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Las 4 rosas (46)

en Grandes Series

La velada habia sido estupenda. Acogida por Margaret mucho mejor de lo que esperaba habia pasado un rato muy agradable con los Warner y deseaba cultivar su amistad en todas las ocasiones en que se presentara la oportunidad.

Antes de acostarse reunio de nuevo a todos sus negros, tanto machos como hembras y repitio la orgia de la noche anterior. Queria que se fueran acostumbrando a practicar el sexo en publico y de las mas variadas maneras para no tener problemas cuando decidiera abrir su casa al publico.

La vida en la casa se iba normalizando poco a poco, Blanche permanecia ocupada en los mil detalles que requerian su presencia y raro era el dia que no salia de compras para adornar una estancia con algun detalle.

Su circulo de conocidos se iba ampliando continuamente. Los comerciantes con los que mas se relacionaba fueron los primeros, y a traves de ellos iba conociendo a otras personas. Todos ellos la trataban con respeto y delicadeza. Blanche se preguntaba si era debido a su fama o a su dinero y llego a la conclusion que debia tratarse de las dos cosas ya que era saludada con frecuencia por personas totalmente desconocidas y cada vez que salia de su casa se daba cuenta que las miradas de la gente la seguian con expectacion.

Era una sensacion deliciosa que jamas habia experimentado.

Parecia como si las gentes rivalizaran en ser simpaticas y amables con ella. Sobre todo los hombres parecian querer atraer la atencion de Blanche discretamente, eso si, pero no por eso resultaba menos evidente.

En definitiva, que Blanche habia llegado casi a olvidar la presencia de aquel agujero que parecia hundirse en las entrañas de la tierra y que se vaciaba y se llenaba de agua periodicamente.

Lo olvido hasta que un dia comenzo a llegar de la cueva un profundo murmullo que lentamente se fue convirtiendo en un ulular desagradable y potente.

Blanche, con el vello erizado recordo aquellas primeras ocasiones en que aquellos ruidos la habian parecido la profunda respiracion de un enorme animal dispuesto a engullirla.

Sabia que tal animal fabuloso no existia pero el ruido era tan terrorifico que el miedo se adueño otra vez de ella y de los habitantes de la casa.

Cierto que la intensidad del sonido era mucho menor pero no por ello menos inquietante.

Probaron a abrir la trampilla que comunicaba con la cueva pero no por eso los aullidos desaparecieron.

Durante un rato permanecio indecisa mirando hacia la entrada de la cueva. Jack, que se habia reunido con ella, miraba en la misma direccion tan asustado como todos los negros presentes.

La idea de revivir todos los terrores pasados asustaba a Blanche mucho mas que la habia asustado al llegar a la casa.

Estaba segura que todo aquello se debia a algun fenomeno natural desconocido pero eso no la tranquilizo en absoluto.

Durante un buen rato fue consciente de que nadie se atreveria a tomar una decision para esclarecer aquel misterio mientras ella no tomara la iniciativa.

Incluso los dos mastines que acompañaban a Blanche miraban hacia la cueva, era cierto que no se veia a los animales ni tensos ni agresivos pero si atentos, parecia que el miedo que sentian los humanos les hacia ponerse alerta.

- Traed las lamparas. Ordeno Blanche

A su alrededor se efectuaron rapidos movimientos y poco despues varios negros regresaban con las lamparas encendidas.

Jack tomo dos y tendio una a Blanche dandola a entender que la seguiria de nuevo hacia aquel infierno.

A pesar del miedo que sentia Blanche esbozo una sonrisa y dijo.

- Gracias Jack.

El rostro del hombre se deformo en lo que queria ser una sonrisa pero no paso de ser una mueca.

Blanche tomo uno de los perros por el collar y Jack tomo el otro.

No tardaron en desaparecer por la boca de la caverna.

Durante los primeros minutos avanzaron por terreno bien conocido. El subir y bajar a la cueva se habia convertido ya en casi una rutina y no planteaba mas problemas que el no caer en el resbaladizo suelo del que manaba agua continuamente.

Quisieron encender las lamparas que encontraban a su paso pero la intensa corriente de aire que soplaba alternativamente en el interior de la cueva ponia en peligro que sus propias lamparas se apagaran al intentarlo.

Tuvieron que desistir por miedo a sumirse en la oscuridad mas absoluta.

Cuando pasaron la zona donde habia estado el antiguo muro las corrientes de aire y los aullidos se hicieron mas intensos al tiempo que llegaba hasta ellos un profundo retumbar que en nada contribuia a serenarles.

Blanche que hasta ese momento habia caminado delante fue adelantada por Jack. Sin duda el hombre habia elegido ser el primero en enfrentarse al peligro si es que habia alguno.

Blanche, tras el decidio que habia llegado el momento de sacar el revolver que siempre llevaba encima.

Despues de avanzar unos metros por la estrecha galeria empezaron a oir el inconfundible sonido del agua al ser agitada por una fuerza descomunal.

Blanche se pregunto que podia ser aquello que agitaba el agua de tal manera sin poder obtener una respuesta sensata.

Rodeados de un ruido ensordecedor se fueron acercando al agujero cada vez mas asustados.

Las corrientes de aire se hacian cada vez mas intensas hasta el punto de obligarles a caminar inclinados unas veces hacia adelante y otras hacia atras, dependiendo de la direccion en que estas soplaban.

Finalmente llegaron hasta las cuerdas protectoras convencidos de un poco mas alla se producia una batalla infernal entre dos o mas seres que agitaban las aguas que no veian.

Poco despues asomados al borde del agujero creyeron volverse locos al ver como la inmensa cantidad de agua que ocupaba la cueva que habia bajo sus pies se vaciaba y se llenaba en el transcurso de pocos segundos.

Era increible que tan enorme cantidad de agua pudiera salir y entrar en tan poco tiempo, produciendo con ello las fascinantes y periodicas corrientes de aire y los atronadores ruidos.

Por supuesto que no vieron ningun monstruo pero fueron incapaces de imaginar cual seria la fuerza grandiosa que era capaz de agitar tal cantidad de agua en tan poco tiempo.

Aquello desafiaba toda la logica de Blanche.

Durante un buen rato permanecieron asombrados mirando aquel fascinante espectaculo que se producia bajo sus pies temerosos de que el agua terminara, en alguna de sus embestidas, por ascender un poco mas e inundara la galeria llevandoselos consigo en su retirada.

Blanche imagino lo grandioso que hubiera sido aquel espectaculo de haberse producido a la luz del dia.

Los timidos reflejos que sus casi impotentes lamparas eran capaces de arrancar a la superficie de las turbulentas aguas no debian ser nada comparado con lo que se mostraria a sus ojos si aquel fenomeno se produjera a la luz del sol.

La oscuridad y el miedo les tenian sobrecogidos impidiendoles disfrutar de tamaña grandiosidad.

Poco a poco fueron tomando confianza, las aguas ascendian y descendian vertiginosamente pero siempre se detenian poco antes de alcanzar el borde del agujero sobre el que ellos estaban antes de reiniciar el incansable ciclo.

Finalmente regresaron fascinados y asustados por la grandiosidad de algo que no comprendian

Los negros comenzaron a relajarse cuando les vieron aparecer precedidos de los perros.

Blanche los tranquilizo como pudo pero estaba convencida de que ninguno de ellos fue capaz de comprender lo que les explicaba.

Era necesario haber visto lo que Jack y ella habian visto para poder entender lo que querian decir.

Lo unico tranquilizador que entendian los negros es que tanto Blanche como Jack habian vuelto sanos y salvos de aquel infierno.

Una vez mas Blanche se propuso encontrar la losa que tapaba la boca del pozo, era imprescindible encontrarla para que la tranquilidad volviera definitivamente a la casa.

Dos dias despues las aguas se calmaron y la serenidad regreso al espiritu de Blanche como para iniciar los trabajos.

En las largas horas de insomnio habia surgido en su mente la idea mas que dudosa de abrir una escalera alrededor de las paredes del pozo y los trabajos comenzaron inmediatamente.

Los negros empezaron a excavar siguiendo las ordenes de Blanche pero tras haber practicado los primeros escalones resulto evidente que seria imposible ascender por aquel medio. La tierra procedente de las excavaciones amenazaba con taponar la galeria sino se procedia a su retirada pero lo mas peligroso era los continuos desprendimientos que producian al intentar remover la tierra de las paredes.

Apenas habian logrado crear una vuelta completa de escalera cuando la obra se desplomo atrapando a dos negros que en esos momentos trabajaban en el pozo.

Por fortuna pudieron sacarlos antes de que se asfixiaran pero uno de ellos, con una pierna rota quedo inservible para el resto de su vida.

Ni Blanche ni Jack tenian suficientes conocimientos ni medios para realizar tamaña obra.

Por primera vez Blanche se sintio decepcionada, se sentia impotente para conseguir sus propositos a pesar de que Jack parecia convencido de que si Blanche buscaba una losa que tapaba la salida del pozo esta debia existir a pesar de que el lo hubiera tomado a broma en principio.

Un dia Blanche vio que Jack, al igual que ella habia hecho antes, bajaba y ascendia muchas veces de la cueva con un papel en las manos, sobre el papel dibujaba lo que parecia ser un tosco plano de la galeria de la cueva y del camino que conducia al pozo.

Finalmente señalo en el suelo una gran cruz en el sitio donde se suponia que debia estar la losa.

Blanche comprobo que el lugar marcado por Jack diferia muy poco del lugar que ella misma habia marcado mentalmente.

No era posible que los dos se hubieran equivocado, la boca del pozo debia estar poco mas o menos donde Jack la habia marcado.

Blanche supuso que despues de hacer aquella marca Jack vendria a hablar con ella. Era de suponer que la pediria permiso para usar a los negros en los trabajos de excavacion pero en lugar de ello el hombre salio de la casa para regresar un poco mas tarde.

Entonces si que busco a Blanche pero no para hablar de la marca o de los negros que necesitaba sino para pedirla diez dolares.

Blanche estuvo tentada a preguntarle para que queria el dinero pero no lo hizo. En principio el dinero era suyo y lo podia gastar sin dar explicaciones pero ademas sabia de antemano la contestacion.

- Cada cual debe enterarse de sus cosas a su debido tiempo. Hubiera dicho Jack si le hubiera preguntado.

De todas maneras la intriga de Blanche no duro mucho. A la mañana siguiente fue despertada por fuertes golpes que procedian del jardin.

Al asomarse a la ventana vio a Jack tratando de clavar una larga piqueta en el suelo, justo alli donde suponia que debia estar la boca del pozo.

Una vez mas Blanche hubo de reconocer el ingenio de Jack. Era evidente que con la piqueta trataba de localizar donde estaba la losa antes de proceder a excavar y levantar inutilmente buena parte del jardin que rodeaba a la casa.

Casi un metro de piqueta habia desaparecido ya clavada en la tierra cuando Jack desistio de su primer intento y sacando la piqueta procedio a clavarla en otro sitio distante medio metro del primer agujero.

- Dile a Jack que venga. Ordeno Blanche a Tiara.

Desde su habitacion vio como la esclava obedecia sus ordenes y como Jack suspendia su trabajo antes de encaminarse hacia la casa.

- Que haces Jack ?. Pregunto Blanche cuando estuvo ante ella.

- Jack busca esa maldita piedra.

- Crees que la encontraras asi ?.

- Jack cree que si.

- Es necesario que trabajes como un negro ?.

- Jack esta enfadado y quiere desahogarse.

- Enfadado por que ?.

- Nunca le ha costado tanto trabajo encontrar una piedra.

Blanche rio ante la ocurrencia de Jack.

- No seria mejor que tu dirigieras y que trabajaran los negros.

- Han dicho a Jack que dentro de un rato traeran mas hierros y entonces trabajaran los negros.

- Quien traeran mas hierros ?.

- El herrero, estaba haciendolos la punta.

- En eso has gastado el dinero que me pediste ?.

- Si, claro.

- Y por que no me lo pediste del mio.

- Porque no se si la encontrare.

- Y si no la encuentras perderas el dinero.

- Pero me quedare con los hierros, y un hierro siempre es un hierro.

Blanche hubo de admitir que a veces tenia verdadera dificultad para seguir los pensamientos de Jack. Sobre todo cuando este no queria explicarse. Para que podian servirle los hierros si no encontraba la losa?. Que nueva idea tenia en mente ?.

Fuera como fuere Blanche no veia nada que hubiera de preocuparla en la actitud de Jack y dio su permiso para que siguiera clavando la piqueta donde le diera la gana.

Continuara...

Datos del autor/a:

    Nombre: Adela.

    E-mail: aadelaa@yahoo.com

    Fuente: Historia originalmente publicada en la lista de correo "morbo".

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