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Las 4 rosas (39)

en Grandes Series

Se cuenta de el, que siendo niño fue atacado por una jauria de perros hambrientos. Le encontraron metido en una choza medio desangrado pero con un palo en las manos. Al parecer se habia defendido con el. No pudieron quitarle el palo ni siquiera cuando llego a su casa. Despues de recuperarse de las heridas siguio con la costumbre de llevar el palo pero lo peor es que cada vez que veia a un perro se iba hacia el y si el animal no escapaba lo molia a palos.

Eso le trajo muchos disgustos, porque los dueños de los perros se sentian molestos con el y creo que llegaron a encerrarle unos dias en los calabozos

Un dia cambio de actitud, dejo el palo y fue juntando una jauria de perros vagabundos.

Durante años, mas parecia el jefe de la jauria que un ser humano.

Luego se fue al monte con sus perros y se dedico a cazar a los negros escapados.

Se corrio la voz de que dejaba que los perros se comieran a los negros que cazaban e incluso que el mismo se los comia pero esto nunca se pudo probar.

Lo cierto es que algunos blancos a los que se le escapaban negros con frecuencia comenzaron a usar sus servicios y " el loco " se hizo famoso por ser el mejor de cuantos se dedicaban a cazar negros.

Volvio a la ciudad pero su vida no fue nunca mejor que la de sus propios animales.

- Pues puedo asegurarte que desde que esta en esta casa no ha comido carne de negro y que su vida es mucho mejor que la de los animales.

- No te sentiras atraida por el ?. Pregunto Hanna en tono de desafio.

Blanche comprendio de pronto porque Hanna se esforzaba en ser desagradable. Estaba celosa de Jack?.

- No, no me siento atraida ni por el ni por ningun hombre en estos momentos, pero mi vida es mia y hare con ella lo que me de la gana. Dijo, dejando claro de una vez para siempre que no iba a dar cuentas a nadie de lo que hiciera en adelante.

Hanna parecia a la vez contenta y mortificada por las palabras de Blanche pero no hizo el menor comentario.

- Por cierto, que tal Lamoro ?. Pregunto Jesica interviniendo oportunamente.

- Muy bien, contesto Blanche relajandose. Es un macho precioso y muy complaciente.

- Por unos instantes Hanna la miro con furia pero permanecio callada.

- Todavia no me has dicho cuanto vale?.

- ­ Oh , Blanche deja ya de volver sobre ese tema. Desde el primer momento he deseado regalartelo pero entonces no me atrevia a hacerlo por miedo a ofenderte.

- Crees que ahora me ofenderias menos ?.

- Naturalmente, entonces tenia mis dudas de si tendrias dinero para poder comprarmelo, ahora se que puedes comprarme cuantos negros quieras asi que ya no temo ofenderte regalandotelo.

- Blanche empezo a reir y dijo.

- Por que los pobres seran tan orgullosos en lo referente al dinero.

- Precisamente porque no lo tienen y solo tienen su orgullo, pero basta que les pidas que te hagan un trabajo para que se traguen su orgullo rapidamente procurando sacarte por su trabajo todo lo que puedan.

Mirando a las negras que servian la mesa Blanche se sintio humillada, sus modales torpes, pero sobre todo sus vestimentas viejas y sucias desentonaban en presencia, de aquellas dos ricas mujeres acostumbradas a ser servidas por esclavos especializados.

Solo Tiara se salvaba un poco, pero ni siquiera ella se podia comparar con las negras que servian en el Excelsior o en casa de Hanna.

Blanche decidio en aquellos momentos que debia encontrar negras y negros adiestrados en el arte de servir correctamente a los blancos distinguidos, en la mesa y en todo lo que se les antojara.

Queria que en su casa se sintieran agusto desde los vulgares pelagatos hasta los personajes mas importantes de la ciudad.

Hanna siguiendo su costumbre escupia cuanto bocado llegaba a su boca y cuyo sabor le era menos agradable que los anteriores o al que encontraba algun pero que poner.

El negro encargado de comer lo que ellas escupian parecia haberse acostumbrado a tragar los alimentos semimasticados y empapados en la saliva de sus amas, seguramente era consciente de que a no ser por aquel metodo nunca jamas probaria alimentos tan exquisitos.

El que no parecia sentirse tan a gusto era el negro encargado de lamer el calzado de Hanna.

Esta, a pesar de que lo tenia enfrente no daba la menor señal de decirle que parara y el negro buscaba y rebuscaba con su lengua algun lugar del calzado que todavia no hubiera lamido.

- Hace mucho que no ves a Maurice ?. Pregunto Jesica desviando los pensamientos de Blanche.

- Si, ya hace dias que no le veo.

- Te atiende correctamente?.

- Hasta ahora no tengo ninguna queja.

- Ni la tendras, Maurice es un tipo honrado a carta cabal y siempre dispuesto a ayudar a sus clientes.

- He visto que tienes la casa llena de perros?

- Si, siguiendo tu consejo le compre varios al señor Carrot.

- Que tal resultado te han dado ?.

- Magnifico. Sobre todo dos, esos dos magnificos mastines que habeis visto a la puerta de mis habitaciones.

- No te parecen muchos perros Blanche?. Pregunto Hanna.

Era evidente que Hanna tenia ganas de molestar pero Blanche no se dio por enterada.

- Creo que tienes razon. Es posible que venda alguno, con cuatro o cinco perros es suficiente para mantener la casa vigilada.

- El Loco seguira siendo su cuidador?

Blanche se dio cuenta que Hanna volvia una y otra vez sobre el mismo tema.

- Naturalmente, Jack debe ser uno de los mejores cuidadores de perros de la ciudad.

Hanna callo, pero era facil ver que estaba en desacuerdo con su amiga.

- Por que no dejas que Blanche decida lo que mas le interesa? pregunto Jesica visiblemente airada con su hija.

Hanna no respondio pero tomo una actitud de enfado. En aquellos momentos mas parecia una niña enfurruscada que una persona adulta.

Blanche estuvo segura que si Hanna estuviera en su casa habria apaleado a algun negro para desahogar su enfado. De todas maneras habia muchas posibilidades de que algun desgraciado negro pagara el pato cuando llegara a su casa.

Blanche sonrio pensando que a lo mejor Hanna le hacia a un negro lo que entre las dos le habian hecho a Morceb. Sabia que Hanna era muy capaz y aunque se encontraba molesta con ella la idea la resultaba halagadora.

Entretanto habian llegado a los postres y Jesica Despues de repetir dos veces dijo.

- Lo siento pero no puedo mas.

- Seguramente habrias preferido otra comida ?. Pregunto Blanche complaciente.

- Te equivocas, estoy un poco harta de tomar comida de hotel. Cierto que me hacen lo que pido pero si he de serte sincera añoro la comida hecha en casa. Ha estado delicioso.

- No te apeteceria un poco de licor ?.

- No, muchas gracias, mi pobre estomago no lo aguantaria despues de una comida tan abundante.

- Quieres tu Hanna ?.

- Si, una copita no me vendria mal.

- No se de donde ha salido esta hija mia. Se comporta en sociedad como si fuera un patan!

- Hanna miro a su madre con agresividad creciente pero finalmente opto por callarse.

Blanche hizo usa seña a Tiara y esta se dispuso a servir los licores.

Tanto Blanche como Hanna tomaron licores mientras continuaba la conversacion.

- Tengo que pensar en retirarme. Dijo Jesica.

- Tan pronto? Pensaba que ibamos a pasar toda la tarde juntas.

- No, yo tengo que atender a un buen cliente, pero Hanna puede quedarse si quiere.

- Cuento con ello, dijo Blanche deseosa de quedarse a solas con Hanna, estaba segura de que con poco que se la empujara terminaria por contar la historia de Arthur Warner.

Hanna esbozo una sonrisa y dijo.

- Si, me quedare un rato si no te distraigo de tus ocupaciones ?.

- No tengo ninguna ocupacion, pero si la tuviera estoy segura que podria esperar.

Hanna esbozo una sonrisa franca y sincera antes de decir.

- Me encantaria que pasaramos la tarde juntas.

Blanche se sintio sorprendida por el cambio de actitud de Hanna y comprendio que lo que realmente queria Hanna era que repitieran la tarde que habian pasado hacia algunos dias.

- En ese caso sera mejor que os deje, supongo que tendreis mucho de que hablar. Dijo Jesica poniendose en pie y esperando a que el negro que la habia servido de escabel durante la comida la calzara.

Blanche tuvo la sensacion de que Jesica comprendia y facilitaba el cumplimiento de los deseos de su hija.

El negro que lamia el calzado de Hanna hizo otro tanto con la joven expresando con sus movimientos el agrado que sentia de ver su desagradable tarea suspendida.

Despues de acompañar a Jesica al carruaje regresaron al salon donde habia sido servida la comida y que las negras se habian aprestado a recoger. Tan solo quedaban sobre la mesa las botellas de licor y las copas que habian usado.

- Que alivio. Dijo Hanna.

- Alivio por que ?. pregunto Blanche al tiempo que hacia al negro una seña para que viniera a descalzar de nuevo a Hanna y siguiera con su labor de limpieza.

- Porque se haya ido.

- Tan a disgusto estas con tu madre ?.

- No es eso, la quiero y la estoy agradecida, comprendo que la buena vida que vivo se la debo en gran parte a ella, pero me trata como si fuera una niña.

- Supongo que de eso no te libraras nunca, para tu madre seguiras siendo una niña mientras vivas.

- Estoy segura de que si me casara las cosas serian distintas.

- Es posible, supongo que pensaria que tenias alguien que se ocupara de ti.

- Crees que necesito a alguien que se ocupe de mi ?.

- No, dijo Blanche riendo, pero una madre es una madre.

- Y mi madre es un poco especial.

- Eso dicen todos los hijos de sus madres.

- El caso es que la quiero, no sabria vivir sin ella. Pero es tan pesada.

- Estoy segura que si algun dia muere la echaras de menos.

- De eso puedes estar segura.

- Entonces no hables mal de tu madre y menos con personas que no puedan comprender tus sentimientos ni los tuyos.

- Crees que permitiria a alguien hablara mal de mi madre ?.

- No, naturalmente que no, precisamente por eso no des pie a ello.

Finalmente Hanna parecio comprender lo que queria decir Blanche y dejo de hablar de su madre cambiando la conversacion.

- Perdoname Blanche, he estado un poco brusca durante la comida.

- Olvidalo, es cierto que no me gusta veros discutir, sois mis dos unicas amigas y me duele veros regañar por cosas absurdas.

- No, no me referia a lo de mi madre, me referia a que he estado brusca contigo.

- Creo que si lo olvidamos nos sentiremos mejor las dos.

- Sabes lo que me pasa ?. Que me siento mal de pensar que estas sola en esta casa con " El Loco ".

- Tienes miedo de que me pase algo?.

- No, creo que eres muy capaz de defenderte por ti sola.

- Entonces ?.

Hanna no respondio pero Blanche dedujo sin lugar a dudas sus pensamientos.

- Estas preocupada porque nos acostemos juntos ?.

La falta de respuesta de Hanna hizo evidente que habia puesto el dedo en la llaga.

Blanche se sintio halagada pero tambien dispuesta a dejar claro que no permitiria ni a ella ni a nadie que interfiriera en su vida.

Antes de empezar a hablar Blanche se hizo servir una nueva copa de licor y ordeno que hicieran lo mismo con Hanna.

Apenas la copa fue servida cuando Hanna la habia consumido sin el menor recato.

Blanche hizo una seña a la esclava para que sirviera a Hanna cuantas copas desease.

Escuchame Hanna, desde el primer momento he sido sincera contigo, desde el primer momento te he dicho a lo que pensaba dedicarme, asi que si quieres continuar disfrutando de mi amistad debes aceptar el hecho de que me acueste con quien me de la gana, sea hombre o mujer, y si algun dia decido ser de una sola persona sera porque yo lo haya elegido, no porque otros me lo impongan.

- No te has acostado con el Loco?.

- No, no lo he hecho todavia pero me estas dando una idea. Dijo Blanche ya con intencion de molestarla.

- Ni con ningun otro hombre?

- Blanche no se explicaba el interes de Hanna por saber de su vida intima?.

- Olvidas que he estado casada?.

- No me refiero a eso, Te pregunto desde el otro dia.

- Que otro dia ?

- Hanna parecio desconcertada por la pregunta, como si la pareciera imposible pensar que el dia que habian pasado juntas no fuera para Blanche un dia tan excepcional como lo habia sido para ella.

- El dia que estuvimos en mi casa ?.

Continuara...

Datos del autor/a:

    Nombre: Adela.

    E-mail: aadelaa@yahoo.com

    Fuente: Historia originalmente publicada en la lista de correo "morbo".

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