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Así fué concebida Marrón

en Parodias

A-18 podria pasar por una mujer de veintitantos años de cabellos platinos y frios ojos azules y un cuerpo de escándalo que apenas sus ropas elegantes podían ocultar, en realidad A-18 era una androide del desaparecido ejercito de la cinta roja, un ejercito que fue temido en todo el mundo.

A-18 fue una amenaza mundial, pero ahora es una mujer felizmente casada y muy pasional, cada noche hacia el amor con Krilin, su marido, para tener un hijo.

Lo que ignoraba, es que estaba siendo vigilada, seguida sin darse cuenta por unos ojos hambrientos la observaban fantaseando con poseerla, con forzarla sin piedad.

El hombre malvado siguió a A-18 por la calle, esperaba una oportunidad para forzarla, vio que ella entraba en un callejón y se abalanzó sobre ella como un tigre se abalanza sobre su presa.

Para luego volar hasta estrellarse en un monumento de la ciudad debido al bofetón atomico de A-18.

Las semanas en el hospital hicieron ver al malhechor que no podía forzar a la poderosa androide, pero podria chantajearla.

Se dirigió a la casa de A-18, su plan era genial, secuestrar a su marido y amenazar a A-18 con matarlo si no se deja tomar.

Aun con vendas, pero con una sonrisa diabólica, llamó a la puerta del domicilio de la androide, solo es poner el pañuelo de Eter en el enano de su marido y ella seria suya, suya.

Pero la puerta se abrió a gran velocidad, mandando al malhechor a la otra punta de la ciudad, Krilin, un hombre con pelo canoso y bigote, miraba curioso por la puerta ¿quién era el que había llamado?

-cariño ¿otra vez has abierto la puerta tan deprisa que has catapultado al que ha llamado? – decía A-18.

-jeje, creo que si, a veces me olvido de controlar mi fuerza – decía Krilin avergonzado.

Tras dos meses en el hospital, no se le ocurria nada, si no puede con la chica, ni con el marido, el deseo de violar a A-18 era inalcanzable, decidió volver a acosar estudiantes, esperó cerca de un colegio, buscando una buena presa, pero vio el coche de la corporación capsule, en el estaba la presidenta regañando a su hijo, un niño de cabellos lilas como su madre.

-Trunks, el control de A-18 no es un juguete, si pulsas el botón se desactivará y no podrá moverse – decía Bulma, la madre de Trunks.

¿se puede controlar a A-18? Cesó en la idea de secuestrar a una estudiante y esperó la noche, una noche que entró en la corporación capsula y vio los datos de A-18 y el mando.

Con la información que obtuvo, modifico el mando, no quería apagarla, quería algo mas, pasó toda la noche en su casa repasando los sistemas de su mando.

En la mañana siguiente, vio a A-18 y se acercó a ella.

La androide reconoció al sujeto, se metió en una callejuela a propósito para poder golpearlo con fuerza sin que hubiera testigos.

Cuando el malhechor llegó, la androide preguntó.

-¿te envio al hospital de un golpe? Tengo mucha puntería – decía sonriente A-18

El malhechor cogió un micrófono y le dijo.

-quitate la ropa, muy despacio – decía el malvado.

A-18 no entendía que pasaba, sus manos quitaban los botones de su ropa uno tras otro, mostrando un sujetador deportivo.

-¿q-que me estas haciendo? – gritaba A-18.

-no hables – decía el malhechor a través del micrófono.

A-18 se quedó en silencio, sentía como sus pantalones se estaban bajando , quedándose en ropa interior.

-quitatela despacio – decía el malhechor.

-bastardo – decía A-18.

-seria interesante ordenar que mataras a tu maridito ¿lo hacemos? – decía el malhechor acercandoce el micrófono.

A-18 abrió los ojos aterrada ¿iba a ordenarle eso? Le suplicó con lagrimas en los ojos que no lo hiciera mientras descubria sus pechos al quitarse el sujetador.

-Tranquila, pórtate bien y no tendré que ser malo - decía el malhechor mientras observaba como A-18 se quitaba las bragas.

A-18 lloraba impotente mientras los ojos del malhechor devoraban la desnudez de la androide.

-de modo que eres una androide, una muñequita que solo sirve para dar placer – decía el malhechor sonriendo.

A A-18 le sentaron esas palabras como puñaladas en el corazón, ella nunca pidió ser una androide, odiaba al doctor Gero por lo que le hizo a ella y a su hermano.

Ahora, por culpa de el dispositivo de seguridad iba a ser violada una y otra vez.

El malhechor se quitaba los pantalones y mostró su pene erecto, A-18 suplicaba que no lo hiciera, pero el malhechor la ordenó que se tumbara y se abriera de piernas.

Ella obedeció en contra de su voluntad.

El se puso encima de ella.

En cuanto sintió como entraba en su concha, rompió a llorar, quería ser fuerte, quería evitar darle la satisfacción a ese cabron, pero sus sentimientos fueron más fuertes y rompió a llorar de impotencia, notando como el aliento del malhechor golpeaba su cara.

-goza, goza como nunca – ordenó el malhechor a través del micrófono.

A-18 notaba un placer inmenso, con cada vaivén, sentía un placer indescriptible, pero lloraba porque sentía que traicionaba a su marido, por que se sentía lo que es ahora.

Una muñeca mecánica de un sex shop.

El malhechor lamia la suave piel de la androide mientras clavaba su carne, agarraba sus senos como si los quisiese arrancar, empezó a acelerar sus embestidas, A-18 sabia que significaba.

-¡no! ¡dentro no! – suplicaba A-18 en vano antes de sentir el semen llenarla.

El malhechor recuperaba el aliento, iba a marcharse, había conseguido lo que quería, pero al ver a A-18 desnuda, se le levantó de nuevo, la androide vio la sonrisa del malhechor mientras se acercaba.

-¡no! ¡por favor! ¡otra vez no!.

Epilogo:

A-18 estaba embarazada, Krilin estaba ilusionado por ello, pero la androide sabia que no era de su marido.

Cada noche, el malhechor ordenaba que fuera a su casa y allí la violaba durante horas, ni siquiera respetaba que estaba embarazada, al contrario, le daba mas morbo.

Mientras el Malhechor, pensaba que más cosas podía hacerle a A-18, le había desvirgado todos sus agujeros, pensaba en prostituirla para ganarse unos cuantos billetes.

Pero unos crujidos de puño le alertaron, al mirar hacia atrás, vio a A-17 su hermano, con una cara de cabreo.

-antes de que le ordenase nada, A-17 le arrancó el micrófono y lo destrozó, luego lo agarró y lo lanzó por el aire y furioso, apuntó con su mano y lanzó una bola de energía que impactó sobre el llorica malhechor.

Ahora A-18 podia descansar tranquila, pensaba A17

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