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Las 4 rosas (18)

en Grandes Series

Cuando tenia diez años la regale un machito un poco mayor que ella, castrado naturalmente, sabia muy bien las tonterias que una niña puede hacer con un esclavo. Se puso como loca de contenta, pero en vez de ponerse a jugar con el a las casitas o cualquier otro juego de niña se monto sobre su espalda diciendo que era su caballito.

Le hacia correr como un demonio y siempre iba armada con una fusta que no se de donde saco con la que le azotaba porque decia que corria poco.

Incluso hizo que el machito pasara el poco tiempo que le dejaba libre en uno de los establos, con los caballos y las bestias de carga.

A mi me hacian gracia sus caprichos infantiles.

Yo la veia atravesar el jardin como una exhalacion siempre montada sobre los lomos del negrito. Continuamente fustigandole para que fuera mas deprisa y temia que un dia la tirara y la hiciera daño. Otras veces temia que lo reventara de tanto correr. Eso hubiera sido lo de menos, la hubiera buscado otro machito mayor y mas fuerte. Pero no puedes imaginar lo que paso.

Un dia el negrito se atraveso un pie con una astilla, ella se empeño en que herido y todo debia correr como siempre.

Jesica contaba la historia como suele contar una madre las travesuras de su hijo, con un tono entre reproche y disculpa mientras Hanna la miraba con una sonrisa, como quien esta acostumbrada a oir contar la misma travesura muchas veces y ya no le da importancia.

Al ver que su caballito ya no corria como siempre por mas que ella le azotaba decidio que era un estorbo del que habia que librarse y lo hizo, vaya si lo hizo.

Al dia siguiente salio de casa muy temprano, me extraño que llevaba al negrito atado por una cadena al cuello pero no iba montada en el. Como iba yo a poder imaginar sus intenciones. La vi alejarse de la casa hacia su rincon preferido del jardin. Alli donde crecian los grandes arboles. Poco despues la vi aparecer a ella sola. Supuse que habia dejado al machito esperando en algun sitio, lo hacia con frecuencia, asi que me despreocupe del asunto dedicandome a mis cosas. Lo que no podia imaginar era que iba a una de las chozas de los esclavos para buscar una antorcha.

Me empece a preocupar cuando llego la hora de comer y comenzo a retrasarse, finalmente mande a buscarla, la negra que mande a buscarla volvio horrorizada casi sin poder explicarse.

Corri hacia donde suponia que debia estar y la encontre. Habia atado al negrito con la cadena a un arbol y habia prendido fuego primero a sus ropas. No contenta con eso habia amontonado ramas y hojas a los pies del negro y las habia prendido fuego. Pero era tan niña que no sabia como hacerlo y el fuego despues de encendido se habia apagado una y otra vez. Por supuesto que mientras permanecia encendido el negro se achicharraba. Crees que la asustaron los berridos que debio dar?. Pues no. En lugar de eso reunia mas ramas y volvia a encender el fuego. No se cuanto tiempo tardaria el negrito en morir? supongo que mucho, pero ella no solo queria matarle, ella lo que queria es que el negrito ardiera como una tea y solo quedaran de el las cenizas. No lo consiguio claro, pero tampoco se asusto por ver el aspecto cada vez mas chamuscado que iba tomando el cadaver del machito.

No veas la pataleta que cogio porque no la deje seguir en sus propositos de convertir al negrito en cenizas y me la lleve de alli a la fuerza.

Estuvo tres dias sin hablarme.

- Hasta que me regalaste otro negrito para que me pudiera montar en el. Apostillo Hanna.

- Por que no le ordenas al negro que pare de lamer los botines de Blanche ?. le va a gastar las suelas con la lengua.

- Eso que lo diga ella cuando considere que estan suficientemente limpios.

- Oh!, me habia olvidado de el. Dijo Blanche. Yo creo que ya deben estar.

El negro dejo de lamer el aspero cuero y puso el par de botines al lado de Blanche para cuando esta quisiera usarlos.

Jesica reparo en que ya hacia mucho tiempo que se habia hecho de noche y deseaba descansar.

- Vosotras sois jovenes y podeis aguantar cuanto querais pero mis viejos huesos necesitan ya el descanso. No os molesta que me vaya a la cama?.

- No, en absoluto, para mi tambien es tarde. Dijo Blanche.

- No, no, protesto Jesica. No es necesario que te vayas todavia, podeis seguir hablando cuanto querais, a mi no me molesta.

- No, Blanche no te vayas, todavia podemos charlar un rato.

Blanche no tenia ganas de irse, estaba demasiado preocupada por su casa como para poder dormir y se sentia intrigada, sabia que conocia a Hanna de algo pero no era capaz de relacionarla ni con nadie ni con nada.

- Hasta mañana, niñas, dijo Jesica. Luego dirigiendose al esclavo que les habia servido de alfombra durante toda la velada dijo. Tu vente conmigo.

Hanna hizo una mueca de disgusto al oir las palabras de su madre pero no dijo nada.

El negro se movio hasta ponerse en pie para seguir a su ama.

Hanna hizo una seña al macho que habia lamido los botines de Blanche y este se precipito rapidamente a ocupar el sitio dejado por su predecesor.

Una vez se hubieron acomodado de nuevo Hanna comento.

- Lo que no ha dicho mi madre es que despues de ese tuve otro negrito. Era bastante mas grande y fuerte que el otro pero tampoco me duro mucho.

Montada sobre el recorri de cabo a rabo la finca. Era un buen animal, aparte de rapido tenia gran facilidad para orientarse. Recuerdo que cuando me encontraba perdida o desorientada despues de hacerle caminar durante horas no tenia mas que decirle que me trajera a casa.

Rapidamente buscaba los atajos y las veredas hasta dejarme delante de la puerta.

Durante un tiempo me senti feliz con el, me parecia que tenia el mejor y mas rapido y seguro caballito del mundo hasta que un dia que paseaba por el campo nos encontramos con otro negro que debia ser algo mayor que el, no estoy segura, pero desde luego era mas alto y mas fuerte.

Le llame y se acerco asustado, ya desde pequeña me encantaba ver el temor en el rostro de los negros.

Me senti divertida al pensar que aquel grandullon tenia miedo de una mocosa como yo.

Le habia llamado pero realmente no sabia para que, paso un rato caminando a nuestro lado, por supuesto sin atreverse a levantar la vista para mirarme. Yo me sentia como una tonta. Le habia llamado pero seguia sin saber para que, asi que comence a sentirme molesta y no tarde en levantar la fusta y azotarle con ella.

El dolor le hizo volver la cabeza y mirarme, lo hizo con furia y me irrito mas, comence a descargar golpes sobre el llena de rabia hasta que salio corriendo. Fustigue a mi negro para que le alcanzase pero por mas que lo hice el otro negro termino por escaparse. Descargue la colera sobre mi montura pero me quede con la frustracion de saber que habia un negro que corria mas que el que mi madre me habia regalado.

No le conte a nadie el incidente, habia maquinado un plan pero no podia ponerlo en practica hasta que no diera con el negrito que se me habia escapado y supiera su nombre.

Yo no tenia ni la menor idea quien era, ni como se llamaba pero empece por vigilar las cabañas de los negros. Mi vigilancia resulto infructuosa. El debia saber que lo buscaba y se escondia atemorizado.

Fue entonces cuando descubri que azotando a un negro se pueden obtener muchas cosas. Tome a mi caballito y le interrogue a fondo hasta saber como se llamaba y de quien era hijo el que yo buscaba.

Una vez enterada aproveche un momento de especial buen humor de mi madre para pedirla que me cambiara el caballito y la sugeri el nombre del que se me habia escapado.

Logicamente mi madre se nego, yo era demasiado niña para entender las razones, razones que mi madre no queria explicarme por aquel entonces.

Yo no imaginaba que primero habia que castrarle. Mi madre no hubiera estado tranquila sabiendo que corria durante horas montada en los lomos de un esclavo entero.

Me senti frustrada. Durante unos dias insisti furiosa obteniendo siempre la negativa como unica respuesta.

Finalmente pense que si me deshacia del caballito mi madre se sentiria obligada a proporcionarme el otro.

Durante unos dias maquine mi estratagema, sabia que si volvia a quemar al negro me quedaria sin caballito para siempre, mi madre me lo habia advertido, asi que tenia que hacer que pareciera un accidente.

Comence a taparle los ojos de vez en cuando, queria experimentar como se podria comportar el animal con los ojos tapados. Una lata chica, era casi imposible hacerle correr porque tropezaba continuamente, incluso me tiro varias veces, pero caminando no era tan malo, le podia llevar por donde queria tirandole de las orejas o haciendole morder un palo que yo manejaba con las manos.

Luego comence a enseñarle a que me siguiera, le ataba una cuerda al cuello y tiraba de ella, el negrito me seguia con los ojos vendados a todas partes sin oponer la menor resistencia e incluso parecia contento de no tener que llevarme sobre sus lomos. Por supuesto que el no sabia que eso era lo que yo estaba esperando para deshacerme de el.

Tarde varios dias en llevar a cabo mi plan. Lentamente fui alargando la cuerda hasta hacer que me siguiera a varios metros de distancia.

Cuando crei que todo estaba listo me lo lleve a una zona de la finca en que habia un pozo seco y abandonado.

Como puedes suponer le habia tapado los ojos y le habia puesto una cuerda muy larga.

Le oi respirar con alivio cuando le desmonte, sin duda debio pensar que como otros dias ibamos a dar un paseo. Lo que no podia saber es yo me habia bajado a pocos metros del borde del pozo.

Tirando de la cuerda le hice que me siguiera hasta que pude rodear el pozo de forma que yo quedara a un lado y el a otro.

Comence a tirar de la cuerda y se puso en movimiento tan docilmente como siempre. A los pocos pasos se precipito en el vacio. Chillo como una bestia mientras caia pero lo que realmente me asusto no fue su grito sino el ver que me arrastraba porque yo tenia la otra punta de la cuerda liada en la mano.

Por fortuna la cuerda termino por desliarse y finalmente oi el contundente golpe del negrito contra el fondo del pozo cuando yo estaba tambien a punto de caer.

Una vez me hube recuperado del susto vi que la mano me sangraba, la cuerda al tirar me habia levantado la piel en varios sitios.

Me asuste al ver mi propia sangre y note que comenzaba a marearme, por suerte tuve tiempo de alejarme de la boca del pozo antes de notar como me desplomaba al suelo.

Te puedes imaginar la tonteria, yo habia visto la sangre de los negros muchas veces, era raro el dia que no hacia correr la sangre de mi caballito a fustazos pero cuando vi la mia propia me desmaye como una tonta.

No se cuanto tiempo pase sin sentido pero cuando desperte me asustaron unos desesperados gritos que parecian salir de la tierra. Tarde unos minutos en recordar lo que habia pasado, mire mi mano y

vi que ya habia dejado de sangrar, enfurecida me acerque al borde del pozo, tarde en distinguir el bulto del esclavo en el fondo. El maldito animal no habia muerto.

Gritaba como un demonio pidiendo ayuda pero no se movia, supongo que se debia haber roto algun hueso pero en aquel momento no pense en eso, lo unico que deseaba era acallar aquellos gritos antes de que alguien se sintiera atraido por ellos.

Busque una piedra grande y la arroje al fondo, debio alcanzarle, pero no en ningun punto vital porque grito con mas fuerza si cabe, Freneticamente arroje mas piedras, cada vez mas gordas, hasta que alguna debio alcanzarle en la cabeza y dejo de gritar.

Permaneci un rato observando el fondo del pozo, el negrito ni gritaba ni se movia pero yo ya estaba preocupada por otra cosa, como contar a mi madre las cosas para que creyera que habia sido un accidente.

Me parecia imposible que mi madre me creyera despues de las heridas que tenia en la mano. Pero fue precisamente eso lo que hizo creible la historia.

Cuando mi madre me vio se alarmo tanto que creyo mi historia y dio gracias al cielo de que a mi no me hubiera pasado nada mas que aquellos ligeros rasguños.

Al verla tan convencida supuse que me entregaria rapidamente al otro macho como caballito pero me equivoque. Es mas, por mas que me esforce en buscarle no volvi a verle.

Años mas tarde me entere de que mi madre habia tratado de complacerme, pero cuando castraron al macho las heridas se infectaron y termino muriendo.

Pero eso lo supe mucho mas tarde, en aquellos momentos me tuve que conformar con una hembra que fue lo unico que puso a mi disposicion.

La hembra era fuerte y veloz, pero no era lo mismo, no se porque razon siempre me he sentido mas condescendiente con las hembras que con los machos, no quiere eso decir que no las castigue cuando se lo merecen, ni que no las use para lo que se me antoje, pero lo cierto es que me gusta mas hacerles jugarretas a los machos que a las hembras.

- A mi me pasa lo mismo. Dijo Blanche.

Hanna se la quedo mirando de una forma extraña y aquella mirada fue lo que ilumino el recuerdo de Blanche. De pronto recordo donde y como habia conocido a Hanna. La mirada de la joven expresaba claramente deseo. Deseo como el que siente un hombre por una mujer. Una mirada descarada y conquistadora.

Aquella mirada la habia sentido hacia años, poco despues de comenzar a trabajar en la taberna de Moises y se le habia quedado tan grabada que no la habia olvidado en su vida.

Durante unos instantes Hanna parecio que iba a decir algo pero de pronto cambio de opinion y quedo en silencio.

Blanche se pregunto si Hanna la habia reconocido tambien, pero no, seguramente Hanna no podia imaginar que aquella a la que hoy hablaba de igual a igual habia estado un dia en sus manos y solo Dios podia saber porque entonces no la habia sometido a su capricho como bien pudo haber hecho.

- Perdoname Blanche, dijo Hanna poniendose en pie, debo aislarme un momento.

Blanche comprendio que lo que realmente queria decir Hanna es que tenia urgencia por aliviar alguna necesidad de su organismo.

Como si Hanna hubiera dicho una palabra clave la esclava que al inicio de la sesion habia besado y lamido los pies de Blanche se puso en pie y camino tras su ama.

Mientras Hanna estuvo ausente Blanche recordo como un dia habia llegado una mujer a la taberna de Moises. Era una mujer mayor, de aspecto tan miserable como el que en esos momentos podia ofrecer ella misma.

Las dos putas que en esos momentos habia en el local salieron a su encuentro y la saludaron efusivamente.

Blanche recordaba que la llamaron Madam, luego se enteraria que ese no era su verdadero nombre, sino una especie de mote que ponian delante de su nombre. Parecia que la mujer buscaba una de las putas para que le hiciera algun servicio. Bien pagado debia de ser para que las otras dos se mostraran tan obsequiosas con ella.

Blanche, que no la conocia, no la hizo caso hasta que se dirigio a ella.

- Muchacha, que serias tu capaz de hacer por cincuenta dolares ?.

Recordo que en aquellos momentos se le abrieron los ojos de asombro.

- Por cincuenta dolares soy capaz de hacer cualquier cosa, señora.

- Madam. Rectifico la mujer, sin que Blanche entendiera el motivo de tal rectificacion.

- Estas segura muchacha?.

- Si señora.

- Si Madam. Cuando te dirijas a mi debes decir. Si Madam, o no Madam. entendido?.

- Si, Madam. Dijo Blanche sin saber lo que decia.

Tendras que trabajar durante tres dias para ciertas personas importantes y exigentes. Tendras que obedecerlas en todo lo que te manden. Estas de acuerdo ?.

- Si, Madam. Dijo, alborozada ante la idea de ganar cincuenta dolares.

- Estas segura que podras hacer el trabajo ?.

Blanche se alarmo ante la reiteracion de la pregunta, y pregunto.

- Que tendre que hacer?.

- De todo muchacha, de todo, yo no puedo decirte ahora que se les puede ocurrir a esas personas importantes, pero por lo que se de otras ocasiones lo mismo te pueden pedir que hagas picadillo a un negro o que te acuestes con cualquiera de ellos, sea hombre o mujer.

Puede incluso que tengas que meterte en la cama con varias personas a la vez.

La idea de acostarse con una mujer no resulto demasiado agradable para Blanche, nunca lo habia hecho, a pesar de que lo habia oido a algunas compañeras, pero los cincuenta dolares eran demasiado tentadores para rechazarlos.

Blanche acepto, que otra cosa podia hacer? Necesitaba el dinero.

Cuando la Madam se marcho, despues de haber quedado con ella para el dia siguiente, las compañeras la informaron mas ampliamente de cuales iban a ser sus obligaciones.

La habian invitado a participar en una orgia de sexo y sangre, Durante esos tres dias serian matados cuatro, ocho o mas negros despues de haberlos sometidos a toda clase de humillaciones y salvajadas. La mision de ella, junto con otras y otros que la Madam ya habria escogido seria la de hacer cumplir a los negros las ordenes de los hombres y las mujeres importantes.

- Obedece y cumple lo mejor que sepas y puedas, no es la primera vez que alguna de esas personas se encapricha de una mujer o de un hombre, si sebe complacerle empieza para ella una nueva vida llena de lujos y placeres. Dijo una de sus compañeras.

- Pero debes aprovechar bien la ocasion, porque para conseguir eso solo tendras, en el mejor de los casos, dos o tres ocasiones, la Madam no te llamara mas veces, parece que prefiere cambiar de muchachas con frecuencia. Dijo la otra.

El regreso de Hanna interrumpio sus recuerdos, pero Blanche ya sabia que clase de mujer era Hanna, Una lesbiana que sentia un rechazo visceral hacia el sexo masculino.

Durante aquellos tres dias, ya lejanos habia tenido ocasion de comprobarlo.

- Espero que no te hayas aburrido mucho durante mi ausencia?. pregunto Hanna con una sonrisa mientras se acomodaba en su sitio.

- No, descuida, una tiene muchas cosas en que pensar.

- Blanche, no has deseado nunca ser hombre?.

- Algunas veces, respondio sinceramente Blanche, era una idea que de vez en cuando se presentaba en su cerebro cuando pensaba que siendo hombre tendria mas ventajas. Era una idea que se disolvia rapidamente pero no por eso dejaba de presentarse de vez en cuando.

- Con frecuencia?. Insistio Hanna.

- No, no con demasiada frecuencia.

- Yo lo pienso todos los dias. Me encantaria ser hombre.

- Por que ?.

- Para ellos todo son ventajas, pueden hacer todo lo que quieran sin que nadie se meta con ellos.

- Yo estoy mas de acuerdo en eso con tu madre, ni ellos, ni nosotras llegamos a ser verdaderamente libres.

- Pero nosotras menos.

- Eso si es verdad.

- Por ejemplo, un hombre y una mujer hacen el amor, pero la que se queda embarazada es ella, ella es la que tiene que sufrir durante nueve meses y la que pone en peligro su vida durante el parto.

Hace un momento yo e ido a orinar, me he tenido que retirar con la negra porque hacer otra cosa estaria mal visto. Si hubiera sido hombre y tu tambien lo hubieras sido, la hubiera ordenado que se metiera mi rabo en la boca y hubiera orinado tranquilamente, asi he tenido que molestarme en levantarme y ocultarme.

- Has orinado en la boca de la negra ?.

- Si, lo hago casi siempre, y mas cuando estoy fuera de mi casa, no sabes lo desagradable que me resulta orinar donde lo han hecho otros.

Los orinales son un instrumento que odio, no puedes imaginarte lo que me molesta ver a las negras o a los negros trasportando un orinal sucio esparciendo por el aire el olor de su contenido.

- A mi tambien me molesta, pero no me imagino que pueda haber una forma mejor de hacerlo.

- Y posiblemente no la hay, pero me encantaria que la hubiera.

- No enferman tus negros con tanta orina ?.

- No, no suelo ser muy abusona, la suelo repartir muy equitativamente, solo cuando tengo que viajar con uno o dos negros y el viaje es de varios dias terminan por coger colitis que se les pasa tan pronto como dejo de usarlos. En toda mi vida tan solo he tenido dos casos de negros que han enfermado seriamente pero tampoco puedo estar segura de que hallan sido esas las causas.

La noche iba avanzando. Blanche tenia ganas de seguir hablando, de enterarse de la vida y milagros de Hanna pero la veia bostezar de vez en cuando, sabia que estaba cansada y ademas si seguia interrogandola podia ocurrir que la joven desconfiara de ella.

- Tienes algo que hacer mañana Blanche?.

- Si, algunas cosas, por que ?.

- Podiamos pasar el dia en mi casa. Seguramente te gustaria ver ciertas cosas que solo enseño a mis mas intimos amigos.

- Que cosas?.

- No, no te dire nada mientras no vengas y lo veas con tus propias ojos.

Blanche se dijo que aparte de sacar los perros de Jack de la casa tampoco tenia demasiadas cosas que hacer. Deberia pasar el dia con sus perros pero, el asunto tambien podia esperar un dia mas.

Se sentia aterrada ante la idea de tener que volver a acercarse a Las cuatro Rosas y cualquier pretexto era bueno para retrasarlo, sobre todo mientras siguieran produciendose aquellos ruidos espeluznantes.

- Tengo algo que hacer a primera hora de la mañana y a ultima hora de la tarde pero el resto del dia lo podemos pasar juntas si quieres.

- Estupendo, avisame cuando estes lista, nos iremos a mi casa y podremos pasar el dia juntas.

Se despidieron como buenas amigas y Blanche regreso a su habitacion pensando en los recuerdos que tenia de Hanna, de aquellos tres dias que habia pasado contratada por la Madam.

A pesar de lo tarde que era Blanche no tenia ganas de dormir y todavia paso dos o tres horas recordando aquellos tres dias.

Al dia siguiente se habia presentado en la direccion indicada por la Madam. Hubo de esperar mucho rato antes de ser recibida. Cuando ella llego ya estaba esperando un hombre alto y robusto. Su rostro abotagado indicaba la aficion que el hombre tenia por la bebida.

Durante la larga espera no dijo ni una sola palabra. Su mirar osco cohibia a Blanche.

Mas tarde fueron llegando hasta cuatro personas mas. Dos hombres y dos mujeres que no tenian mejor pinta de la que podian ofrecer ellos mismos.

Al contrario que los hombres las dos mujeres eran habladoras.

Una de ellas ya habia sido contratada por la Madam una vez y contaba a la otra alguna de las cosas que habian sucedido.

Lo que contaba la mujer le parecio atroz a Blanche, pero fue una buena preparacion mental para afrontar lo que pudiera suceder.

Finalmente la Madam se reunio con ellos y dijo.

- Habeis sido elegidos para servir a personas distinguidas en todo lo que os puedan mandar. Antes de que nos vayamos al lugar donde debeis prestar los servicios quiero una prueba de que sabreis obedecer todo lo que se os pida, para ello vais a empezar por apalear a un negro.

Es un macho joven y hermoso pero no tengais ninguna lastima de el, algo habra hecho cuando sus amos quieren que le matemos a palos. Pero sobre todo pensad que si no lo haceis vosotros lo haran otros y el que falle se quedara sin dinero.

Ah! una cosa mas, no le pegueis en la cabeza, podria morir demasiado pronto.

Dicho esto la Madam dio a cada uno un contundente garrote y ordeno que la siguieran.

Descendieron por una larga y empinada escalera iluminada de vez en cuando por mortecinas antorchas.

Todos descendian en silencio, seguramente cada uno rumiaba sus propias emociones y Blanche se preguntaba si seria capaz de apalear a un negro contra el que no tenia nada personal.

La larga escalera termino en una amplia cueva excavada en la roca. Lo primero que le llamo la atencion fue ver a un negro colgado de los brazos de dos argollas enclavadas en el techo. Sus piernas, al igual que sus brazos estaban totalmente separadas y su total desnudez le dejaban indefenso ante los recien llegados.

Los ojos del macho mostraban el terror que sentia al ver a aquellas seis personas armadas con bastones.

- Tu, dijo de pronto a Blanche, que era las mas joven de los seis, aplicale un bastonazo.

Continuara.

Datos del autor/a:

    Nombre: Adela.

    E-mail: aadelaa@yahoo.com

    Fuente: Historia originalmente publicada en la lista de correo "morbo".

    Relato protegido e inscrito en el registro de propiedad intelectual.