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Silent Hill oscuridad (2)

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Cuando Jasón salió, activó la radio de la policía y miró la estancia.

Le dio una risa enloquecida al ver que el escenario sigue siendo el mundo oxidado y deteriorado que tanto tiempo ha estado.

Entonces recibió un doloroso golpe en la mandíbula que lo derribó, se incorporó escupiendo al suelo un diente.

-perdona, lo necesitabas – decía Tyler portando una escopeta cuyo cañón se había modificado para lanzar pelotas de goma.

Jasón miraba a Tyler con rabia, pero se alegraba de verlo, quería hacerle unas preguntas.

Se acercó furioso, pero se detuvo porque Tyler le apuntaba con un revolver.

-se que estas mmmmm inestable y que según tu, yo soy el culpable de tus desgracias, si te digo la verdad, todos piensan así, soy un poco como una cabeza de turco - decía Tyler.

-¿¡que cojones pasa aquí!? – gritaba Jasón.

Las radios de Tyler y Jasón empezaban a sonar estática.

-aquí no, al piso de arriba, no hay ciudadanos, de momento – decía Tyler.

-¿ciudadanos? – preguntaba Jasón.

Tyler no dijo nada, se limitó a guiar a Jasón hasta el cuarto de baño del piso de arriba.

El baño tenía electricidad, había algo de luz, Jasón se sentó en un urinario mientras Tyler miraba un espejo.

-bien, habla – decía Jasón.

-cuanta tensión, en fin, no te culpo, el problema es que no se por donde empezar, a ver, fue hace algo menos de dos semanas, yo era miembro de un grupo religioso, no, nada de cánticos ni ayuno ni pedofilia ni nada de eso, adorábamos dos demonios, Samael y Lillith, les contentamos organizando orgías en el templo – Tyler soltó una sonrisa – créeme, eran para no olvidar, dabas y recibías, dabas y recibías, pero un día, los hipócritas del pueblo, más o menos casi todos, que no entendían nuestra filosofía religiosa, decidieron quemar nuestra iglesia con todos nosotros dentro, yo estuve muerto, aunque no por mucho, pero ¿cómo resucité? Simplemente es secreto, aún me preguntó porque nos mataron ¿qué habíamos hecho? Nuestra filosofía era soltar los instintos, disfruta de la vida, copula con cuantos puedas, en definitiva, vive hoy como si fuera el ultimo día de tu vida, en cambio ellos, pedían imposibles, castidad – Tyler hizo una mueca de asco – odiar toda creencia contraria a la tuya, tratar la homosexualidad como una enfermedad ¡que hipócritas! ¿Cuántos niños violaron en la intimidad de sus casas? ¿Cuántos jóvenes azotaron cuando preguntaban acerca de nuestra religión? ¿Cuántas vidas condenaron a un largo sufrimiento debido a la prohibición de la eutanasia? Cierto que el fundador del cristianismo tenia nobles intenciones, pero por desgracia las generaciones siguientes....

-¡corta el rollo! ¡¿Que coño esta pasando aquí?! – decía Jasón en voz alta.

-al grano, ¡me gusta! Bueno, vamos a limpiar el mundo – decía Tyler.

-¿limpiarlo? – preguntó Jasón.

-si, Samael y Lillith vendrán al mundo humano, se llevarán las almas de los impuros y dejarán las de los fieles, las traerán a esta realidad paralela y aquí sufrirán castigo, pero los fieles se quedarán en el mundo adorando a nuestros dioses y gozando de la vida – decía Tyler.

-¿qué tiene que ver mi hija con todo esto? – preguntó Jasón.

-me temo que tendrás que averiguarlo tu mismo, por cierto, ven a ver esto – decía Tyler.

Jasón se levantó y miró al espejo, allí vio a su mujer, estaba desnuda de cintura a arriba, acariciando su cuerpo sudado con un pañuelo.

-te hecha de menos, se masturbó pensando en ti – decía Tyler.

Jasón lo miró furioso e intentó golpearlo, pero Tyler se adelantó a su maniobra y lo derribó cerca de una de las puertas de los urinarios, como un rayo se le echó encima y esposó una mano a Jasón en el soporte de la pared de madera que separaba los retretes.

Jasón soltaba impotente toda clase de maldiciones contra Tyler.

-lo siento amigo, tu mujer es hermosa, muchos darían su alma por estar una noche con ella, no me pude resistir – decía Tyler.

-¡no se te ocurra acercarte a ella! ¡Cerdo! – gritaba Jasón.

-la verdad es que el espectáculo que me ha ofrecido me ha calentado mucho, creo que voy a tener que tomar cartas en el asunto.

-¡TOCALE UN PELO Y TE MATO! – gritaba Jasón.

Tyler sonreía ante la rabia de Jasón, cogió el frasco púrpura.

-¿me disculpas? Es para ponerme a tono – decía Tyler mientras bebía su contenido.

Jasón daba patadas mientras lloraba impotente por la situación, pero Tyler lo inmovilizó y le besó en los labios.

Eso sorprendió a Jasón que notaba como un liquido se abría paso y entraba por la traquea, Tyler le susurró al oído.

-que labios más dulces, creo que debería contarte la verdad, vosotros sois los recipientes para Samael y Lillith, para que tomen vuestros cuerpos con más facilidad, vuestro carácter debe ser muy parecido al de ellos, ella es decidida, astuta, apasionada y se hace respetar, pero tú necesitabas un pequeño empujón, este frasco tiene parte de la personalidad de Samael, el es arrogante, fuerte, frió y seguro, no el gallina que pierde los papeles que eres, pero cuanto más te enfrentes a los ciudadanos, más te parecerás a el.

Jasón estaba espantado ante esas palabras, notaba como las manos de Tyler le desabrochaban la camisa mientras le lamía la oreja.

-espera un momento – decía Tyler.

Se levantó y se dirigió al espejo, lo miró unos segundos ignorando los insultos de Jasón.

Luego hundió su rostro en el espejo y se retiró deprisa tirándose al suelo, tres segundos después el espejo reventó de un disparo.

-que poco supersticiosa es tu mujercita ¿eh? – decía Tyler estallando en risas.

Jasón se agitaba intentando liberarse de sus esposas, Tyler se puso de pié ante el mientras le preguntaba.

-se que cosa calienta bien a tu chica, se que la hace chorrear de deseo.

-¡maldito seas! ¡Déjala en paz! – gritaba Jasón.

-es imaginarte como un hombre como yo abusa de ti una y otra vez, si, ella no puede hacer nada para ayudarte mientras yo te disfruto, ¿te lo imaginas? Ella tocándose mientras tú eres violado por mí – decía Tyler mientras se desabrochaba los pantalones.

Pero cuando se desabrochó el primer botón, tuvo que abrochárselo de nuevo, la radio sonaba estática.

-mierda, bueno, ¿no te importará que le mienta un poco a tu chica? Tranquilo, no le haré nada, se parece mucho a Lillith y no pienso profanar el recipiente de mi diosa, pero le contaré lo bien que lo hemos pasado tu y yo, seguro que se encierra en el baño durante horas y no para llorar – decía Tyler con una sonrisa.

Salió del bañó dejando la puerta abierta, el soporte estaba algo carcomido, cedería en cualquier momento, la escopeta estaba fuera de alcance de su mano, tenia que seguir tirando.

Entonces lo vio la criatura que se enfrentó antes de entrar en la armería, eran dos torsos sin cabeza unidos por la cintura, sus patas eran brazos que terminaban en puntas de lanza, se preparaba para caer sobre Jasón.

Pero en cuanto cayó, el soporte del baño cedió y Jasón rodó hacia la escopeta y de forma instintiva disparó contra la criatura.

Uno de los torsos reventó, pero el otro se preparaba para atacar, Jasón amartilló el arma y disparó a la criatura antes de que se pudiera acercarse demasiado.

Una vez que la criatura había muerto, fue tras Tyler.

Al salir, miró a ambos lados del pasillo, encontró una nota de Tyler en una pared.

"si te he gustado, te espero al fondo del pasillo" rezaba la nota que tenia también la marca de un beso.

Jasón, furioso, corrió a toda velocidad hacia la dirección que le indicó la nota de Tyler, al atravesar la puerta, vio una persona de largos cabellos oscuros ¡Tyler!

Jasón amartilló el arma, en ese momento aquella persona se giró.

Era una mujer embarazada.

-al fin has llegado a tomar nuestras vidas – decía la mujer -¡AL FIN LIBRAREMOS AL MUNDO DE LA CORRUPCIÓN! ¡AL FIN SEREMOS LIBRES!

El vientre de la madre comenzó a dibujar la cara de un neonato de ojos vacíos y salieron dos largos y huesudos brazos, de debajo de la falda de la mujer, salieron otros cuatro brazos que la levantaron como si fueran patas.

Jasón miró espantado el monstruo, su radio hacia tiempo que emitía estática.

Uno de los brazos intentó ensartar a Jasón, pero este reaccionó en el último instante esquivando el golpe.

Jasón disparó el arma, pero la criatura era muy rápida, demasiado, esquivaba los disparos de la escopeta, Jasón corría de un lado para otro para esquivar los ataques del monstruo, pero uno de ellos pudo golpearle, el golpe fue tan brutal que lo lanzó contra la pared.

Jasón escupió sangre cuando notó que algo chisporroteaba, era un cuadro eléctrico, tuvo una idea y amartilló el arma.

La criatura se preparaba para empalarlo, Jasón estaba nervioso, si fallaba, todo acabaría aquí.

Cuando la criatura lanzó el ataque, Jasón esquivó el ataque justo a tiempo y el brazo se clavó en el cuadro eléctrico que empezó a electrocutar a la criatura, paralizándola.

Jasón aprovechó para disparar, el arma vomitó fuego y hierro que impactaron en la cara del bebé, matando al monstruo que se disolvía en un fluido negro y denso.

El sonido de unos latidos atrajeron la atención de Jasón, se acercó al lugar y lo vio una aurícula izquierda.

Jasón sacó el otro fragmento del corazón que recogió del hospital, ambos fragmentos se acercaron y formaron medio corazón que guardó en su bandolera.

Después de recargar la escopeta, salió de la comisaría, entonces vio el coche de Tyler.

Llevaba colgado la chaqueta de Alice.

Jasón, enfurecido, cargó la escopeta, pero el coche aceleró huyendo del lugar, Jasón buscaba un coche y encontró uno de la policía que estaba en perfecto estado y con las llaves puestas.

Arrancó el coche y fue tras Tyler.

Tyler se aseguraba de no perder de vista a Jasón, disfrutaba de ser perseguido por las corrompidas calles del pueblo, como Jasón lo golpeaba en la parte de atrás de su coche, tenia que llevarlo al parque de atracciones, tanto trabajo que hacer para un bien mayor.

Jasón, presa de la rabia perseguía a Tyler, pero poco a poco, su rabia se convertía en éxtasis, como si fuera un león persiguiendo a su presa, de vez en cuando se ponía en medio alguna criatura, pero Jasón la atropellaba sin dudar.

-siii, corre, solo me diviertes más – decía Jasón con una voz de ultratumba.

Pero este se dio cuenta de que esa voz no era la suya y aterrado giró bruscamente y dio varias vueltas de campana.

Adolorido Jasón salió del coche que había aterrizado sobre sus ruedas, se fijó que estaba frente a un parque de atracciones, aunque más que parque de atracciones, era todo un montón de chatarra, de tenebrosa chatarra.

Y lo peor, es que Jasón empezaba a sentir bienestar ante ese paisaje ¿qué le pasaba? ¿Acaso estaba perdiendo la cabeza? Recogió sus cosas, también la munición que había en el coche y empezó a explorar el lugar.

El parque de atracciones no era muy grande, eran una casa de los espejos, un túnel del terror, una montaña rusa, una noria, un tiovivo, una casa de la risa y varias galerías de tiro y tiendas, ¿dónde estaba Tyler? decidió explorar el peor lugar posible.

El túnel del terror.

El túnel posiblemente estaba adornado con telarañas de pega, murciélagos de papel y esqueletos de plástico, pero esos elementos fueron sustituidos por cuerpos metidos en jaulas y alambre de espino, la situación dentro no era distinta, había cuerpos de criaturas extrañas metidas en formol, Jasón reconocía a algunas de esas criaturas, pero también había otras, como canes despellejados con la cabeza compuesta de dos mandíbulas superiores con sus cuatro ojos y dos trufas, extrañas cucarachas con forma de cara y retorcidos tentáculos con piernas humanas y otras criaturas que no podía identificar, al final del túnel se encontró con un callejón sin salida, solo había un mensaje.

"la hormiga feliz cantaba con alegría ya que al fin terminó su trabajo, pero una sombra cayó sobre ella, el pato la aplastó convirtiéndolo en un charco de sangre y el pato sonrió al quitarle la vida a la hormiga, pero una sombra se proyectó sobre el pato, con su pata manchada de sangre dijo el elefante, ¡soy el rey de la creación! La sangre derramada despertó a la soñadora.

-desde luego, una historia muy macabra – decía Jasón para si.

Pero instintivamente preparó la escopeta al oír varios cristales romperse y sonar su radio, en ese momento, varias criaturas empezaban a acercársele.

Los estruendos de los disparos de Jasón se enfrentaban a los aullidos de las criaturas, Jasón sentía que se les venia encima y apenas tenia tiempo de cargar su escopeta, pero por suerte, en numero de monstruos menguaba, hasta que no quedó ninguno.

Jasón jadeaba nerviosamente, tenia ante el a un montón de cadáveres, cadáveres no humanos, pero lo que le ponía nervioso, era la sensación de placer que sintió por cada criatura que se le abría un agujero ¿se estaría volviendo un psicópata? Aterrado, dejó caer la escopeta y se puso de rodillas.

¿Soy un buen padre? ¿Soy un buen marido? ¿Soy humano?, preguntas que resonaban como martillazos en la mente de Jasón.

Comprobó sus armas y cargó su pistola, al parecer había ya no tenia cartuchos en su cinturón y solo tenia cinco disparos más en su escopeta, en cambio su pistola estaba cargada y tenia dos cargadores, pero no era tan potente como la escopeta y era posible que necesitase todo un cargador para aniquilar a una bestia.

Empezó a caminar hasta la entrada del túnel, había todavía varias criaturas en formol, se fue corriendo para evitar supresas.

Pero en cuanto salió del túnel, la radió empezó a emitir estática, miró a lo lejos una criatura más grande que las que se había enfrentado, de forma humanoide, no quería sorpresas y se alejó de esa cosa.

Se dirigió a la noria, allí vio una escopeta, parecía haber caído de gran altura, estaba destrozada.

Jasón miró arriba ¿había alguien allí? sentía la tentación de gritarles, pero las criaturas le oirían, no podía arriesgarse.

Dio a la palanca para bajarlos, suponía que sea quien sea se uniría a el, después de todo, dos tiradores son mejores que uno.

A medida que bajaba el cesto del tirador, sus dudas crecían ¿seria amigo o enemigo?, si es amigo, tendría más oportunidades para sobrevivir, pero si es enemigo, estaba claro que tendría problemas muy gordos, cuando llegó la cesta, paró la noria y lo que vio fue descorazonador.

Habían dos cadáveres con marcas de picotazos, tenían los ojos arrancados y por su posición estaba claro que no murieron placidamente, uno de esos cadáveres portaba un rifle de caza con mira telescópica, Jasón reconoció el modelo, su padre le enseñó a usarlo cuando fueron a cazar juntos.

Recogió el arma, estaba completamente cargada, seis disparos, empezó a registrar los cuerpos, Jasón sentía repeluz, pero quizá lo que tuvieran fuera clave de su supervivencia.

Habían varias barritas energéticas, doce balas de rifle, seis cartuchos de escopeta, un mechón de cabello rubio y un diario.

No era buen sitio el que está para poder leer el diario, fue directo a la casa de los espejos vigilando su radio policial que cada vez que sonaba desviaba su camino, no quería un enfrentamiento directo, además estaba en campo abierto, si disparaba, los demás lo oirían.

Pasó junto el tiovivo y vio algo que le recordó alguna cosa.

Había tres filas de monturas, la primera estaba compuesta por una mariquita, una abeja, una hormiga, una libélula, una araña, un saltamontes y un escarabajo.

La segunda fila estaba compuesta por un águila, un pato, una golondrina, una paloma, una gallina y un halcón.

La tercera fila estaba compuesta por un león, un tigre, un elefante y un caballo.

Jasón vio que podía girar manualmente el tiovivo, después de comprobar que no hay nadie alrededor lo giró de forma que encajara tal como lo recordaba.

Un compartimiento del tiovivo se abrió, allí había una bolsa de suero que ponía "despertar", lo cogió pensando que le haría falta y se dirigió a la sala de los espejos.

Una vez allí leyó el diario.

"hace días que no se disipa la niebla y últimamente desaparece mucha gente, me da miedo salir de casa y últimamente suceden cosas raras"

"acabo de ver un rostro que no es el mió en el espejo, se parecía a mi padre, que desapareció en la niebla, creo que el miedo me esta dando alucinaciones"

"estoy en la tienda de comestibles, no hay ni un alma ahí a pesar de que estaba abierto, de hecho, me ha dado la sensación de que soy el ultimo hombre del pueblo"

"en la niebla me he dado un pequeño golpe, era un golpe muy seco en la nuca, me levanté mareado, pero a medida que caminaba veía el paisaje diferente ¿qué esta pasando?"

"¡encontré a mi padre! En mi casa o al menos, parece mi casa, parece que todo el pueblo se haya transformado, no puedo escribir con palabras, pero puedo decir que es algo espantoso"

"nos hemos armado con todo lo que pudimos, vamos a buscar una salida de este pueblo y pedir ayuda.

"¿desde cuando hay un abismo en el pueblo? Prácticamente lo rodea, no hay ningún modo de cruzarlo, estamos completamente atrapados"

"he encontrado un mechón rubio, tenia un brillo especial, espero que me de suerte, iremos a la noria para tener una visión más elevada"

"escribo estas palabras sabiendo que nuestra muerte esta cerca, los murciélagos rojos me han dado una pequeña tregua, pero volverán, mi padre hace rato que murió por las heridas, a mi solo me queda el rifle y pocas balas, si lees esto, lo lamento por ti, pero este lugar es el infierno y tarde o temprano te matarán, lo lamento"

Jasón lamentó mucho leer ese diario, esa gente intentó escapar del pueblo, pero todo era en vano, pero lo que más le asustó es que no llorase.

Era que sentía ese pueblo como su hogar, sentía un cierto encanto en este sitio.

Pero algo interrumpió sus pensamientos, había varios espejos que se rompían, preparó su arma y se acercó a los espejos.

Vio a su mujer, sangrando y portando un rifle de asalto, su uniforme de policía estaba hecho jirones, tenia una herida en un costado y otra en una pierna, eso le aceleró el corazón de desesperación.

Tyler también estaba ahí, salía y entraba en los espejos como quien no quiere la cosa, portaba dos ganchos de carnicero y se movía con agilidad felina intentando clavar sus ganchos en la carne de Jessica, la cual, esquivaba los ataques a duras penas.

Jasón se sentía impotente, pero tuvo una idea, se ocultó mirando en uno de los espejos, esperando la ocasión, Jessica disparaba, pero empezaba a perder fuerzas por las heridas.

En ese momento Jasón halló la ocasión, Tyler iba a saltar al espejo en donde estaba, en ese instante, Jasón metió sus manos en el espejo, empujando a Tyler e impidiendo que desapareciera dentro.

Era la ocasión de Jessica, que disparó una ráfaga contra Tyler que no pudo hacer nada para esquivarlas al perder el equilibrio.

Jessica se acercó apuntando a Tyler, hablaban entre ellos, pero no podía oírlos, se fijó en una estatua que tenia Jessica asomando en su bolsa, era una mujer calva ¿y si?....

Jasón cogió el mechón de pelo y lo metió en el espejo, pero a pesar de que cedía el espejo, no podía atravesarlo del todo, era como intentar pasar a través de una puerta de goma.

Abandonó cuando ya no podía más, pero se asustó cuando Jessica le apuntaba con el rifle, nunca le vio esos ojos tan decididos, dispuestos a matar.

Pero Jasón tuvo una idea, echó aliento en el espejo y empezó a dibujar palabras.

"hola Jessi, soy yo Jasón"

Jessica reaccionó con un susto, pero cogió de su bolsillo un bloc y un boli y escribió, lo que decía estaba fuera de lógica para Jasón.

"imposible, mi marido murió en el accidente"

¿Era posible que Tyler la engañase? Seria capaz, era muy manipulador, jadeó el espejo otra vez y escribió.

"¿te acuerdas de Venecia? ¿El día que Alice fue concedida?"

Jessica bajó el arma, su reacción era de sorpresa, Jasón siguió jadeando para escribir.

"¿te acuerdas que en vez de apretarte la mano en el parto te besé los labios?"

Jessica cayó de rodillas dejando caer el arma, sus ojos verdes brotaban ríos de lagrimas, corrió hacia el espejo y consiguió meterse en el.

No le importó el tétrico escenario, solo el hombre que había frente a el, lo abrazó con fuerza mientras lo besaba con pasión.

Jasón echaba de menos esos besos, sentir los labios de su amada en su boca, sus pechos apretándose contra el suyo, su dulce olor.

Cuando el beso terminó Jasón preguntó.

-¿cómo has podido pasar? Yo lo he intentado y es imposible.

-Tyler tenia esto – decía Jessica enseñando una llave en forma de espejo – al parecer puede pasar de un lado a otro con ella.

En ese momento, Jessica se fijó en el lugar.

-¿qué es este sitio? – decía Jessica.

-según Tyler, el reflejo del pueblo – respondía Jasón.

-¿o sea que cuando mueres vas aquí? Dios mió que cruel verdad – decía tristemente Jessica.

-no creo que sea este sitio, creo que es la plataforma a una invasión demoníaca – decía Jasón.

-entonces Kyle tiene razón, podemos resucitarte – decía Jessica.

-¿resucitarme? Estoy aquí – decía Jasón.

-no, querido, vi tu cadáver, estas muerto – decía Jessica.

Eso aterró a Jasón, dio varios pasos atrás y cayó de rodillas.

-¿e-estoy muerto? – decía temeroso Jasón.

-si, pero no te preocupes, pronto volverás y encontraremos a nuestra niña, te llevaré a tu cuerpo – decía Jessica mientras intentaba consolar a un aterrado Jasón.

-¡VUESTROS CUERPOS LO HARÁN! ¡PERO VUESTRAS ALMAS SERÁN TORTURADAS HASTA LA EXPIRACIÓN! – decía Tyler con una voz irreconocible.

Ambos se despertaron del trance.

-¡¿cómo es posible?!¡Yo misma lo maté! ¡Le vacié un cargador! – decía Jessica sorprendida.

-solo lo has mandado aquí, esta muerto, como yo, llévate este mechón, puede tener una conexión a la estatua y vete al mundo de los vivos y haz lo necesario para resucitarme ¡rápido! – decía Jasón.

Jessica le hizo caso, cogió el mechón y volvió a su mundo, mientras Jasón preparó sus armas mientras decía para si.

-bueno, hora de "finiquitarte" definitivamente.

Salió de la sala de los espejos sin importar que sonara la radio, se encontró con el humanoide que vio de lejos.

Era un monstruo de tres metros su cuerpo estaba cubierto de una masa viscosa marrón, pero la cabeza era humana, una cabeza de pelo negro y mandíbula gruesa que gritaba.

Jasón disparó en el pecho con la escopeta para hacerlo retroceder, pero la masa absorbió el disparo y siguió avanzando.

Jasón pudo esquivar el puñetazo de la bestia rodando en un lado, el monstruo era lento, eso era una ventaja, pero descubrió al vaciar la escopeta contra el que también era invulnerable, lo cual era una complicación.

¿O tal vez la masa era invulnerable? La bestia intentó lanzar otro puñetazo, pero Jasón cogió la pistola, le quitó el seguro y disparó a la cabeza.

La bestia, con un agujero en su cráneo, se desplomó inerte.

-¡Tyler! ¡Eres el siguiente! – gritaba Jasón.

Pero de repente todo oscureció, Jasón recargó la escopeta y la amartilló preparándose para lo que sea, apareció un chico de dieciséis años, de aspecto inofensivo, pero su cara era muy parecida a la de la bestia.

-hermano, ¡por fin te encuentro! – decía el joven.

Se acercó a la criatura inerte y la masa reaccionó absorbiendo al joven, pero este, lejos de sentir terror, dijo.

-hermano, al fin estaremos juntos.

La criatura se levantó de nuevo y la oscuridad se aclaró, ahora la bestia tenia dos cabezas, la de la mandíbula gruesa se curó con tremenda rapidez.

Jasón volvió a disparar con su pistola, pero las heridas que provocaba en la cabeza que hería se curaban casi instantáneamente, tuvo que alejarse del monstruo, que había ganado rapidez y fuerza.

Jasón seguía disparando hasta descargar el arma, daba igual que cabeza disparase, esta se curaba con rapidez.

-¿ves hermano? Cuidándonos juntos nunca nos harán daño – decía la cabeza del joven.

Esas palabras le dieron a Jasón una idea, corrió lejos de la bestia, perdiéndola de vista y se ocultó.

El monstruo buscaba desesperadamente a Jasón, el cual preparaba su rifle y empezó a apuntar.

-estate quieto, joder – decía Jasón mientras apuntaba.

Al fin encontró la ocasión, disparó el rifle, la bala recorrió su trayectoria cortando el aire, penetrando las dos cabezas, las cuales ambas murieron al unísono.

La criatura se disolvió en un humo espeso, en donde brillaba algo.

Jasón se acercó y lo reconoció, era el ventriluco izquierdo, ese ventriluco se fusionó con el medio corazón que tenia.

-jejeje, el circulo esta casi completo, pronto nos levantaremos – decía una voz de ultratumba que recordaba vagamente a Tyler.

Jasón apuntó en la dirección donde venia la voz.

Casi no reconocía a Tyler, en vez de brazos tenia alas, las piernas estaban unidas en tiras de cinta aislante, sus pies eran sustituidos por un inmenso gancho y su cara estaba cubierta por alambre de espino haciéndole parecer una horrible parodia de hellraizer, su piel era totalmente roja, pero no estaba solo, había también una veintena de criaturas como el.

-¡dale las gracias a tu mujercita por haberme reunido con mis hermanos y hermanas de culto!, pero si quieres llegar hasta tu hija nos veremos en la escuela, la pregunta es ¿esta viva? – decía Tyler.

Dicho esto, se elevaron y se fueron, Jasón no quería confiar en las palabras de Tyler, pero ¿y si decía la verdad?

Preparando sus armas, se dirigió a la escuela.

El camino era largo y había criaturas que Jasón no dudó en matar, cada vez que mataba una criatura sonreía más y más, no se detuvo cuando su munición se acabó, disfrutaba más abriéndoles la cabeza con la culata.

Cuando llegó a la escuela cerró la puerta, tenía una macabra sonrisa de oreja a oreja y una considerable erección.

-que poco ha durado la diversión – decía Jasón.

Pero cuando se dio cuenta de lo que hizo, del placer que sintió reventando cabezas a tiros y a golpes cayó de rodillas y vomitó de la impresión ¿qué le pasaba? ¿Por qué se comportaba así?

Ahora tenía que concentrarse en buscar a Alice, la escuela más que terror, daba inquietud, por el hecho que era un lugar donde había niños.

La escuela estaba también en una situación de ruina, exploraba, al doblar la esquina se encontró con Alma y Thor.

Pero Thor captaba algo raro en Jasón, Alma no podía contenerlo y se le escapó, Jasón quedó aterrado, pero de repente sonrió y agarró a Thor deteniendo el ataque.

-¡aparta pulgoso! – decía Jasón con una voz distinta lanzando a Thor como si fuera una pelota de tenis, el golpe hizo que Thor lanzase un sonido lasmistero, pero siguió gruñendo a Jasón, esta vez manteniendo la distancias,

Jasón era consciente de lo que pasaba, quedó aterrado de si mismo.

-Jasón ¿qué te pasa? Me estas asustando – decía Alma temblorosa.

-no lo se, pero esto va a más – decía Jasón aún más asustado.

-Jessica te envía un mensaje, que vayas a la iglesia de la pareja cuando puedas, te hemos dejado munición en el baño masculino de este piso, ahora por favor, aléjate de nosotros – decía Alma asustada.

Jasón se alejó de ellos, le costó horrores ir hacia el cuarto de baño para coger la munición, solo había la munición de la armería de la policía, dos cajas de veinte cartuchos de escopeta y cuatro cargadores, cuando vio la escopeta llena de sangre debido a los golpes que propinó a los monstruos con su culata empezó a temblar ¿si volvía con su familia los mataría? ¿Disfrutaría con ello?, cogió uno de los cartuchos y con un boli que tenia en su bolsillo puso un nombre.

"Jasón"

Y juró que en cuanto rescatase a Alice metería el cañón de su arma dentro de su boca para matarse antes de hacerle daño a su familia.

Cuando terminó de prepararse, escuchó un grito, no un grito de horror, un grito lleno de rabia que hiela la sangre, venia de la enfermería.

Se dirigió allá a medida que se acercaba sonaba la radio, al entrar se encontró con una enorme habitación ocupada por un inmenso árbol compuesto de niños, al parecer esos niños atormentaban a uno que estaba encadenado, un joven de trece años de pelo oscuro y ojos azules.

-tranquilo niño, pronto dejaras de sufrir – decía Jasón sonriendo.

El cañón apuntó la cabeza del aterrado chaval, pero Jasón, en el último momento desvió el cañón y mató uno de los niños que atormentaban al chaval.

El árbol comenzó a agitarse y a tirar bolas de fuego como si fueran manzanas, Jasón esquivaba esas bolas y disparaba contra los niños que atormentaban al chaval central, tenia la sensación de que era la clave, pero luchaba en dos frentes, contra el árbol y contra si mismo.

En uno de los disparos iba a disparar de verdad contra el chico, sentía que no podía evitarlo, pero una bola de fuego cayó sobre su escopeta obligando a soltarla.

Jasón apagó el fuego que había en sus ropas y cogió su pistola, el último niño estaba a su alcance, disparó sin piedad y tiró su pistola para agarrar al chico-victima y arrancarlo del árbol que se estaba muriendo, ambos jadeaban del esfuerzo y el chico lo miró en los ojos.

-¿es usted el marido de Jessica? – decía el joven.

-si, ¿cómo sabes que? – dijo Jasón.

-cuando la vea dígale que no esté triste ni se sienta culpable, que tiene un hombre y una hija que esperan sus sonrisas, veo en sus ojos que está distinto – dijo el chico.

-chaval, no sabes lo distinto que soy – dijo Jasón sonriendo mientras acercaba sus manos al joven cuello del joven.

En ese momento los labios de el chico brillaron y un rayó atravesó el corazón de Jasón, el cual se lo agarró lleno de dolor mientras por sus poros salía un humo negro y maligno.

Jasón abrió los ojos y el chico le dio una llave.

-daselo a ella, yo he desobedecido a Samael, pero creo sinceramente que el mundo aún puede salvarse a si mismo – decía el chico.

Una mano salió de la nube negra que salió del techo, agarrando al chico para llevárselo, Jasón, instintivamente agarró la escopeta y disparó a la mano, obligándola a liberarle.

-no hijo de la grandísima puta, chingana, jinetera, ramera o lo que sea, no vas a joder a ese pobre chaval como lo has hecho conmigo – decía Jasón furioso.

Dos manos aparecieron para agarrar a Jasón, la sabia que no podía disparar a las dos, de modo que les lanzó la escopeta para que la cogieran, después rodó en el suelo y cogiendo la pistola disparó a esas manos que soltaron el arma que cayó con un golpe seco.

-espera, mamón, tengo algo delicioso para ti, el especial de Chambers – Jasón mientras encendía una de las bombas que le habían preparado.

Una mano bajó a por el, pero Jasón le lanzó la bomba, una bomba que al impactar en la palma de la mano, esta se cerró de forma inmediata, cuando explotó, la mano literalmente reventó, la nube emitió un grito de dolor.

-¿duele cabronazo? Tranquilo, no he hecho más que empezar – decía Jasón mientras encendía más bombas.

Tres manos aparecieron, en ese momento Jasón lanzó dos bombas más, reventando las manos, pero la tercera consiguió agarrarle del brazo izquierdo, Jasón, con la mano diestra, apuntó al pulgar de la mano que le aprisionaba y vació el cargador cercenándole el pulgar.

La mano se retiró y Jasón recargó el arma y fue por la escopeta, vio un ojo, estaba oculto en la espesura de la niebla, pero lo vio.

-¡hace poco que te conozco! ¡Y eres una autentica mierda! – decía Jasón al humo antes de disparar.

El ojo fue alcanzado y hubo un grito desgarrador que recorrió todo el pueblo.

Jadeando por el esfuerzo, Jasón se fijó en el chaval que lo miraba sorprendido.

-tranquilo, esa cosa no te hará daño nunca más – decía Jasón con una sonrisa.

-¿acaso es usted tan mal hablado? – decía el chico.

Jasón estalló en una sonora carcajada, cuando paró de reír dijo.

-no, pero hace algún tiempo que no me sentía yo mismo, creo que fuiste tu, gracias – decía Jasón.

El chico hundió su mano en su propio pecho y se sacó un ventriluco derecho ante la mirada atónita de Jasón.

-así veras a tu hija, esta en el hospital, en la unidad de cuidados intensivos, libérala – decía el chaval entregando el corazón y añadió con una sonrisa – y cuida ese vocabulario.

Jasón asintió con la cabeza, en ese momento se abrió la puerta, eran Alma y Thor.

-¡profesora! – gritaba ilusionado el chaval.

-¿Alex? ¿Eres tú? – preguntaba Alma.

Alexander se abrazó a Alma y a su perro, parecían una familia feliz.

Jasón miraba la escena con una sonrisa, se le caían las lagrimas de emoción, además era libre, no tenia por que tener miedo de dañar a su familia.

-yo he de irme, cuidaros bien – decía Jasón.

-tu también – decía Alma.

-tenga cuidado, ahora se enfrentará a decisiones difíciles – decía Alex.

Esas palabras turbaron a Jasón, acarició al chaval y al perro y dio unas palmadas a la profesora.

Cuando salió del colegio, el sonido de un periquito sonaba al fondo de un callejón, Jasón siguió ese sonido hasta una iglesia llameante, donde salía mucho humo.

Jasón tenia reparos en entrar ahí, pero vio el periquito cantando, ¿tenia que entrar ahí?

Con miedo entró en la iglesia, había un gran espejo en el altar, el periquito salió volando y el espejo empezó a brillar.

Jasón, no se explicaba esa sensación de bienestar, algo le atraía, cuando entró en el espejo, sintió un dulce calor, cerró los ojos y atravesó el espejo del todo.

Al abrirlos, vio un hombre de color cubierto de sangre.

-¡ya esta aquí! – dijo aquel hombre.

Jasón miraba en todas partes, era la misma iglesia, había humo, pero ningún fuego, no había nada en ruinas ¿había vuelto?

En ese momento una silueta lo abrazó con fuerza y lo besó con pasión, ese olor, esos labios, ¡era su esposa!

Cuando se vieron a los ojos, vio que ella estaba emocionada, sus ojos verdes derramaban lágrimas de emoción, igual que el día de su boda, Jasón se contagió de aquella emoción y empezó a llorar, ambos se abrazaron.

-te he echado tanto de menos – decía Jessica.

Jasón, vio el cadáver de Alexander, en ese momento recordó la petición del chico, vio que tenia las armas y la llave que le había dado, se la dio.

-Alice esta en la unidad de cuidados intensivos del hospital, además, un chico me dio un mensaje, que no estés triste ni te sientas culpable, que tienes un hombre y una hija que esperan tus sonrisas – dijo Jasón.

Jessica al oír esas palabras abrazó a Jasón con más fuerza estallando en un llanto.

-yo lo maté, yo lo maté – decía Jessica llorando.

Jasón intentó calmarla, pero al ver que no podía decidió darle una bofetada.

El dolor del golpe la calmó, Jasón se sintió mal por haberle hecho eso, la abrazó con fuerza mientras decía.

-oye, el no tenia ningún rencor hacia ti, es más se ha encontrado con una persona muy querida, cuando hablaba de ti, sus ojos estaban llenos de cariño – decía Jasón.

-¿en serio? – dijo Jessica sollozando.

-si, hemos de ir al hospital, hemos de recuperar nuestro tesoro – decía Jasón.

Ella miró los ojos de su marido, el los de su esposa, sus labios se acercaron fundiéndose en un beso mientras se abrazaban con fuerza, un beso lleno de esperanza, un beso lleno de fuerza.

-su marido debería volver al "reflejo" del pueblo – decía el hombre de color.

-¿eso por que? – preguntaba Jessica.

-es una teoría, pero creo que para liberarla, tienen que estar en ambos mundos a la vez, usted la luz y su marido la oscuridad – dijo el hombre de color.

-¡pero! ¡No puedo dejar que esté en ese horrible lugar! – decía Jessica.

Pero las manos de Jasón tocaron suavemente los hombros de la agente, Jasón, con una sonrisa le dijo.

-tranquila, estaré bien, si es por Alice, atravesaré el infierno – decía Jasón.

-Jasón – decía Jessica con admiración, sentía que se estaba volviendo a enamorar de aquel hombre.

Jasón se acercó al hombre de color, este le extendía la mano diciéndole.

-me llamo Kyle Stone ¿usted? – dijo el hombre de color.

-Jasón, Jasón Crown – decía Jasón estrechándole la mano.

-me da buenas palpitaciones, sin duda la maldición del pueblo acabará – decía Kyle.

Los tres subieron al coche y se dirigieron al hospital, ignorando las criaturas que rondaban por la calle.

Jessica le dio la llave del espejo para que pudiera pasar al "reflejo", el la cogió de la mano, dándole ánimos.

Llegaron al hospital, fueron a la sala de cuidados intensivos.

Jessica metió la llave en la cerradura, pero no podía moverla, la joven se desesperaba por hacerla girar.

-me temo que tiene que abrir su marido la puerta del "reflejo" para que podamos pasar – decía Kyle.

Jasón dio un beso de despedida a Jessica y se metió en el baño, allí entró en un espejo, encontrándose con el familiar mundo en ruinas que tanto tiempo estuvo.

Al salir del aseo, vio la puerta de la unidad de cuidados intensivos.

Era un cuerpo humano, abierto, con todos sus órganos salvo el corazón, Jasón ya no le sorprendía nada, cogió el corazón y lo introdujo en el cuerpo.

El corazón empezó a bombear, la puerta se abrió mostrando una absorbente oscuridad.

Jasón tenia miedo, pero quería recuperar a su hija, tenia tantas preguntas, ¿quiénes eran esos tipos? ¿Por qué a ellos? ¿Por qué querían a su hija? ¿Cuáles eran sus objetivos?

Cada pregunta que se hacia, daba un paso adelante, hasta que al atravesar la estancia, se cerró lentamente la puerta sumiéndolo todo a una oscuridad tal que ni la linterna podía iluminarla.

Había una luz, era una habitación con camilla, partida por un cristal.

El lado de Jasón era un sitio oscuro, húmedo, en ruinas.

El lado de Jessica que entró y estaba acariciando con mirada preocupada la mano de Alice era el de un hospital normal.

Jasón miró a su hija, estaba totalmente atada su brazo tenia inyectado una bolsa de suero vacía, había manchas negras que avanzaban por su cuerpo infantil, tenia sudor frió y al parecer estaba teniendo una eterna pesadilla.

Jasón estaba paralizado, se sentía impotente, su hija sufría y estaba conectada a una maquina que alargaba su sufrimiento, miraba a su mujer que también lo miraba angustiada ¿qué podían hacer por su pequeña?

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