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Las 4 rosas (27)

en Grandes Series

Grito que se repitio momentos despues cuando intento levantarse de nuevo. Esta vez si que Blanche la vio caer al suelo. Sin duda tenia algun hueso roto, pero eso era de poca importancia para Blanche en esos momentos.

Se concentro de nuevo en la puerta de Las Cuatro Rosas esperando y deseando ver salir a Drum en cualquier momento.

La tensa espera se prolongo todavia un rato pero por fin aparecio el fornido negro llevando en la mano la lampara todavia encendida.

Con movimientos tranquilos Drum procedio a apagar la lampara y a dejarla cuidadosamente en el suelo, junto a la puerta de la casa, antes de dirigirse al encuentro de Blanche.

Esta respiro aliviada y la tension acumulada se fue distendiendo tanto en ella como en los grupos de curiosos.

- Sube, sientate aqui, a mi lado y cierra la puerta.

Drum dudo unos instantes, nunca se habia podido imaginar que su ama le ofreciera un sito en el interior del carruaje.

Una vez aislados del grupo de curiosos Drum informo a Blanche de que la escalera terminaba en una amplia estancia que parecia haber sido en otros tiempos lugar de almacenamiento de trastos viejos dada la cantidad de ellos que habia visto.

- Hay una trampilla ?.

Drum la miro desconcertado como si pensara que debia decir algo que a Blanche no la fuera a gustar. Le vio dudar unos instantes hasta que finalmente dijo.

- Puedo hacerla una pregunta ama ?.

- Si.

- Como sabia usted que existian la escalera y la trampilla ?.

- No tiene importancia. Lo importante es que lo sabia.

Drum miro a Blanche como si pensara que alguna de las artes de Derim debian haber pasado a su ama.

- Si ama, hay una trampilla, es de madera, muy grande y pesada.

- Estaba abierta o cerrada ?.

- Cerrada.

- Bien, continua.

- La trampilla estaba cerrada pero se notan en ella muchas marcas como de arañazos, incluso parece que ha sido mordida en algunos sitios.

La fantasia de Blanche se imagino a alguno de los infernales monstruos arañando y mordiendo la madera por alguna razon inexplicable pero finalmente se impuso la razon y volvio a preguntar.

- Que puede haber hecho esas marcas en la madera ?.

- No estoy seguro ama, pero yo diria que han sido los perros, parece como si hubieran perseguido algo que se hubiera escondido tras la trampilla y se hubieran liado a arañar y morder la madera.

Tanto Blanche como Drum permanecieron en silencio durante unos instantes luego el negro añadio preocupado.

- Sabe usted si en la casa ha habido disparos recientemente ?.

- Por que ?.

- Hay una mesa casi al pie de la escalera llena de agujeros de bala, como si alguien la hubiera tomado por blanco hace poco tiempo.

- Cuanto tiempo ?.

- No se, quiza un año o menos.

Inmediatamente Blanche relaciono los agujeros de los que hablaba Drum con el tiroteo que Arthur Warner habia mantenido con el o los monstruos.

- No habia nada encima de la mesa ?. Pregunto recordando que Arthur habia asegurado que habia visto alli uno o varios de los monstruos.

Drum volvio a mostrar su sorpresa. Como lo podia saber su ama?.

- Si que habia, claro que habia. Menudo susto me dio cuando desde arriba lo ilumine con el farol.

Al principio pense en ratas o en gatos, parecia como si muchos gatos me estuvieran mirando desde abajo.

- Y que era ?. Pregunto Blanche impaciente.

- Un espejo, un espejo roto en muchos trozos que habia encima de la mesa.

Blanche prorrumpio en carcajadas. Resultaba que lo que Arthur Warner habia confundido con un monstruo de multiples ojos no era mas que un espejo roto? Cuanto miedo debia haber pasado el hombre para confundirsde de aquella manera?

- Hay algo mas que puedas contarme ?.

- No ama, creo que nada mas.

- Vuelve con las negras y ocupate de que hagan bien el trabajo.

Una vez que Drum hubo abandonado el carruaje Blanche respiro aliviada, era consciente que aun quedaban muchas cosas por aclarar, que aquella casa encerraba todavia misterios que la sobrecogian pero a medida que iba pasando el tiempo algunas de las piezas comenzaban a encajar.

Si Jack tenia razon, y todo parecia indicar que si la tenia, tras aquella trampilla de pesada madera debia encontrarse el refugio de los negros que habitaban la casa. El problema estaba en como hacerles salir de su escondrijo y quien podia encargarse de ello.

El resto del dia lo paso Blanche imaginando mil formas para hacer salir a los negros pero a todos sus planes terminaba por encontrarles algun defecto que los hacian inviables.

Sabia que no podia encargar a nadie que realizara tal mision, nadie en su sano juicio se atreveria a bajar a las entrañas de aquella casa para hacer salir a los negros de su escondrijo.

Por un momento penso en Jack, era posible que aquel loco fuera lo suficientemente temerario como para hacerlo ?. No, posiblemente no, parecia demasiado precavido para arriesgarse a tanto.

Poco antes de que regresara Jack para introducir de nuevo los perros en la casa revendio las negras y regalo al comprador la negra accidentada. La habian entablillado la pata rota pero por la hinchazon del miembro Blanche sabia que la lesion no tenia cura. Mas tarde o mas pronto la negra moriria.

Regreso al hotel, no tenia ganas de hablar con nadie, sus pensamientos estaban demasiado ocupados en tramar un plan que pudiera ser efectivo.

Durmio poco, la preocupacion era constante hasta que llego a una conclusion logica. Suponiendo que en la casa habitaran negros. Los ruidos, las vibraciones y los fantasmagoricos sonidos que procedian de ella debian ser poco peligrosos dado que los negros habian permanecido en la casa mientras se producian. No podia imaginarse a ningun demonio o monstruo haciendo un pacto de respetar a los negros y de atacar a los blancos.

Una de dos, o los negros dominaban aquellos fenomenos y los producian cuando querian y les convenian, o aquellos monstruos eran tan inofensivos para unos como para otros.

Pero no podia olvidar un detalle que era fundamental en la historia.

Segun todos, los fenomenos habian comenzado justamente despues de la desaparicion de cuatro personas y los negros habian sido los primeros en huir de la casa.

Era evidente que los negros que hoy habitaban la casa eran distintos de aquellos que huyeron hacia mas de sesenta años, luego cuales eran las diferencias entre unos y otros?. Por que unos habian huido aterrorizados y otros vivian sin mas problemas?.

Habia todavia demasiadas zonas oscuras en la historia que la habian contado.

Fuera como fuere Blanche llego a una ultima conclusion, nadie que no fuera ella tenia el menor interes en desafiar los poderes ocultos de la casa ni en desenmarañar los misterios que en ella sucedian.

Los cinco dias siguientes los dedico a permanecer con sus perros, sabia que solo aquellos animales podian ayudarla. Ellos no conocian la historia y no se sentirian falsamente intimidados por habladurias.

Si los perros rehuian entrar en la casa es porque el peligro debia ser real, si ellos entraban era posible que hubiera algun peligro pero un peligro a escala humana, un peligro que era posible vencer.

Los dos ultimos dias los dedico a pasear continuamente con sus animales. Los fue sacando por parejas de sus perreras y caminaba con ellos por entre las jaulas para que los demas perros se acostumbraran a su presencia, la vieran con ellos y fueran conscientes de que ella era la dueña de todos.

La parecio increible ver como los mastines, aquellos animales formidablemente poderosos, se habian habituado a su presencia y no solo la aceptaban como dueña sino que se permitian restregarse contra sus piernas como si desearan expresar con este metodo las gracias por los cuidados que les dispensaba.

Cuando estuvo convencida de que los animales la aceptaban y la respetaban hablo con Jack.

- Necesito que mañana saques los perros al amanecer.

El loco la miro sorprendido, era evidente que no esperaba esa orden y tardo unos momentos en reaccionar.

- Mañana sera un dia especial ?.

- Es posible.

- La cabeza de Jack todavia no ha decidido.

- Pues la cabeza de Jack tiene poco tiempo para decidir.

- Ya. Dijo laconicamente alejandose de Blanche. De pronto volvio sobre sus pasos y dijo.

- Mañana al amanecer ?.

- Al amanecer.

Sin mas palabras se separaron, Blanche no sabia todavia si el loco se habia decidido o no a acompañarla.

Aquella noche Blanche dejo preparado sobre la mesa de su cuarto el revolver y suficiente municion como para hacer frente a los imprevistos que pudieran surgir. Por la tarde habia hablado con Drum sobre la situacion exacta de la escalera e incluso habia ordenado al negro que sacara y quemara la alfombra que la habia ocultado. No queria volverse loca buscando una escalera oculta cuando entrara en la casa.

Jack llego puntual, incluso se podia deducir por su actitud que cuando Blanche llego al amanecer el ya llevaba esperando bastante rato.

Por primera vez sin testigos, sin que intercambiaran una sola palabra Blanche, mas decidida que nunca abrio la puerta de Las Cuatro Rosas y permitio que Jack llamara a sus perros.

Los animales salieron a la llamada de su amo sin dar la mas minima muestra de excitacion o nerviosismo que no fuera habitual en ellos.

Sin decir palabra, cada uno rumiando sus pensamientos se alejaron de la casa, y Blanche regreso a pie al hotel donde ya la esperaba Drum con el carruaje preparado para desplazarla rapidamente hasta los corrales del señor Carrot.

El negro que cuidaba de los corrales a esas horas le entrego los dos mastines a peticion de Blanche. Y poco despues regresaban a la ciudad.

El sol apenas si habia comenzado a despuntar en el horizonte cuando Blanche estaba de vuelta en la plaza del mercado decidida a llevar a cabo sus planes.

La actividad de la plaza todavia no habia empezado y por lo tanto nadie, o casi nadie fue testigo de su entrada en la casa.

Llevando las correas de los dos mastines junto con la lampara en una mano, y el revolver en la otra, entro por primera vez en la casa que tantos quebraderos de cabeza y tanto miedo la habia hecho pasar desde que conocio su existencia.

Rapidamente se oriento hacia la zona en la que segun Drum debia encontrarse la escalera. Los animales caminaban tranquilos sin dar la menor muestra de inquietud, solo de vez en cuando se detenian para mirar hacia su ama. Parecia como si captaran que esta se iba poniendo mas y mas nerviosa a medida que avanzaba por los amplios y limpios corredores. Blanche no percibio ni rastro de la niebla de la que el sheriff habia hablado y lo interpreto como una señal tranquilizadora.

Desde el primer momento en que habia hecho entrar a las negras, y habia visto como salia el polvo por las ventanas, estaba convencida que lo que Arthur habia llamado niebla, no era otra cosa mas que polvo en suspension, acumulado durante mas de medio siglo.

Pero Blanche no olvidaba que segun el sheriff, aquella niebla unas veces le perseguia y otras le precedia, eso era mucho mas dificil de explicar, era facil comprender que el polvo se levantara al paso de una persona dandole la sensacion de que era perseguido por el, pero como se podia levantar antes de que la persona pasara?.

De pronto los dos perros se detuvieron mirando hacia un punto en el que Blanche no fue capaz de distinguir nada. Lentamente sin hacer el menor ruido levanto el arma dispuesta a disparar al invisible enemigo.

Momentos despues oyo un ligero ruido, algo asi como un roce proviniente de aquel lugar y en un instante vio como algo corria alejandose precipitadamente de ellos. Casi instintivamente el dedo de Blanche se cerro sobre el gatillo hasta el punto de casi hacerle disparar.

- Una rata, se dijo, respirando al fin con alivio.

A pesar de que habia visto claramente una rata el hecho fue suficiente para desatar todo el miedo que habia conseguido dominar hasta esos momentos.

Cada mueble, cada sombra, cada ruido de sus propios pasos o de los perros aumentaba el terror que sentia hacia aquella casa.

De pronto los dos perros se detuvieron un instante, sus cuerpos tensos, y su actitud indicaban claramente que habian olfateado algo. Blanche seguia sin ver nada pero tuvo poco tiempo para meditar. Los perros tiraron de ella hacia una puerta lateral, segun sus calculos en direccion opuesta a la debia seguir.

Intento detener a los animales pero se vio arrastrada por su enorme fuerza. Pronto se vio en la disyuntiva de soltarlos o seguirlos.

Era tarde, demasiado tarde pera enmendar el error que habia cometido al escoger a aquellos impresionantes animales. Ellos con su enorme fuerza la llevarian a donde les llevaran sus instintos. Se sentia incapaz de oponerse a la fuerza que la arrastraba.

Casi sin esfuerzo empujaron una puerta que cedio chirriando estrepitosamente.

De pronto Blanche se encontro al aire libre. Habian salido a un patio rectangular de respetables dimensiones rodeado en todo su perimetro por la edificacion de Las Cuatro Rosas. No tuvo tiempo para fijarse en detalles pero la casa la parecio incluso mas impresionante desde el interior del patio que desde fuera.

Los perros seguian su decidida marcha casi sin darse cuenta de los esfuerzos que hacia su ama por detenerlos. Llegaron al pie de una escalera y comenzaron a subirla acelerando cada vez mas sus pasos. Por un momento Blanche penso que caeria y se veria obligada a soltar las correas de los animales para no ser arrastrada por ellos pero afortunadamente pudo mantener su rapido paso. Habian llegado al final de la escalera y penetraron de nuevo en la casa una planta mas arriba.

Continuara...

Datos del autor/a:

    Nombre: Adela.

    E-mail: aadelaa@yahoo.com

    Fuente: Historia originalmente publicada en la lista de correo "morbo".

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