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Las guerras clon, averiguaciones de Ashoka

en Parodias

Ashoka veía como los últimos destructores separatistas se batían en retirada, otra victoria de la república.

-¡ha sido una gran victoria Skyguay! – decía Ashoka.

-no lo creas chulita, Griveus ha escapado, otra vez – decía Anakin decepcionado.

-ya habrá otras ocasiones, no escapará eternamente – decía Ashoka.

Ashoka era una Togruta, una humanoide roja con marcas blancas que eran una defensa evolutiva contra los depredadores, con unos cuernos en la cabeza que no los usaban como arma sino como un oído que captaban vibraciones ultrasónicas de su entorno, llevaba ropas primitivas a pesar de que su raza acababa de alcanzar el nivel tecnológico de la república.

Anakin era un joven humano Jedi con un extraordinario dominio de la fuerza, una energía que nace de los milicronianos, unos simbiontes que viven en las células, lo cual, les permiten hacer grandes proezas, de pelo corto y rubio e intensos ojos azules.

-Ashoka, he de ausentarme unos días, he de ver a la senadora Amidala, confió que no te meterás en líos – decía Anakin.

-¡eres tu quien se mete en líos! – decía Ashoka disgustada.

En el transcurso de los días, Ashoka entrenaba el uso de la fuerza, pero no paraba de pensar en que relación tiene la Senadora de Naboo con su maestro, se reúnen demasiadas veces para que sea algo político, Ashoka sabia que su nivel de fuerza no se podía comparar con el de su maestro ¿cómo podría sacarle la información sin que le dijese "politiqueo chulita"?.

Aquella noche pensaba y pensaba en la relación que ellos tenían, pero no sacaba nada en claro, hasta que se le ocurrió una idea, sin duda no podía controlarlo de forma consciente, pero ¿si esta inconsciente?.

Cuando Anakin regresó, Ashoka le dio la bienvenida, se fijó que estaba bastante más contento de lo habitual ¿qué había ocurrido? Sabia que el final de la guerra estaba cerca, pero Skywalker es demasiado belicoso como para ponerse contento con eso, debía haber algo más, dentro de poco ella tendria la mayoria de edad, seria Jedi y perdería contacto con Anakin.

Aquella noche, Ashoka se deslizaba secretamente por el camarote de Skywalker, el cual dormía plácidamente, Ashoka lo observaba mientras dormía.

-Ciertamente es guapo cuando duerme – decía Ashoka mientras levantaba su mano y se concentraba.

Intentaba entrar en su mente para que le dijese la verdad sobre la senadora, Anakin abrió los ojos, unos ojos hipnotizados que miraban al vacio, se levantó y le dijo a Ashoka.

-buenos días Padme, lamento lo de aquella noche, pero es que me sentía tan bien – decía Anakin.

¡que insolencia! Llamar a la senadora por su nombre de pila, sabia que Anakin no era muy protocolario, pero eso era demasiado incluso para el.

-no tiene importancia Anakin – decía Ashoka.

-¿acaso quieres tenerlo? – preguntaba Anakin.

¿tener que? ¿qué le iba a dar a la Senadora? Decidió averiguarlo.

-si – respondió Ashoka.

-bueno, asegurémonos de que lo tengas – decía Anakin mientras besaba los labios de una sorprendida Ashoka.

- ¡no puedo creerlo! – pensaba Ashoka – Anakin y la senadora son amantes ¿cómo puede desobedecer el código? ¿cómo puede atreverse a tanto? ¿cómo....? ¿cómo es que besa tan bien?.

La escasa resistencia de la joven Togruta se convirtió en un apasionado abrazo, aquel era su primer beso y era una sensación maravillosa hasta que notaba como sus ropas la abandonaban.

¡esta usando la fuerza! ¡¿cómo puede hacerlo estando dormido?!.

La togruta se tapó los pechos avergonzada, Anakin la observaba mientras apartaba una de las manos que tapaban los pechos.

-¿qué te parece Luke si es chico? – decía Anakin.

Después apartó la otra mano y le dijo.

-y si es chica ¿qué tal Leia?.

Ashoka estaba asustada, sabia lo que Anakin iba a hacerle, algo que no podía hacer un Jedi, pero de sus palabras solo salían.

-hermosos nombres.

Anakin besó los labios de Ashoka, esa misma sensación que agotaba sus fuerzas, notaba como los labios de Anakin la abandonaban para recorrer su cuello, dándole una sensación nueva pero igual de intensa.

Ashoka quería detenerlo, pero se sentía tan bien que no tenia fuerzas para decir no, notaba como sus jóvenes senos sentían los labios de su maestro, como la lengua de Anakin saboreaba la sensual piel de la Togruta, la cual, temblaba de placer y de vergüenza.

De repente, sentía como Anakin la abría, miró con vergüenza que le estaba abriendo la concha, intentó gritar algo para detenerla, pero al notar la lengua de Anakin sobre su clítoris se arqueó de placer, se mordió un pulgar para aguantar tanto gozo mientras el jedí hundía la lengua dentro de ella.

La togruta le preocupaba que Anakin se diera cuenta de que ella no era Padme, ya que en su útero hay pequeños tentáculos sensitivos que se encargan de agarrar el miembro del varón y masajearlo hasta que eyacula, pero la lengua de Anakin no profundizaba a pesar de que el interior de la togruta deseaba agarrar a su macho.

El cuerpo de Ashoka ardía, la joven padawan no quería hacerlo, pero el placer era tan intenso que no podía apartarlo, se sentía bien, pero también culpable, sentía que eso llevaba al reverso tenebroso de la fuerza.

Anakin se puso al lado de ella y le mostró su erección, cogió suavemente la cabeza de Ashoka y dirigió su verga a su boca.

La togruta estaba confundida ¿no entra en otro sitio ese órgano? Pero Anakin movía la cabeza de la togruta, la cual, inconscientemente movía la lengua acariciando con ganas ese miembro tan extraño para ella, cuanto más lamia, más fuerte Anakin la movía hasta que notaba como algo viscoso y cálido entraba por su garganta.

Ashoka casi se atragantaba y tosía ¿qué le había metido? ¿será toxica?, en ese momento Anakin se puso encima de ella y la penetró por sorpresa.

La togruta sintió mucho dolor, era su primera copula y Anakin la bombeaba con ganas, pero a medida que su útero se adaptaba, abrió más las piernas y abrazó a su maestro.

En el interior de Ashoka, los tentáculos uterinos rodeaban el pene de Anakin, acariciándolo, agarrándolo para evitar que saliera.

-¡aah! ¡Padme! ¡hoy aprietas más que antes! – decía Anakin.

La togruta no podía hablar, su mirada estaba perdida, su cuerpo no respondía y su cuerpo ardía y sudaba, estaba a punto de tener un orgasmo, un orgasmo que calló para evitar despertar a su maestro, un orgasmo muy intenso.

-¡ahí va Luke! ¡ahí va Leia! – gritaba Anakin mientras llenaba el interior de Ashoka, la cual notaba como aquella cosa viscosa alcanzaba hasta el ultimo rinconcito de su ser.

Anakin se quedó nuevamente dormido encima de ella, Ashoka todavía sentía el orgasmo, el sistema nervioso de su raza hacia que su orgasmo durase varios días, un aviso evolutivo para avisar a los demás varones de que la mujer Togruta había copulado.

Se vistió como pudo, pero se llevó unos dedos hacia su concha y vio la simiente de su maestro, era blanca, viscosa.

-¿de ahí provienen los humanos? – pensaba la Togruta antes de acabar de vestirse.

Se fue a su camarote, intentando que los clones no notasen que estaba en pleno orgasmo, una vez en su cama, disfrutó de ese momento.

-bueno, tenemos otra flota separatista ¿preparada chulita? – decía Anakin.

-n-n-no s-se-se, n-no cr-creo qu- que pu-puedaaahh – decía Ashoka.

-¿estas enferma? Hace días que pareces rara – preguntaba Anakin preocupado.

-s-se m-m-me ppa-ssaaaraaahh – decía Ashoka con vergüenza.

-mejor te en cierras en tu camarote, ya me encargo yo – decía Skywalker.

Ashoka se fue corriendo.

Días después, Ashoka se reunió con su maestro, por ultima vez, la iban a destinar al borde exterior donde había un templo jedí oculto de los separatistas, iba a ser maestra de los Padawans del templo.

-felicidades chulita, ahora te toca a ti ser pesada con tus alumnos – decía Anakin.

-gracias Skyguay, has sido mi guía en el camino de la fuerza, no te defraudaré – decía Ashoka.

Ambos se abrazaron y Ashoka se alejaba dirigiéndose hacia la nave que la llevaría al nuevo templo, pero antes de entrar, se giró y dijo a Anakin guiñándole un ojo.

-por cierto, deberías ser más dulce con la senadora.

Anakin se sorprendió ¿cómo lo había sabido? Mientras la nave se alejaba, Obi Wan le dijo.

-te dije que se acabaría sabiendo.

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