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Las 4 rosas (55 - Final)

en Grandes Series

Un tanto decepcionados regresaron a casa y Blanche pudo comprobar con satisfaccion que el fenomeno que se producia a muchos metros bajo los cimientos de Las Cuatro Rosas era totalmente imperceptible tanto desde fuera de la casa como desde dentro de ella. Ni siquiera los esclavos se sentian alarmados por un fenomeno que ni imaginaban que se estaba produciendo.

Al amanecer del dia siguiente se reunieron con Burt en el puerto y montaron en una pequeña embarcacion que segun su propietario habia de llevarles hasta el mar.

Burt Grenn aviso de inmediato que aquella embarcacion no seria capaz de acercarlos al mar, era demasiado pequeña para lo que ellos pretendian.

Tras una acalorada discusion con el patron dejaron la barquichuela que a Blanche la perecia muy grande en comparacion con la que ella habia usado para navegar por la cueva en los tiempos en que permanecia anegada de agua.

De todas maneras Blanche confiaba lo suficiente en el buen juicio del señor Grenn como para hacerle caso.

Fue imposible encontrar a nadie que estuviera dispuesto a llevarlos hasta el mar. Solo aquel loco que se habia ofrecido el dia anterior seguia esperandoles para ver si lograba embarcarlos.

Blanche estaba ansiosa por llevar a cabo sus deseos pero el buen juicio se termino por imponer. Cuando nadie se atrevia a llevarles era porque la cosa debia ser realmente peligrosa. Incluso Jack que habitualmente apoyaba las decisiones de Blanche se mostraba ahora cauteloso y desaconsejaba la aventura.

De regreso a casa, Blanche pudo comprobar que el fenomeno no solo no habia cesado sino que parecia ir creciendo en intensidad y frecuencia. La enorme galeria que habia bajo el agujero se vaciaba y se llenaba con una rapidez asombrosa.

Durante cuatro dias el fenomeno se produjo ininterrumpidamente y al amanecer del quinto dia Blanche fue despertada por un marinero que venia de parte del director de la naviera con el que habian consultado el primer dia.

Este les mandaba recado de que la tormenta, sin cesar del todo, habia disminuido lo suficiente como para que se reanudaran los viajes maritimos poniendo uno de los barcos a su disposicion por si queria llegar hasta el mar.

Blanche mando recado inmediato al señor Grenn y poco despues, con las primeras luces del alba los tres partian hacia el mar.

Tanto Blanche como Jack era la primera vez que subian en un barco y se sentian nerviosos a pesar de que en el rio aquel enorme monstruo se movia majestuoso y obediente. Blanche no hubiera podido imaginar que un barco fuera tan grande y que en el cupiesen tantas cosas.

Los pasajeros, sin duda mas prevenidos que ellos llevaban recias ropas de viaje.

Por fin empezo a oirse en la lejania un apagado e intermitente murmullo que desperto la ya excitada curiosidad de Blanche.

Las rafagas de viento traian los ruidos y el olor del mar pero aunque todavia no eran capaces de verlo Blanche descubrio en aquel olor la misma rara fragancia que la que impregnaban las corrientes de aire de la cueva.

Todavia paso un buen rato antes de Blanche pudiera distinguir en el horizonte algo asi como una muralla azul que se movia creciendo y desapareciendo continuamente.

Poco despues pudo distinguir que las olas estaban coronadas por un penacho de espuma blanca que avanzaba con ellas antes de precipitarse produciendo un ruido sordo y retumbante.

Blanche se asusto al pensar que el barco se dirigia directo hacia aquel punto donde rompian las olas.

Todavia no habian llegado a abandonar del todo el cauce del rio pero ya la embarcacion, a pesar de su tamaño, comenzaba a moverse y a cabecear debido al infierno que se agitaba ante su proa.

En aquellos momentos Blanche se arrepintio de haber sido tan insensata como para emprender aquella aventura.

Se encontraba sobrecogida por la belleza y la fuerza que tenia ante sus ojos.

Jack aferrado a una cuerda estaba livido. Parecia como si temiera que el navio se hundiera bajo sus pies y fuera tragado por las embravecias aguas.

Lo cierto es que Blanche no se encontraba mucho mas segura a pesar de los continuos animos que la daba el señor Grenn diciendo que estaba claro que lo peor de la tormenta ya habia pasado y que aquello ya no eran mas que los restos.

Subitamente una masa espumante de agua inundo la cubierta y Blanche creyo que habia llegado su ultima hora. La confusion se extendio por doquier pero duro unos pocos instantes. Como impulsado por una fuerza gigantesca el barco remonto el agua y volvio a navegar expulsando espuma por sus costados.

De pronto Blanche se pregunto alarmada como iban a regresar? Parecia que a nadie se le habia pasado por la cabeza que ellos tenian que regresar.

Cuando comunico sus inquietudes al señor Grenn este la tranquilizo preguntandola si habia visto la barca que les habia seguido desde el puerto.

Blanche contesto que si pero que hacia rato que se habia separado de ellos tan pronto como comenzaron a adentrarse en el mar.

- Claro, es demasiado fragil para poder seguirnos. Ellos van costeando al abrigo de los vientos y las olas, se encontraran con nosotros dentro de un rato, nos recogeran y nos regresaran a puerto.

Blanche respiro con alivio al oir la explicacion de Burt Grenn. Por un momento llego a pensar que les obligarian a efectuar el viaje a Europa. Estaba segura de no poder resistirlo. Hacia poco que habian llegado al mar pero su estomago comenzaba a agitarse tanto como el barco.

No era la unica que se sentia mareada, algunos de los pasajeros, palidos como la muerte corrian rapidos hacia las barandillas y entre formidables arcadas liberaban los estomagos de su contenido.

Jack aguanto menos que ella y dando traspies cayo antes de vomitar como un animal indigestado.

Blanche trataba de hacerse la fuerte. Sentia como si no fuera digno de su estatus hacer semejante cosa pero finalmente hubo de correr como todos.

Burt corrio tras ella y la sujeto mientras vaciaba el estomago previniendo que un movimiento brusco del barco pudiera hacerla perder el equilibrio y caer a la embravecidas aguas.

Noto un alivio momentaneo pero aquel infernal tiovivo continuo sin darla tregua ni reposo.

Habia momentos en los que creia morir y se preguntaba si alguno de aquellos que habian embarcado en Nueva Orleans llegarian vivos a Europa. Desde luego ella no llegaria si tuviera que ir tan lejos. Blanche no tenia una idea clara de donde estaba Europa pero si era consciente que debia estar mucho mas lejos de aquellas rocas que se veian en la lejania. Era el punto donde segun el señor Grenn debian encontrarse con la barca que habia de llevarles de nuevo al puerto.

De pronto Blanche se asusto. Hacia rato que no veia a Jack. Se lo comunico a Burt y este la dijo que no se preocupara. Le habia visto introducirse dentro de un rollo de cuerda y debia estar seguro y mas o menos tranquilo.

Blanche se maravillo de la forma de actuar de Jack, ni siquiera estando en situaciones apuradas dejaba de pensar de una forma simple y practica.

Por fin llegaron frente a las rocas y buscaron con ansiedad la barca que habia de llevarles al puerto. La vieron como un punto negro que parecia volar sobre las crestas de las olas. Un punto que aparecia y desaparecia de la vista como si fuera engullido una y otra vez por las fauces abiertas del oceano.

A Blanche se le erizo el cabello solo de pensar que dentro de poco estaria subida en aquel minusculo punto que se agitaba como una cascara de nuez en un vendaval.

Su mirada no se apartaba de aquel punto que se acercaba por momentos, mas que para ver y oir el fragoroso romper de las olas contra las rocas lejanas. Veia las masas de agua precipitarse contra ellas como si quisieran arrancarlas de cuajo antes de cubrirlas de espuma. Una y otra vez las olas volvian incansablemente al ataque de aquellos bastiones de roca.

A pesar de lo atolondrada que estaba pudo darse cuenta de una cosa. La cadencia con que las aguas golpeaban las rocas era la misma con que se llenaba y vaciaba la enorme galeria que habia bajo su casa. Por primera vez fue consciente de que alli, en la profunda oscuridad de la cueva dos seres fantasticos, Tierra y Oceano se encontraban en el mas absoluto secreto desde hacia siglos. Seguramente aquellos encuentros se prolongarian asi por toda la eternidad. Su convivencia habitualmente pacifica, se veia alterada de vez en cuando por increibles tormentas en las que cada uno demostraba su caracter fuerte y pasional. Una sonrisa ilumino el rostro de Blanche cuando los imagino como fogosos amantes ocupados en hacer el amor. Alli en lo mas recondito de su casa, Tierra y Oceano se unian, ella y unos pocos mas habian sido testigos de aquellos encuentros apasionados.

A pesar de su lamentable estado Blanche sintio alegria, en lo mas intimo de su ser estaba convencida que finalmente habia descubierto el ultimo misterio de Las Cuatro Rosas.

Si el fenomeno la habia parecido increible ahora comprendia que Burt Grenn tenia razon, lo que ella habia visto en el interior de la casa no era mas que un debil remedo de la enorme fuerza que la naturaleza manifestaba en el mar.

No sabia como, pero estaba segura de que tenia que haber una comunicacion subterranea que unia su casa con aquel inmenso oceano que se estremecia por todos lados hasta donde podia alcanzar la vista.

Con mil trabajos y temiendo caer al agua a cada paso hicieron el trasbordo de embarcacion. Jack Hubo de ser sacado de entre la madeja de cuerdas para ser bajado. Blanche le vio tan palido, tan demacrado que llego a pensar que el hombre podia morir.

La travesia en la pequeña embarcacion fue aun peor que en el barco. A pesar de que el señor Grenn decia que lo peor habia pasado y ya se encontraban al abrigo de los vientos Blanche no veia mas que aquel cascaron amenazaba con hundirse cada vez que una ola llegaba hasta ella.

Murallas de agua de cuatro o cinco metros de altura la rodeaban con frecuencia por los dos costados hasta que final e incomprensiblemente la barca se alzaba victoriosa coronando una y otra vez las imponentes murallas.

Llego un momento en que Blanche se desentendio de todo y echandose junto al desgraciado Jack trato de consolarle.

Jack no hablaba pero su expresion era de tal terror y desconsuelo que Blanche se sintio en la obligacion de estar a su lado en lo que bien podia ser su ultimo viaje.

Blanche estaba segura de que sus palabras no le servirian de nada al hombre pero si sirvieron para darse animos ella misma.

Por otro lado cuando miraba los rostros de los que se suponia que eran avezados marineros no veia en ellos mas que preocupacion, suponia que en caso de no haber tenido problemas aquellos hombres se hubieran mofado de ellos, pero no era asi, permanecian serios y tensos, no nerviosos pero si preocupados.

Finalmente la barca dio un incomprensible y desbocado salto y fue depositada en una superficie plana, tranquila y amarillenta. La expresion de los rostros de los marineros cambio e incluso alguno de ellos lanzo un hurra. No tardaron en explicar a Blanche que habia dejado ya las aguas del mar para entrar de nuevo en las del rio.

Blanche corrio a comunicarselo a Jack y este se incorporo unos instantes, comprobo que era cierto y esbozando su sonrisa de loco solto un palo que habia tenido en la mano durante todo el camino.

Sin poderlo evitar Blanche penso en que debia ser la misma reaccion que debio tener Jack cuando de pequeño fue atacado por la jauria de perros salvajes. En aquella ocasion un palo le habia salvado la vida y ahora se habia asido a el mientras se considero en peligro.

La calma renacida de inmediato, fue confortando sus espiritus al tiempo que la brisa impulsaba la embarcacion rio arriba.

Todavia tardaron un largo rato en comenzar a charlar sin tension y cuando pusieron el pie en tierra firme lo primero que comprobaron fue que casi no podian andar. Sus pies acostumbrados al brutal y continuo ajetreo del barco parecian tener dificultades para adaptarse de nuevo a pisar sobre la dura superficie de la tierra.

- Tenia usted razon señor Grenn. Fueron las unicas palabras que fue capaz de decir Blanche hasta llegar a su casa.

Jack permanecia callado y escuchaba atentamente a Burt que se esforzaba en asegurarles que el mar no siempre estaba asi de enfurecido, otras veces se mostraba tranquilo y apacible como el agua de un plato.

- Prefiero beber en vaso. Dijo finalmente Jack, dando a entender de esta forma que jamas volveria al mar por muy apacible que estuviera.

Tal y como todos habian pronosticado la agitacion de las aguas en el interior de la gruta fue calmandose pero sus efectos se notaron durante una semana mas. Luego el mar reanudo su ciclica bajada y subida de nivel. Burt Grenn explico el fenomeno con una palabra. Marea, segun el las mareas eran subidas y bajadas periodicas en el nivel de las aguas del mar, sabia que se producian pero no podia explicar porque.

Durante los dias que aun siguio notandose la tormenta el señor Grenn siguio trabajando acompañado de Jack. Todos parecian haberse acostumbrado a los continuos ruidos que salian del pozo y no les hacian el menor caso.

Blanche habia observado que si bien la cueva se habia ido secando progresivamente habia una zona alta casi al final de ella que seguia rezumando agua, era tan solo un hilillo que resbalaba a lo largo de la pared por lo que parecia ser un canal natural excavado en la roca durante años, quiza siglos de lento discurrir del agua.

Dedujo que aquel canal debia ser muy anterior a que la cueva se llenara y continuaba manando aun despues de que se hubiera detenido la inundacion. Era de suponer que se trataba de un manantial natural que nada tenia que ver con el nivel de la presa que habia mandado desecar.

Blanche ordeno que se excavara alli donde la roca estaba mas humeda y tras arduos trabajos se dejo al descubierto un importante manantial que canalizado convenientemente por el señor Grenn mediante tubos comenzo a llenar una profunda pileta que se excavo en la misma roca.

Finalmente el señor Grenn dio por terminados los trabajos de instalacion de la mazmorra y Blanche le encargo que reparara la barandilla del patio, Aquella por la que habia caido el negro cuando entro por primera vez en la casa. Ella tambien habia estado a punto de caer y no queria que nadie mas corriera aquel peligro inutil.

Jack habia conseguido introducir los ultimos clavos en el techo de la cueva, servian de soporte para varios juegos de poleas que permitian izar a un negro sin apenas esfuerzo.

Un buen dia las obras terminaron y el señor Heimann la mando llamar para que diera su conformidad.

Blanche lo miro todo, lo inspecciono todo, incluso la gruesa y alta pared que separaba el recinto del resto de la finca. Una puerta permitia la comunicacion entre las dos partes.

Al dia siguiente encargo dos docenas de catres y jergones, los mando instalar en las pequeñas habitaciones recien terminadas.

Todo olia a limpio y Blanche se dijo que a pesar de la pequeñez de las habitaciones eran mucho mejores que el misero cuartucho que habia usado ella en Natchez. Casi llego a sentir envidia de sus propias negras.

Para las Cuatro Rosas apenas si tuvo algo que comprar, la casa estaba equipada convenientemente para el destino que Blanche esperaba darle.

Dejo pasar unos dias, los suficientes como para reflexionar sobre todo lo acaecido desde su llegada a Nueva Orleans, asegurarse que todos los misterios que tanto la habian intimidado desde el principio estaban resueltos. Su casa, ademas de ser la mas grande y la mas bonita de la ciudad era tambien segura, tan segura como cualquier otra.

Sin prisas pero sin pausas la idea de abrir su casa al publico de una vez se fue abriendo camino en su mente. Si, se sentia ya suficientemente preparada para empezar su negocio y la puesta en marcha no debia demorarse.

Deseaba que Las Cuatro Rosas dejara de ser ya el lugar aterrador que habia sido para convertirse en una casa de placer. Tierra y Oceano habian venido marcando su destino desde la eternidad pero nadie lo habia comprendido.

No estaba muy segura de si los habitantes de la ciudad se atreverian a traspasar sus puertas?. Esa idea la preocupaba pero no la desanimaba. Quien entrara por aquellas puertas, fuera hombre o mujer, saldria suficientemente satisfecho como para que se le pasaran todos los temores que hubiera podido sentir.

Una noche, despues de que su cuerpo hubiera sido acariciado por los negros, despues que hubiera sentido el repetido y suave deslizar de la lengua de Tiara en su sexo, despues de que sus manos hubieran arrancado mil escalofrios de placer en sus pechos, en sus muslos, en sus nalgas, en todo su cuerpo. Despues de que Lamoro hubiera trabajado su sexo penetrandola cientos y cientos de veces, despues de haberle visto sudar y sentido como regaba profundamente sus entrañas. Despues de haber sentido como todas y cada una de las fibras de su cuerpo eran removidas por el orgasmo.

Cuando ya el sueño estaba a punto de acoger a Blanche en sus brazos, cuando se sentia tranquila, satisfecha y sosegada decidio que en una semana, una semana mas y Las Cuatro Rosas abriria sus puertas para todo aquel que quisiera pasar un rato entretenido.

Aun tuvo tiempo antes de dormirse definitivamente para hacer un ligero repaso del largo camino recorrido desde el dia que salio de Natchez en busca de un tullido al que amo y con quien habia sido intensamente feliz.

Como hubiera sido su vida si Richard y su hijo no hubieran muerto? Si ellos no hubieran muerto la vida hubiera sido completamente distinta. Seguramente nunca hubiera llegado a Nueva Orleans y Las Cuatro Rosas seguirian siendo el terror de los habitantes de la populosa ciudad.

Fin.

Datos del autor/a:

    Nombre: Adela.

    E-mail: aadelaa@yahoo.com

    Fuente: Historia originalmente publicada en la lista de correo "morbo".

    Relato protegido e inscrito en el registro de propiedad intelectual.