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Joder que noche

en No Consentido

Un hombre se levanta con el mayor dolor de cabeza de su vida, ayer estuvo de juerga y de fiestas, ahora suplicaba por una aspirina.

En cuanto tuvo la mente más despejada, vio un uniforme de policia, gorra, porra y pistola incluidas.

-¿qué cojones hace esta ropa en mi cama? – se preguntaba aquel hombre que no recordaba nada.

En ese momento veinte policías entran en su casa, sin mediar palabra le golpean con saña y sin piedad, el resacoso solo ve porras y porras golpeándole por todos lados del cuerpo.

¿qué coño les había hecho? Pensaba el apaleado.

Hace 11 horas: a las 4:57

Esa noche había bebido más de la cuenta, se lo había pasado bien, pero no había conseguido pescar ninguna chica, pero no le importaba ¿para que servían las putas?.

Se paseaba por el sitio, las chicas eran bonitas, le piropeaban y le decían que viniese con ellas, pero el se fijó en una chica de color, alta, jovencita, pequeños pechos y bonitas curvas, sus labios carnosos invitaban a pagarle una felación, se acercó a ella y le preguntó a través de la ventanilla del coche cuanto cobraba.

-40 euros mi amor, en el hotel 90 euros – decía la prostituta.

El sacó dos billetes azules y ella subió al coche, se dirigieron a un descampado, allí ella se quitó el Top mostrando unos pequeños senos parecidos a los de una adolescente.

El se limitó a bajarse los pantalones, mostrando una erección que asustó a la chica.

-bueno, ya sabes lo que dicen de los feos – decía el hombre con una sonrisa.

La prostituta se sacó del bolsillo un preservativo y con sus dedos la colocó en el glande del hombre y lo colocó lentamente, recorriendo el tallo con el látex.

En ese momento la chica se metió el glande en su boca, pajeándolo con sus labios y su lengua mientras el hombre ponía las manos en la cabeza de la chica.

-oh si putita, sigue chupando de esa manera, te estas ganando el dinero – decía el hombre lleno de placer.

La chica engullió mas carne envuelta en látex y aumentó el ritmo, en cuanto se corriera volvería a su esquina y podría atender a otro cliente.

-¡eh! ¡vosotros! - Decía una voz femenina llena de autoridad tocando la ventanilla de la puerta.

La prostituta paró inmediatamente, justo en el momento en el que estuvo a punto de correrse, interrumpiendo bruscamente el momento de placer.

El hombre agarró la cabeza de la chica para reanudar la felación, pero recibió un golpe de porra en su cabeza.

-vaya vaya, mira quien tenemos aquí ¿te acuerdas de mi en el colegio? – decía la mujer policía.

Vaya si se acordaba, el a los doce años sentía curiosidad por el cuerpo de una mujer y se coló en el vestuario de las chicas, ella le descubrió y desde entonces la tenia tomada con el, cada vez que hacia algo ella se chivaba al profesor, exagerando las acusaciones, varias veces fue expulsado, haciendo que sus padres en vez de dejarle dinero para ir de viaje de fin de curso tenia que ir a un campamento para jóvenes conflictivos, jóvenes que lo martirizaban y lo violaban.

-bien, "culoroto" por que se que te rompieron el culo en aquellos campamentos, ahora te arrestaré por violación, solo que en vez de ir a un campamento, te romperán el culo en la cárcel.

Eso también le hizo recordar, ella averiguó lo que le habia pasado en aquellos campamentos, solo que en vez de sentir lastima lo propagó por todo el colegio, los niños se burlaban de el, sus padres se avergonzaban pensando que su hijo era un "desviado", una terrible rabia crecía en el hasta el punto de ebullición.

En cuanto ella iba a ponerle las esposas, el la golpeó en la cara, la siguió golpeando hasta dejarla inconsciente a pesar de los gritos de ayuda, iba a patearla cuando lo vio.

A pesar de su uniforme, tenia un cuerpo espléndido, se ve que se había desarrollado bien aquella niña infernal.

La colocó en el asiento del copiloto y la llevó a una casa abandonada, en las afueras de la ciudad, mientras conducía, de vez en cuando, manoseaba los pechos de la policía por encima de su uniforme.

Que suaves son, que blandos, su verga estaba en su máxima erección y tenia que descargarse, lo haría con ella, con creces.

Al llegar a la casa, cogió a la policía en brazos, su corazón latía a toda velocidad por el morbo y la excitación, podía notar el prieto culo de la agente en su mano, su rostro, lleno de heridas por los puñetazos no era menos bello, miraba sus manos, no había anillo de casada, bueno, hoy en dia, ser madre soltera no es raro.

La tumbó en el suelo, aún inconsciente, sus manos temblaban excitadas, dificultando la tarea de desabrochar el uniforme de la policía, cuando por fin lo consiguió, vio unos grandes pechos enfundados en un sensual sujetador negro en el que sobresalía parte de los pezones por la parte de arriba.

En cuanto le quitó la chaqueta, usó las esposas para colocar las manos de al agente a su espalda, ahora le tocaban sus pantalones, primero le quitó sus botas, descubriendo unos hermosos pies que despertaban pasiones fetichistas, lentamente desabrochó los pantalones, tenia que contenerse a veces, no quería correrse con la excitación.

Despacio, los pantalones bajaron descubriendo una cintura hermosa con un ombligo echado delante, los pantalones recorrían unas piernas torneadas y libres de vello.

Pero lo que le atraía la atención era el minúsculo tanga negro que llevaba, y tenia tatuado en el sitio del vello pubico un tatuaje que rezaba "llamar antes de entrar".

Cojones, era preciosa y era suya, toda la noche, fue por unas cuerdas para atarla por los tobillos, luego las lanzó a una viga del techo y cogió el otro extremo.

-mmmm, mmmm – decía la agente.

Se despertaba, decidió tirar de las cuerdas, suspendiéndola boca abajo, dejando su cabeza justo a la altura de la entrepierna del hombre.

-¿mmm? ¿qué? ¿DÓNDE ESTOY? Gritaba la agente.

-buenas noches encanto ¿qué tal has dormido?

-¡suéltame bastardo! ¡te estas metiendo en un buen lío! – decía la agente mientras se movía violentamente.

A el le parecía gracioso como se balanceaba en un intento vano por soltarse, lentamente se acercó a ella y le dijo.

-tu me jodiste la vida, ahora voy a devolverte tus putadas, con intereses.

La policía le escupió en la cara, el hombre lleno de rabia la balanceó, en cuando llegaba a el le soltaba una patada que la hacia balancearse hacia atrás.

-¡bastardo! Seguro que todas sienten asco por ti ¡seguro que para follar tienes que forzarlas ¿verdad?

El hombre le dio otra patada, luego otra y otra, hasta que ella suplicó entre lagrimas que parase.

-muy bien chica, ahora eres consciente de tu nueva situación, podemos hacerlo de dos formas, una a las buenas – decía el hombre desabrochándose los pantalones.

La joven agente giraba instintivamente la cara para no ver la verga, pero entonces notó el cañón de su arma reglamentaria entrando violentamente por su boca.

-o saco lo que no me hace falta de ti, tu cerebro – decía el hombre con crueldad.

La chica respiraba nerviosa, si hacia algo que no le gustaba, le pegaría un tiro, comenzó a llorar de angustia y movía la boca para alcanzar la verga.

-buena chica, si señor, pero no quiero que me la chupes sin más, quiero divertirme.

El hombre balanceó a la chica, con la intención de que en el regreso su polla encajase en la boca, pero la esquivaba gritando ¡ole!, la joven lloraba, estaba indefensa, a merced de aquel degenerado que sin duda la violaría una y otra vez.

Solo suplicaba a sus adentras que no trajese amigos suyos para participar en la "fiesta".

Al fin el hombre encajó con brutalidad su miembro dentro de su boca, la agente sintió arcadas al notarla hasta la traquea y debido a su posición y los movimientos que la marearon, vomitó, mientras la verga del hombre estaba dentro de su boca.

Al hombre no le importó, movía la cabeza de la agente con fuerza, la policía solo quería que se corriera rápido así terminaría ese suplicio y la dejaría en paz, de modo que movió su lengua aún con sabor a vomito.

-ah si, veo que disfrutas mamando pollas ¿eh puta? – decía el hombre.

La chica deseaba mordérsela para cercenarla, pero sin duda la mataría, de modo que no tuvo más remedio que aguantar los comentarios.

-oh si, puta, aquí viene la leche, tómala toda, puta – decía el hombre mientras se corría.

La agente sentía algo viscoso y cálido entrar en su boca, pero no podía tragar bien y el semen se le salía de su boca, recorriendo su nariz y su cara, manchándola, mezclándola con las lagrimas.

-b-bien, ya has conseguido lo que querías, déjame – decía la agente.

-no, aún no, aún falta mucho para que te suelte – decía el hombre.

La chica se movía violentamente echando insultos y maldiciones, pero el hombre le dijo.

-bien, si no vas a colaborar, creo que iré al barrio marginal y decirles que tengo una poli desnuda en esta casa.

Eso la hizo paralizarse de terror, tenia en los bajos mundos muchos enemigos, ya se imaginaba así misma como esclava sexual, seguramente vendida a una mafia, llevándola lejos de su familia y amigos, cuando vió que su violador se iba, le grito que se detuviese.

-¿qué pasa? Preguntaba el hombre con una sonrisa.

La agente rompió a llorar, tartamudeando le dijo.

-p-por f-favor mi amo ha-ha-hagame snif mujer.

-bien, putita, muy bien, ahora mismo te complazco – decía el hombre.

Venia despacio, observando la cara de indefension y vergüenza, la descolgaba despacio mientras le decía.

-quédate boca arriba y despatarrada.

Ella obedeció, no quería empeorar las cosas, las manos del hombre agarraron las prendas intimas, para arrancarlas de un tirón, la agente lanzó un quejido de dolor ante el brusco acto, lentamente el hombre se colocaba encima de ella, la agente notaba el fétido aliento alcohólico del que la iba a tomar, miraba su mirada enloquecida, no podía evitar llorar, podía patearle los huevos, pero ¿dónde iría? Las esposas en su espalda no la ayudaban, por mucho que gritase nadie la oiría, además el tenia el revolver, aún borracho, podía dispararla.

Sintió angustia al notar el glande rozar su concha, lentamente el se hundía en ella, haciéndola llorar más de dolor y de humillación, sentía como se movía despacio en ella mientras le agarraba los senos, el no paraba de decir.

-oh si, puta, que coño más rico tienes, mmmm, que bueno es follarte.

La agente cerraba los ojos, ella no quería sufrir, imaginó a un compañero suyo que la excitaba, se imaginaba que ella estaba atada en la cama con tiras de seda y su amor secreto estaba encima de ella, bombeándola mientras le decía palabras de amor, una ilusión, pero la consolaba.

Pero una bofetada la hizo retornar a la cruel realidad, el hombre la ordenaba que la mirase, aumentaba las embestidas.

Ella sabia que significaba.

-no, no, por favor, dentro no, dentro no, por piedad – decía débilmente.

Pero sintió el semen recorriendo su útero, la agente lloraba desconsoladamente mientras el hombre decía.

-ahí va tu hijo.

Se mantuvo dentro unos minutos, mirando la cara llena de sangre, vomito, semen y lagrimas de la agente, después se desacopló y le ordenó que la chupara.

Ella obedeció, no podía hacer nada, era de el, tenia que obedecer, su voluntad había quedado totalmente anulada.

-ponté a cuatro patas ¡puta!.

Ella obedeció, aún lloraba, entonces el hombre apoyó su pene en la entrada del ano.

Ella sentía lo que quería hacer, hizo un esfuerzo e intentó escapar, pero estaba demasiado lastimada para poder huir, su violador la agarró y sacó el revolver, quitó todas sus balas salvo una y hizo rodar el tambor y hundió el cañón en la boca de la poli.

-bien putita, ¿obedecerás? – decía el hombre.

Ella negó con la boca y el apretó el gatillo.

Clic.

Eso la asustó, antes de que pudiera decir nada el hombre apretó el gatillo.

Clic

Y otra vez.

Clic

Y otra.

Clic.

Eso la hizo orinarse encima, ahora solo tenia un 50% de posibilidades de que el próximo disparo esté la carga mortal.

-¡LO HARE! ¡ME DEJARÉ HACER LO QUE QUIERAS! ¡POR FAVOR! ¡POR FAVOR! ¡POR FAVOR! – gritaba histérica la agente.

-bien, voy a llenarte de leche, otra vez – decía el hombre mientras colocaba su verga en la entrada de la vagina.

Esta vez no fue suave, bombeaba con fuerza, la agente solo podía lanzar alaridos de dolor, las lagrimas recorrían la cara, limpiándola de los otros fluidos, entonces notó otra descarga seminal dentro de ella.

-bien, ahora tendrás gemelos – decía el hombre con una sonrisa.

Ella no decía nada, notaba como manipulaban su cuerpo, poniendo su culo en pompa, entonces el colocó su verga en la entrada de su culo y la hundió de golpe.

El dolor para ella era insoportable, sentía como la desgarraban analmente, sentía como la tiraba de los cabellos, el consuelo lo halló en el desmayo, el hombre cruel bombeaba más y más rápido, hasta echarlo todo dentro de su culo.

Vio que estaba desmayada, la puso boca arriba y le hizo una foto con su móvil, si ella hacia alguna cosa, esa foto recorrería el ciberespacio.

Se subió los pantalones, no era divertido follarla estando inconsciente, pero iba a hacer una ultima cosa.

Cogió una barra de labios del bolsillo de la agente y pintó la palabra "usada" en letras grandes.

La dejó allá, cogió el coche y se iba a tomar las ultimas copas, queria celebrar su venganza.

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