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Blanche (01)

en Grandes Series

¡Algun dia sere rica! se dijo Blanche una vez mas antes de asomarse al pequeño ventanuco que servia de respiradero a la miserable buhardilla que la servia de lugar de trabajo.

Ya a aquella hora de la mañana el habitaculo habia comenzado a hacerse inhabitable, el sol, aquel sol infatigable que desde hacia dias y dias recalentaba tanto los campos como los cuerpos parecia querer derretir la teja vana que servia de techo a la buhardilla convirtiendola en un horno apenas soportable.

La miseria, la suciedad y la mugre impregnaban tanto las paredes como el ambiente de aquel maldito habitaculo en el que trabajaba desde hacia tres años.

¡Algun dia sere rica, y podre salir de este maldito agujero! Repitio mientras sacaba la cabeza por el ventanuco tanto para respirar como para ver el ajetreo de los subastadores.

En la plaza ya estaban preparados los estrados que habian de servir para la exposicion del ganado, muchos de aquellos animales habian viajado andando o en bamboleantes carretas durante dias y dias. Los mas afortunados habian llegado con tiempo suficiente como para pasar unos dias en los establos cercanos a la plaza del mercado de esclavos y reponerse de las fatigas del viaje, antes de cambiar de dueño y reemprender el camino que les conduciria hacia sus nuevos destinos. Los mas habian llegado con el tiempo justo para cambiar de manos y unos pocos llegarian incluso despues de pasados los dias de las grandes subastas.

La mayoria eran animales vulgares, aptos tan solo para el trabajo en los campos o en trabajos duros que no necesitaran la mas minima inteligencia, pero siempre entre ellos se podia encontrar un macho o una hembra excepcional que podia llegar a venderse por el doble e incluso el triple de un esclavo normal.

Blanche soñaba continuamente con ser dueña de varios de aquellos esclavos, pero sabia que aun estaba muy lejos de poder conseguirlo.

Con que envidia veia a aquellos distinguidos caballeros o, a sus esposas e hijas, cuando se permitian dilapidar su dinero en bellos ejemplares destinados sin duda a vidas seguramente mas confortables que la suya propia.

Blanche se imaginaba perfectamente lo que se podia hacer con las hembras y los machos que aquellos distinguidos caballeros o sus elegantes esposas compraban.

Alguna vez habia participado en fiestas en las que como prostituta apenas si habia tenido un rango ligeramente superior al de los machos o las hembras pero aun asi habia gozado en ellas de tal forma que se habia prometido a si misma que su vida llegaria a ser algun dia una continua fiesta en la que todos sus deseos y caprichos serian satisfechos al instante por una legion de esclavos siempre temerosos como animales bien domados.

Odiaba a los hombres, a las mujeres y a los esclavos pero sabia que en aquellos momentos necesitaba de todos ellos, ya llegaria el dia en que solo necesitara a los negros.

Tras el ventanuco que solo dejaba ver su cabeza, Blanche estaba desnuda, era la forma de luchar contra el intenso calor que aumentaba por momentos, a pesar de todo, su cuerpo sudaba al igual que lo habia hecho en los dias precedentes y penso en lo delicioso que seria tener un esclavo que la abanicara continuamente.

Se encrespo solo de pensar que en algun momento del dia o incluso en varias ocasiones a lo largo de el, deberia tumbarse sobre el inmundo jergon que estaba tras ella, y abrir sus muslos para permitir que un hombre al que no conocia la penetrara sin miramientos aplastandola con su peso y haciendola sudar como a un autentico animal.

Continuara...

Datos del autor/a:

    Nombre: Adela.

    E-mail: aadelaa@yahoo.com

    Fuente: Historia originalmente publicada en la lista de correo "morbo".

    Relato protegido e inscrito en el registro de propiedad intelectual.