Olga capitulo 12.

El móvil.

El tren se iba acercando a la estación en la que Olga tenía que bajarse y la melancolía y la angustia de la que había huido regresaba como si jamás la hubiera dejado atrás.

Las tres semanas pasadas en compañía de su tía y su prima, llenas de coños mojados y despreocupación eran un recuerdo lejano, como si le hubieran sucedido a otra persona.

Le temblaban las piernas cuando bajó al andén. Luego tomó un taxi hasta su casa.

Cuando cruzó la puerta un leve mareo le sobrevino, pero se dijo a si misma que no tenía nada a lo que enfrentarse ya. En cuanto se hubiera duchado y cambiado de ropa se marcharía a comprar un periódico y buscaría ofertas de empleo.

Fue hasta su dormitorio para dejar las maletas. Su teléfono móvil estaba encima de la cama, donde lo había dejado. No quería saber nada de aquel objeto traidor que se había ido de la lengua sobre su infidelidad.

Olga lo recogió y lo encendió. Tenía treinta y nueve mensajes sin leer amén de unas cuantas llamadas perdidas. Tanto los unos como los otros eran de Nuria.

Olga se sentó en la cama a leer los mensajes.

"Olga, llámame en cuanto puedas" "Olga, tenemos que hablar" "Olga, no has venido a trabajar, creía que lo de tu dimisión no iba en serio, vuelve, por favor, te necesitamos" "Olga, por favor, vuelve, llámame en cuanto puedas" "no me devuelves las llamadas, por favor, no me dejes así" "está bien, lo siento ¿es lo que querías escuchar? Lo siento, pero vuelve" "¿por qué me castigas así? Llámame, por favor" "Olga, te necesito, llámame, por favor" "Olga, por favor, perdóname, lo siento, pero vuelve" "Olga, por favor, te necesito, llámame" "Olga, no puedo vivir sin ti, vuelve, por favor" "Si me entero que estás con alguna de esas imbeciles te arrancaré la piel a tiras" "por favor, no puedo vivir sin ti, perdóname" "no puedo vivir sin ti, por favor, perdóname" "perdóname, te necesito" "te necesito, perdóname, por favor"...

Olga miró su teléfono como si lo viera por primera vez. A pesar de que ni la forma ni el tamaño eran las correspondientes se le antojó un clítoris gigante. El de Nuria para ser más exactos. Enseguida se mojó poniendo perdidas sus bragas y tuvo el impulso de bajarse los pantalones y éstas. Abrió las piernas todo lo que pudo y se introdujo el teléfono como si fuese un consolador. Se tumbó en la cama poniendo sus muslos de cerda en alto, metiendo y sacando el móvil de su coño.

De repente lo sacó y marcó rellamada con una mano. Con la otra acariciaba su clítoris.

Pero Olga no escuchó lo que decía por que volvió a meterse el teléfono por el coño. Lo metió y sacó unas cuantas veces para luego volver a ponérselo en la oreja.

Olga volvió a introducir el aparto en su vagina. En esta ocasión lo hacía desaparecer por completo. La voz de Nuria se ahogaba en el interior de su coño. Olga pensó que era como tener a Nuria dentro de su coño.

Seguidamente utilizó el móvil para fotografiar su coño, mojado y abierto. Le envió la imagen y volvió a llamarle.

Olga colgó el teléfono y volvió a introducirlo dentro de su chocho.

Estaba contenta. De alguna forma su problema se había resuelto: Nuria no estaba enfadada con ella, quería verla. Echaba de menos a las otras dos, pero tanto Eva como Ana la odiaban ahora. Ya tenía hecha su elección, ellas habían decidido: se quedaría con Nuria.

De repente un zumbido le acarició el chocho. Olga tardó un poco en darse cuenta de que le estaban llamando. Sacó el teléfono que olía muy bien y se lo puso en la mejilla. Se deslizaban por él unas viscosas gotas que Olga recogió con la lengua.

Un escalofrío recorrió la espina dorsal de Olga. Los mensajes en el móvil le habían servido para prepararse psicológicamente para hablar con Nuria. Sabía que se arrepentía de lo que había hecho, que quería arreglar las cosas, además, Nuria era la que lo había estropeado todo. Pero Ana... con Ana no tenía ninguna excusa, ninguna disculpa.

No sabía que decir.

Olga había asumido que las llamadas perdidas eran de Nuria, pero al parecer, no todas lo eran.

Olga pensó en las tórridas noches con su tía y su prima, evadiéndose de sus problemas. Pensó en la angustia que llevaba dentro.

Ana colgó dejando a Olga nerviosa y confusa. El teléfono regresó a su coño y desapareció en su interior como por arte de magia. Olga recordó la lengua de Ana en ese mismo coño, sus dedos expertos hurgando en sus interioridades, sus manos inquietas toqueteándola sin miramientos, y la deseó otra vez. Ya no estaba tan segura de querer quedarse solamente con Nuria, no pudiendo tener también el coño y la lengua de Ana.

Cada vez estaba más excitada, más caliente. Su chocho, lleno de alta tecnología, chorreaba encima de la cama poniéndola perdida. Deseó tener un teléfono más grande.

Sin pensar apenas en lo que hacía se lo sacó de dentro y marcó rellamada.

Mientras hablaba, Olga sustituía el teléfono por casi toda su mano. Jadeaba mientras hablaba, intentando que no se le notase, pero al parecer con escaso éxito.

Olga no había querido darle ese sentido a la frase. Estaba a la defensiva, no sabía el verdadero motivo de la cita que Ana quería concertar. Tal vez sólo quería decirle a la cara lo que pensaba de ella, pero esa reacción...

Tras colgar, el teléfono regresó a su coño. La reacción amigable de Ana le había puesto caliente. Tenía la casi certeza de que esa misma tarde se iba a follar a Nuria y que al día siguiente se iba a follar a Ana. Así que volvió a sacar el móvil de su viscoso interior y volvió a marcar.

La voz de Olga se quebró. Había sido un impulso llamar a Eva. Sin duda, de las tres, la más sensible y la que había reaccionado con más dolor de las tres.

Olga se tocaba, excitada, sólo con escuchar la voz de Eva. Quería volver a tener sus pechos entre las manos, lamerla entre las piernas y besarla.

Eva dudó un momento. Parecía como si se hubiera apartado del teléfono.

Eva volvió a hacer una pausa silenciosa. Luego regresó al aparto.

Eva colgó y el teléfono volvió a meterselo dentro. Mientras lo metía y sacaba jugaba furiosamente con su clítoris.

Pensó que ahora iba a volver a tener a las tres, volvería a disfrutar de caricias y lenguas, de coños y de senos.

Olga se corrió ruidosamente con su teléfono en el coño. Cuando lo sacó, ya no funcionaba.