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Las 4 rosas (45)

en Grandes Series

Finalmente mis sentimientos hacia el se impusieron y le conteste, sin faltar a la verdad, que le amaba como nunca jamas habia amado a nadie.

Como si fuera un niño grande, dejo de llorar y su rostro se cubrio de un velo de felicidad como nunca le habia visto.

Por supuesto que no consintio en que nos divorciaramos y empezo una lucha enconada contra aquellas personas me difamaban o simplemente que no me miraban con buenos ojos.

Asi que terminamos sufriendo el uno por el otro y encerrandonos en un mundo en el que nos encontramos felices a costa de tener muy pocas relaciones sociales.

Supongo que no es necesario que te diga lo que Arthur ha tenido que luchar para que no fuera despedido de su cargo y sustituido por otro, posiblemente con menos valia que el pero de situacion familiar mas "regular".

- No se porque, pero tengo la sensacion de que Arthur es muy capaz de remontar las situaciones mas adversas. Intervino Blanche tratando de animar a Margaret.

- Quiza devieramos que haber hecho lo que tu, decirlo directamente y dejar que gente lo aceptara o rechazara, pero sin avergonzarnos de nuestro pasado. Reconozco que la culpable de ese intento de ocultamiento fui yo, trataba de protegerle y protegerme de las habladurias de la gente.

- Tan avergonzada te sientes de tu pasado ?.

- Si, mucho mas de lo que puedes imaginarte.

- Arthur tambien se averguenza ?.

- No, el no. Pero a mi me gustaria poder ofrecerle mucho mas de lo que soy para tener la seguridad de que es totalmente feliz.

- Realmente no se que decirte Margaret. Ese es un problema en que me siento totalmente incapaz de decir nada o de dar un consejo.

- Comprendo que tienes razon y te agradezco tu sinceridad, Blanche.

- Te gustaria cenar ya?.

- No, preferiria esperar a que venga Arthur. Supongo que le gustara cenar contigo.

- Quieres tomar algo mas?.

- Si, me gustaria tomar un poco de agua, tengo sed.

- No prefieres tomar otra cosa ?.

- No, un poco de agua sera suficiente.

Margaret agito una campanilla de plata y momentos despues la negra entraba de nuevo en la sala donde las dos mujeres charlaban.

- Por favor, trae a la señorita un vaso de agua fresca.

- Si, ama inmediatamente. Contesto la negra respetuosa.

- Deseas algo mas?. Blanche.

- No, no. Contesto asombrada de nuevo al haber oido a Margaret pedir a la negra las cosas por favor.

- La tratas con mucho miramiento.

- A quien?.

- A esa negra.

- No tengo un trato especial con ella, es asi como trato a mis negras.

- Nunca habia oido a un blanco pedirle algo a una negra por favor.

- Bueno, veras, yo opino que bastante tienen con haber nacido inferiores y tener que servirnos. Procuro que su vida sea lo menos pesada posible.

- Te obedecen?.

- Ya lo ves.

- Y que haces para castigarlas cuando se portan mal.

- Yo solo aplico un unico castigo. Cuando alguna o alguno es reincidente lo vendo, pero tan solo he tenido que vender a un negro que el pobrecito parecia de la piel del diablo.

Ellos saben que en muy pocos sitios van a encontrar un trato como el que encuentran en esta casa y se sienten felices de poder servirnos y seguir en ella.

Blanche se quedo meditando unos instantes sobre lo distinta que puede llegar a ser la naturaleza humana.

Por un lado vio a Hanna sometiendo a sus negros a los mas terrorificos castigos, se vio a si misma que no dudaba en castigar a sus negros cuando era conveniente, y veia la forma de actuar de Margaret. Realmente habia diferencias abismales pero las tres trataban de lo mismo, de someter a los negros.

Claro que si ella hubiera nacido negra y hubiera tenido la posibilidad de elegir no hubiera dudado en quedarse con Margaret.

Fue sacada de sus pensamientos por la llegada de la negra con el vaso de agua.

- Desea algo mas ama?.

- No gracias, puedes retirarte.

- La cena esta lista para cuando ustedes quieran.

- Quiza nos retrasemos un poco, vamos a esperar la llegada del señor.

- No sera lo mismo, la comida se estropeara. Dijo la negra.

- Lo siento pero habra que esperar. No crees?.

- Si claro, ama, si claro.

- Puedes retirarte, procura que no se estropee mucho, ya sabes que al señor le gusta mucho como cocinas.

- La negra parecio satisfecha con las palabras de Margaret y esbozo una sonrisa mientras salia de la sala diciendo.

- No se preocupe, ama, yo me encargo de que la comida no se estropee demasiado.

- Gracias.

A medida que trascurria el dialogo Blanche se sentia mas y mas impresionada. No solo la maravillaba que le negra pudiera hacer una protesta sin que tuviera la mas minima consecuencia sino tambien la habilidad de Margaret para cambiar una protesta en una sonrisa y conseguir lo que queria.

El dialogo entre Margaret y la negra parecia mucho mas digno de una educada y pulida conversacion de salon que el trato entre una persona blanca y su negra.

- Nunca me imagine que pudiera haber alguien tan diplomatico con sus negros. Dijo Blanche.

- Creo que en mundo hay demasiada violencia innecesaria.

- Comparte Arthur tus puntos de vista ?.

- Si, lo que pasa es que por su trabajo no siempre puede mostrarse como es. Su trabajo implica un cierto grado de dureza. No es facil mantener el orden en una ciudad como esta sin ser duro de vez en cuando.

- Seguramente habras visto infinidad de cosas desagradables?.

- Bueno ya sabes donde he pasado una parte de mi vida. Alli se ven y se viven a diario cosas desagradables pero eso no impide que luchemos contra ellas.

- Cuanto debes haber sufrido.

- Supongo que lo mismo que tu.

- No todas somos iguales.

- No, pero todos sufrimos de un solo mal, la falta de cariño y comprension de nuestros semejantes.

- Es muy posible que tengas razon.

- La tengo, Blanche, la tengo. Un poco mas de comprension nos haria sentirnos mucho mejor. Ahi el caso del mismo Jack, hasta que te conocio a ti su comportamiento era mucho mas parecido al de un hosco animal que al de una persona. Fue suficiente que encontrara a alguien que le comprendiera y valorara para que cambiara su forma de comportarse con los demas.

- Yo creo que Jack no es tan mala persona como dicen.

- Nadie lo hubiera dicho hace un tiempo.

- Al parecer estas enterada de todo lo que pasa ?.

- De todo no, pero si de mucho, Arthur tiene la costumbre de comentar conmigo buena parte de su trabajo y yo procuro prestarle el apoyo que necesita.

Por cierto que esta profundamente impresionado por ese libro que le prestaste. Dice que si hubiera sabido todo eso se hubiera evitado muchas noches de insomnio y muchos quebraderos de cabeza.

- Me alegro que le haya servido para tranquilizarse. Dijo Blanche con una sonrisa.

- A mi tambien me ha tranquilizado bastante, no puedes imaginarte lo mal que lo he pasado pensando que en cualquier momento pudiera ocurrirle una desgracia intentando averiguar los misterios de esa casa.

- No habia tales misterios.

- Yo creo que si, distintos a los que todos nos imaginabamos pero la casa tenia suficientes misterios como para tener la fama que tenia.

- Espero que Arthur sea discreto y no cuente lo que paso realmente en mi casa. Dijo Blanche temiendo que una indiscrecion de Arthur pudiera hacer que la gente volviera a tomar terror hacia ella.

- Puedes estar tranquila. Creo que a Arthur no le interesa que se sepa que aquello no fue mas que un refugio de negros durante tantos años.

Sabes ya a que se debian los ruidos ?.

- Realmente no, pero estoy segura de que se deben a motivos naturales y que realmente no encierran ningun peligro.

- Dios te oiga.

El ruido de un carruaje llego hasta ellas desde el exterior y Margaret se puso en pie de un salto.

- Ya esta aqui. Dijo antes de salir presurosa al encuentro de Arthur.

A traves de los vidrios de la ventana pudo ver con cierta envidia como Arthur abria los brazos para recibir en ellos a Margaret.

Blanche sintio nostalgia de los tiempos en que Richard la estrechaba tambien entre sus brazos a pesar de que el jamas habia podido esperarla de pie como Arthur lo hacia ahora con Margaret.

Poco despues los Warner penetraban de nuevo en la sala.

- Hola Blanche, lamento mucho haberme retrasado pero no siempre las cosas salen como uno quiere.

- No te preocupes Arthur, la espera me ha dado la ocasion de hablar con Margaret de cosas de mujeres.

- Espero que no me hayais puesto muy mal. Dijo Arthur mientras miraba cariñosamente a Margaret.

- Que ha pasado ?. Pregunto Margaret tratando de ocultar la turbacion que la presencia de Arthur la producia.

- Recuerdas que hace unos dias te comente que un niño habia caido de un vapor de los que navegan por el rio.

- Ese del que no aparecio el cadaver.

- Si, el mismo. Pues hoy a aparecido el cadaver enredado en las paletas de otro vapor.

- Pobre hijo.

- Lo malo es que no tenemos medios de avisar a sus padres.

- No habian reemprendido viaje a Europa?.

- Si, pero no sabemos a donde, ademas, aunque pudieramos localizarles en Europa seria imposible que pudieran venir a su entierro.

- No, claro, al entierro no pero ...

- Arthur se quedo mirando hacia Margaret de forma interrogativa.

- Pero ... que ?. Termino por preguntar al ver que su mujer no continuaba hablando.

- Supongo que para esos pobres padres seria un consuelo, dentro de la desgracia, saber que al fin el cadaver de su hijo descansa en paz.

- Supongo que si, pero no se a donde podiamos mandales la noticia.

- Estoy segura de que tiene que haber un medio de encontrarles.

- No lo se, pero hare lo que pueda.

- Gracias Arthur.

Blanche se dio cuenta con cuanta facilidad Margaret habia convencido a Arthur de hacer algo que el, en principio habia descartado por imposible.

- Por cierto Blanche, dijo Arthur, que no se te olvide llevarte el libro de Hiram.

- Te ha sido util?

- Muchisimo, nunca supuse que un libro pudiera llegar a ser tan util y aclarar tantos misterios.

- Te sientes mas tranquilo respecto a Las Cuatro Rosas ?.

- Si, mucho mas tranquilo.

La conversacion fue adentrandose en temas triviales mientras daban buena cuenta de una deliciosa cena con un magnifico asado.

Continuara...

Datos del autor/a:

    Nombre: Adela.

    E-mail: aadelaa@yahoo.com

    Fuente: Historia originalmente publicada en la lista de correo "morbo".

    Relato protegido e inscrito en el registro de propiedad intelectual.