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Las 4 rosas (35)

en Grandes Series

Blanche entendia poco de acustica pero se daba cuenta que con el descenso del nivel del agua las cosas habian cambiado. Las palabras sonaban como palabras, y los ruidos como ruidos.

En este segundo viaje se hizo acompañar de Drum. Evidentemente el negro era mucho mas fuerte que Jack y ademas confiaba en la astucia de Jack para que supiera cual era el momento justo en que debia tirar de la cuerda. Tenia el proposito de arrancar otro trozo de roca para liberar mas agua.

Esta vez el trabajo fue sencillo. Drum armado con la barra de hierro golpeo la roca en el punto justo y un trozo grande se desprendio siendo arrastrada a continuacion por la corriente que inmediatamente comenzo a formarse.

Esta vez la brecha fue mucho mas grande pero a pesar de que salia mucha mas cantidad de agua el ruido que producia era tan solo el apropiado.

Jack que habia permanecido atento comenzo a tirar de la cuerda y poco despues volvian al pie de la escalera.

Al llegar la noche el nivel del agua habia descendido en casi un metro y Blanche satisfecha dio por concluidos los trabajos del dia.

Intuia que ya nunca jamas volverian a producirse los espantosos ruidos que tanto habian amedrentado a los habitantes de Nueva Orleans durante tantos años.

No sabia que podia haber detras de aquel agujero que ensanchaban poco a poco, pero estaba segura que los ruidos se producian en la cueva y que habian sido amplificados por ella de una forma asombrosa durante todos aquellos años.

Pero dos nuevas preguntas se abrian en su mente.

A donde habia ido a parar todo el agua que habian soltado ?.

Que era realmente lo que producia o habia producido el ruido ?.

Blanche no tenia por el momento contestacion a esas preguntas pero se sentia satisfecha por haber avanzado un poco mas en desenmarañar aquel misterio.

Aquella fue la primera noche que durmio tranquila desde que habia entrado en Las Cuatro Rosas.

Antes de dormirse habia gozado de Lamoro y de Tiara, ambos se complementaban a la hora de dar placer a Blanche y esta gozaba de ellos segun su capricho y conveniencia.

Era magnifico hacerse lamer el sexo por Tiara antes de hacerse penetrar por Lamoro y luego ordenar a cualquiera de los dos que fueran a buscar agua tibia para que la lavara convenientemente sin que ella tuviera que salir de la cama.

Al dia siguiente continuaron los trabajos de ir agrandando la brecha de la cueva y Jack midio la profundidad del agua que quedaba haciendo un nuevo descubrimiento.

El suelo debia ser completamente liso y horizontal ya que en todos los sitios en que arrojo la sonda la medida fue la misma, algo mas de dos metros.

Esto daba la idea de que si bien la cueva era natural, el suelo habia sido nivelado y trabajado hasta presentar una superficie uniforme.

Blanche decidio que su presencia ya no era necesaria en la cueva y mientras los negros seguian agrandando el agujero ella se entretuvo en comenzar a leer los papeles que habia encontrado en la casa.

Empezo con ahinco, tenia verdadera curiosidad por enterarse de la historia de aquella casa pero pronto se dio cuenta que los papeles contenian mucha informacion legal que apenas entendia.

La mayor parte de los documentos hacian referencia a compra-ventas que en tiempos habia hecho un tal Frederic Nielsen. Cartas de negocios en las que el tal Nielsen ordenaba a sus colaboradores hacer tal o cual cosa por encargo suyo.

Estaba enfrascada en la lectura cuando Jack vino a comunicarla que debia bajar a la cueva, habia descubierto algo nuevo y queria que lo viera.

Blanche estuvo tentada de preguntarle de que se trataba pero sabia de antemano la respuesta que Jack iba a darla.

- Cada uno debe enterarse de sus cosas a su debido tiempo.

Asi que siguio al "loco" y bajo a la cueva.

El nivel del agua habia descendido sensiblemente y el ir y venir con la barca se habia convertido ya en una rutina, maxime cuando el agudo Jack habia hecho disponer seis nuevos faroles a lo largo de las paredes.

Cuando llegaron al agujero Jack la mostro un trozo de roca que acababan de desprender.

Blanche la miro y remiro con curiosidad, tratando de arrancarla el secreto que Jack debia querer mostrarla, pero sin atinar con la clave.

- Que pasa Jack ?. No entiendo lo que quieres que vea.

- Mirela bien señorita, estoy seguro que lo descubrira.

Blanche volvio a remirar la roca hasta que de pronto descubrio lo que Jack queria mostrarla.

Su forma era irregular pero geometrica, sus bordes eran rectos y fijandose mucho se podia adivinar en ellos la masa que habia servido para unirla a otras piedras.

De pronto la evidencia salto a los ojos de Blanche. Aquella roca no era igual que la roca que formaba las paredes de la cueva, evidentemente habia sido llevada alli en epocas pasadas y unida a otras piedras para formar un muro que habia embalsado el agua.

La evidencia estaba alli pero seguia sin encontrar una explicacion logica. Por que habia sido tapiada la cueva para almacenar el agua ?.

Blanche no podia decir por que? pero habia algo en todo aquello que no encajaba.

La finca tenia su propio arroyo, es decir, que nunca jamas debio tener falta de agua. Por que entonces alguien se habia decidido a embalsarla en sus cimientos?.

Sumida en la confusion regreso de nuevo a sus habitaciones. Durante un rato permanecio asomada al ventanal que daba a la plaza del mercado, contemplando como los subastadores repetian una y otra vez las excelencias del ganado que trataban de vender.

Viendo como los negros y las negras cambiaban de dueño entre gimoteos. Viendo actuar a los negros parecia que sus dueños anteriores habian sido los mejores amos del mundo y que sentian verdadera pena de ser vendidos a otros amos.

Blanche se distrajo un rato viendo el siempre repetido y siempre distinto espectaculo de la compra y venta de negros hasta que se dio cuenta que muchos de los ojos de los presentes se habian vuelto hacia ella como si se tratara de una alucinacion.

Blanche se dio cuenta que con las comodas ropas de trabajo que llevaba debia tener el aspecto de una campesina y se retiro rapidamente del ventanal.

Era una tonteria mostrarse en publico sin arreglar y tan desaliñada como se encontraba en aquellos momentos.

Se sento decidida a enfrascarse de nuevo en la lectura pero apenas habia leido tres o cuatro documentos cuando oyo que un carruaje se detenia justo en la puerta de la casa.

Inmediatamente reconocio el carruaje de Jesica y se precipito escaleras abajo a recibir a su amiga.

- Lo has conseguido cabezota. Dijo Jesica a forma de saludo mientras en su rostro se dibujaba una amplia sonrisa.

- Todavia no lo se. Contesto Blanche abrazandose a su amiga.

- Me permites pasar a tu casa Blanche ?.

- Naturalmente, quiero que te sientas en ella como en tu propia casa.

- Si soy sincera tengo que decirte que tengo verdadera curiosidad por conocerla. Desde que era muy niña he oido historias horribles sobre ella, pero tambien que era la mejor casa y la mas grande de la ciudad.

- Pues ahora puedes verla a tus anchas y decidir si tu curiosidad estaba justificada o no.

- Ya no hay peligro, verdad ?.

- No, creo que no.

- En ese caso a que esperas para cumplir con tus deberes de anfitriona niña ?. Dijo Jesica riendo.

- Espero a que mi distinguida visitante me haga el honor de entrar en ella. Contesto Blanche con el mismo tono de alegria.

- Vamos.

- Espero que sepas disculpar el desorden, todavia no estoy instalada.

- Niña que le vas a decir a una vieja como yo? no te preocupes, sabre disculpar todo lo que quieras con tal de que empieces a enseñarmela de una vez.

Acompañadas de los perros y Tiara las dos mujeres fueron recorriendo estancia tras estancia, piso por piso.

Al terminar, Blanche no cabia en si de gozo. Jesica habia ido soltando exclamacion tras exclamacion a medida que los salones, las habitaciones y las estancias se sucedian.

No eran exclamaciones de cumplido, Blanche sabia que su amiga era sincera cuando hacia aquellos comentarios.

- Te costara una fortuna volverla a poner en funcionamiento pero al final merecera la pena. Creo que has hecho la mejor compra que podias hacer.

- Gracias Jesica, tu opinion es muy importante para mi.

- Tan solo hay una cosa que me preocupa. Dijo Jesica recuperando su natural tono serio. Estas segura de que no corres ningun peligro en esta casa ?.

- No lo se, creo que no, pero no lo se todavia.

- Has vencido a los monstruos ?.

- A algunos los he matado, pero creo que los mas peligrosos han huido. Dijo con una sonrisa.

Jesica tomo literalmente las palabras de Blanche y haciendo un gesto de pena dijo.

- Cuanto debes haber sufrido criatura. Espero que no te equivoques y que los que han huido no regresen nunca.

- Asi lo espero yo tambien.

- Debo irme Blanche. Habia aceptado un compromiso para comer y ya me he retrasado mas de lo que es conveniente. He venido porque no era capaz de soportar mas la curiosidad y porque tenia verdaderas ganas de confirmar con mis ojos lo que se dice de ti.

- Que se dice Jesica ?.

- Que estas viva y todavia mas guapa que antes.

- No te burles de mi Jesica. Mira que aspecto tengo, parezco una campesina.

- Efectivamente, pareces una campesina pero, una campesina muy guapa y que traera a los hombres de cabeza. Acompañame al carruaje, debo marcharme.

- No diras en serio eso de que te vas a ir sin comer ?.

- Naturalmente que si niña. Yo no podia imaginar que mi viejo corazon no fuera capaz de soportar la curiosidad que sentia pero te prometo que mucho mas pronto que tarde me tendras aqui dispuesta a vaciarte la despensa.

- Dile a Hanna que venga, comeremos juntas y pasaremos una tarde muy agradable.

Blanche acompaño a Jesica al carruaje y se despidio de su amiga alborozada y satisfecha.

La tarde la paso escudriñando papeles pero sin encontrar nada que fuera verdaderamente interesante.

El tal Frederic Nielsen habia sido un prolijo escritor, escribia y recibia correspondencia tanto de America como de Europa y sus negocios eran de los mas variados. Por medio de sus cartas y documentos Blanche fue descubriendo que se habia dedicado a los negocios del algodon, de la cria de ovejas y de animales domesticos, del cafe, de la madera y que llego a invertir en los grandes buques que se dedicaban al transporte de negros entre Africa y America y un sin fin de practicas que solian terminar con buenos resultados economicos.

Al final del dia Blanche bajo a la cueva para ver como habian avanzado los trabajos y constatar que las aguas habian bajado casi otro metro y ya era posible incluso caminar por el fondo de la cueva sin que el agua llegara a cubrir a los negros que debian trabajar en ella.

El boquete se habia hecho enorme y ya podia ver a traves de el lo que parecia una rampa ligeramente inclinada por la que el agua corria presurosa antes de caer en cascada en algun lugar no muy lejano de donde habia sido construido el muro que ahora desmontaban.

Blanche dio por terminados los trabajos del dia con la seguridad de que al dia siguiente se verian por fin libres de toda el agua que habia embalsada.

Despues de cenar regreso a su cuarto dispuesta a enfrascarse de nuevo en la lectura y esta vez eligio un fardo de papel mucho mas nuevo que los que habia escogido anteriormente.

Apenas lo hubo abierto noto que los papeles se separaban y un libro de color rojo cayo al suelo.

La parecio extraño encontrar un libro. Todos los papeles estaban en fardos, perfectamente ordenados pero no encuadernados.

La costo trabajo abrir el libro sin que se rompieran las hojas. El papel estaba demasiado viejo y amenazaba con romperse por los bordes.

Con meticuloso cuidado Blanche abrio la primera hoja y leyo.

Hoy he cumplido siete años, tio Andy me ha regalado este cuaderno y me ha dicho.

- Hiram, escribe en el cuanto te parezca interesante. Asi cuando seas mayor tendras recuerdos de cuando eras niño. Eso me ha dicho Tio Andy pero yo no se que escribir.

La letra era la de un niño. Una letra grande y sin formar, muy similar a la que la misma blanche usaba. El resto de la hoja estaba en blanco.

Por unos momentos Blanche estuvo tentada a dejar el cuaderno, creia que la historia de un niño no tendria mucha importancia para ella.

Lo hubiera echo sin duda, si al leer la segunda hoja no hubiera encontrado una referencia directa a lo que a ella la interesaba.

Tio Andy me ha preguntado por este cuaderno. Me ha dicho que ya debo tener muchos recuerdos apuntados.

Le he mentido, le he dicho que si, pero yo sabia que no he anotado nada desde hace tres años.

Hago el proposito de escribir en el a menudo, pero no se que escribir que no sea que hoy he bajado con papa por primera vez a la cueva. Tenia frio y miedo pero papa se empeño en que bajara. Dice que ya soy un hombre.

Blanche echo mentalmente la cuenta. Cuando Hiran bajo por primera vez a la cueva debia tener unos diez años. Su letra se habia vuelto mucho mas firme y clara que la de la primera hoja.

Papa me ha llevado hasta donde la cueva se estrecha y me ha dicho que mas alla hay un agujero por el que podria caer. Me ha advertido que no pase nunca de alli.

Continuara...

Datos del autor/a:

    Nombre: Adela.

    E-mail: aadelaa@yahoo.com

    Fuente: Historia originalmente publicada en la lista de correo "morbo".

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