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Las 4 rosas (52)

en Grandes Series

Era una señal inequivoca de que Tiara aceptaba su condicion de pertenencia a Blanche y se sentia orgullosa de manifestarlo a los demas.

Drilabe por el contrario se mostraba pasiva, obedecia lo que se le mandaba pero sin que se notara en ella el menor entusiasmo.

A Blanche le parecia que el comportamiento de Drilabe era mucho mas normal que el de Tiara. Nadie espera que un esclavo ponga entusiasmo en obedecer a sus amos.

Pero Blanche sabia reconocer los meritos de Tiara, ella se encargaba de todo lo que hacia que la vida de Blanche fuera realmente comoda sin que esta tuviera que estar mandandoselo continuamente.

Blanche no sentia ningun agradecimiento hacia Tiara, al fin y al cabo no cumplia mas que con su obligacion y el hecho de hacerlo bien la libraba de muchos castigos y disgustos.

- Dile a Tiara que venga. Ordeno Blanche al tiempo que llamaban en la puerta.

No, espera, seguro que es ella.

Si, pasa.

Tal y como habia imaginado, Tiara penetro en la habitacion mirando hacia Drilabe con el ceño fruncido.

- Le has dado un pellizco a Drilabe? Pregunto divertida por la expresion del rostro de Tiara.

Ante la pregunta de Blanche, Tiara lanzo una mirada fulminante hacia Drilabe sintiendose molesta de que la hubiera acusado ante su ama.

- Si ama, contesto Tiara consciente de que la habia pellizcado suficientemente fuerte como para haberla dejado marca.

- Porque es una inutil, ama. No sabe hacer las cosas o no quiere. La he pellizcado para que no se durmiera mientras estaba aqui, y que sirviera diligentemente a usted y su amiga.

Me parece muy bien, en lo sucesivo te encargaras de ordenarla lo que tiene que hacer y de castigarla como se merezca.

Blanche vio como el rostro de Tiara se cubria de una expresion profundamente satisfecha.

- De verdad ama que quiere usted eso?

- Claro, y pobre de ti como vea que no la haces trabajar en serio o no la castigas como se merece. Puedes incluso usarla para que te sirva a ti misma como te de la gana.

- No se preocupe ama, puede estar segura que tendra trabajo suficiente. Dijo Tiara arrodillandose y besando los pies de Blanche

Por cierto que puedes empezar a castigarla cuando quieras. No se ha portado muy bien durante el servicio.

Blanche miraba de reojo a Drilabe y la veia temblar de miedo, sabia que Tiara la odiaba y que iba a ser muy dura con ella.

- Que ha hecho?

- Mi amiga ha querido usarla como orinal y ella ha dejado escapar parte de la orina.

- Lo ve ama, es una inutil.

- Supongo que la señorita tampoco ha sido muy cuidadosa a la hora de dosificar su necesidad.

- No importa, es ella la que tiene que saber tragar lo que la echen.

- Eso pienso yo.

- Quiere que la castigue delante de usted para que lo vea.

- Si, claro.

- Tu, ven aca. Dijo Tiara tirando de los cabellos de Drilabe hasta situarla ante una silla en la que ella tomo asiento.

Siempre tirandola de los pelos la hizo tumbarse sobre sus rodillas y acto seguido comenzo a darla fuertes palmadas en las nalgas.

Drilabe intento no quejarse pero cuando habia recibido una docena de azotes no lo pudo evitar.

La mano de Tiara era ancha y fuerte y caia con fuerza sobre las apretadas carnes.

Blanche se dio cuenta de que Tiara se iba entusiasmando poco a poco, como si disfrutara del castigo que estaba infringiendo a Drilabe, se acerco con una de sus zapatillas en la mano. La entrego a Tiara y volvio a sentarse en el lecho gozando del espectaculo que la ofrecian las dos negras.

Tiara armada con la zapatilla arrecio sus golpes hasta que Blanche dijo basta.

Una vez que Drilabe, de rodillas, hubo calzado a Blanche esta la propino una fuerte bofetada que la hizo perder el equilibrio antes de enviarla de nuevo a Tiara para que hiciera lo mismo. Ahora Drilabe gimoteaba abiertamente y gritaba a cada bofetada que recibia de Blanche o de Tiara en cada uno de sus viajes de rodillas.

- Quieres que te castigue mas perra?, pregunto Blanche deteniendo momentaneamente las idas y venidas de Drilabe.

- No ama, por favor, no ama. Imploro la negra.

- Besame el coño asquerosa! Dijo mientras empujaba la cabeza de la esclava entre sus muslos.

Drilabe se apresuro a obedecerla y Blanche pudo sentir en sus muslos la humedad proveniente de las lagrimas de la negra.

Dejo que pasara un tiempo prudencial drifrutando de los repetidos besos de Drilabe antes de enviarla de nuevo a Tiara.

- Te gustaria que te besara como acaba de hacerlo conmigo? Pregunto Blanche.

- Si ama. Respondio Tiara sin ninguna duda.

- Ordenaselo, puedes hacer con ella lo que quieras.

Tiara parecio sopesar por unos instantes las palabras de Blanche. Luego alargo la mano y tirando de los cabellos de Drilabe condujo la cabeza entre sus muslos apretandola contra su sexo.

- Ama yo... Se atrevio a decir Tiara como si tuviera dudas de que lo que deseaba hacer fuera bien visto por Blanche.

- Mandala lo que quieras, yo te autorizo.

Desde la cama Blanche pudo ver como Tiara se refregaba el rostro de Drilabe contra el sexo animandala a sacar la lengua para disfrutar de algo mas que sus besos.

Poco despues Drilabe suspendia sus gimoteos y se entregaba abiertamente a lamer y acariciar el sexo de su compañera.

Con la mano apoyada en la cabeza de Drilabe, Tiara controlaba la posicion y la intensidad de las caricias mientras con los ojos cerrados emitia una serie de suaves murmullos de placer.

Blanche tambien se excitaba con aquellas imagenes. Imaginaba que quiza fuera la primera vez que alguien acariciaba el sexo de Tiara, la primera vez que sentia una lengua en su intimidad y seguramente la primera vez que estaba a punto de sentir un orgasmo. Sabria la negra lo que era un orgasmo? Quiza no lo habia sentido nunca en su vida y Blanche considero que ya era hora de que Tiara tuviera alguien con quien disfrutar y obtener algun placer de vez en cuando.

- Ven aqui. Ordeno a Tiara interrumpiendo momentaneamente su placer.

Rapidamente Tiara desplazo a Drilabe acercandose donde Blanche la esperaba.

- Tu maldita zorra! Grito a Drilabe. Tu ven aqui, tumbate boca arriba debajo de la cama.

Drilabe asustada obedecio inmediatamente mientras Blanche observaba su reluciente rostro ahora ya mojado no solo de sus lagrimas.

- Ponte de rodillas sobre ella. Ordeno a Tiara.

Una vez hubo comprobado que la boca de Drilabe quedaba en la posicion corecta para seguir acariciando el sexo de Tiara se señalo su propio sexo y dijo a Tiara. Ahora lameme tu.

Los minutos pasaron lentos, las caricias pasaron rapidas. Nunca supo si Tiara llego al orgasmo en aquellos momentos, pero ella si llego repetidamente, con la intensidad y el placer que Tiara sabia darla en cada ocasion.

Segura de que Tiara sabria manejar a Drilabe salio de la habitacion dejandolas solas. Tenia interes en ver como seguian las obras y de esperar a la llegada del señor Heimann, queria hablar con el, habia observado que en los ultimos dias trabajaban muchos mas negros en la obra de los que lo habian hecho anteriormente. La parte exterior de la obra ya estaba acabada y habian empezado a trabajar a marchas forzadas en el interior despues de haber puesto el tejado.

Blanche paso el tiempo observando los detalles de la obra y luciendose entre los capataces y los negros que no la quitaban ojo de encima deleitandose con la vista de tan bella señorita.

A Blanche la gustaba despertar los deseos de los hombres sabiendo que poco tenian que hacer a no ser que ella quisiera.

Todavia recordaba otros tiempos en que su cuerpo excesivamente delgado era poco atrayente y excesivamente alto. Ahora las cosas habian cambiado y era consciente de que su figura era dificilmente igualable.

A la caida de la tarde, como era su costumbre llego el señor Heimann y bajando de la rustica pero fuerte carreta se dirigio hacia Blanche saludandola respetuosamente.

- Señora Benson.

- Señor Heimann.

- Desea usted alguna explicacion o hacer algun cambio en los planes de la obra ?.

- No, todo esta muy bien.

- Es para mi un orgullo poder servirla.

- Y aprisa por lo que veo.

- Supongo que no la disgustara que se acabe la obra antes de lo previsto ?.

- No, muy al contrario. Cuando se empieza una obra se entiende que esta durara algo mas de lo inicialmente pactado. Es logico dados los inconvenientes que suelen surgir sobre la marcha. Asi que se espera que dure mas de lo previsto pero mejor que mejor si se consigue terminar antes de lo estipulado.

- Vera, una serie de circunstancias me obligan a terminar mis trabajos lo antes posible.

Blanche entendio que el señor Heimann debia hacer referencia a lo de la hipoteca pero se habia expresado con tanta discrecion que nadie que no estuviera al corriente de tales asuntos jamas pudiera haber imaginado de que se trataba.

- Me consideraria usted una persona indiscreta si le preguntara por tales circunstancias ?.

- No, en absoluto. Se trata de que dentro de unos dias dejare las actividades que ahora realizo y quisiera terminar mis compromisos antes de que esto ocurriera.

- Supongo que eso sera por voluntad propia?

- No, no lo es, pero no se preocupe, sabre apañarme en lo sucesivo.

Blanche entendio que el joven señor Heimann no deseaba hablar de su futuro y respeto su voluntad. De todas maneras dijo.

- Señor Heimann, parece usted una persona honrada y trabajadora, no se si lo que voy a decirle le molestara pero quiero que sepa que si en el futuro se encuentra usted con dificultades no dude en acudir a mi, entre los dos veremos que se puede hacer.

El joven señor Heimann la miro unos momentos sorprendido como si se preguntara que podia saber aquella mujer de sus dificultades y finalmente dijo.

- Muy agradecido señora Benson. Pero en mis proyectos inmediatos esta el hacer un viaje a Europa, quiza cuando vuelva usted ya haya cambiado de idea.

- Cuando vuelva hagame una visita y asi podra comprobarlo.

El joven Heimann esbozo una sonrisa de agradecimiento y dijo.

- No lo dude, cuando regrese de Europa usted sera una de las primeras personas a quien visite. Supongo que una casa tan grande como esta necesitara continuamente obras de restauracion y mantenimiento.

- Se esta usted ofreciendo para trabajar a mis ordenes.

- No señora, soy demasiado orgulloso e independiente para trabajar a las ordenes de nadie pero mi trabajo consiste en entender los deseos de las personas y satisfacerlos de la mejor manera posible.

Meditando un momento sobre las ultimas palabras del joven se dio cuenta que tambien ella podia decir lo mismo. Era evidente que la diferencia estaba en como habia que interpretarlas.

- Bien señor Heimann, sepa que estoy muy contenta de su trabajo y espero que ese cambio de actividades no le resulte molesto.

Viendo marchar al señor Heimann se dio cuenta que una de las diferencias esenciales entre las personas estribaba en la dignidad y el orgullo con que saben encajar la desgracia.

Ni una queja ni un reproche habian salido de su boca, tan solo planes para un futuro incierto.

Un dia, al regresar de la casi diaria visita que Blanche hacia a la cueva acompañada de Jack este comento.

- Se ha dado cuenta que la cueva esta ya casi seca ?.

- Si Jack, ya me he dado cuenta. Se ha ido secando poco a poco y ya esta casi seca del todo.

- Eso quiere decir que ya no se volvera a agitar el agua.

Blanche miro hacia Jack como si intuyera que el sabia algo que ella no sabia.

- Crees eso ?.

- Jack Cree que cuando la cueva se seque del todo, todo volvera a la tranquilidad.

- Que te hace pensar eso ?.

- Jack no piensa, el sabe que sera asi.

- Pues yo creo que nada tiene que ver lo uno con lo otro, es mas me atreveria a decir que dentro de pocos dias tendremos ocasion de comprobarlo. Blanche hablaba asi porque intuia que hacia ya demasiado tiempo que el fenomeno no se habia producido y era logico pensar que no tardaria en producirse.

- De todas maneras si la cueva esta seca, se podia intentar montar en ella la mazmorra de la que hablamos.

Blanche recordo la conversacion que habia tenido con Jack y estuvo de acuerdo con la sugerencia del hombre. La cueva era un lugar ideal para la mazmorra. Su oscuridad y el ambiente frio y desagradable era magnifico para truncar el espiritu de cualquier negro que fuera castigado a estar en ella. Ademas tenia la ventaja de ser subterranea e impedir que los gritos de los futuros castigados pudieran ser oidos y alarmar a los habitantes de la casa.

Pero tenia ademas una ventaja suplementaria. En caso de que alguien muriera en ella no habia mas que arrastrar su cadaver hasta el pozo para que desapareciera sin dejar el menor rastro. Blanche recordaba como habia desaparecido el negrito que les acompaño en la primera incursion hasta el pozo.

- Me dijiste que tu conocias a alguien que podia proporcionarnos el material.

- Si, Jack conoce a uno que puede hacerlo, ademas asi se podrian aprovechar los clavos.

Blanche recordo los clavos que habian servido para localizar la losa que cubria el pozo. Recordaba que Jack se habia mostrado enigmatico a la hora de darles una utilidad posterior pero ahora comenzaba a mostrar su idea de para que los queria una vez hubieron cumplido su finalidad inicial.

- Que piensas hacer con ellos ?.

- Jack no lo sabe todavia pero ya se le ocurrira algo.

- Blanche desistio de seguir interrogando a Jack sobre ese punto. Era posible que dijera le verdad pero tambien era probable que ya supiera lo que queria hacer y no quisiera decirlo todavia.

- Puedes avisar a ese hombre?.

- Jack puede y lo hara hoy mismo.

- Por cierto, hablame de la negrita que te regale ?. Se porta bien ?.

- Se porta muy bien. Es bonita y limpia.

- He visto que tambien usas otras hembras.

- A Jack le gusta cambiar.

- Me parece estupendo pero crei que a lo mejor no te atendia correctamente.

- Por que no viene a mi cuarto, asi podra verla.

- Vamos.

No tardaron mucho en llegar al cuarto de Jack y Blanche se llevo una agradable sorpresa al ver el orden y la limpieza en que Jack sabia hacer que la negra le mantuviera la estancia. Blanche tenia la idea de que el cuarto de un hombre debia mantener un cierto desorden pero Jack no debia de ser de esa clase de hombres.

Encontro a la negra encadenada por un tobillo a un rincon del cuarto pero con una cadena lo suficientemente larga como para que pudiera moverse por toda la estancia.

- Por que la tienes encadenada Jack?

- Jack no quiere que salga del cuarto mas que cuando el se lo autorice.

- Es una buena medida para que no pierda el tiempo charlando con otras negras. Dijo Blanche apoyando la idea de Jack.

- O con los negros. Apostillo el hombre dando a entender que lo que realmente le molestaba era que pudiera ser montada por algun macho.

- Que haras con ella cuando la dejes preñada ?.

- Jack la vendera y se comprara otra. Las negras preñadas se venden mejor y mas caras que las no preñadas.

- Astuta idea, dijo Blanche.

Jack en su simplicidad habia resulto un problema en el que Blanche habia meditado muchas veces.

Era logico pensar que dentro de poco tendria casi todas las negras preñadas. El regimen de absoluta promiscuidad sexual a que las obligaba debia dar necesariamente ese resultado.

Blanche sabia que una hembra preñada era mucho mas delicada y sobre todo menos productiva para su negocio.

Muchas veces habia pensado en como disminuir la incidencia del problema pero la unica solucion que se la habia ocurrido era dedicar esas hembras a las tareas domesticas hasta que parieran. Una solucion poco rentable ya que la obligaba a aumentar excesivamente el numero de negras, ademas despues de que las negras parieran todavia las quedaba un periodo excesivamente largo de criar a sus mamones. Y muchos años antes de que estos resultasen rentables.

Todo ello suponia un envejecimiento de los animales que podria ofrecer a sus futuros clientes.

Blanche sabia ademas que la variedad y la juventud de sus negras era un elemento fundamental en su negocio.

Continuara...

Datos del autor/a:

    Nombre: Adela.

    E-mail: aadelaa@yahoo.com

    Fuente: Historia originalmente publicada en la lista de correo "morbo".

    Relato protegido e inscrito en el registro de propiedad intelectual.