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Las 4 rosas (09)

en Grandes Series

Cuando abria los ojos veia a Tiara que respetuosamente permanecia con la vista en el suelo.

Que pensaria la negra?. Se sentiria excitada igual que ella?. Se sentiria humillada de ver como su ama usaba a uno de los de su raza?.

Por primera vez en su vida, Blanche se dio cuenta de los tambien los negros debian tener sentimientos. Sentimientos que la importaban un bledo pero que no dejaban de ser sentimientos.

Rapidamente la idea se desvanecio del pensamiento de Blanche, era de idiotas pensar que los animales tambien pudieran tener sentimientos.

- Llevame a la cama. Ordeno a Lamoro

Rapidamente noto como los musculos del negro se tensaban bajo ella tratando de levantarse con la pesada carga.

- No idiota! de rodillas, llevame de rodillas. Dijo Blanche temiendo no ser capaz de guardar el equilibrio sobre la nuca del negro.

La fornida mole se puso en marcha mientras Blanche se agarraba fuertemente a la cabeza.

Lamoro no tardo en llevar a su ama hasta el borde de la cama, Blanche se dejo caer sobre el mullido colchon en un movimiento mas de placer. Se quedo asi, con las piernas muy abiertas consciente del espectaculo que estaba ofreciendo al esclavo. Gozaba sabiendose observada, sabiendo que podia excitarle cuanto quisiera he incluso despues llamar a Tiara, o a otro negro para que calmara sus ardores y dejarle a el sin la menor compensacion. Pero no era esa la idea de Blanche. Queria prolongar mas y mas el placer sabiendo que al final su cuerpo seria penetrado por el enorme falo del negro.

Llego incluso a separarse las nalgas con las manos para estar segura de que a los ojos del negro no quedaba oculta ninguna parte de su intimidad.

Detras de ella oia la excitada respiracion del macho, estaba segura que ardia en deseos de hundir su poderosa lanza en el sexo que tan descaradamente se le ofrecia pero debia contenerse hasta que a ella la diera la gana.

De todas maneras no pensaba dejar que el negro la penetrara como el quisiera. Tenia miedo de que la hiciera daño.

Seria ella la que controlara todo el proceso hasta estar segura de que no pasaria nada desagradable.

Se extrañaba de que en sus largos años de profesional no hubiera encontrado nunca un hombre con un pene tan desarrollado como aquel, pero tenia en su defensa que nunca habia aceptado tratos con negros.

Se preguntaba que hubiera hecho de haberse encontrado en semejante situacion, sin tener la posibilidad de detener la penetracion, ni aunque la resultara dolorosa.

Finalmente se dio la vuelta dejando que el negro gozara con la vision de sus pechos, de su vientre, de sus abiertos muslos, de su sexo mojado.

Era divertido ver como las aletas de la nariz del negro se dilataban por la excitada respiracion, mientras contenia sus impulsos de macho, pendiente de que al fin su ama dijera o hiciera algo que le permitiera echarse sobre ella.

Blanche sintio que al cambiar la postura parte de los liquidos que producia el sexo se deslizaban entre las nalgas mojandola el ano.

Esta sensacion la habia sentido muchas veces, sobre todo cuando un hombre habia terminado de regarla con su semen pero nunca la resulto tan agradable como ahora, que sabia que despues tendria alguien que la limpiaria y la lavaria adecuadamente.

Y por que no el macho?, se pregunto, el mismo macho que estaba contribuyendo, y contribuiria aun mas a ensuciar las zonas mas intimas de su cuerpo, debia ser quien despues restaurara la apropiada limpieza.

- Ven, sube. Dijo golpeando ligeramente las ropas con la mano haciendole una seña para que se echara a su lado.

Al tiempo que Lamoro se ponia en pie Blanche observaba la impresionante ascension de su miembro, que si afortunadamente no habia aumentado mucho en longitud, casi se habia doblado en diametro.

Blanche se sentia cada vez mas incapaz de recibir semejante tarugo en su interior y se pregunto como podrian hacerlo las negras?

Lamoro se echo boca arriba al lado de su ama con el sexo apoyado en el vientre, era demasiado pesado y grande para apuntar hacia el techo.

Blanche comenzo a deslizar sus manos por la calida y suave piel dandose cuenta que no era capaz de ocultar aquel sexo ni siquiera rodeandolo con las dos manos. Todavia sobresalia un buen trozo de rigido y negro falo.

Indecisa se entretuvo acariciando los testiculos, sintiendo las dos bolas deslizarse en su bolsa a la mas ligera presion.

Sabia que aquella zona era con mucho, la mas delicada y dolorosa de la anatomia del macho. Bastaba un ligero golpe o un suave apreton para dejarlos indefensos y retorciendose de dolor, pero en aquellos momentos Blanche no tenia la menor intencion de hacer daño al macho tan solo queria gozar de su excitante presencia.

Poco a poco fue situandose sobre el, sintiendolo cada vez mas suyo.

Froto sus pechos contra su pecho y sintio el bulto del sexo bajo su vientre, aplastado y aprisionado por su peso.

Sus muslos se deslizaban sobre los muslos del esclavo, sus pies y piernas jugueteaban con las del negro, conforme a lo que propio cuerpo le pedia en cada momento.

Finalmente se decidio a hacer coincidir ambos sexos. La ruda y gruesa cabezota rozo con los delicados labios haciendo que un calambre de placer recorriera su cuerpo.

Blanche se sento sobre el vientre del negro haciendo que los labios de su sexo se apoyaran sobre el sexo del esclavo como si quisiera acostumbrarlos a la importante dilatacion que habrian de soportar.

Volvio a tumbarse sobre el, froto repetidamente su duro y enardecido clitoris sobre el rigido falo antes de decidirse a ponerse de forma que fuera posible el inicio de la penetracion.

Lentamente fue dejando que su peso descansara sobre el impresionante cilindro, notando como sus labios se esforzaban por acoplarse a la presencia del deseado intruso.

No podia verlo pero se imaginaba perfectamente las forzadas formas que debian adoptar sus labios para permitir la entrada de semejante monstruo.

Muy al contrario de lo que suponia la lenta dilatacion no solo no la resulto molesta si no que la resulto altamente agradable. Claro que una cosa era aceptar dos o tres centimetros de aquel monstruo y otra muy distinta absorberlo completo en su interior.

Blanche comprendio que si lo lograba seria solo a base de tiempo y de dejar que sus musculos internos fueran dilatandose lentamente.

No tenia ninguna prisa, asi que tampoco habia porque precipitarse.

Comenzo a moverse con calculada lentitud, haciendo que el falo saliera de sus agradecidas entrañas para volver a dejarse caer sobre el con la fuerza precisa para que avanzara un poco mas en su camino. En ese momento se detenia dejando que sus musculos se adaptaran lentamente a la excitante presencia.

Mucho antes de lo calculado sintio que la punta del sexo del esclavo tocaba el fondo de la vagina alcanzando otro de sus puntos mas sensibles y agradables.

Blanche penso que ya no podria engullir mas de aquel ariete pero se equivocaba. Gracias al placer que sentia encontro el coraje suficiente como para seguir precipitandose contra aquello que dilataba y replegaba sus musculos hasta limites que Blanche nunca penso que pudiera alcanzar sin desgarrarse, y mucho menos sin sentir el menor atisbo de dolor. Muy al contrario su placer iba en aumento tan rapidamente que ni siquiera se dio cuenta que se aproximaba el primero de los orgasmos. Estallo tan de sorpresa y con tanta intensidad que estuvo segura de haber gritado de placer.

En otra ocasion esto hubiera sido suficiente para echarse sobre el negro y dar por finalizado el encuentro, pero en esta ocasion no solo deseaba el placer erotico si no tambien el placer de salir victoriosa del encuentro con el mas formidable falo que habia conocido en su vida.

Cuando se sintio con fuerzas suficientes como para recomenzar empezo de nuevo a ensartarse y desensartarse sobre el cilindro carnoso hasta que de pronto descubrio que sus nalgas tocaban con el vientre de Lamoro.

La parecio imposible que hubiera alcanzado ya el tope insuperable que se habia propuesto. Tan imposible la parecio que hubo de hacer salir al intruso en toda su longitud para comprobar con la vista que la marca brillante y mojada que le habia proporcionado su sexo alcanzaba hasta la raiz del poderoso miembro.

A partir de ese momento, ya sin temores ni precauciones y sabiendose victoriosa Blanche se dedico solo a gozar del placer que el negro arrancaba a cada una de las fibras de su sexo.

De pronto noto como sus entrañas eran anegadas por potentes chorros de energico y calido semen. Ultimamente no notaba con frecuencia esta sensacion, bien porque estaba demasiado abstraida en su propio placer, o porque los negros temiendo su reaccion la evitaban, pero en esta ocasion fue el catalizador para lanzarla a un nuevo y delicioso orgasmo mas prolongado y sosegado que el primero.

Durante unos minutos quedo echada sobre el negro, gozando de su olor a macho, al que se mezclaba de vez en cuando su propio olor de mujer enardecida. No sabia distinguir si su olor procedia de su sexo aun excitado o de los rastros que habia dejado en la nuca del macho cuando estuvo sentada en su nuca. Fuera como fuera era reconfortante y una muestra mas del poder que tenia sobre aquel negro animal.

Sintio que el sueño la embargaba pero no se sentia con fuerzas para moverse, asi que se limito a ordenar a Tiara.

- Tapame con la ropa.

Pronto noto el suave roce y despues el reconfortante calor que se desprendia del cuerpo del esclavo.

Se durmio sobre el y manteniendo el sexo macho en su interior pero no durmio mucho, posiblemente un momento, luego permanecio quieta notando como el sexo del esclavo se replegaba rapidamente hasta alcanzar su tamaño y longitud normal.

Llego un momento donde su cuerpo la pidio volver de nuevo a la actividad, decidio a poner en practica la idea que habia tenido casi al comienzo del encuentro.

- Quien me ha manchado que me limpie, se dijo convencida que era un pensamiento de estricta justicia.

Se dejo caer de lado separandose definitivamente de aquel apendice que la pertenecia y dijo.

- Limpiame.

El Lamoro parecio moverse de mala gana del calido lecho y Blanche con los ojos cerrados espero a que su orden fuera cumplida.

Pasado un momento se sintio intrigada al no sentir ningun contacto ni movimiento que indicara que el negro estuviera a punto de cumplir su orden. Abrio los ojos y se lo encontro mirandola desconcertado.

- A que esperas negro ?.

- Que debo limpiar? Pregunto Lamoro azarado.

- Tienes que limpiarme el coño y el culo maldito negro!. Dijo Blanche irritada.

- Con que ama ?. Volvio a preguntar con el mismo azoramiento de un niño pillado en falta.

- Con la lengua, imbecil!. Lameme el coño y el culo hasta que te hayas tragado toda la suciedad con que me has regado.

Por un momento vio al negro dudar reticente. Parecia no querer creer que su ama pudiera haberle ordenado semejante cosa, finalmente se arrodillo al lado de la cama al tiempo que Blanche se movia para volver a poner un muslo en cada uno de sus hombros.

Timidamente el rostro del esclavo fue deslizandose por la cara interna de sus muslos produciendola un placer extra hasta notar como los labios del negro rozaban los labios de su sexo.

Blanche gozo pensando en que en aquellos momentos el negro debia oler el concentrado olor que emanaba su sexo.

Pero Lamoro no era Tiara. La negra no hubiera dudado un instante. Ella sabia lo que tenia que hacer y lo hacia de la forma mas eficiente que sabia. Lamoro por el contrario no parecia dispuesto a ser tan complaciente.

- Maldito animal!. Dijo Blanche comenzando a enfurecerse de verdad.

Saca la lengua repugnante negro y no la metas hasta que yo te diga.

Lentamente noto como el apendice bucal del esclavo se abria paso en su sexo.

- Sacala mas, mas, mas, repitio Blanche golpeando a cada palabra la espalda del negro con sus talones.

- Sacala del todo! Grito dandole dos formidables talonazos.

Lamoro termino por obedecer temiendo que si no lo hacia su nueva ama fuera muy capaz de usar otros metodos.

Blanche, apoyandose en los hombros del negro comenzo a mover las caderas haciendo que la lengua del esclavo recorriera repetida y concienzudamente la hendidura de su sexo devolviendole una limpieza que poco tenia que ver con la que hubiera podido ofrecerla la lengua de Tiara o un buen baño, pero suficiente para que el negro supiera que la que mandaba era ella, que el hecho de que la hubiera echo disfrutar no representaba ningun cambio. El solo era un negro, un animal, un objeto para el servicio y el placer de su ama.

Poco despues Blanche se daba la vuelta y decia.

- Ahora abreme las nalgas con las manos y lameme tambien el culo.

Hubo de esperar unos momentos hasta notar con placer que su orden era cumplida, sin duda el negro se mostraba todavia reticente.

Sintiendo como la lengua de Lamoro se deslizaba a todo lo largo de la hendidura recogiendo cuanto se habia deslizado por ella Blanche dejo que pasaran los minutos, muchos mas de los que requeria una sucinta limpieza. Queria que el negro se acostumbrara a las nuevas tareas pero ademas era tan delicioso sentir la lengua de un esclavo en el ano a cada pasada.

Blanche se dio la vuelta de nuevo, se le habia ocurrido una idea que podia ser didactica para el macho recien llegado a su poder.

Con una seña llamo a Tiara y cuando estuvo al lado de la cama dijo.

- Quiero mear.

La negra ni lo dudo. Desplazando a Lamoro se arrodillo entre los muslos de Blanche, apoyando su boca abierta contra el sexo de su ama espero pacientemente a que esta quisiera arrojar en su boca cuanto habia almacenado su vejiga urinaria en las horas precedentes.

Blanche hubo de hacer esfuerzos para que la orina saliera al exterior. Tantos esfuerzos que ademas de obsequiar a la negra con la orina la obsequio con una sonora y pestilente masa de gases que se escapo de su intestino.

Blanche retiro a Tiara con el pie y volvio a introducirse bajo las ropas ordenando a la negra que llamara al servicio del hotel para que la prepararan un buen baño.

Estaba segura de que el negro al ver los grandes tragos que habia dado Tiara habia comprendido perfectamente que es lo que habia estado tragando.

- Te ha gustado negro ?. pregunto con una sonrisa enigmatica.

Lamoro no dijo ni una palabra.

Blanche termino por cansarse de esperar y rauda como el rayo le estampo una formidable bofetada.

Cuando hago una pregunta no me gusta esperar mucho la respuesta. Dijo volviendo a levantar la mano dispuesta a castigar de nuevo al insolente. Me entiendes negro ?.

- Si ama.

- Si ama que? Que te ha gustado? o que me has entendido ?.

- Que la he entendido ama. Contesto el negro sin atreverse a llevarse la mano a la mejilla dolorida.

- Bueno por lo menos respondes a algo, pero no a lo que yo quiero saber.

Te ha gustado negro ?.

Lamoro dudo un momento, suficiente para que Blanche iniciara de nuevo el rapido movimiento de su brazo.

- No ama, no me pegue, es que no se que responder.

- No sabes si te ha gustado o no?.

Blanche habia comprendido de inmediato pero deseaba que el propio negro lo dijera.

- Parte si, parte no. Aclaro Lamoro. Si hubiera sido blanco se hubiera puesto rojo como un tomate.

- Ya, que parte te ha gustado ?.

- La primera ama.

- Claro, claro, te ha gustado meter tu negra polla en el cuerpo de tu ama, verdad.

- Si ama.

- Entonces que es lo que no te ha gustado ?.

- Tener que lamerla.

- Pues tendras que acostumbrarte negro, a mi me gustan las dos cosas y no suelo reparar mucho en si tengo el culo sucio o limpio cuando ordeno que me lo laman.

Has visto lo que he hecho con Tiara ?.

- Si ama.

- Que he hecho ?.

- Se ha meado en su boca.

- Eso es negro, y no tardando mucho lo hare tambien en la tuya asi que puedes ir haciendote a la idea.

- No ama, no haga eso, vomitaria.

Blanche le miro divertida antes de añadir.

Puedes estar seguro de que lo hare negro y te aseguro que como se te ocurra vomitar y ensuciarme te hare comer tambien mi mierda.

Puedes vomitar cuanto quieras pero no en mi presencia. Mientras estes delante de mi te aguantas y cuando estes solo haces lo que quieras.

La expresion del rostro del formidable negro se parecio mucho al de un niño a punto de llorar.

No te preocupes, estoy segura de que te acostumbraras a cosas aun peores pero tambien tendras tus compensaciones.

Lamoro la miro un instante. Parecia no ser capaz de imaginarse que pudiera haber algo peor pero Blanche sabia que si. De lo que le estaba hablando al negro no eran mas que de juegos mas o menos sucios comparados con la triste realidad a la que un negro de un prostibulo suele enfrentarse.

Continuara.

Datos del autor/a:

    Nombre: Adela.

    E-mail: aadelaa@yahoo.com

    Fuente: Historia originalmente publicada en la lista de correo "morbo".

    Relato protegido e inscrito en el registro de propiedad intelectual.