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Las 4 rosas (53)

en Grandes Series

Jack habia resuelto de un plumazo todos los inconvenientes que ella se habia planteado.

Era cierto que una hembra preñada era mas vendible que una sin preñar. El comprador tenia la seguridad de que la hembra era fertil y que tendria que esperar muy poco para recoger el fruto de su vientre.

Blanche vio en esta idea una nueva fuente de ingresos. Suponia que la materia prima no la iba a faltar.

- Sabes en que quiero convertir esta casa ?. pregunto a Jack convencida de que el hombre debia saber cuales eran sus ideas para que pudiera optar por marchar o quedarse. A lo mejor a Jack no le gustaba la idea de vivir en un burdel.

- No, con Jack nunca se ha hablado de eso.

- Por el tono que empleo Jack, Blanche intuyo que el hombre sospechaba algo.

- Pero tu lo sabes ?.

- Jack, piensa y piensa. No como usted, pero piensa. Mucha casa, muchas habitaciones, obras, mas casa, mas habitaciones y despues de tanto pensar no sabe que pensar.

Blanche no pudo evitar una sonrisa al oir el razonamiento de Jack. Se habia acostumbrado a su razonamiento corto y confuso pero todavia seguia sorprendiendose de vez en cuando.

- Y cuando Jack piensa, en que piensa ?.

- Un nuevo hotel, una casa de juego, un restaurante, Jack piensa en muchas cosas.

- Jack ha pensado alguna vez en un burdel?

- Que es eso?

- Blanche se dio cuenta que habia sido demasiado tecnica para la poca cultura de Jack.

- Una casa de putas.

Por unos instantes los ojos de Jack brillaron entre la sorpresa, la incredulidad y el entusiasmo.

- Ya decia Jack que era mucha casa para usted sola. Claro, claro, para eso se necesitan muchas habitaciones y muchas negras.

- Y muchas blancas, Apostillo Blanche.

- Blancas tambien? Dijo Jack mientras le volvian a brillar los ojos.

- Tambien.

- Jack va a estar muy entretenido.

- Pero tendras que vigilar para que ninguna se desmande.

- Jack vigilara con mucho gusto.

- Entonces te gustaria seguir viviendo aqui?

- Como no le va a gustar a Jack ahora que viene lo mejor.

- Te dare un sueldo si haces las cosas bien.

- Jack hara las cosas bien de todas maneras, no necesita sueldo.

- Tendras tu sueldo aunque no lo necesites.

- Pero se lo guardara usted?

- Si tu quieres.

- Si, esas mujeres son muy listas y pueden hacer que Jack malgaste el dinero.

Blanche no pudo evitar una sonrisa. Cuanto mas trataba a Jack mas astuto le parecia.

- Me alegro de que te quedes Jack.

- Jack se alegra de que usted se alegre.

Cuando Blanche dejo a Jack no podo evitar reirse por la forma de pensar del hombre, realmente su filosofia era sorprendente.

Al dia siguiente, muy temprano, llego a la puerta de Las Cuatro Rosas un hombre de sorprendente estatura que pregunto por el "loco".

Blanche lo pudo ver desde la terraza de su cuarto y se sorprendio de que alguien buscara a Jack en vez de a ella pero no por eso interrumpio lo que estaba haciendo. Habia dormido toda la noche placidamente y al despertarse habia hecho que Tiara fuera a buscar a Lamoro.

Desde el lecho Blanche veia a Drilabe arrodillada en un rincon, era la forma habitual de estar desde que la habia puesto bajo las ordenes de Tiara. Esta consideraba que el estar de pie o sentada, aunque fuera en el suelo, era demasiado para una negra tan torpe como ella en presencia de su ama. Tan pronto como Blanche entraba en el cuarto Drilabe se arrodillaba y despues se movia a cuatro patas. Tiara le habia ordenado que lo hiciera por si Blanche deseaba montarse sobre su espalda para desplazarse por la habitacion.

No era raro que usara este metodo de locomocion y era reconfortante saber que podia sentarse en cualquier momento sobre la espalda de la negrita.

Blanche estaba segura de que cuando ella salia de la habitacion la cosa no debia cambiar mucho, pero eso era algo que a ella no la preocupaba.

Tiara estaba demostrando que sabia mandar y hacer las cosas bien. Drilabe debia tener muy pocos momentos de descanso ya que cuando Blanche entraba en la estancia la encontraba siempre haciendo alguna faena vigilada de cerca por Tiara.

Mas de una vez habia sorprendido a Tiara bajandose el raido sayon que la cubria y habia visto el rostro de Drilabe todavia reluciente por los jugos elaborados por el sexo de la negra. Tiara sabia aprovechar bien los poderes que le habia dado y los usaba en su propio beneficio.

Ademas imponia una limpieza estrictisima en la bañera y en los orinales porque segun decia, las cosas sucias son las que mas limpias debian estar.

Drilabe debia vaciar la bañera cada vez que Blanche la usaba y despues de limpiarla a fondo debia llenarla con agua fria, asi estaba siempre dispuesta para cuando fuera necesario, bastaba con añadir el agua caliente que fuera necesaria en el momento de bañarse.

Dos veces al dia Tiara hacia que Drilabe cambiara el agua aunque no hubiera sido usada, de esta forma el agua siempre estaba reciente y limpia.

Otro trabajo que Tiara reservaba a Drilabe era la limpieza y pulido del suelo que se ponia cada vez mas bonito gracias al continuo encerado y pulido al que Drilabe tenia que dedicar buena parte de su tiempo.

Sin embargo Tiara se reservaba ciertas tareas que consideraba mas dignas de su posicion. Hacia las camas y cambiaba las ropas todos los dias. Estimaba que su dueña tenia suficiente dignidad como para gozar de ese privilegio.

Sin embargo era Drilabe la encargada de lavarla, tenderla y plancharla. Tiara se limitaba a retirar la ropa usada y a hacer la cama con ropa limpia.

La ropa interior de Blanche y los vestidos eran lavados directamente por Tiara y no permitia que Drilabe pusiera sus manos en ella.

Blanche habia sorprendido muchas veces a Tiara oliendo su ropa interior. Unas veces para gozar de sus olores intimos y otras para deleitarse del magnifico olor a limpio que tenian cuando salian de sus manos.

Sumida en estos pensamientos Blanche se sentia como una reina. No habia nada en el terreno domestico que pudiera desear que no fuera satisfecho al instante por los esclavos.

Incluso cuando deseaba un macho, como ahora, podia elegir entre la docena larga que estaba a su disposicion, si se limitaba a usar a Lamoro o Drum era porque con ellos se sentia suficientemente satisfecha y ya les habia enseñado sus preferencias.

Blanche se sentia impaciente, hacia ya rato que habia mandado a buscar a Lamoro y este no aparecia.

Si hubiera estado alli Tiara, la hubiera ordenado venir entre sus muslos y comenzar a lamerla para ir preparandose para el encuentro con el duro sexo del esclavo, pero como Tiara no estaba decidio que Drilabe podia ser tan buena preparadora como la propia Tiara.

- Ven muchacha. Ordeno Blanche

Drilabe se desplazo a cuatro patas hasta llegar al borde del lecho y Blanche no tuvo mas que abrir los muslos, alargar la mano y tomarla por los cabellos hasta llevar su boca entre sus muslos.

Drilabe sabia lo que tenia que hacer, lo habia visto hacer muchas veces a Tiara y no perdio tiempo. Sacando la lengua comenzo a deslizarla por el calido y lubrificado sexo de su ama.

Cuando Tiara llego acompañada de Lamoro descubrio con horror que su puesto habia sido ocupado por aquella estupida negra.

Sin pensarselo dos veces corrio hacia ella y tirando de los pelos la hizo caer de espaldas al tiempo que ella ocupaba su puesto.

Blanche sonrio unos momentos ante la reaccion de la esclava. Se sentia orgullosa de haber encadenado de tal manera a Tiara. No solo la pertenecia porque fuera su esclava, la pertenecia tambien porque habia sabido encadenarla con otro tipo de cadenas.

Drilabe gimoteaba en el suelo mientras Lamoro se desnudaba preparandose para cuando su ama le deseara.

Blanche dejo que Tiara siguiera acariciandola, se proponia llegar al orgasmo antes de permitir que Lamoro la penetrara. La idea de sentir placer primero y despues notar como su vagina se llenaba con el fornido miembro del esclavo era sencillamente deliciosa.

No siempre necesitaba el sexo del esclavo como elemento principal de su placer, a veces era solo un elemento secundario aunque placentero.

Habia observado que su organismo se sentia mas reconfortado cuando era regado por la calida, espesa y blanquecina semilla del macho.

No era fundamental en su placer pero era la guinda que completaba el pastel del orgasmo.

Blanche sabia que podia prescindir de el, y asi lo hacia con frecuencia, sin que su placer se alterara sustancialmente pero por el momento preferia obtener el placer completo.

Mientras Blanche recibia el sexo del esclavo, en su mente se dibujo la atrayente figura de Maurice.

No, aquel dia Blanche no fue penetrada por el negro, el solo fue el vehiculo de sus deseos, en realidad ella habia hecho el amor con el banquero.

Su deseo y su imaginacion habia sido mas fuerte que la realidad.

Cuando el cuerpo se hubo recuperado del placer y Tiara le sirvio el delicioso desayuno Blanche se pregunto que habria ido a hacer a su casa aquel hombre que preguntaba por Jack.

La respuesta a su pregunta no se hizo esperar ya que llamaron a la puerta, Blanche conocia la forma de llamar de Jack y supo que era el.

- Tiara fue a abrir.

- Dile a la señorita que un amigo mio quiere hablar con ella.

- Quien es Jack? pregunto Blanche en voz alta.

- Ese amigo del que hablamos ayer.

- Tendra que esperar un rato, todavia no puedo bajar.

- No se preocupe señorita, seguro que el amigo de Jack encontrara en que entretenerse.

Blanche estuvo segura de que asi seria, sobre todo si Jack le servia de guia.

Despues de desayunar y satisfacer sus necesidades, mientras Drilabe limpiaba la bañera y el orinal recien usado dejo que Tiara procediera a vestirla adecuadamente.

Cuando se reunio con Jack este estaba solo.

- Buenos dias señorita.

- Buenos dias Jack.

- Ha descansado bien?

- Si Jack, muchas gracias. Donde esta tu amigo?

- Vera, al ver que tardaba, Jack le ha sugerido que fuera a su cuarto a entretenerse un rato con la hembra.

- Entonces estoy segura que se lo estara pasando muy bien.

- Jack tambien lo cree, pero el no sabe que la negra es de Jack, el cree que la hembra es de usted, que tiene que pagar por usarla.

- Eso esta muy bien Jack, parece que has puesto en marcha tu negocio antes que yo el mio ?.

No señorita, los dos al mismo tiempo, el negocio es para los dos, yo he puesto la negra y usted la casa, Jack cree que lo adecuado sera que nos repartamos las ganancias.

Blanche hubiera podido decir sencillamente que no, pero no lo hizo, no queria sentar ningun precedente, aquel iba a ser su negocio y era logico que cobrara por cada uso que se hiciera bien de sus negras, bien de la casa.

- De acuerdo Jack, cuando tu pongas la negra yo cobrare mi parte.

- Señorita da gusto hacer negocios con usted.

- Dile a un negro de los mas fuertes que venga.

- Lamoro. Sugirio Jack.

- Si, Lamoro puede valer. Contesto pensando que el haber hecho el amor con el hacia un rato no impedia que el macho pudiera ser usado como cualquier otro.

Mientras Jack iba a buscar a Lamoro llego el hombre fornido que Blanche habia visto con Jack.

- Perdone señorita, busco al "Loco".

- Busca usted a Jack?. Rectifico Blanche sintiendose molesta por el apelativo con que era designado.

- Eso es, busco a Jack.

- Sientese señor ...

- Grenn, Burt Grenn.

- Bien señor Grenn, haga el favor de sentarse, Jack no tardara en regresar. Dijo Blanche reconociendo en el señor Grenn el olor caracteristico de los herreros. Ella conocia bien aquel olor porque tambien su padre lo habia sido. Era uno de los recuerdos mas profundos que guardaba de su padre, aquel olor a carbon de fragua.

- Usted es la señora Benson?

- Efectivamente señor Grenn.

- Usted es la que ha matado a los demonios? Pregunto el hombre con una mirada de admiracion.

- Bueno, digamos que se murieron ellos solos al verme. Dijo Blanche riendo.

- Pues yo en su lugar hubiera hecho cualquier cosa menos morirme. Contesto el fornido hombre.

- Por que señor Grenn? Pregunto Blanche deseosa de que aquel Sanson la halagara los oidos.

- Porque es usted una de las mujeres mas guapas que he conocido.

- Por favor señor Grenn, me va a poner usted colorada.

- Yo solo me limito a decir lo que ven mis ojos. La conversacion fue interrumpida por la llegada de Jack con Lamoro.

- Que tal Burt?

- Muy bien "Loco".

Blanche miro hacia Jack para ver como reaccionaba ante el apelativo de Burt pero este no hizo el menor gesto, parecia estar acostumbrado a ser llamado de aquella manera.

- Permitame que Jack les presente.

- No hace falta Jack, el señor Grenn y yo ya nos hemos presentado y habiamos comenzado a hablar de cosas interesantes.

- Que tal te ha ido con la negrita Burt? Pregunto Jack.

Burt Grenn se puso rojo como la grana por lo que consideraba una indiscrecion de Jack ante Blanche.

- Bien.

Continuara...

Datos del autor/a:

    Nombre: Adela.

    E-mail: aadelaa@yahoo.com

    Fuente: Historia originalmente publicada en la lista de correo "morbo".

    Relato protegido e inscrito en el registro de propiedad intelectual.