, que cambió el cargador de su arma y apuntó a Tyler.

-¡no creas que habéis vencido! ¡Tu cuerpo esta preparado! ¡Ya no te pertenece! – gritaba Tyler furioso.

Jessica no habló, vació todo el cargador de su rifle disparando a Tyler, cuando el cargador vació se desprendió del arma, Tyler estaba inerte y su cabeza irreconocible.

Después de que colocase otro cargador en su rifle empezó a sentir el dolor de sus heridas, se acercó al cuerpo de su agresor para ver si tenía un botiquín.

Tras registrarlo, encontró un botiquín muy completo y algo que brillaba.

Una llave en forma de espejo.

Jessica no sabia que era exactamente, pero sentía una sensación extraña, como un sentimiento de poder pasar a trabes de los espejos.

En ese momento uno de los espejos que quedaban parecía surgir una figura humana.

Jessica se puso delante del espejo y apuntó el arma, esperando que saliera del todo, lo que intentaba salir del espejo retrocedió pero luego empezó a llenarse de vaho y a escribir letras.

"hola Jessi, soy yo Jasón".

Jessica sentía rabia al leer esas palabras, cogió el bloc de notas de su uniforme y empezó a escribir.

"imposible, mi marido murió en el accidente"

Tras enseñarle al espejo el mensaje, el espejo nuevamente se llenó de vaho y volvió a escribir.

"¿te acuerdas de Venecia? ¿El día que Alice fue concedida?"

Jessica quedó sorprendida, ¿cómo sabia eso? Pero era posible que lo averiguasen, pero el nuevo mensaje le aclaró todas las dudas.

"¿te acuerdas que en vez de apretarte la mano en el parto te besé los labios?"

Su rifle se resbaló de sus manos y cayó de rodillas y empezó a llorar, en su mente se libraba una lucha, por un lado no quería creer que su marido estuviese vivo, pero por otra quería creer que quien estaba al otro lado del espejo era Jasón, la llave que cogió de Tyler empezó a brillar con fuerza, se levantó y se metió en el espejo, parecía liquido aquel cristal, pero cuando lo atravesó, lo primero que vio era a Jasón, ¡estaba vivo! Lo besó con fuerza, sintiendo toda la esencia de esos besos, su calor, sus labios.

Cuando terminó el beso, Jasón preguntó.

-¿cómo has podido pasar? Yo lo he intentado y es imposible.

-Tyler tenia esto – decía Jessica enseñando una llave en forma de espejo – al parecer puede pasar de un lado a otro con ella.

En ese momento, Jessica se fijó en el lugar.

-¿qué es este sitio? – decía Jessica.

-según Tyler, el reflejo del pueblo – respondía Jasón.

-¿o sea que cuando mueres vas aquí? Dios mió que cruel verdad – decía tristemente Jessica.

-no creo que sea este sitio, creo que es la plataforma a una invasión demoníaca – decía Jasón.

-entonces Kyle tiene razón, podemos resucitarte – decía Jessica.

-¿resucitarme? Estoy aquí – decía Jasón.

-no, querido, vi tu cadáver, estas muerto – decía Jessica.

La reacción de Jasón era de sorpresa, sus ojos se llenaron de temor y retrocedió unos pasos para caer de rodillas.

-¿e-estoy muerto? – decía temeroso Jasón.

-si, pero no te preocupes, pronto volverás y encontraremos a nuestra niña, te llevaré a tu cuerpo – decía Jessica mientras intentaba consolar a un aterrado Jasón.

-¡VUESTROS CUERPOS LO HARÁN! ¡PERO VUESTRAS ALMAS SERÁN TORTURADAS HASTA LA EXPIRACIÓN – decía Tyler con una voz irreconocible.

Ambos se despertaron del trance.

-¡¿cómo es posible?!¡Yo misma lo maté! ¡Le vacié un cargador! – decía Jessica sorprendida.

-solo lo has mandado aquí, esta muerto, como yo, llévate este mechón, puede tener una conexión a la estatua y vete al mundo de los vivos y haz lo necesario para resucitarme ¡rápido! – decía Jasón.

Jessica agarró el mechón y salió del espejo, sentía que tenia que protegerlo, pero pensó que si Jasón ha sobrevivido hasta ahora podía confiar en el.

Cojeando se dirigió a la salida, al salir se encontró con Michael, que le preguntó.

-me han dicho que sabe donde esta mi hermano ¿puede decirme donde esta?.

-lo siento, no tengo ni idea de lo que me habla – respondió Jessica.

-¡si que lo sabe! ¡Pero no me lo quiere decir! ¡Tendré que obligarla! – dijo Michael histérico sacando una pistola.

Jessica, se tiró al suelo esquivando el torpe disparo de Michael, apuntó con su rifle a la cabeza del joven y disparó.

Al vero como el joven caía con un agujero en el cráneo, Jessica se sintió mal, pero su pierna herida no le permitía moverse tan rápido, era ella o el y ella tenia demasiadas cosas que hacer como para dejarse matar.

Jessica cogió el botiquín y empezó a tratarse las heridas, apretó los dientes con fuerza cuando empezó a verter alcohol en ellas, cuando empezaba a vendarse las heridas apareció Kyle que quedó espantado al ver a Michael muerto.

-¿qué coño ha pasado? – decía Kyle.

-Me disparó, no tuve más remedio – respondió Jessica.

Kyle había oído antes los disparos, primero un revolver y luego un rifle, por lo que no tuvo más remedio que creerla, se acercó al cadáver y le cerró los ojos.

-era un buen muchacho, dulce, generoso, una de las pocas personas que intentó mediar entre la secta y el pueblo, no merecía acabar así – decía Kyle con tristeza.

-no creo que se mantuviera cuerdo ante esa situación – respondía Jessica.

Kyle miró el cadáver del muchacho.

-si, tienes razón y es extraño que nosotros nos mantengamos en nuestros cabales – respondía Kyle.

Jessica sonrió y Kyle la ayudó a levantarla y ambos se dirigieron al coche.

-¿cómo se hizo estas heridas? – preguntó Kyle.

-enviando a Tyler al infierno – respondió Jessica.

-no cante victoria, ese bastardo se burla de la muerte – dijo Kyle.

-ya empiezo a pensar que la muerte no existe – decía Jessica.

-más bien la lógica no existe – dijo Kyle.

Pero la radio de Jessica empezó a sonar, ¡se aproximan monstruos!, la pareja se apresuró para subir al coche y arrancar, Jessica al mirar al retrovisor, vio a varias criaturas rojas aladas cuyas piernas terminaban en un gancho.

-¡sigue conduciendo! Ahora me encargo de ellas – decía Jessica.

Luchando contra el dolor, sacó medio cuerpo fuera y apuntó con su rifle a la criatura más próxima, varios disparos cortaron el ala de la bestia que cayó quedando atrás, pero todavía había al menos seis criaturas que les perseguían.

Mientras Kyle conducía Jessica disparaba, aparecían criaturas que bloqueaban algunos caminos, obligando al coche a seguir una única ruta.

-¡Jessica! ¡Agarrese! – gritaba Kyle.

Jessica se metió dentro del coche tan rápido como pudo y se agarró donde podía, el coche chocó contra una roca e hizo que el vehículo girase sobre si mismo, Jessica casi veía su vida por delante de sus ojos, cuando paró el coche de girar, vieron el edificio de la escuela de Silent hill, Kyle intentó arrancar el coche, pero sin éxito, Jessica tuvo que sacarlo a la fuerza cuando la estática empezaba a ser más fuerte, ambos se refugiaron en la escuela.

En cuanto pasaron dentro, bloquearon la puerta de entrada, los monstruos arañaban la puerta con la esperanza de poderlos cazar.

-¡que bichos más persistentes! – exclamaba Jessica.

-no se, parece que nos han guiado hasta aquí – decía Kyle.

-¿cómo si tuvieran inteligencia? Ni siquiera parecen seres vivos – decía Jessica sorprendida.

-dígame señorita ¿ha matado a alguien humano en este pueblo además de Rachel y Michael – preguntaba Kyle seriamente.

-un sacerdote asesino de niños y a Tyler – dijo Jessica con un tono agresivo.

-el padre Johan, el profesor Maximilian es el siguiente – dijo Kyle reflexionando.

-¿el profesor Maximilian? – preguntó Jessica.

-esto forma parte de una profecía, esto no es niebla, es humo, es el humo de la iglesia de la pareja, los bomberos estaban con los religiosos cristianos y no hicieron nada para evitar que se quemara, ahora todo el humo está en el pueblo, después el estado y después el país, por no decir el mundo – decía Kyle aterrado.

-bobadas, el humo siempre va hacia arriba y una iglesia no puede arder eternamente – decía Jessica escéptica.

-como dije antes, en este pueblo la lógica no esta en el diccionario – decía Kyle – por cierto ¿es verdad que ha matado a Tyler?.

-si, no fue fácil, pero está en el otro pueblo – decía Jessica.

-¿el otro pueblo? ¿Ha estado en el "reflejo"? – preguntó Kyle.

-si – respondió Jessica.

-me sorprende que no esté desquiciada – dijo con admiración Kyle.

-he visto cosas peores en el mundo humano, admito que esto me asusta, pero me mantiene la posibilidad de salvar a mi hija y resucitar a mi marido – decía Jessica.

-¿puede comunicarse con su marido? – preguntó Kyle.

-si. – respondió Jessica.

-yo llevaré el cuerpo de su marido a la iglesia de la pareja, allí preparare todo para su resurrección – decía Kyle.

-¿puede hacerlo? – preguntó Jessica.

-aunque no lo parezca, provengo de una comunidad Santera, conozco la magia negra, solo necesito el libro y podré empezar – decía Kyle.

Jessica entregó el libro, pero le preocupaba que los monstruos cogieran a Kyle, este, adivinando la mirada de Jessica le dijo.

-tranquila, los monstruos no me tocaran, todo esto forma parte de un plan y yo soy parte del plan, usted encuentre a Maximilians y mátelo, así los monstruos le guiaran hasta su hija – decía Kyle.

-¡¿matarlo?! ¿Por qué? – exclamaba Jessica aterrada.

-es largo de explicar, vaya rápido – decía Kyle mientras se dirigía a la parte de atrás del colegio.

Jessica se quedó sola, se sentía inquieta, asustada, como una niña que duerme sola por primera vez, pero cogió valor y empezó a explorar el lugar, un lugar oscuro por la falta de ventanas y de energía, además anochecía, se colgó el rifle y cogió su pistola y su linterna.

Miró el mapa del colegio y se fijó en la palabra laboratorio, es cierto que Jasón estaba armado, pero la única experiencia que tuvo era la de su niñez cuando su padre lo llevaba de caza, decidió ir al laboratorio.

Una vez allí hizo los preparativos para fabricar bombas caseras, tenia miedo de que su marido se le acabase las balas también escribió las instrucciones de cómo fabricarlas y usarlas.

Se dirigió a los baños del primer piso y atravesó el espejo del bañó, colocó las bombas en un sitio visible con la esperanza de que sea lo primero que vea.

Pero tan pronto como su radio emitió estática, Jessica preparó su rifle, miraba por todos lados, en ese momento miró arriba.

El techo estaba lleno de hilos en uno de ellos colgaba un torso con miles de anzuelos clavados, no tenia brazos y piernas y se colgaba por un gancho que tenia en la entrepierna, su boca tenia una punta de lanza que apuntaba a Jessica de forma amenazadora.

El hilo se aflojó, bajando a la criatura que iba a clavar su boca en el corazón de Jessica, pero esta reaccionó antes y la acribilló a balazos.

Contemplando el cadáver de la criatura supo que antes tenía que limpiar el piso antes de que Jasón llegue.

-¿hay alguien ahí? – decía una voz al otro lado de la puerta.

-¡identifíquese! – respondió Jessica apuntando con su fusil.

-me llamo Alma López, vengo con mi perro lazarillo – respondió la voz.

Mientras Jessica cojia suavemente del picaporte, Alma decía .

-Thor, cálmate.

Jessica abrió la puerta velozmente mientras apuntaba a Alma en la cabeza con su fusil, pero una sombra reaccionó derribándola y colocando sus dientes en su cuello.

-¡Thor! ¡Quieto! – gritaba Alma.

Thor no se movía del cuello de Jessica que estaba aterrada, vio que el "perrito lazarillo" era un rotweiler de noventa kilos de puro músculo.

-¡Thor! ¡Vuelve! decía Alma.

El perro dejó el cuello de Jessica, la cual se acariciaba el cuello notando la saliva del can.

Alma era alta, de cabellos largos y castaños e intensos ojos azules sin pupila.

-lamento el ataque, Thor hace tiempo que no ve a nadie humano ¿se encuentra bien? – decía Alma.

-la verdad es que le entiendo, le entiendo perfectamente - decía Jessica aún temblando.

Thor empezaba a mostrar un comportamiento lampistero y lamía la mano de Jessica, la cual intentaba contener su miedo al can.

Alma reparó en ese detalle y decidió preguntar.

-¿esta usted viva?.

-si ¿por? – preguntaba Jessica.

-¿cómo consiguió llegar hasta aquí? – preguntó Alma curiosa.

-con una llave que tenía un chiflado llamado Tyler – decía Jessica.

-no me suena, solo escuchaba historias de la secta cuando trabajaba aquí – decía Alma.

-venga conmigo, la sacaré de ahí – decía Jessica.

-no puedo ir con usted, mi cuerpo y el de Thor fueron carbonizados en el incendio, estamos muertos – decía Alma.

Eso hizo que Jessica diese un paso hacia atrás, estaba hablando con un alma en pena.

-¿cómo puedo liberaros? – consiguió decir Jessica.

-no lo se, pero no permitas que el mundo acabe como nosotros, ¿lo harás? – decía Alma suplicante.

-ok, por cierto ¿puedes hacerme un favor? – decía Jessica.

-¿cuál? – preguntó Alma.

-dile a Jasón que nos veremos en la iglesia de la pareja, ¿vale? – dijo Jessica.

-de acuerdo, yo dejaré esta bolsa de munición aquí, junto a sus bombas – respondió Alma.

-¿cómo sabe que..? – preguntó Jessica.

-perdí la vista, así que he tenido que remplazarla por otros sentidos – decía Alma sonriendo mientras se tocaba la nariz

Jessica se despidió de Alma y volvió a su mundo a trabes del espejo y recorrió los pasillos del colegio, se fijó en un aula en la que había un periquito muerto, habían escrito con su sangre "sacrificio".

-mmmm no me extraña que hayan asesinos en serie – decía Jessica reflexionando.

Salió al patio, no era una pista de recreo, era un jardín muy bien cuidado, pero en uno de los árboles había un muñeco ahorcado cuya cara era una foto de un niño, colgado del cuello había un cartel que ponía "lo que te mereces".

¿Un caso de acoso escolar? Jessica fue hacia los archivos del colegio, miraba en los álbumes y encontró al chico.

Alexander Guillespie.

El expediente ponía que era un quejica y un niño problemático y que era el responsable del incendio que mató una profesora y su perro y cuatro niños e dejando ingresado uno con quemaduras en el ochenta y cinco por ciento de su cuerpo.

Jessica no se lo creía, la mirada del niño de la foto es limpia, pero triste, seguramente lo acosaban, fue a ver su taquilla.

Estaba llena de pintadas con la palabra chivato, muérete y otras cosas horribles y tenia un fuerte olor a orina, no tenia candado y estaba vacía, sin duda era victima de un robo tras otro.

-¿tu también vienes a hacerme daño? - decía una voz juvenil.

Al girarse, Jessica vio a un joven de trece años de pelo oscuro y ojos azules, Jennifer le reconoció, era el chico de la foto.

-no chaval, he venido a sacarte del pueblo – decía Jessica sonriente.

-¡¿a echarme del pueblo?!, ¿por qué? ¿Por qué mis padres eran de otro credo? – gritaba Alexander.

La radio empezó a emitir estática y detrás del joven aparecieron varias criaturas que parecían dos torsos sin cabeza unidos por la cintura cuyas manos eran cuchillas avanzando por las paredes.

-¡a por ella! – gritaba el chico.

Jessica empezó a correr para salvar su vida, de vez en cuando se giraba y efectuaba un par de disparos, procurando acabar con los más cercanos, cuando se acabó el pasillo subió por las escaleras y allí se encerró en el baño masculino, pero seguía sonando estática, apagó la radio para que las criaturas no la oyeran.

Al parecer ningún lugar del pueblo es seguro, pensó Jessica, pero desechó esos pensamientos cuando oía el lamento de un niño detrás del baño.

-tranquilo chico, te pondré a salvo – decía Jessica con palabras tranquilizadoras.

Pero al abrir la puerta del retrete, vio con horror que había varias caras en la pared, cuando se alejaba espantada de esa visión, las caras abrieron sus ojos y empezaron a reptar por las paredes.

Jessica instintivamente sacó su pistola y empezó a abatir una tras otra las caras reptantes, una de ellas se agarró a su cuerpo con la intención de llegar a su cara, pero con habilidad quirúrgica Jessica disparó al bicho que cayó muerto.

Jessica, después de asegurarse de que no hay más monstruos, se sentó en un vater jadeando y con su corazón latiendo a toda velocidad del susto que tenia, tuvo un fugaz recuerdo de Hanako, la fantasma de los baños.

¿Ese chico forma parte de este macabro circo? ¿Si lo es en que esta relacionado? Es posible que ese chico sepa cosas del pueblo, pero no estaría dispuesto a hablar y menos con un grupo de criaturas obedeciéndole, apoyándose en la pared, notaba una baldosa suelta, Jessica comprobó que había un compartimiento secreto, habían agujereado la pared para meter algo.

Era un diario, el diario de Alexander Guillespie.

Se sentía mal por invadir su intimidad, pero tenia que saber como funciona mentalmente ese chico.

"hoy me han vuelto a pegar, varios chicos me metieron en el baño y empezaron a pegarme entre todos para después casi ahogarme en el retrete, ¿por qué me hacen eso?"

"me han regalado un periquito, que monada y como pía, hoy debe ser el día más maravilloso de mi vida"

"han matado a mi periquito, lo encontré en mi pupitre, ¿por qué lo han hecho? ¿Qué les había hecho ese periquito? ¿Qué les había hecho yo?"

"en el patio me he encontrado con un muñeco ahorcado con mi foto, lo he denunciado al profesor este, me dijo que no podía acusar a nadie si nadie ha visto quien lo colgaba pero me prometió que quitaría el muñeco"

"han pasado tres días y ese muñeco esta ahí, he visto mi taquilla, han escrito cosas espantosas y esta llena de meados, al abrir la taquilla he visto varios excrementos ¿por qué me hacen eso?"

"ha muerto la profesora Alma, murió junto con su perro para salvarme, los abusones me ataron en el cuarto de las calderas y esparcieron gasolina mientras encendían un mechero, al parecer mis suplicas solo les hacían reír más, pero al encender las llamas ellos quedaron atrapados, gritaban aterrados mientras se consumían, la profesora Alma entró en el lugar y me sacó junto con otro chico que ardía, pero cuando fue a buscar a los otros no volvió a salir"

"los acosos se están multiplicando, no solo los alumnos sino los padres y profesores que me acusan de matar a esos bastardos y a la profesora Alma, cuanto la echo de menos a ella y su perro"

"mis padres han muerto, se incendió la iglesia y ellos murieron, la gente, lejos de darme ánimos solo me hundía más diciendo que se lo merecían y que yo seria el siguiente ¿acaso es un crimen existir?"

"me pegué un buen susto, vi a una criatura que estaba hecha de dos torsos y sus brazos eran cuchillas, pero se mostraba simpático conmigo, jugamos toda la tarde, pudo sacarme una sonrisa"

"he visto más criaturas, les puse nombre, doble torso, cara pared, can rojo, hombre bolsa, enfermera, todos son tan amables conmigo"

"han venido a por mí, el pueblo quiere matarme, pero ya no les temo, tengo a mis amigos, se que me protegerán y les darán lo que se merecen"

Jessica se espantaba al leer esas palabras, la vida de aquel chico era un infierno, irónicamente los únicos que le mostraban amor eran los demonios, sin duda estará demasiado resentido con la humanidad y querrá matarla a las primeras de cambio.

Pero ella, no se sentía capaz de responder a sus ataques, era un chico muy joven, sencillamente no se sentía capaz, tendría que capturarle, pero antes, tenía que pasar delante de toda esa cuadrilla de engendros salidos de la chifladura de Lovercraf.

Encendió la radio, salió del baño, mirando a ambos lados para ver si hay monstruos, evitaba usar mucho la linterna por el miedo a que las criaturas sintiesen la luz.

Bajó al piso de abajo y buscó por todo el piso, no encontraba al chaval, el profesor Maximilian podía esperar, primero era poner al chico a salvo.

Bajó hacia el cuarto de las calderas, entonces vio al chico, estaba depositando flores sobre un esqueleto humano y uno canino.

El chico vio el haz de luz y lleno de rabia dijo.

-¡no profanaras el descanso de Alma y Thor! ¡Esclavos! ¡Acabad con ella!.

La radio volvió a emitir estática, cuatro niños compuestos de ceniza se levantaron del lugar gritando y dirigiéndose a la agente, Jessica les disparó, pero tan pronto como la ceniza se dispersaba se volvía a recomponer, Jessica tenia que retroceder y abandonar el cuarto de las calderas, seguía disparando a aquellas cosas con la esperanza de que tuvieran un punto débil.

Alexander salió del lugar, sonriendo, viendo como Jessica peleaba en vano.

Pero una de las balas que atravesó a los niños ceniza le alcanzó en el vientre, el chico puso su mano en su abdomen y vio sangre.

-¡oh Dios mió! ¡Alexander! – gritaba desesperada Jessica al ver que una de sus balas alcanzó al chico.

Se abrió paso entre los niños ceniza que la abrasaban cuando la tocaban, pero después de atravesarlos, cogió a Alexander y disparó a los cenicientos para abrirse paso y llevar al chico a la enfermería.

El chico había perdido mucha sangre, de su botiquín sacó una inyección de morfina, no era muy ético meter droga en el chico, pero tenia que sacarle la bala.

-aguanta chaval, vas a salir de esta – decía Jessica.

Pero la herida era muy grave, había roto una arteria importante, el chico se desangraba, Jessica no era medico, se sentía desesperada, impotente, pero la mano del chico acariciándola la dejó quieta.

-señorita ¿usted no me odia? – preguntó Alexander.

Jessica lo miró con lágrimas en los ojos.

-n-no no te odio, lamento esto, lo lamento – decía Jessica llorando.

Alexander sonreía, decidió calmarla.

-no es culpa suya señorita, se que no lo hizo con mala intención, dentro de poco me reuniré con mis padres, con mi periquito, con Alma y Thor, Samael y Lillith me recibirán con los brazos abiertos, solo pido que sonrías, las lagrimas le sientan mal.

Jessica se esforzaba en sonreír, agarraba la mano del chico con fuerza como si no quisiera separarse de el.

-¿puedo pedirle un favor? – decía Alexander.

-si, lo que sea – decía Jessica atormentada.

-¿podrías darme un beso? Siempre he oído que es una experiencia maravillosa – decía Alexander.

Jessica no habló, se inclinó sobre el y besó sus labios con dulzura, acariciando los cabellos del chico, cuando el beso terminó, Alexander le dio las gracias y cerró sus ojos para siempre.

Jessica agitaba el cuerpo de Alexander como si quisiera despertarlo, cuando vio que estaba en el sueño eterno lanzó un tremendo grito, un grito lleno de rabia y de culpa, agarró todo lo que tenia a su alcance y lo lanzaba para destrozarlo.

Jadeando, rompió a llorar, lloró hasta que no quedaron más lágrimas, miró el cadáver y acarició sus cabellos.

Cogió el cadáver en sus brazos y salió de la enfermería.

Había decenas de criaturas esperándola, la radio sonaba como loca, pero ella se sentía vacía, no quería luchar, avanzó paso a paso hacia las criaturas.

Las criaturas apartaban de su camino de una forma ceremonial, de vez en cuando alguna acariciaba el rostro de Alexander, como si se despidieran del, Jessica salió de la escuela, dirigiéndose a la iglesia de la pareja, no quería que Alexander reposase en un lugar donde le han sucedido tantas maldades.

Al llegar a la iglesia, Kyle la vio, le preguntó quien era el chico que llevaba en sus brazos.

Ella no respondió, colocó el cadáver en uno de los bancos de la iglesia.

-Kyle ¿crees que somos peores que los demonios? – preguntaba Jessica.

Kyle no supo responder, el también conocía las maldades de la humanidad, pero tenia que animar a Jessica.

-no lo se, pero si se que tienes un marido y una hija que recuperar, por favor, anímate y deja que te cure las heridas – decía Kyle.

Jessica dejó que Kyle curara las quemaduras, estaba demasiado sumida en la culpa como para sentir dolor, cuando Kyle terminó de atenderla dijo.

-es la hora, hemos de traer de vuelta a tu marido.

Kyle había dibujado un circulo con una estrella de cinco puntas, frente a el había un enorme espejo que coronaba el altar, las manos del comisario, sostenían una gallina, una gallina viva que abrió con sus manos desnudas mientras recitaba un hechizo.

Jessica miraba con una mezcla de asco y fascinación como seguía el ritual, la sangre recorría el cuerpo de Kyle mientras seguía recitando, cuando una gota cayó al suelo, la estrella se volvió roja y el espejo empezó a iluminarse, en el, apareció una figura masculina que entró en el cuerpo de Jasón, empezaron a aparecer las armas que llevaba, este empezó a respirar y a abrir los ojos.

-¡ya esta aquí! – dijo Kyle con jubilo.

Jasón parecía confundido, pero Jessica se lanzó hacia el, llorando de emoción, una emoción que le recordó el día de su boda, Jasón la abrazó con fuerza y empezó a llorar también.

-te he echado tanto de menos – decía Jessica.

Jasón, vio el cadáver de Alexander, en ese momento le dio una llave y le dijo.

-Alice esta en la unidad de cuidados intensivos del hospital, además, un chico me dio un mensaje, que no estés triste ni te sientas culpable, que tienes un hombre y una hija que esperan tus sonrisas – dijo Jasón.

Jessica al oír esas palabras abrazó a Jasón con más fuerza estallando en un llanto.

-yo lo maté, yo lo maté – decía Jessica llorando.

Jasón intentó calmarla, pero al ver que no podía decidió darle una bofetada.

El dolor del golpe la calmó, Jasón se sintió mal por haberle hecho eso, la abrazó con fuerza mientras decía.

-oye, el no tenia ningún rencor hacia ti, es más se ha encontrado con una persona muy querida, cuando hablaba de ti, sus ojos estaban llenos de cariño – decía Jasón.

-¿en serio? – dijo Jessica sollozando.

-si, hemos de ir al hospital, hemos de recuperar nuestro tesoro – decía Jasón.

Ella miró los ojos de su marido, el los de su esposa, sus labios se acercaron fundiéndose en un beso mientras se abrazaban con fuerza, un beso lleno de esperanza, un beso lleno de fuerza.

-su marido debería volver al "reflejo" del pueblo – decía el hombre de color.

-¿eso por que? – preguntaba Jessica.

-es una teoría, pero creo que para liberarla, tienen que estar en ambos mundos a la vez, usted la luz y su marido la oscuridad – dijo el hombre de color.

-¡pero! ¡No puedo dejar que esté en ese horrible lugar! – decía Jessica.

Pero las manos de Jasón tocaron suavemente los hombros de la agente, Jasón, con una sonrisa le dijo.

-tranquila, estaré bien, si es por Alice, atravesaré el infierno – decía Jasón.

-Jasón – decía Jessica con admiración, sentía que se estaba volviendo a enamorar de aquel hombre.

Jasón se acercó al hombre de color, este le extendía la mano diciéndole.

-me llamo Kyle Stone ¿usted? – dijo el hombre de color.

-Jasón, Jasón Crown – decía Jasón estrechándole la mano.

-me da buenas palpitaciones, sin duda la maldición del pueblo acabará – decía Kyle.

Los tres subieron al coche y se dirigieron al hospital, ignorando las criaturas que rondaban por la calle.

Jessica le dio la llave del espejo para que pudiera pasar al "reflejo", el la cogió de la mano, dándole ánimos.

Llegaron al hospital, fueron a la sala de cuidados intensivos.

Jessica metió la llave en la cerradura, pero no podía moverla, la joven se desesperaba por hacerla girar.

-me temo que tiene que abrir su marido la puerta del "reflejo" para que podamos pasar – decía Kyle.

Jasón dio un beso de despedida a Jessica y fue a uno de los aseos.

En ese momento Jessica consiguió girar la llave, al entrar, vio a su hija en una cama su cuerpo, al igual que la habitación estaba dividido por un cristal, su lado era normal, el otro, era una ruina, Alice estaba atada, tenia un suero vació en un brazo y su cuerpo tenia múltiples manchas negras, Alice sudaba y parecía tener una pesadilla sin fin, Jessica cogió la mano de su hija.

-Alice, despierta, tenemos que irnos a casa, por favor despierta – decía Jessica preocupada.

Pero ella no despertaba, seguía agitándose, Jessica vio una maquina que la mantenía viva, en Jasón apareció, su reacción era igual de preocupante, ambos se miraron a los ojos buscando una respuesta.

¿Qué podían hacer?

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