miprimita.com

Los Agentes del Ojo (23)

en Grandes Series

Joe Ryder no tenía ninguna oportunidad. Por lo menos había doce hombres, entre soldados y carceleros, acompañando a la Duquesa Sofía. Teniendo en cuenta que esas criaturas de piel roja eran mucho más fuertes que un ser humano normal no tenía esperanza alguna de poder hacerles frente, pero pensó para si "¡Que demonios! Si voy a morir de todos modos, mejor que lo haga peleando"

Se puso en guardia. Como única arma tenía la antorcha. Seguramente aquellos tipos eran ignífugos, se dijo… pero de repente todos excepto la Duquesa se desplomaron contra el suelo, inconscientes.

¿Qué? — exclamó la Duquesa mirando a su alrededor — ¿Qué es esto?

¿Qué posibilidades había de que todos tus hombres cayeran dormidos al mismo tiempo y en este preciso instante? — dijo una voz al otro lado del pasillo —

Ryder reconoció la voz. Era su amigo el profesor Traknor. Venía acompañado de un soldado y se acercaba tranquilamente sin prisa ninguna hacia donde estaban ellos.

¡Caramba! — exclamó Ryder — ¿has venido a rescatarme?

Eso parece…

¿Qué es esta bestia? — preguntó la Duquesa soltando al hada involuntariamente —

¿Disculpa? — contestó Traknor — tú tampoco eres ninguna belleza…

¡Por fin libre! — gritó Foxglove haciendo cabriolas en el aire — ahora me sacaréis de aquí ¿si?

Perdona pero ¿Por qué vas desnudo? — preguntó el profesor a su amigo —

Bueno, tú también lo estás…

Cierto, pero yo soy un animal…

Confusa, la Duquesa se fijó en el oficial del ejército que se había quedado rezagado y contemplaba la escena con desconfianza.

Capitán Asmodeus — le susurró— ayúdeme a reducir a los prisioneros, no se quede ahí parado…

Lo siento mucho, señora Duquesa, se que le debo fidelidad a usted y al Rey, pero lo que me pide es imposible.

¿Qué has dicho?

Me temo, Duquesa, que ese que ve ahí es el hombre que amo, y aunque me condenen por traición no podría hacer nada en su contra.

¿Cómo has hecho eso de dejar inconscientes a los soldados? — preguntó Ryder —

Es magia. Una vez he sido capaz de comprender que en esta realidad basta con desear algo con fuerza para que suceda el resto es coser y cantar. Creo que soy el mago más poderoso de este mundo.

¿Qué? — Ryder observó a su amigo con suma incredulidad — eso es imposible…

Son las leyes físicas de este mundo — contestó Traknor —

No se como has podido poner a dormir a todos mis soldados —interrumpió la Duquesa — pero los dos estáis en un aprieto…

Inmediatamente y sin vacilar, Traknor sujetó del cuello a Sofía y la levantó del suelo para lanzarla contra la pared.

No me gusta que me interrumpan cuando estoy hablando — dijo con muy mal humor —

Julius — intervino el Capitán Asmodeus — no deberías tratar así a la Duquesa. Si decías la verdad cuando me anunciaste que te alistarías al ejército y te quedarías conmigo, no es buena idea que maltrates a la que va a ser tu superior…

¿Qué? — se sorprendió Ryder — ¿Qué es eso que está contando? ¿no lo dirá en serio?

Ya hablaremos de eso más tarde — anunció el profesor y luego se puso a tratar con delicadeza a la Duquesa — Perdóneme, Duquesa, no era mi intención lastimaros ¿se encuentra bien?

No gracias a ti… — contestó ésta hosca —

Dime que no es verdad eso de que te quieres quedar aquí — insistió Ryder —

Julius — intervino entonces el capitán Asmodeus — ¿Quién es exactamente este hombre? No es tu novio ¿verdad?

¡He dicho! — quiso interrumpir Foxglove — ¡Que me sacaréis de aquí! ¿verdad?

Joe — continuó el Profesor — en nuestro mundo no tengo nada, aquí he encontrado el amor, éste hombre me ama sin importarle mi aspecto…

¡Basta ya! — gritó Foxglove emitiendo un intenso resplandor y colocándose en medio de Ryder y Traknor — ¡dejad ya de hablar y hablar, tenemos que escapar de aquí!

Creo que el hada tiene razón — reconoció el profesor —

De eso nada — añadió Ryder — no se trata solo de nosotros, al parecer hay muchos otros prisioneros de nuestro mundo aquí…

¿Hacéis caso a lo que dicen las mascotas? — quiso saber la Duquesa —

¡No es una mascota! — se enfureció Ryder — es un ser pensante y sintiente…

Julius, por favor — intervino Asmodeus — dime que no es tu novio…

¡Vámonos! — decía Foxglove a la vez que intentaba mover al profesor jalando con fuerza de su oreja —

Ryder colocó entonces la antorcha de nuevo en la pared y se dispuso a poner un poco de orden en la situación.

Un momento, estamos hablando todos a la vez, hay que atenerse a un plan…

Es verdad — reconoció el profesor — estamos perdiendo un tiempo precioso…

¡Vámonos ya! — chilló el hada —

Tenemos que liberar al resto de prisioneros de nuestro mundo ¿de acuerdo? — organizaba Ryder — la Duquesa nos guiará hasta ellos —

¿Y por que iba yo a hacer eso? — preguntó ésta —

Por que de lo contrario mi amigo te aplastará la cabeza contra el suelo.

Esa bestia no puede hacerme daño.

Si que puedo — dijo Traknor amenazante — de la misma forma que he puesto a dormir a tus hombres y del mismo modo que el capitán y yo hemos recorrido tres horas de viaje en un minuto. Puedo hacer todo lo que se me ocurra, Olvídate de los hechiceros de tu mundo: yo soy muy superior a todos ellos.

Es un farol… — contestó la Duquesa —

Es todo verdad, Duquesa. Es un guerrero formidable y un todavía más formidable mago — mencionó Asmodeus —

También necesito que alguien me consiga algo de ropa — continuó Ryder — ¿Tu chico puede encargarse?

Asmodeus ¿Puedes hacerlo?

Todo lo que tu me pidas — y diciendo esto le besó en los labios y se marchó —

Y ahora me gustaría hablar contigo antes de continuar con esto — dijo Ryder — Foxglove ¿puedes vigilar a la Duquesa mientras nosotros hablamos?

No se como — contestó el hada — mis poderes no funcionan en ella…

Es una magia muy primitiva… — dijo la Duquesa con desdén —

Ahora si — contestó el Profesor —

El hada poco a poco empezó a sonreír. Luego la sonrisa se convirtió en carcajada y sus tristes ojos, bastante castigados por las lágrimas, se tornaron luminosos.

Se abalanzó en picado entonces contra la Duquesa hasta tocarle en el hombro.

— ¡Esto por meterme en una jaula!

La duquesa emitió un profundo grito de dolor. Se quejaba justo donde la diminuta hada le había tocado. Poco a poco la zona se fue volviendo gris, con el aspecto de la piedra. Luego todo su brazo se había petrificado. En unos segundos todo su cuerpo se había vuelto como si en lugar de una persona se tratara de una estatua especialmente realista.

¿Qué has hecho? — protestó Ryder — ¡Nadie te ha dicho que la mates!

No está muerta — dijo el hada — puedo devolverle a su estado habitual —

De acuerdo, pues eso harás una vez el profesor y yo hayamos hablado…

Ryder apartó al profesor a un lado, lejos aparentemente de los oídos de Foxglove.

Para empezar — dijo Ryder — no sabía que fueras gay…

¿Te molesta?

Me sorprende, por que habíamos hablado de lo buena que está Diana Dywane y de otras chicas y ahora resulta que te quedas con otro hombre…

No soy exigente, me quedo con lo que se me ofrece…

Pues deberías intentar ir a por aquello que desees, y no conformarte con lo que la vida te da…

¿Y que es lo que me da a mi la vida? Soy un monstruo… en nuestro mundo jamás encontraré un hombre o una mujer que me ame como me ama Asmodeus…

¿Y eso como lo sabes? ¿lo has intentado alguna vez?

¡Soy un gorila, por todos los cielos!

¡No! ¡Eres un hombre! ¡Tu cuerpo es el de un gorila, pero tu alma y tu mente son los de una persona!

Nadie en nuestro mundo se acostaría conmigo, soy una bestia…

No eres una bestia, es lo que intentaba que comprendieses en aquel bar. No tienes por que esconderte, si alguien no es capaz de ver más allá del gorila de dos metros es su problema, pero no tienes por que desterrarte a este mundo salvaje por ello. Deja de huir…

En ese momento el capitán Asmodeus llegó trayendo consigo un jubón, un cinturón y un par de botas, más o menos de la talla de Ryder.

¿Es cierto? ¿No vas a quedarte? — preguntó al llegar —

No te preocupes — le dijo a su amado asiéndole por los hombros — en cuanto hayamos rescatado a los prisioneros y hayan vuelto a su mundo nada nos separará a ti y a mi.

Los ojos de Asmodeus estaban llenos de amor. Miraba firmemente a los del Profesor y sonreía lleno de felicidad.

Muy bien, Foxglove, te toca. Deshechiza a esa cruel mujerzuela…

¿Tengo que hacerlo? — contestó el hada haciéndose de rogar —

Tienes que hacerlo — insistió Ryder —

Foxglove simplemente sobrevoló la que ahora era una estatua especialmente realista de la Duquesa Sofía. Parecía que un polvo dorado le hubiera caído por encima. Poco a poco, la piedra se fue tornando carne roja, y en menos de un minuto volvió a ser la que era.

¿Qué ha pasado? — preguntó confusa en cuanto el encantamiento terminó de producirse — no recuerdo nada…

Tienes que conducirnos a donde están los demás prisioneros de nuestro mundo — ordenó Ryder — nuestra hada te ha convertido en piedra y puede volver a hacerlo.

¿Pensáis que os saldréis con la vuestra?

Señora Duquesa — comenzó el profesor — usted no ha comprendido nada. Nosotros somos mucho más poderosos que usted o que sus soldados o que su Rey, podemos hacer lo que queramos. Pero solamente queremos liberar a los prisioneros de nuestro mundo, marcharnos y cerrar el portal. Después yo me quedaré aquí y me alistaré en su ejército. Seré el soldado más valioso que jamás han tenido, y viviré feliz por siempre con mi querido Asmodeus.

No seréis tan poderosos — dijo la Duquesa — cuando me necesitáis para encontrar a los prisioneros…

No querrás ponerme a prueba… — amenazó el profesor —

La Duquesa contestó a la amenaza simplemente con una sonrisa burlona. Eso hizo encolerizar a Traknor que se puso a resoplar.

No entiendes que habéis topado con un físico, alguien que comprende las vicisitudes de las leyes físicas de este mundo — empezó el profesor, lleno de ira — las probabilidades se pulverizan según los deseos de las personas y la realidad se modifica según esos deseos…

Pero Julius — quiso intervenir Ryder —

¿Qué posibilidades existen de que se produzca un terremoto en este mismo momento?

Como consecuencia de estas palabras el suelo bajo sus pies comenzó a temblar. Todos tuvieron que agarrarse a las paredes para no perder el equilibrio, excepto el propio profesor, que se quedó en el mismo sitio, imperturbable.

¿y que posibilidades hay de que ese mismo terremoto cese de inmediato?

Y al decir estas palabras el temblor de tierra se detuvo en seco. Como si jamás hubiera existido.

— ¿Qué posibilidades hay de que te hayas tragado algo poco inusual? — dijo dirigiéndose a la Duquesa —

La Duquesa Sofía se quedó mirando al gorila interrogativamente, pero entonces notó algo saliendo de su garganta. Las arcadas le llevaron a abrirla y de ella saltó una rana viva que cayó al suelo.

La Duquesa se limpió las babas de los labios pero volvió a sonreír.

¿Eso es todo? — quiso saber —

¿Todo? ¿Todo? — Traknor estaba furioso — ¡Puedo hacer cualquier cosa solo con desearlo! ¡En este mundo mis deseos se hacen realidad!

Pero Julius — quiso intervenir Ryder — Si eso es así, es algo que se puede decir de todas las personas que viven en este mundo… no solo de ti…

Exacto — concluyó la Duquesa —

Una duda se dibujó en el rostro del profesor, que contemplaba irritado la sonrisa de la Duquesa. Como para confirmar sus temores, los soldados en el suelo despertaron y se fueron reincorporando a su beligerante pose. Todos ellos sin excepción. Y a estos se les sumó el capitán Asmodeus, que sacó su cimitarra del cinto y se puso en guardia.

Ryder y el profesor miraban atónitos la escena, pronto se incorporaron nuevos efectivos venidos de otros lugares de la mazmorra, todos con las armas en ristre.

Mi señora — dijo el Capitán Asmodeus con voz apesadumbrada — os pido humildemente disculpas por mi comportamiento, no entiendo que puede haberme pasado, esa bestia me tenía hechizado…

Se reconocer un encantamiento cuando lo veo, Capitán — le tranquilizó la Duquesa — ayúdeme a acabar con ese monstruo y quedará completamente exonerado…

Será un verdadero placer.

Mas de Cerecita

Recuerdos de Ana

De compras

Terapia de pareja

A mis pies

Una mosca en la pared

Un hombre afortunado

La Prueba

Usada 3

A mis pies

Usada 2

Usada

Caso clínico

La cura contra el insomnio

Educando a M

Las desventuras de Nicky I

Me da vergüenza hacerlo.

Sentirse cómoda con una amiga

Las fotos de mamá. Capitulo 16.

Las aventturas lésbicas de Cristina. Capitulo 12.

Las fotos de mamá. Capitulo 15.

Las fotos de mamá. Capitulo 13.

Las fotos de mamá. Capitulo 14.

Las aventturas lésbicas de Cristina. Capitulo 10

Las aventturas lésbicas de Cristina. Capitulo 11.

Las fotos de mamá. capitulo 12.

Las fotos de mamá. capitulo 11.

Las aventuras lésbicas de Cristina. capitulo 9.

Las fotos de Mamá, capitulo 10.

Las fotos de Mamá, capitulo 9.

Las aventuras lésbicas de Cristina, Capitulo 7.

Las fotos de Mamá, capitulo 8.

Cena entre amigos

Las aventuras lésbicas de Cristina, Capitulo6.

Las fotos de Mamá, capitulo 7.

Las fotos de Mamá, capitulo 6.

Las fotos de Mamá, capitulo 5.

Las aventuras lésbicas de Cristina, Capitulo 4.

Las fotos de Mamá, capitulo 4.

La peor noche de mi vida

La educación de Natalia. capitulo 2.

Las aventuras lésbicas de Cristina, Capitulo3.

Las fotos de Mamá, Capitulo 3.

La educación de Natalia. capitulo 1.

Las aventuras lésbicas de Cristina. Capitulo 2.

Las fotos de Mamá, Capitulo 2.

Las fotos de Mamá, Capitulo 1.

Las aventuras lésbicas de Cristina. Capitulo 1.

Cristina, Capitulo 6. Las flores.

La peor noche de mi vida

Cristina, Capitulo 1. Las bragas.

Mamá ¿Cómo puedes ser tan cruel?

Diego (Amor entre rejas)

Escribir un relato corto

Las fotos de mamá (16)

Las fotos de mamá (15)

Las fotos de mamá (14)

Las fotos de mamá (13)

Las fotos de mamá (12)

Las fotos de mamá (11)

Las fotos de mamá (10)

Las fotos de mamá (9)

Las fotos de mamá (8)

Las fotos de mamá (7)

Las fotos de mamá (7)

Las fotos de mamá (6)

Las fotos de mamá (5)

Las fotos de mamá (4)

Las fotos de mamá (3)

Las fotos de mamá (2)

Las fotos de mamá (1)

Los Agentes del Ojo (35)

Los Agentes del Ojo (34)

Los Agentes del Ojo (33)

Los Agentes del Ojo (32)

Los Agentes del Ojo (31)

Los Agentes del Ojo (30)

Los Agentes del Ojo (29)

Los Agentes del Ojo (28)

Los Agentes del Ojo (27)

Los Agentes del Ojo (26)

Los Agentes del Ojo (25)

Los Agentes del Ojo (24)

Los Agentes del Ojo (22)

Los Agentes del Ojo (21)

Los Agentes del Ojo (20)

Los Agentes del Ojo (19)

Los Agentes del Ojo (18)

Los Agentes del Ojo (17)

Los Agentes del Ojo (16)

Los Agentes del Ojo (15)

Los Agentes del Ojo (14)

Los Agentes del Ojo (13)

Los Agentes del Ojo (12)

Los Agentes del Ojo (11)

Los Agentes del Ojo (10)

Los Agentes del Ojo (9)

Los Agentes del Ojo (8)

Los Agentes del Ojo (7)

Los Agentes del Ojo (6)

Los Agentes del Ojo (5)

Los Agentes del Ojo (4)

Los Agentes del Ojo (3)

Los Agentes del Ojo (2)

Los Agentes del Ojo (1)

Club de amantes de las mascotas

Olga (14, ¿Final?)

Olga (13, Una semana antes)

Olga (12, el móvil)

Olga (11, la venganza)

Olga (10: más incesto)

Olga (9: Receso)

Olga (8: las fotos)

Olga (7: las ostras)

Olga (6: las flores)

Olga (5: el sobresaliente)

Olga (4: la mancha)

Olga (3: Sólo piensas en tocarte)

Olga (2: la puta de los lavabos)

Olga (1: Las bragas)

La educación de Esther

Respira hondo y sonrie

Matrimonio con hijas

Me vengaré!

Los tres ositos, versión porno

La Familia Addams X: El aniversario.

Buffy X: las chicas con las chicas