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Las 4 rosas (28)

en Grandes Series

Sin poderse fijar en detalles vio que pasaba ante muchas puertas, unas cerradas, otras abiertas pero no se pudo detener para observar su interior iluminado por el sol naciente.

La luz del sol la reconforto un poco mientras maldecia la terca obstinacion de aquellos animales que la arrastraban.

Desconocedora del comportamiento de los perros no se daba cuenta que estos seguian un rastro cierto tras alguna presa.

De pronto. Cuando menos lo esperaba sono un terrible estampido mientras la mano en la que portaba el arma parecia tener vida propia moviendose hacia arriba.

Tras unos momentos de indescriptible confusion en que ambos animales tiraron en sentidos opuestos y estuvieron a punto de romperla la otra mano se hizo la calma. Blanche esperaba sentir algun dolor o ver manar su sangre por algun sitio. Era evidente que la habian disparado y ademas a quemarropa a juzgar por el intenso olor a polvora quemada.

Solo pasado un tiempo comprendio lo ocurrido. Sin duda un movimiento involuntario de sus dedos habia disparado su propio revolver sin que por fortuna hubiera tenido mas consecuencias que el susto.

Blanche trato de serenarse. Sabia que un revolver no se disparaba sin que sus dedos tuvieran que hacer un esfuerzo importante, el hecho de que hubiera llegado a dispararlo sin darse cuenta indicaba claramente la tension a que estaba sometida.

Los animales una vez tranquilizados reemprendieron la marcha mientras a Blanche la sonaban los oidos por haber disparado en un lugar cerrado.

Apenas si pudo reflexionar sobre este hecho ya que se acercaban peligrosamente al final del corredor, alli donde giraba en angulo recto impidiendola la vision.

Esta vez levanto el arma conscientemente, dispuesta a disparar contra quien pudiera haber detras de aquella esquina.

No habia nadie y pudo relajarse un poco hasta que los perros volvieron a empujar otra puerta y se encontraron de nuevo en otra escalera que daba al mismo patio. Por un momento Blanche penso que se precipitaria al vacio. Un buen tramo de la barandilla de la escalera faltaba y ella habia entrado en el rellano con demasiada rapidez como para poder frenar y mantener el equilibrio. Solo el providencial cambio de direccion de los perros que habian comenzado a ascender por el otro tramo de la escalera tirando de las correas impidio que Blanche diera el ultimo y fatal paso de su vida en aquellos momentos.

Volvieron a entrar en la casa una planta mas arriba pero Blanche sabia que no podia seguir ya el cada vez mas rapido trote de los perros. La fatiga se iba apoderando de ella y se daba cuenta que pronto tropezaria y caeria definitivamente. Sabia que eso implicaba quedarse sin la proteccion de sus locos, pero unicos compañeros. La idea la resultaba inaceptable pero real. Los animales comenzaron a correr e incluso uno de ellos emitio unos profundos e impresionantes gruñidos.

Blanche abrio la mano que sujetaba las correas ante el peligro de que se la dislocaran en uno de los tirones que debia soportar continuamente.

Durante unos instantes los dos animales partieron como rayos mientras Blanche los veia alejarse impotente y aterrada. La primera idea que se la ocurrio fue correr, correr hacia la puerta y abandonar definitivamente la casa pero se dio cuenta que estaba totalmente desorientada. De pronto vio como uno de los perros paraba en seco y regresaba hacia ella moviendo la cola, como dando a entender que queria quedarse con ella. Blanche no se molesto en tomar de nuevo la correa. Sabia que si el animal decidia marcharse de nada serviria intentar detenerle. Pero las intenciones del perro parecian ser muy otras ya que llego hasta ella y comenzo a lamerla los pies.

Reconfortada por las caricias y comprendiendo que aquel fiel compañero no la abandonaria facilmente inicio el camino de regreso. Lejos se oyo el primer ladrido del otro perro y el que habia quedado con Blanche le contesto como animandolo.

De pronto comprendio la inteligencia de aquellos dos animales. Mientras ella les habia acompañado los dos rivalizaban en valor y en rapidez por alcanzar la presa, pero una vez que los dejo partir se repartieron el trabajo. Uno de ellos siguio la persecucion mientras el otro se quedaba para proteger a su dueña.

Reconfortada por esta idea volvio a tomar la correa y a dejarse llevar por su fiel compañero.

El animal la hizo retroceder sobre sus pasos volviendo a salir por la puerta que daba a la escalera del patio.

Tardaron poco en llegar a el. Blanche mirando hacia donde miraba el perro no tardo en descubrir una rapida sombra que se desplazaba a toda velocidad por los corredores de la tercera planta. De vez en cuando llegaban hasta ella los potentes ladridos del otro animal en su loca persecucion.

Durante un instante Blanche pudo ver la silueta de un negro que se asomaba a una ventana como buscando un lugar por donde escapar de su perseguidor. Su rostro desencajado evidenciaba el terror que sentia al saberse cada vez mas cercado.

- Hijo puta! dijo Blanche gritando al tiempo que trataba de apuntar con el revolver hacia el negro.

No tuvo tiempo de disparar. Raudo como el rayo el negro desaparecio de la ventana ocultandose a la mirada de Blanche, pero siguio corriendo, su sombra se veia moverse por los ventanales.

- Sal hijo de puta! asomate de nuevo para que pueda meterte una bala entre ceja y ceja!. Dijo Blanche apuntando hacia donde veia moverse la sombra.

Durante unos minutos siguio la loca persecucion. El negro seguia corriendo desesperadamente hasta que de pronto se paro junto a la puerta de la escalera por la que Blanche casi se habia precipitado al vacio.

Esta preparo su arma dispuesta a disparar tan pronto como viera al negro aparecer por ella.

El perro que la acompañaba hizo un intento de arrancarse en ayuda de su compañero pero se detuvo y regreso despues de haber avanzado unos metros.

De pronto oyo aullar al perro perseguidor, no era un aullido de rabia sino de dolor.

Instantes despues el negro, todavia con un palo en la mano salia por la puerta con el perro agarrado a una de sus piernas. Era evidente que habia golpeado al animal con el palo pero su estratagema le sirvio de poco.

Antes de que Blanche pudiera disparar, el negro caia al vacio impulsado por la loca carrera tratando de escapar del animal.

Tras unos instantes de caida el cuerpo golpeo contundente sobre el empedrado del patio mientras el perro perseguidor ladraba desde el borde del rellano amenazando con tirarse tras su presa.

El perro que habia permanecido con Blanche corrio hacia el negro y en un santiamen sus enormes y potentes mandibulas hicieron presa en el cuello del negro.

Solo entonces el otro animal abandono su vigilancia y bajo renqueando la escalera.

Blanche estaba convencida de que el negro se habia matado al caer pero los perros no lo consideraron asi y siguieron mordiendole en la garganta durante unos minutos antes de soltar a su presa.

Solo entonces Blanche tuvo el suficiente valor como para acercarse al negro y patearle con rabia muchas, muchas veces.

- Toma, toma maldito hijo de puta, esta por haberme asustado, esta por haberme hecho correr, esta por haber pegado a mi perro.

La letania de insultos se prolongo hasta que Blanche hubo desahogado el furor y el miedo acumulado.

Despues en el secreto que la daba la soledad lloro durante unos minutos hasta que la tension se disolvio lentamente.

Sentada en el peldaño de la escalera recupero fuerzas para reiniciar la busqueda de aquella maldita cueva que debia ser la guarida de aquel y posiblemente de otros negros mientras observaba como el animal agredido por el negro se recuperaba rapidamente.

Realmente no parecia que le hubiera hecho mucho daño, posiblemente solo habia sido el golpe y no dado de lleno.

Animada por el exito inicial llamo a los perros pero sin preocuparse por tomar sus correas en la mano, es mas, la precaucion la aconsejo desembarazar a los animales de tales estorbos porque podia ocurrir que alguno se quedara trabado con ella en un momento de autentica necesidad.

No tardo mucho en situarse de nuevo justo en la puerta de la casa y siguiendo las instrucciones de Drum volvio a reiniciar la busqueda interrumpida por la aparicion de aquel maldito negro.

Mientras caminaba Blanche no podia evitar el recordar el rostro de aquel negro, era un macho joven, no podia pasar de veinticinco años, era agil, lo habia demostrado, pero no era ni muy robusto ni muy fuerte.

Blanche dedujo que no podia ser el el unico habitante de la casa y que debia andar con cuidado ya que el escandalo formado no podia haber pasado desapercibido para sus posibles compañeros.

De todas maneras no podia dejar de recordar el penetrante y desagradable olor que exhalaba el negro.

Un olor a cadaver, a materia putrefacta y a suciedad que seria dificil de olvidar.

Una vez los perros hubieron pasado el punto donde habian comenzado a perseguirle empezaron a olisquear el suelo como si hubieran encontrado una nueva pista. Por precaucion Blanche repuso todas las balas del tambor y se aseguro que la lampara funcionaba correctamente.

Los animales se comportaron como si conocieran de memoria la casa y la ubicacion de la escalera por la que dias antes habia caido la negra y de la que Arthur Warner habia hablado.

Sus pasos seguian exactamente la trayectoria indicada por Drum tal y como Blanche la recordaba.

A medida que se acercaban al lugar indicado los perros empezaron a ir mas y mas deprisa hasta que finalmente el que habia sido agredido se retraso siguiendo en lo posible el paso de Blanche. Se notaba que el animal tenia que hacer verdaderos esfuerzos para contenerse y no seguir sus instintos que le impulsaban a ir el primero.

El miedo renacio en Blanche, se daba cuenta que estaba tentando demasiado la suerte y se pregunto cuantas veces mas saldria airosa de la aventura.

Pronto se oyeron los primeros ladridos que indicaban que el otro perro habia encontrado algo, no tardaron en llegar hasta el principio de la escalera que habia sido la obsesion de Blanche desde que hablo por primera vez con Arthur Warner.

La luz de la potente lampara se hizo necesaria y al iluminar hacia abajo vio lo que este habia confundido con los multiples ojos de un enorme animal. La mesa sobre la que estaban los trozos de espejo junto con su sombra, bien podian confundirse con un enorme cuerpo moviendose a la misma cadencia que lo hacia la lampara que Blanche sujetaba.

El perro espero a que su ama llegara hasta el para precipitarse escaleras a bajo. Parecia como si con su detencion en aquel lugar quisiera indicar que alli empezaba realmente el peligro, un peligro desconocido y aterrador.

Lo primero que llamo la atencion de Blanche fue el fuerte y nausebundo olor que subia por el tiro de escalera.

Arthur Warner lo habia descrito como una corriente de aire refrescante pero ahora era una pestilencia muy semejante, aunque mas intensa que la que despedia el negro que habia muerto al precipitarse contra el empedrado del patio.

Evidentemente las circunstancias debian haber cambiado porque Blanche nunca podria encontrar en aquel hedor una refrescante corriente de aire.

El perro que acompañaba a Blanche bajo tambien la escalera indicando a su dueña que podia seguirle.

Tratando de dominar de nuevo el terror que comenzaba a apoderarse de ella empezo a bajar sin quitar ojo de los vidrios relucientes que la esperaban abajo. A pesar de que sabia lo que eran, aquellos destellos con sus juegos de luces y sombras eran de lo mas inquietantes.

Finalmente puso el pie en el suelo de una amplia estancia, no una cueva como habia dicho Drum. Cierto que la estancia era subterranea pero no era una cueva en el sentido clasico de la palabra, las paredes estaban recubiertas de grandes piedras y el suelo era de losas perfectamente encajadas y pulidas.

Los muebles y trastos viejos la ocupaban en parte dando la oportunidad a sus eventuales enemigos a esconderse tras ellos.

Pero lo que realmente la helo la sangre en las venas fue descubrir la famosa trampilla.

- Esta abierta! Se dijo casi sin poder dar credito a sus ojos.

Esperaba encontrarla cerrada y este hecho desorganizo todos sus esquemas mentales. Ella no pretendia penetrar por aquella enorme boca que debia conducir directamente al averno. Todo su plan se basaba en encontrar la forma de cerrarla definitivamente para impedir que lo que salia de vez en cuando por aquel agujero pudiera volver a salir para aterrorizar a los habitantes de la casa y de sus alrededores.

Jamas habia contado con que estuviera abierta y fuera ella misma la que tuviera que cerrarla.

Uno de los perros, despues de haberse asegurado que en la estancia no habia nada extraño que pudiera poner en peligro la vida de su ama se dirigio decidido hacia el agujero que dejaba al descubierto la gran trampilla. Durante unos instantes avanzo hacia la oscuridad con sus potentes pupilas totalmente dilatadas, dio un paso hacia delante comenzando a penetrar en aquella temible oquedad.

El animal que permanecia junto a Blanche dio un paso dirigiendose hacia su compañero. Los movimientos de los dos perros eran tensos y pausados. El perro de cabeza emitio un gruñido bajo y potente que fue inmediatamente contestado por el otro animal.

Blanche estaba petrificada, sabia que los dos animales habian detectado el peligro, sabia que esta vez no se trataba de una presa que huia asustada, sino de algo que se atrevia a hacer frente a los dos animales.

Lentamente, con infinitas precauciones el perro de cabeza avanzo hasta desaparecer por completo y su compañero le siguio separandose mas y mas de Blanche. Por segunda vez se encontro en la disyuntiva de seguirlos o quedarse sola. No sabia cual de las dos ideas la aterraba mas hasta que noto que sus pies habian decidido por ella avanzando al mismo paso lento que los perros.

Se podia decir que ya no razonaba, tan solo se dejaba llevar por los acontecimientos.

Continuara...

Datos del autor/a:

    Nombre: Adela.

    E-mail: aadelaa@yahoo.com

    Fuente: Historia originalmente publicada en la lista de correo "morbo".

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