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Las 4 rosas (05)

en Grandes Series

Como animando a la hembra, el hombre la golpeaba con la fusta de vez en cuando. No eran golpes fuertes, en realidad mas parecian caricias que azotes.

Poco despues el sexo del hombre habia alcanzado ya la rigidez necesaria para penetrarla. Asi lo debio entender tambien el dado que levantandose hizo que la negra se acostara en el estrado. Dada la enorme corpulencia del hombre no tuvo ninguna dificultad para alzar las piernas de la hembra separandolas del todo.

Nadie en la sala podia dejar de ver los labios coralinos de la negra abiertos por la forzada postura. Incluso el hombre se desplazo unos momentos a cada lado para permitir que los espectadores gozaran con la vista antes de comenzar a retirarse los pantalones.

Para hacerlo hubo de soltar las piernas de la hembra pero esta parecia estar bien amaestrada y se mantuvo con ellas levantadas y tan abiertas como se las habia dejado el hombre.

Sin prisas volvio a situarse junto a la negra, con sus propias manos separo aun mas los labios sexuales, mientras la ruda cabezota de su sexo entraba en contacto con ellos.

Lenta, metodicamente el duro sexo fue abriendose un forzado camino en las entraas de la negra que giraba la cabeza a uno y otro lado, mostrando, no se sabe muy bien si su placer o su protesta.

Deliberadamente el hombre prolongaba mas y mas la lenta penetracion deleitandose en los suaves roces con que la vagina de la hembra le obsequiaba, pero algo debia avanzar ya que aunque lentamente el rigido falo iba desapareciendo de la vista de los espectadores.

A pesar de que Drum no podia ver nada de lo que sucedia en el escenario parecia que participaba de los mismos deseos del hombre ya que lentamente comenzo a mover las caderas forzando un ligero movimiento en el interior de su ama.

Blanche se sentia tan excitada que el mas minimo movimiento la producia un intenso placer. Dejo que Drum fuera adquiriendo seguridad y movilidad hasta sentir que llegaba casi al orgasmo.

- Quieto, quieto hasta que yo te diga! Ordeno concentrandose en lo que ocurria en escena para tratar de prolongar el placer que sentia.

El hombre, por fin habia llegado a hundir su sexo en las entraas de la negra hasta el punto que sus testiculos golpeaban en cada ida y venida contra las nalgas produciendo un suave chasquido apenas audible.

A pesar de todo, el hombre no acelero su ritmico vaiven. Sus poderosas embestidas se hundian a fondo en toda su amplitud hasta que pasados unos minutos el ritmo comenzo a acelerarse de una forma gradual y perfectamente estudiada para contagiar a los presentes de una expectacion creciente.

Blanche se sintio tan contagiada como todos los demas y moviendose sobre Drum le indico que queria que comenzara a moverse de nuevo.

El macho no se hizo rogar satisfaciendo de buena gana los deseos de su ama hasta que esta le ordeno parar de nuevo convencida de que ya la seria imposible detener el orgasmo que estaba a punto de recorrer su cuerpo.

No obstante un cambio que se produjo en esos momentos en el escenario la distrajo lo suficiente como para que el riesgo fuera disipandose lentamente.

El hombre habia dejado de penetrar a la negra y tomandola por la mano la habia hecho arrodillarse delante de el apuntando su sexo reluciente por los jugos sexuales a la boca de la hembra.

Sin el menor genero de dudas, se veia que la negra estaba bien amaestrada, esta saco de nuevo la lengua lamiendo repetidamente en toda la longitud la poderosa lanza que momentos antes se habia hundido en sus entraas.

Parecia que no sentia el menor reparo en degustar y oler los productos elaborados por su propio sexo.

Poco mas tarde empezo a chupar el sexo del hombre, haciendolo desaparecer en la boca como si de una segunda vagina se tratara, luego iba retirandose lentamente hasta dejar el falo al aire en toda su longitud y esplendor.

Sus manos colaboraban acariciando la verga y los testiculos con la misma delicadeza con que lo hubiera hecho una mujer enamorada con su amante. De pronto, el hombre se echo hacia atras sacando la verga de la calida abertura e, instantes despues expulsaba poderosos chorros de semen, algunos cayeron en la boca abierta de la negra, mientras otros se aplastaban contra el rostro formando abundantes y espesos cuajarones blanquecinos que inmediatamente comenzaron a deslizarse hasta quedar colgando de la barbilla.

Tan pronto como el hombre hubo satisfecho su placer fue a tumbarse de nuevo en el estrado, tras mirar unos momentos a la negra la hizo una sea indicandola que debia cargar de nuevo con el fardo y alejarse.

Mientras esta obedecia, el hombre se echaba el sombrero sobre la cara fingiendo que volvia a dormirse.

La gran ovacion que recibio indico a Blanche que el resto del publico se habia sentido tan impresionado como ella misma ante la prolongada y perfecta actuacion.

Antes de que empezara el nuevo numero estuvo tentada de cabalgar sobre Drum hasta alcanzar el orgasmo que retenia desde hacia tiempo. Luego penso que era mejor esperar cuanto la fuera posible.

Este comenzo cuando aparecieron en escena dos jovencitas blancas montadas sobre las espaldas de sendos fornidos negros.

Blanche penso que la escena no se diferenciaba en nada de la que ella misma debia haber presentado aquella misma tarde montada sobre Morceb, a no ser que ambas jovenes estaban totalmente desnudas.

Entraron riendose a carcajadas, como lo pudieran haber hecho dos intimas amigas que comparten un secreto jocoso.

- Que te parece si echamos una carrera ?. Pregunto la mas regordeta de las muchachas.

- Te ganare. Contesto la otra sin titubear.

- Eso ya lo veremos.

- Cuantas vueltas quieres que demos ?.

- Te parecen bien tres ?.

- Si, estupendo.

Con habilidad las dos jovenes condujeron sus cabalgaduras por una rampa que bajaba hasta la primera fila de espectadores.

- Cuento hasta tres. Vale ?.

- Vale.

Al contar tres ambos negros corrieron por el pasillo que habia entre los espectadores mientras estos comenzaron a animar con sus voces a las amazonas.

Cuando pasaron por primera vez por el punto desde donde habian partido ambos negros corrian pegados uno a otro a pesar de que la diferencias de cargas era sustancial.

En la segunda vuelta la cabalgadura de la mas delgada ya llevaba unos metros de ventaja y parecia evidente que seria ella la ganadora pero la fortuna quiso que cuando estaban a punto de concluir la prueba, el negro que llevaba ventaja dio un traspies cayendo estrepitosamente y arrastrando a la delgada joven en su caida.

Los atentos espectadores cercanos se apresuraron jocosamente a alzarla del suelo aprovechando para manosearla un poco.

El negro que venia detras dio un salto logrando salvar el obstaculo que se habia formado ante el, llegando a la meta sin mas dificultades.

Desde lo alto del negro, la joven regordeta comenzo a reirse de la caida de su amiga, que se dolia de algun golpe recibido en un brazo.

Golpe por lo demas sin importancia pero que habia puesto de malisimo humor a la joven.

- Maldita bestia, grito varias veces la joven mientras la punta de las botas de montar, unica prenda que vestian, se hundian repetidamente en las carnes del negro.

- Sube al escenario, animal, ya te ajustare las cuentas. Dijo despues de propinarle cuatro o cinco patadas.

Blanche comprendio por el tono y la energia que la muchacha empleaba con el negro, que el incidente no estaba previsto y el furor y el desprecio que la joven sentia por el negro no era fingido.

- No ama, no me castigues, he tropezado, ha sido sin querer. Dijo el negro en tono de sincera disculpa.

- Calla animal. Contesto la joven propinandole una sonora bofetada.

Gimoteando el negro subio al escenario seguido de su ama y de la otra joven todavia montada sobre su cabalgadura.

Entre las dos ataron al negro a una argolla de las varias que habia fijas en la pared y la enfadada joven tomo un latigo con el que comenzo a golpear la espalda del negro, las nalgas, los muslos y las piernas.

Pronto comprendio Blanche que el latigo, compuesto de varias correas de cuero, debia estar trucado, la energia que ponia la joven en la accion debia ser suficiente como para hacer saltar la piel y brotar la sangre, en lugar de ello tan solo producia en el negro algunas marcas poco acentuadas. Evidentemente el negro se dolia de los golpes pero no tanto como correspondia a la paliza que estaba recibiendo.

La otra joven termino por descabalgar su montura y retener la mano de su amiga que parecia haber descargado la furia con los golpes.

El latigo quedo en el suelo pero la joven despues de desatar al negro se tumbo en el estrado que habia quedado del numero anterior y atrayendo hacia asi al negro por los rizados cabellos le situo la cabeza directamente sobre el sexo haciendose lamer y chupar durante poco tiempo pero intensamente.

El negro, deseoso de hacerse perdonar, parecia poner alma y vida en dar placer a su ama, en pocos minutos los muslos de la joven se cerraron sobre la cabeza atrapandole fuertemente indicando que el placer recorria su cuerpo.

Blanche por su parte habia aprovechado los ultimos minutos para cabalgar a Drum hasta que tambien en ella exploto el orgasmo de forma incontenible.

El numero termino cuando la joven retiro al negro con el pie y los cuatro se retiraron del escenario.

Pasados unos momentos, la mujer que habia rifado a las dos negras volvio al estrado y despidio a los espectadores no sin antes advertir que el espectaculo se repetiria todas las semanas el mismo dia pero que ademas los martes habria un espectaculo especial al " modico " precio de treinta dolares.

Blanche se sintio escandalizada por el precio pero tambien picada por la curiosidad.

Que espectaculo se podria ofrecer por ese precio ?. Sin duda uno de insuperable calidad.

Al salir al pasillo se dio cuenta que no era la unica persona que habia ocupado un reservado. Varias parejas salian por el mismo pasillo e incluso algunas parecian formar parte de grupos mas amplios que posiblemente habian ocupado el mismo reservado.

Morceb esperaba en el carruaje cuidando los intereses de su ama pero por la forma de mirar a Drum, Blanche supo que se sentia celoso de su compaero.

Una vez comodamente aposentada en la carreta penso que no dejaba de tener cierta gracia el hecho de un negro considerara que tenia mas derecho que otro a dar placer a su ama.

Medio dormida llego a la puerta del Excelsior sobresaltando con su llegada al hombre que dormitaba en el mostrador de recepcion.

Blanche se encontraba cansada y se dirigio inmediatamente a su habitacion. Encontro a Tiara dormida sobre la alfombra al lado de la cama, la desperto con el pie para que la ayudara a desnudarse primero y a ponerse el camison despues.

Poco despues Blanche dormia profundamente recuperandose de las agradables experiencias del dia.

Sin poder precisar cuanto tiempo hacia que se habia quedado dormida sintio entre sueos que alguien alzaba la ropa de la cama y poco despues como un cuerpo se metia en ella.

En principio penso que podia ser Tiara pero el extrao proceder la hizo ponerse inmediatamente alerta. Poco despues comprendio que el cuerpo que se ceia al suyo poco tenia que ver con las formas femeninas de la negra. Se trataba evidentemente de un cuerpo de varon o de macho que la resultaba de lo mas agradable.

- Canyon va a dar gustito a su ama. Dijo en un susurro el recien llegado. Blanche descubrio tanto por el acento como por las palabras que se trataba de un negro seguramente acostumbrado a colarse de rondon en la cama de su ama.

Por unos momentos estuvo tentada de dejar que aquel macho desarrollara sus intenciones, pero se dio cuenta que su cuerpo no precisaba mas placer por aquel dia, despues de haber gozado dos veces en la intensa forma en que lo habia hecho preferia sumirse de nuevo en el sueo reparador cuanto antes.

Sin hacer el menor comentario se deslizo del lecho apoyando sus pies sobre el dormido cuerpo de Tiara que como de costumbre se desperto al instante buscando las zapatillas de Blanche para calzarla.

Canyon parecia no darse cuenta todavia de su confusion ya que extendiendo el brazo procuraba alcanzar con la mano las nalgas de la que consideraba su ama.

Blanche fue hasta la puerta dispuesta a impedir la salida del intruso y cuando estuvo en ella ordeno a Tiara.

- Enciende la lampara.

Instantes despues la luz ilumino la estancia permitiendo ver en el lecho un magnifico negro tan sorprendido como asustado.

- No ama, yo no queria ... Dijo el negro.

- Tu no querias que ?. Interrogo divertida.

- Me he equivocado ama. Usted no es mi ama.

- Ya se que no soy tu ama, pero que hacias metiendote en mi cama ?.

- Mi ama me dijo que subiera.

- Aqui, a mi habitacion ?.

- No ama, A otra habitacion. Me he equivocado

Blanche se sentia profundamente divertida al ver los apuros que estaba pasando el negro y la sorpresa de Tiara. Era consciente de que si gritaba formando alboroto o simplemente avisaba al recepcionista el negro terminaria colgando de una soga al dia siguiente. No era esa su intencion. Preferia entrar en contacto con la duea de aquel negro, conocerla y si era posible sacarla unos cuantos cientos de dolares por guardar el secreto.

- Asi que tu ama te ordeno que subieras a su habitacion y tu te has equivocado ?.

- Si ama, eso es.

- Dime inmediatamente quien es tu ama para que pueda comprobarlo, si no, avisare para que te lleven y te ahorquen.

- No ama, no haga eso, Canyon no queria molestarla.

- Dime quien es tu ama ?.

- La seorita Lewis, dijo el negro despues de unos instantes, sin duda penso que era mejor exponerse al furor de su ama que a la muerte cierta que Blanche le ofrecia.

- Espero negro que no me hayas engaado porque maana comprobare lo que has dicho y si es mentira te entregare a las autoridades. Dijo Blanche convencida del que negro habia dicho la verdad.

- Canyon no miente ama.

- Que dice de eso el seor Lewis? Pregunto Blanche intentando averiguar si la seorita Lewis era soltera o casada.

- El seor Lewis no dice nada.

- Lo sabe? Pregunto un tanto escandalizada ante las respuesta del negro.

- Si.

- El sabe que su mujer se acuesta con negros ?.

- Si ama.

Aquella segunda parte de la historia la parecio increible a Blanche entre otras cosas porque la quitaba fuerza a la hora de chantajear a la seora Lewis.

- Busca cuerdas. Ordeno a Tiara.

Poco despues entre Blanche y Tiara ataban solidamente al negro a las patas metalicas de la baera y le introducian un trapo en la boca para evitar que siguiera hablando. Al parecer el negro no estaba muy seguro de que su ama se conformara tan solo con regaarle por su equivocacion e imploraba a Blanche que lo soltara.

Finalmente Blanche pudo volver a dormirse tranquila despues de dejar a Tiara al cuidado de que el negro no se escapara.

Se desperto tarde, mucho mas tarde de lo que era habitual en ella pero de magnifico humor, habia descubierto que la idea de chantajear a la "seora" Lewis le producia una especie de morbo que la resultaba altamente agradable. Estaba deseando saber que habia de cierto en la afirmacion del negro cuando habia dicho que su amo sabia la relacion que su mujer tenia con los negros.

Naturalmente que desdeo la idea de que el desayuno la fuera servido en la habitacion, suponia acertadamente que a aquellas horas los Lewis debian estar preocupados por la desaparicion del negro y seguramente estarian indagando su paradero.

En recepcion pregunto si el seor Rednes habia dejado algun encargo para ella.

- No seora Benson, contesto respetuosamente el recepcionista.

- Han bajado los Lewis a desayunar ?.

- Si, seora Benson, en estos momentos deben estar en el comedor.

Blanche pregunto al jefe de los camareros si conocia a los Lewis.

Este parecio sorprendido por la pregunta. Sin duda los Lewis eran conocidos por todo el personal del hotel.

- Claro seora Benson, en estos momento desayunan en aquella mesa.

- Podria usted acompaarme hasta alli? tengo que hablar con ellos. Contesto Blanche mientras observaba al matrimonio. Ambos pasaban de la cincuentena y su atuendo era elegante pero discreto. La seora Lewis era una mujer regordeta de voluminoso pecho y amplio trasero. Por el contrario el seor Lewis era delgado, muy delgado y sus rasgo mas sobresaliente eran un amplio mostacho que se unia con las patillas.

- El jefe de camareros acompao a Blanche hasta la mesa de los Lewis.

Continuara.

Datos del autor/a:

    Nombre: Adela.

    E-mail: aadelaa@yahoo.com

    Fuente: Historia originalmente publicada en la lista de correo "morbo".

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