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Las 4 rosas (29)

en Grandes Series

No tardo en llegar a la entrada del averno iluminando con la potente lampara los resbaladizos peldaños de una escalera que se hundia decididamente en las entrañas de la tierra mientras rezumaban agua.

Los perros seguian avanzando con sus movimientos pausados y tensos. de vez en cuando uno gruñia y otro le contestaba asustandola mas y mas.

Pronto su cabeza paso el nivel de la trampilla, comprendio ya aunque quisiera no podia ver nada de la estancia.

Las paredes de la alta boveda de la escalera eran casi de color negro, un gris oscuro que absorbia gran cantidad de la luz emitida por la lampara. A medida que avanzaban el perro de cabeza fue desapareciendo de su vista e incluso hubo de avanzar mas deprisa para no perder de vista al mas cercano.

Blanche perdio la nocion del tiempo, tuvo la sensacion de que hacia años que caminaba por aquel pasadizo y no podia ya calcular a cuantos metros bajo tierra podian estar pero era consciente que ya no podia esperar ninguna ayuda del exterior. Ninguna voz podia ya alertar a nadie de lo que pudiera ocurrir en lo sucesivo.

De pronto vio al perro que estaba a su lado mirar hacia atras indeciso. Parecia como si no se atreviera a continuar avanzando y Blanche termino por perder el poco valor que la quedaba. Instantes despues el animal iniciaba una loca carrera hacia el exterior de la cueva huyendo del evidente peligro que les rodeaba. Blanche espero ver pasar el otro perro siguiendo a su compañero pero tal cosa no ocurrio.

Instantes despues un atronador ruido recorrio la galeria. Blanche no pudo identificar de donde habia partido en ruido. Los ecos se repitieron durante unos instantes pero el estimulo del ruido fue suficiente para que a Blanche le salieran alas en los pies para avanzar mas tratando de reunirse con el perro que suponia mas cercano.

No tardo en alcanzarlo, el animal seguia avanzando con su paso cauteloso y ni siquiera miro hacia atras para recibir a Blanche. Parecia que estaba seguro de que desde atras no podia venirle ningun ataque, para eso su compañero se habia quedado rezagado y si el habia permitido que las cosas ocurrieran es porque todo debia estar en regla.

Avanzaron unos pasos mas y de pronto el perro dio un tremendo salto hacia adelante. Hasta ese momento Blanche no se habia percatado que el perro puesto en pie era mucho mas alto que ella misma.

Por unos instantes la silueta clara del animal parecio luchar con un fantasma, Blanche no era capaz de ver con quien luchaba. La distancia y la escasez de luz la impedian ver a su contrincante.

Los gruñidos eran ahora feroces, mas no solo los del perro, sino tambien lo de aquello contra lo que luchaba.

Blanche noto como la vista se la nublaba y comenzaba a marearse, se dio cuenta de que caia y apenas tuvo tiempo de echarse hacia atras para evitar caer rodando por la escalera. En el ultimo momento disparo el revolver como acto de autodefensa. Seminconsciente oyo los ecos del disparo y despues la mas negra oscuridad la rodeo por completo. Cuando comenzo a volver en si noto que algo calido y humedo la corria por el rostro. Al principio temio que fuera unos de aquellos monstruos disponiendose a engullirla, pero tardo poco en comprender que realmente se trataba de la lengua del perro lamiendola la cara. Por unos momentos se sintio decepcionada de no haber muerto ya, de no haber acabado con la pesadilla de despertar de nuevo en el interior de aquel antro, y tener que enfrentarse a Dios sabe que horribles peligros. Al abrir los ojos lo primero que distinguio fue la silueta de algo enorme rozandola suavemente, despues la presencia de una luz inmovil muy cerca de ella. Si saber muy bien lo que hacia rodeo con sus brazos aquella silueta sintiendo el reconfortante contacto de algo suave y calido que tirando de ella la ayudaba a incorporarse.

Cuando su vista fue capaz de enfocarse vio que la luz que brillaba no era otra cosa que la del farol. Al parecer antes de desmayarse habia tenido tiempo de situarlo de forma que no se apagara.

El perro avanzo, separandose de ella unos metros y lanzo dos potentes ladridos.

Entonces Blanche oyo lo que jamas hubiera esperado oir en aquel antro, el llorar de un niño y por encima del llanto, una voz implorante que decia.

- No, por favor no nos hagas daño. Nos iremos de aqui, nos iremos si nos dejas salir, no volveremos mas.

Blanche se sintio asombrada, era imposible que nadie pudiera vivir alli, en aquellas terribles condiciones durante mucho tiempo.

Era evidente que sus sentidos la jugaban una mala pasada pero cuando el perro ladro de nuevo y se repito la letania de ruegos y de llantos Blanche no pudo evitar reaccionar.

- Quien esta ahi ?. Pregunto sin que casi la voz la saliera del cuerpo.

- Quien esta ahi ?. Repitio esta vez de forma mas audible y firme.

- Santo Dios !. Dijo una voz de anciana. Ayudenos sea quien sea.

- Cuantos sois, y que haceis ahi ?.

- Somos tres, yo y mis dos nietos.

- Salid con las manos en alto y cuidado con lo que haceis, si haceis el menor movimiento falso os mato sin piedad.

- Antes tendra que calmar a este perro nos tiene acorralados sin que podamos movernos..

Tomando infinitas precauciones Blanche recupero el revolver y el farol y se fue acercando al lugar de donde salian las voces.

Lo que vio la sobrecogio unos momentos. Si no hubiera sido por el terror que sentia estaba segura que se hubiera apiadado de aquellos tres seres. La anciana era poco mas que un esqueleto viviente y los dos negritos tenian poco que envidiarla. Cubiertos por harapos, los tres presentaban un aspecto fantasmagorico y aterrado.

Los tres permanecian acurrucados tras una enmohecida verja de hierro que cerraba el paso a una estrecha galeria.

Fue necesario que Blanche calmara al perro con repetidas palmadas en el lomo para que el animal consintiera en dejar al grupo ponerse en pie y caminar delante de Blanche en direccion a la salida.

Sin perderles de vista y siempre bajo la continua amenaza del revolver y el perro, el grupo fue ascendiendo trabajosamente la larga y empinada escalera.

De pronto el perro adelanto al grupo y se detuvo ante lo que parecia el fin de la escalera emitiendo a continuacion un potente y siniestro aullido que fue contestado con un suave gruñido por parte de su compañero.

- Cobarde! dijo para si Blanche, insultando al animal que habia huido en los momentos mas apurados de su vida. Si vuelvo a verte te aseguro que te metere un tiro!.

El grupo se encontraba detenido ante la trampilla que alguien habia cerrado desde fuera.

Blanche observo al perro. Su comportamiento expresaba ansiedad por salir pero no miedo ni irritacion. Era evidente que al otro lado de la trampilla no habia peligro.

Si Blanche hubiera esperado la menor ayuda externa y no hubiera estado empapada hasta los huesos por el tiempo que habia permanecido sin sentido sobre los mojados escalones es posible que no se hubiera decidido a empujar la trampilla. Alguien la habia cerrado y ese alguien podia estar esperandola.

Pero se sentia helada y la impaciencia sin agresividad del perro la infundian una cierta confianza en que quien habia cerrado la trampilla debia haber huido hacia ya tiempo.

Por otro lado la presencia del otro perro fuera la daba un cierto valor, aunque no mucho ya que le consideraba un traidor.

Por un momento penso en ordenar a la vieja que empujara la pesada madera pero era consciente de que la vieja apenas si tenia fuerzas ya para continuar en pie.

Lentamente, con infinitas precauciones, fue levantando la pesada madera dispuesta a hacer fuego sobre cualquier cosa que se moviera en la estancia.

Apenas hubo alzado un poco la madera el perro que les acompañaba empezo a empujarla a su vez en un intento desesperado por salir.

Todavia no la habia abierto lo suficiente cuando el animal agazapandose y arrastrandose salio sin esperar a que Blanche hubiera abierto del todo.

Apenas hubo salido corrio hacia su compañero y emitio el mismo estremecedor aullido que habia emitido en la cueva. Blanche pudo ver al enorme animal tendido en el suelo rodeado de un charco de sangre y poco mas alla un negro muerto que mantenia todavia en su mano un largo y afilado puñal.

De pronto Blanche comprendio la actitud del perro. Su accion no habia sido una huida, sino un acudir a donde su presencia era mas necesaria. Esta accion estaba a punto de costarle la vida.

Por un momento las dos mujeres tuvieron un sentimiento comun y mientras una se agachaba sobre el perro mal herido, la otra corria a abrazarse al cadaver del negro que miraba con los ojos muy abiertos hacia el techo.

- Mi pobre Jonas, Mi pobre Jonas, por que no me hiciste caso ?. grito la negra en un dolorido reproche.

Blanche fue la primera en reaccionar al oir lejanos golpes que provenian del interior de la casa.

- Cuantos negros bastardos he de matar antes de poder tomar posesion de mi casa!. Grito Blanche desesperada mientras empuñaba de nuevo el revolver apuntando a lo alto de la escalera por la que habia bajado y por la que llegaban los ruidos, decidida a vender cara su vida si era necesario.

Los ruidos se repitieron y los acontecimientos se precipitaron de una forma asombrosa. En cuestion de segundos Blanche oyo una algarabia de ladridos y el rapido correr de patas que avanzaba rauda hacia ella.

Instantes despues un perro aparecio en el borde de la escalera que comunicaba con el piso alto y Blanche sin pesarselo dos veces disparo contra el acertandole tan de lleno en la cabeza que el animal cayo rodando sin emitir ni el menor gruñido.

Ante la muerte de su compañero el resto de la jauria se mantuvo alejada, eso si atronando el aire con sus ladridos.

Momentos despues Blanche oyo la voz cascada de Jack que gritaba.

- Señorita Blan...!, Señora Benson.

- Eres tu Jack ?.

- Si señorita Benson, por Dios no dispare, mis perros y yo estamos aqui para ayudarla.

- Haz que los perros se alejen de aqui y despues baja si quieres ayudarme.

Durante unos minutos Jack lucho con sus perros para alejarlos y finalmente anuncio.

- Señora Benson, los perros ya se han ido y yo voy a bajar, no dispare.

- Si encuentras unas cuerdas traetelas.

- Las correas de los perros pueden servir?, señorita.

- Si Jack, las correas seran suficientes. Dijo Blanche al tiempo que bajaba el arma.

- Momentos despues el loco Jack aparecio en lo alto de la escalera al tiempo que hacia el siguiente comentario.

- Aqui huele a diablos podridos.

A Blanche casi la dio la risa. Si no hubiera sido por lo tragico de la situacion se hubiera podido decir que la frase de Jack era de lo mas oportuno. Era cierto que olia muy mal, pero Blanche, que desde hacia mucho estaba sumergida en tal fetidez no era capaz de distinguirlo.

- Gracias por haber venido a ayudarme Jack.

- Jack no esta seguro de que deba darle las gracias hasta que no vea como ha dejado la puerta. La ha tenido que romper para entrar.

- No tiene ninguna importancia Jack.

- Esta segura ?.

- Si Jack, lo estoy.

- Entonces Jack tambien esta contento.

- Por fin te has decidido a entrar ?. Como sabias que estaba aqui?.

- La he visto cuando entro esta mañana y he estado espera que te espera, Jack queria entrar pero todos le decian que no.

- Loco no entres, no seas loco. Loco espera, loco espera.

Hasta que Jack no ha podido esperar mas y ha roto la puerta.

- Gracias Jack.

- Dejese de Gracias Jack y digame que hago con estos?. Pregunto como si no le impresionara lo mas minimo ni el negro ni los dos perros muertos y mucho menos los llantos de la vieja y de los dos negritos.

- Atalos para que no escapen y encierralos.

Sin ningun tipo de miramientos Jack se dispuso a cumplir la orden de Blanche con los dos negritos y propino un fuerte golpe a la vieja haciendola caer al suelo cuando esta trato de impedirselo.

Una vez que hubo atado a los tres de pies y manos cargo con los dos negritos subiendolos al piso alto.

En el segundo viaje se llevo a la negra a pesar de sus protestas y de sus lamentos.

Por un momento Blanche volvio a quedar sola con el perro que no se apartaba de su compañero.

El animal insistia en lamerle el hocico y esto hizo sospechar a Blanche que quiza no estuviera muerto. Al fin y al cabo era la misma actitud que debio tomar el animal cuando la encontro a ella sin sentido.

- Jack, Jack, ven corre!. Grito Blanche.

- Pasa algo señorita? Pregunto Jack en tono alarmado asomando de nuevo en lo alto de la escalera.

- Si, mira a ese perro, creo que puede estar vivo.

Como buen conocedor de los animales Jack se arrodillo junto al animal y le palpo durante un rato haciendo que el animal gruñera de dolor de vez en cuando.

El otro perro ladro varias veces pero sin hacer el menor intento de atacar a Jack. Parecia que comprendia que lo unico queria aquel hombre era ayudar a su compañero.

Jack se volvio y dirigiendose al perro que le miraba expectante le dijo.

- Tu callate! no alborotes y dejale descansar, Jack le sanara y podras correr y cazar muchos negros con el.

Parecio que loco era capaz de comunicarse con el perro ya que este emitio unos ligeros gruñidos y termino por callarse.

- No esta muerto?. Pregunto Blanche con ansiedad.

- No, no lo esta, tan solo le han rajado un poco la tripa, cosa sin importancia, lo malo es que ha perdido mucha sangre.

- Salvalo Jack, salvalo. Es un magnifico animal al que estoy agradecida.

Continuara...

Datos del autor/a:

    Nombre: Adela.

    E-mail: aadelaa@yahoo.com

    Fuente: Historia originalmente publicada en la lista de correo "morbo".

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