Ramón y Carlos se intentaban buscar a la prostituta que alquilo Víctor, pero por desgracia, antes de salir de la comisaría el comisario se puso en medio.

-¿no estarás pensando en acosar a ese hombre? ¿Verdad? – decía el comisario.

-esta vez no, solo buscar pruebas de que es culpable – respondió Ramón con seguridad.

-esta vez no, iras a la universidad e interrogaras a todos y cada uno del personal, novios, amigos, profesores, todos, y rígete a las normas – decía el comisario con seriedad.

Ramón refunfuño, pero al salir de la comisaría le dijo a su compañero que fuese a interrogar a la prostituta, mientras que el "cumplía" las ordenes.

Sara no paraba de llorar, sentirse usada como un objeto había sido espantoso, todavía le dolía el útero de las inhumanas embestidas que la sometieron, entonces Víctor apareció con grandes cantidades de comida y se las tiró con desprecio a Sara.

-me has hecho ganar mucho dinero putita, come fuerte, esta noche vas a ser la estrella – decía Víctor usando su voz real.

-¿quién eres? ¿Por qué me hace esto? ¿Qué le he hecho? – preguntaba Sara con lagrimas en los ojos.

Víctor se quito la mascara, mostrándole su rostro mientras le decía con desprecio.

-tu me jodiste hace cinco años, ahora voy a cobrarme con intereses esa putada.

-¿cinco años? ¡No me acuerdo de nada! ¿Qué te hecho? Dime ¿qué te hecho? – decía Sara sin parar de llorar.

Víctor le lanzo una bofetada que la lanzó contra la cama y la agarro de los pelos mientras le gritaba.

-da igual lo que digas, vas a pagar por lo que has hecho, tomate las píldoras, las necesitaras.

Dejándola como una muñeca rota la abandono en esa oscura habitación.

Ramón llego a la universidad, al menos había un lado bueno, se encontraría con Víctor, le cantaría las cuarenta, pero antes, tenia que interrogar a los alumnos.

Interrumpió la clase de Víctor y les dijo a los alumnos que fuesen a un aula vacía y les pregunto de uno en uno, les pregunto sobre su relación entre ellos y Sara, como era su estilo de vida, como pasaba el tiempo libre, pero sobretodo, como era su relación con el profesor, las respuestas eran muy parecidas.

Sara era una chica alegre, amiga de sus amigas, tenia éxito con los chicos, para muchos, la chica perfecta, no consumía drogas, bebía con moderación (salvo si tenia que conducir que no bebía nada) y sobretodo era la primera de su clase.

En cuanto al profesor Víctor solo dijeron que era una persona seria, reservada, buen profesor pero que mantenía una relación distanciada con el alumnado, nada que pudiese culparlo.

Ramón insistió en las preguntas sobre las relaciones entre Sara y Víctor, con el fin de iniciar rumores para presionar al profesor, pero su móvil sonó, al descolgarlo oyó la voz del comisario que le ordenaba arrestar a uno de los alumnos, cosa que hizo con pesar ya que quería observar al profesor una vez más.

Mas consiguió lo que quería, formar un rumor, decían que el profesor Víctor estaba secretamente enamorado de Sara, Víctor oyó esos rumores con gran disgusto.

En la sala de interrogatorios de la comisaría, el chico arrestado estaba con su abogado, pagado por sus padres, Ramón preguntó al comisario por que lo arrestaron, el comisario le enseñó unas fotos de Sara cambiándose en su habitación, las localizaron en Internet, además, su cómplice había entregado la cámara a la policía por miedo a que Sara hubiera sido secuestrada por el.

-no creo que sea el, tiene cara de tonto – decía Ramón.

-sácale lo que sepa, es tu especialidad ¿no? – respondió el comisario.

Ramón entro en la sala de interrogatorios crujiendo sus nudillos, una costumbre que tenia para intimidar a los que interrogaba, el chico estaba muy nervioso, casi podía decirse que se le escaparía el pipi.

Ramón, tiro las fotos en la mesa, una tras otra, era posible que ese chico le diese información sobre Sara, aun así, para el era una perdida de tiempo, un tiempo que esa pobre chica no tenia.

-bien chaval, lo admito, son buenas fotos, pero yo en particular preferiría flores, paisajes, coches, ¿por qué chicas? Es más ¿por qué solo "esa" chica? – decía Ramón mientras miraba las fotos.

-no hace falta que digas nada – decía el abogado poniendo su mano en el hombro del chico

El chico no paraba de balbucear y de temblar, estaba nervioso, a punto de llorar, Ramón, se levantó y paseaba de un lado para otro mientras decía en voz alta.

-¿por qué? ¿Por qué? Que gustos más raros ¿por qué?

-eso es tortura psicológica agente, me veo – decía el abogado, pero Ramón le interrumpió diciendo.

-Lo siento si quiero estirar las piernas, usted debería hacer lo mismo no sea que se le hagan viejas.

En ese momento le sonó el móvil, Ramón copio el teléfono y respondió que estaba en un interrogatorio.

Era Carlos que llamaba, diciéndole que no podían interrogar a la prostituta, ya que los de inmigración la cogieron y la llevaron a su país.

-¿¡QUE!? ¿CÓMO ES POSIBLE ESO? ¿ES POSIBLE ARREGLARLO? – gritó Ramón ignorando que el chico y el abogado se alertaron, el chico se derrumbo del todo mientras decía.

-¡colgué las fotos por despecho! Ella me dio calabazas cuando quería salir con ella, ¡PERO NO LA SECUESTRÉ! ¡LO JURÓ!

Ramón copio aire para calmarse y siguió hablando por teléfono.

-esta bien, buscaremos otras vías, maldita sea.

Ahí acabo el interrogatorio, puede que el abogado alegara tortura psicológica, pero las pruebas estaban en su contra, el seria la perfecta cabeza de turco, mientras Víctor gozaba de Sara, el seria violado por todos los reclusos.

El comisario se acerco a Ramón y le dijo.

-bueno, tenemos a un sospechoso y un móvil, investiga sobre el, consigue las pruebas adecuadas y pagará por lo que hizo.

Ramón respondió que si con la cabeza, el chico estará detenido 72 horas para evitar que escape, se acerco al chico mientras decía.

-chaval, yo creo que no fuiste tu, de hecho ya tengo un sospechoso mayor, alguien con más motivos.

El joven lo escucho como si fuera la única persona que de verdad le entendiera.

-pero no puedo ayudarte con la acusación de atentar contra el derecho al honor de Sara, pero, ¿sabes cuantas pruebas se pierden en la caótica sala de pruebas? ¿Esas páginas pueden ser saboteadas por los crakers? ¿No?

El joven cada vez estaba más atento, como hipnotizado.

-claro que necesito que hagas algo por mi, debes ser bueno en seguir a la gente sin ser visto por esas fotos, me gustaría que siguieses al profesor Víctor, si, ese profesor, ahora no eres un chico, ahora eres su sombra, no quiero bajo ningún concepto que le pierdas de vista, ¿te gustan las películas de espías? Pues mañana quiero que espíes a ese, sin levantar sospechas ¿ok?

El joven agarro la mano derecha de Ramón y la estrecho con fuerza aceptando el trato, Ramón no estaba tan seguro de lo que hacia, podía llevarlo a la muerte, pero su prioridad es acabar con la pesadilla de Sara lo mas pronto posible.

-una cosa mas, este es mi numero de móvil, llámame solo a mi ¡no confíes en nadie más! – exigió Ramón.

El joven se asusto con esas palabras, parecía que había una gran conspiración, acepto con una afirmación en la cabeza.

Víctor entró en la habitación, traía con el a varios chicos adolescentes, ellos miraron a Sara mientras ella miraba a los púberes con terror, Víctor les dejo solos mientras la cámara gravaba, ella se alejaba mientras ellos se acercaban con una macabra sonrisa, de repente, se lanzaron encima de ella y la inmovilizaron, entre todos abrieron sus piernas, el primero, el jefe, como el jefe de la manada que tomaba el primer trozo de carne, apunto su verga en la concha de Sara y la penetro con fuerza, Sara sentía como su carne la invadía con violencia, como los demás muchachos coreaban al que la poseía mientras que otros agarraban sus pechos con fuerza.

-joder, que buena concha tiene esa pendeja – decía el muchacho mientras seguía penetrando a su victima.

Sara solo balbuceaba palabras de piedad y basta, palabras que nunca llegaron al oído de sus agresores.

Entonces el jefe dio un empujón final, echándolo todo dentro mientras le decía con crueldad.

-si es niño ponle mi nombre para que te acuerdes, Marcos.

No tardo mucho en ser sustituido por otro, en ese momento Sara no hacia nada, ya no estaba, su mente volaba a otro lado para evitar el dolor y la humillación, las risas y los tocamientos.

Los movimientos de vaivén de los muchachos seguían y seguían, el chico que la poseía le escupía en la cara cada vez que la penetraba en un acto de desprecio, otros la abofeteaban para que estuviese consciente y gritase, pero sin éxito por suerte para Sara, algunos, excitados por el espectáculo, repitieron la violación una y otra vez.

Cuando se cansaron, se masturbaron encima de ella y uno tras otro se corrieron encima, llenándola de semen, se retiraron felicitándose de su monstruosa acción.

Víctor apareció, puso a Sara de pie y puso un vaso largo en el sexo de Sara, llenándolo del semen de los púberes, Víctor se sorprendió de cómo se llenaba el vaso, cuando ya no salía ni una gota más, tiro a Sara al Suelo mientras se dirigía a la cámara diciendo.

-Medio litro, me temo que no hay ganador en la apuesta – decía Víctor con crueldad.

Apago la cámara y se llevo a Sara a una ducha improvisada, allí se desnudo y entro con ella, lavándola con ganas mientras le decía al oído.

-has estado muy bien, ahora has de estar limpia para la siguiente actuación, pensare en algo especial para ti y para tu publico, mientras mantente guapa.

Cogió la mano de Sara y la llevo a su verga erecta.

-si, fue un gran espectáculo, me has calentado mucho, ¿seguimos siendo amigos? ¿No? – decía Víctor mientras la penetraba desde atrás, agarrándola de los pechos.

Sara no le importo que la penetrara, después de todo ¿qué mas da una mas?

Víctor se movía despacio, saboreando el calor de la chica, pero estaba tan excitado que se corrió dentro al cabo de dos minutos, se despidió de ella dándole un beso mientras ella estaba tirada al suelo bajo el agua de la ducha.