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Las 4 rosas (04)

en Grandes Series

No la importo en absoluto saber que el macho, despues de fornicar se quedaba tan exhausto como ella. A Blanche lo unico que la interesaba era estar comoda sobre su lomo y evitar los posibles roces de sus delicadas piernas con las ortigas, que por cierto en aquella zona crecian lozanas, robustas y abundantes.

Finalmente Blanche hubo de desistir del intento sin haber logrado su objetivo, tras cuatro horas de marcha hubo de regresar sin haber visto el final de la tapia para evitar que la noche la alcanzara en el campo.

Aun asi llegaron al carruaje cuando comenzaba a hacerse de noche y Drum daba ya evidentes muestras de preocupacion por la seguridad de su ama.

De regreso hacia el hotel Blanche penso que tampoco estaria mal cambiar de vez en cuando a Morceb por Drum en el papel de amante, al fin y al cabo el negro era todavia apetecible.

Las calles de Nueva Orleans presentaban a esas horas una nueva animacion que ella apenas habia intuido en Natchez.

Ciertas casas mantenian encendidos farolillos en sus puertas y de ellas salia musica o el ruido de alborotadas risas.

Con cierta frecuencia se cruzaban con parejas que evidentemente no eran matrimonios, y muchas mujeres de edades inciertas, solas o en grupo, acechaban al viandante para ofrecerle un poco de placer por unos dolares. Incluso negras y negritos ofrecian sus cuerpos como mercancia.

Ya sin prisas Blanche habia ordenado a Drum poner los caballos al paso para no perderse nada del espectaculo callejero.

Incluso en la puerta de ciertos locales habia un negro que invitaba a pasar a los viandantes.

Picada en la curiosidad Blanche hizo detener el carruaje y bajando de el se acerco hasta la puerta de uno de ellos.

Inmediatamente un negro vestido de librea se acerco a ella y pregunto servilmente.

- Un reservado para el espectaculo seora ?.

- Si.

Rapidamente el negro hizo una sea a una negrita y esta se dirigio a Blanche diciendo.

- Sigame seora.

La negrita la condujo a traves de un largo y poco iluminado pasillo desde el que se oian las voces y las risas de muchos hombres hasta situarla en un pequeo cuartito equipado con un amplio sofa cubierto con una funda y que todavia olia a recien lavado. Una mesita completaba todo el mobiliario apenas iluminado por la mortecina luz de una lamparilla de aceite que la negra obstruyo con una pantalla tan pronto como ella se hubo aposentado.

- Son diez dolares seora. Dijo la muchacha indicandola que debia pagar el espectaculo que se suponia que iba a ver.

Blanche no esperaba que el espectaculo fuera gratuito pero el precio la parecio elevado. Ella no habia llegado nunca a cobrar tanto por acostarse con un hombre.

Sin hacer el menor comentario abono la cantidad exigida y recibio de la negrita un papel conteniendo un numero.

- Quiere usted compaia seora ?. Pregunto la negrita siempre en el mismo tono respetuoso.

- Que clase de compaia ?. Pregunto a su vez entre sorprendida y divertida por la pregunta.

- La que usted desee seora, disponemos de blancos, negros, blancas, negras, nios, nias, negritos y negritas asi que puede escoger lo que quiera.

- No, de momento prefiero disfrutar del espectaculo.

- Algo de beber seora ?.

- Mejor algo de comer, contesto pensando que ya era hora mas que pasada de cenar y su estomago reclamaba alimento.

Antes de salir la muchacha corrio una cortina dejando al descubierto una ventana cubierta por una tupida celosia que daba un escenario donde un grupo de negros daban los ultimos toques a la decoracion.

En algun lugar oculto a la vista de los espectadores varios musicos afinaban sus instrumentos.

Mientras esperaba la llegada de la cena o el comienzo del espectaculo se dedico a observar el decorado del reducido cuartito.

Las cortinas cubrian tres de sus cuatro paredes y la cuarta, aquella que daba al escenario tenia a ambos lados de la ventana sendos cuadros con escenas atrevidas, en uno de ellos se podia distinguir una joven desnuda montada en un caballo blanco. El cuadro pintado de perfil mostraba claramente los senos de la joven asi como su larguisimo pelo rubio que rozaba el lomo del animal.

El otro cuadro mas atrevido todavia mostraba un joven musculoso de cuerpo irreprochable, desnudo de cintura para arriba observando como una mujer retiraba de su cuerpo las ultimas prendas que ocultaban su desnudez.

Un estrecho biombo ocultaba una minuscula parte del cuartito y como Blanche suponia tras el se ocultaba el ultrapresente orinal.

Momentos antes de que comenzaran a encenderse las candilejas un negro de cuerpo escultural, cubierto tan solo con un sucinto taparrabos entro con una bandeja de asado que dispuso en la mesa.

- Son tres dolares seora. Dijo el negro

Blanche abono la cantidad antes de escuchar al negro que preguntaba.

- Desea algo mas, seora?.

- No, puedes retirarte.

Casi en el mismo momento en que Blanche comenzaba a cenar el telon se levanto y la musica comenzo a sonar.

En escena aparecio una joven que con meticulosa lentitud fue desprendiendose al ritmo de la musica de las ropas que la cubrian hasta quedar completamente desnuda antes de retirarse entre los enfebrecidos aplausos de los espectadores.

Desde donde Blanche se encontraba apenas si podia distinguir los bultos de los espectadores de la primera fila pero por las formas de sus atuendos y por la tonalidad de sus voces se dio cuenta de que habia mujeres y hombres.

Al comenzar el segundo numero Blanche habia dado buena cuenta del asado y un negrito de unos diez aos, tan desnudo como su madre lo trajo al mundo vino a retirar el servicio y a preguntar de nuevo si deseaba algo mas.

Durante un momento Blanche observo el sexo del machito, aun no estaba desarrollado pero que ya presagiaba que seria un miembro de los mas apetecibles.

- Escucha muchacho, delante de la puerta de entrada hay un carruaje con dos negros, uno se llama Drum. Traemelo aqui.

- Si seora. Contesto el machito saliendo rapidamente.

El segundo numero lo represento una joven regordeta que aparecio ante el publico ya casi desnuda.

Tras unos pasos de baile al son de la musica termino de desnudarse y saco un artefacto en forma de sexo de hombre en ereccion.

Despues de pasarselo repetidamente por los pechos haciendo hincapie en los pezones lo deslizo por el vientre acercandose cada vez mas y mas al rizado triangulo de su sexo.

Poco despues comenzaba a abrir las piernas al tiempo que se introducia el artefacto entre los muslos.

A medida que abria las piernas el consolador comenzaba a tocar el sexo cuyos labios se abrian al contacto con la rigidez del consolador.

No tardo en comenzar a introducirse la imitacion de sexo macho en su propio sexo haciendolo entrar y salir repetidamente.

La expresion de concentracion y placer que comunicaba su rostro indicaba claramente que la joven gozaba con lo que estaba haciendo.

Mas o menos sobre la mitad del numero llamaron a la puerta y el muchachito hizo entrar a Drum en el cuartito.

La falta de luz hizo que este se quedara parado mientras el negrito reclamaba a Blanche cinco dolares mas.

Esta vez el negrito no pregunto si necesitaba algo mas, tan solo se retiro discretamente.

- Echa el pestillo Drum. Ordeno casi sin separar la vista del sexo de la mujer que en ese momento engullia la imitacion rigida en toda su longitud hasta hacerlo desaparecer completamente en su interior.

Durante unos instantes Blanche se pregunto si deberia permitir que Drum viera desnuda a una mujer blanca, por muy prostituta que fuera seguramente tendria su orgullo y se sentiria molesta si descubria que era observada por un negro, pero se dijo que quien se exhibia asi en publico debia asumir ser vista por cualquiera que estuviera detras de las celosias, ademas, tampoco estaba segura de que no hubiera algun negro entre los ocupantes de la sala, admas estaban tambien los propios negros de la casa.

Finalmente decidio que Drum podia ver cuanto quisiera, al fin y al cabo deberia acostumbrarse cuanto antes a estar desnudo y a ver a los demas desnudos dadas la ocupaciones a que pensaba destinarle.

- Ven, sientate aqui. Ordeno sin separar la vista de lo que ocurria en el escenario.

Obedeciendo su orden Drum vino a sentarse junto a ella en el momento en que la mujer se retiraba del escenario despues de haber terminado su numero.

Hubo un corto parentesis de interrupcion del espectaculo y desde la sala volvieron a llegar las risas y los comentarios obscenos de los hombres comentando la actuacion de la ultima mujer.

Sin ningun recato ni inhibicion Blanche extendio la mano depositandola en la entrepierna de Drum buscando sus atributos de macho.

Por unos instantes el negro parecio desconcertado. Temeroso de que alguien pudiera sorprenderle en semejante actitud con su ama, sabia que de ser descubierto el siempre llevaria la peor parte, miro a su alrededor primero y despues al escenario, por fortuna vacio.

A pesar de todo Blanche no tuvo ninguna dificultad para encontrar el grueso y desarrollado sexo del negro ya a medio camino entre la flacidez y la ereccion.

Drum se sobresalto cuando una mujer ya entrada en aos aparecio en el escenario y se encamino hacia el centro.

Blanche no dejo de manosear el miembro del negro notando como rapidamente iba adquiriendo mas tamao y dureza. Ella se sentia segura, sabia que desde el escenario no podia ser vista, ademas aquel era el lugar indicado para hacer todo lo que se la antojara sin que nadie la molestara.

- Queridos amigos. Dijo la mujer en voz alta dirigiendose al publico. Siguiendo la tradicion de las mejores casas de Nueva Orleans iniciamos hoy una serie de sorteos que supongo que seran del agrado de todos vosotros.

En lo sucesivo, todos los viernes, a medio espectaculo sortearemos entre nuestros distinguidos clientes dos negritas con las que los afortunados podran pasar la noche en una de nuestras mejores habitaciones, les deseamos suerte a todos y para los que sean elegidos por ella, nuestra mas cordial enhorabuena.

A una seal de la mujer aparecieron dos negras vestidas con trajes de llamativos colores con abundantes puntillas que ocultaban completamente sus cuerpos.

Una era joven, no pasaria de dieciseis aos, la otra era una negra madura de no menos de treinta.

Esta entrego a la mujer una bolsa grande abultada por su contenido.

La mujer la agito delante de los espectadores mientras decia.

- En esta bolsa estan todas y cada una de las bolas con los numeros de cada una de las entradas, se sacaran dos de ellas y el primero de los afortunados podra elegir entre las dos negras, el segundo debera conformarse con la que quede.

Una mano inocente se encargara de sacar las bolas y despues quien quiera podra comprobar que su bola estaba contenida en la bolsa.

En el escenario aparecio el negrito que habia estado en el reservado de Blanche, seguia totalmente desnudo.

A una indicacion de la mujer el machito introdujo la mano en la bolsa sacando una bola que mostro a los espectadores antes de entregarsela a la mujer.

- El cuarenta y tres, dijo la mujer en voz alta.

En la sala se formo un pequeo revuelo mientras la gente comprobaba sus numeros.

- Yo, grito un hombre al que Blanche no podia ver desde su sitio.

- Muy bien caballero quiere subir al escenario para que sea comprobado su numero.

Poco despues un hombre de unos cincuenta aos subia al escenario entregando a la mujer el trozo de papel con el numero premiado.

- Bien caballero ha elegido ya su negra o prefiere que se desnuden para poder examinarlas.

- No, ya he hecho mi eleccion, dijo tomando a la joven por un brazo. Prefiero desnudarla por primera vez en un lugar mas intimo.

Desde la sala se alzaron algunas voces de protesta, la decision del hombre privaba a los espectadores de parte del espectaculo.

- Muy bien caballero, dijo la mujer, podra ocupar la habitacion tan pronto como acabe el espectaculo, en ella encontrara a la negrita.

El hombre bajo del escenario y la negrita se retiro por el lateral mas proximo a donde se encontraba Blanche.

A esta la parecio que en los ojos de la negrita brillaban un par de gruesas lagrimas que estaban a punto de derramarse por sus mejillas.

El machito saco la segunda bola y la mujer grito el numero ciento cuatro.

Esta vez la suerte correspondio a un joven delgaducho y largo que sin pesarselo dos veces subio al escenario y sin el menor recato ordeno a la negra alzarse las faldas haciendo que sus piernas aparecieran a la vista del publico, con mano decidida el joven levanto aun mas las ropas hasta que los muslos y el sexo quedaron a la vista de los espectadores.

Con la misma decision las manos del joven recorrieron la piel de la negra durante unos momentos antes de hacer que se diera la vuelta y mostrara sus nalgas al publico. Tras manosear unos momentos las nalgas se dio por satisfecho volviendo a la sala.

La negra se compuso las ropas y abandono el escenario.

- Bien dijo la mujer, el espectaculo se reanudara dentro de unos momentos.

Durante todo el tiempo que habia durado el sorteo, Blanche habia seguido manoseando el sexo de Drum hasta hacerle alcanzar la dureza deseada al tiempo que su propio sexo comenzaba a destilar abundante jugo por la excitacion.

Tomando la mano de Drum se la llevo entre sus muslos depositandola sobre su sexo.

Tras unos instantes de duda, Drum empezo a acariciar a Blanche a traves de la braga que la protegia aumentando lentamente la excitacion de su ama.

Blanche se dejo hacer durante unos minutos y despues ordeno al negro.

- Quitame la braga.

Drum dudo un momento, sin duda era la primera vez que oia semejante nombre y tardo un poco en relacionar la palabra con aquella prenda que dificultaba el contacto directo con el cuerpo de su ama.

Finalmente el negro comprendio los deseos de Blanche y arrodillandose ante ella procedio a retirarla con delicadeza la fina prenda.

- Sientate otra vez. Ordeno Blanche cuando se sintio ya sin obstaculos para realizar sus deseos.

En segundos extrajo el rigido sexo de Drum de sus pantalones y dando la espalda al negro, situo una pierna a cada lado de las del negro se fue agachando hasta hacer que ambos sexos coincidieran.

Poco despues Blanche se sentaba sobre Drum sintiendo el calido y rigido sexo del negro en sus entraas.

Blanche no se preocupo en ningun momento de que con su postura impedia al negro ver el espectaculo que seguia desarrollandose en el escenario.

El nuevo numero habia empezado con un enorme hombre tumbado sobre un pequeo estrado que habian puesto sobre el escenario.

Vestido con ropa de trabajo, gruesas botas, el sombrero y una corta fusta en la mano parecia un capataz o un amo descansando, con los ojos cerrados, momentaneamente de las duras tareas del campo.

Una negra cargada con un voluminoso fardo paso ante el dos veces sigilosamente como intentando no molestar el descanso del hombre.

En la tercera pasada la negra fingio tropezar haciendo que el fardo cayera al suelo con estrepito.

El hombre se desperto con expresion sobresaltada pero al ver a la negrita la cambio por una sonrisa y la hizo una sea para que se acercara.

Timidamente la muchacha se acerco hasta su amo, que tan solo tuvo que alargar la mano para introducirla entre sus muslos y comenzar a manosearla.

No tardo el hombre en indicar a la negrita que debia agacharse hasta quedar de rodillas junto a el.

Una de las enormes manos del hombre cogio a la negrita por la nuca obligandola a bajar la cabeza hasta llevar su rostro justo a su bajo vientre.

Como si fuera una seal la hembra desabrocho la bragueta del hombre poniendo a la luz el pene totalmente flacido del hombre.

Sin ningun tipo de duda la negrita abrio su boca sacando una agil lengua que inmediatamente comenzo a aletear sobre le hinchada cabezota de sexo del hombre rodeandolo repetidamente en toda su circunferencia.

Al mismo tiempo la gigantesca mano del hombre habia alzado las miseras ropas de la negra y jugueteaba entre los muslos acariciandola una y otra vez el sexo a la vista de todos.

Lentamente el pene del hombre fue tomando turgencia mientras la boca de la hembra lo absorbia en toda su longitud hasta que sus labios tocaban con los testiculos.

Las habiles manos de la negra jugueteaban delicadamente con los testiculos de su amo haciendo que su excitacion aumentara gradualmente.

Continuara.

Datos del autor/a:

    Nombre: Adela.

    E-mail: aadelaa@yahoo.com

    Fuente: Historia originalmente publicada en la lista de correo "morbo".

    Relato protegido e inscrito en el registro de propiedad intelectual.