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Blanche (13)

en Grandes Series

Con la voz alterada por el nerviosismo el viejo Guirdla empezó diciendo.

- Señorita, es posible que algunos de nosotros no nos hallamos comportado muy bien con el joven amo, pero tenga en cuenta que había unos negros que nos lo impedían.

- No te preocupes Guirdla, se perfectamente quienes han sido esos negros y te aseguro que ellos pagarán su merecido, los demás tendréis que demostrar de ahora en adelante que sois merecedores de mi confianza.

El silencio volvió a reinar en el vestíbulo hasta que llamaron a la puerta.

Blanche se puso en pie de un salto encañonando la entrada. Después preguntó con voz firme.

- Quién es?.

- Soy Lama, señorita, vengo con Drum.

- Abrid la puerta.

Los recién llegados, asustados por la intimidatoria presencia de la escopeta no sabían como reaccionar hasta que Blanche se dirigió a Drum diciendo.

- He recibido buenos informes de ti, por parte del amo. En adelante te encargarás de todo como cuando vivía el viejo amo. Las órdenes sólo las recibirás del joven amo o de mi y sólo a él y a mi nos rendirás cuentas de tu actuación, también nos tendrás informados de todo aquello que pase y sea de interés.

- A ti Lama te digo lo mismo respecto a la casa, tu serás la encargada y la responsable de todo cuanto pase en ella.

Ambos negros parecían no salir de su asombro pero no dijeron ni una sola palabra.

- ¯enid y poneos detrás de mi.

Ambos obedecieron y un silencio opresivo volvió a llenar la estancia.

Pasado un buen rato se hizo evidente para todos que aquella joven esperaba a alguien y que algo iba a ocurrir.

Amanecía, la tormenta se había alejado y había cesado de llover cuando unos golpes recios en la puerta indicaron a Blanche que Janoe regresaba a casa.

- Bare abre, vengo empapado.

La potente voz de Janoe resonó tranquila y confiada en la estancia. Era evidente que permanecía ajeno a cuanto en aquella larga noche había ocurrido en la casa.

Rápidamente Blanche se puso en pie acercándose hacia la puerta y ordenó a Drum.

- Abre y apártate de él.

Sin titubear, el negro, abrió la puerta dejando entrar a Janoe.

- Qué haces tu aquí?, preguntó sorprendido Janoe al ver Drum.

Dio unos pasos hacia el interior del vestíbulo para encontrarse con un espectáculo no esperado.

Todos los negros de la casa sentados en el suelo mirándole a los ojos y enfrente de él aquella señorita blanca encañonándole con una escopeta.

No tuvo tiempo de saber lo que pasaba ni a salir de su sorpresa.

Blanche apretó el gatillo, un tremendo estruendo conmovió la casa y Janoe cayó hacia atrás con los ojos muy abiertos y un tremendo agujero en el pecho por el que salía la sangre a borbotones.

Sin que el arma la temblara en las manos Blanche esperó decidida a usar el segundo cartucho si era necesario, pero no lo fue, Janoe no volvió a moverse ni ningún negro hizo el menor intento de atacarla. Un charco de sangre comenzaba a formarse en rededor del cuerpo muerto del esclavo.

- Drum encárgate de sacarle de aquí. Lama, que todo quede tan limpio como si nada hubiera ocurrido. Dijo antes de volver a reunirse con Richard Benson.

Mientras subía la escalera oyó la voz de Drum dando las órdenes oportunas a los negros de la casa mientras en la puerta comenzaba a agolparse el grupo de negros que había salido con Janoe en busca de su montura.

- Que ha pasado?. preguntó el inválido con tremenda ansiedad reflejada en la voz.

- He matado a Janoe, contestó con tranquilidad pasmosa.

- Eso esta bien, pero a mi me parece más peligrosa Bare.

- Dentro de un rato ya no lo será.

- Que pretende hacer con ella?.

- Colgarla en un sitio bien visible para que sirva de escarmiento.

Durante un momento Richard pareció meditar. Blanche al ver que no decía nada continuó.

De momento he nombrado a Drum encargado de toda la plantación y a Lama de la casa, me propongo hacer algunos cambios para que todo vuelva a funcionar.

- Haga cuantos cambios desee, no tiene que darme explicaciones.

- Le agradezco señor Benson que no ponga reparos a mi forma de hacer las cosas, le aseguro que haré cuanto esté en mi mano para que las cosas marchen bien y usted se sienta satisfecho, si dentro de unos meses cree que no soy capaz de hacerlo como usted desea, dígamelo, recogeré mis cosas y me marcharé sin que usted haya tenido más pérdidas que el tiempo y el sueldo de esos meses.

- Blanche, de momento debo agradecerla su oportuna llegada y que me haya ayudado con tanta decisión como lo ha hecho, además estoy seguro de que bajo sus órdenes todo esto va a mejorar sensiblemente.

- Gracias señor Benson.

- Por favor Blanche, mi nombre es Richard.

- Gracias Richard.

La conversación fue interrumpida por el suave golpear en la puerta de la estancia.

- Quien es?. Preguntó Blanche precipitándose a coger la escopeta que había dejado en el suelo al lado de la cama de Richard.

- Soy Lama señorita, puedo pasar?.

Antes de dar su consentimiento Blanche dejó la escopeta en el suelo a sus pies, no era cuestión de intimidar a la esclava más de lo necesario.

- Sí, pasa.

La puerta cedió dando paso a Lama que con los ojos bajos avanzó hacia la cama en cuyo borde estaba sentada Blanche.

- Algún problema Lama?.

- No señorita, sólo que Drum desea saber que hacemos con su montura y con sus cosas?.

- Que suban las cosas a mi cuarto y la montura que la lleven a la cuadra.

- Drum dice que está herida.

- Que clase de herida?.

- Está coja.

- Debió herirse cuando se espantó por la tormenta. Dijo tras meditar unos segundos.

- Dile a Drum que suba.

Lama se dirigió a hacia la puerta y los dejó solos cerrando tras ella.

Momentos después Drum informaba a Blanche que el animal tenía una gran herida en una de las manos.

- Es posible que cure?.

- No lo sé señorita. Con cuidados y reposo es posible. - Inténtalo Drum. Dijo arrepentida de haberle producido la herida al animal. De haber sabido que no iba a ser necesario nunca se lo hubiera hecho, pero en su momento consideró que esa podía ser la excusa para quedarse en la casa el tiempo necesario para conquistar a Richard.

- Que hacemos con el cuerpo de Janoe. Preguntó el negro.

Estaba a punto de contestar cuando intervino Richard.

- Ya te lo diremos.

Drum salió de la estancia mientras Blanche esperaba impaciente alguna explicación.

- Tienes algo personal contra Bare?.

- No. Me propongo colgarla para que sirva de escarmiento, pero no tengo nada personal contra ella.

- Yo sí, esa zorra me ha ofendido y humillado delante de todos los negros de la casa, ha llegado el momento de mi venganza. Dijo Richard.

- Como te propones castigarla?.

El inválido permaneció callado unos instantes, parecía dudar entre decir lo que realmente pensaba o callarse, pero finalmente optó por hablar.

- Me pareces una persona decidida y suficientemente conocedora de la vida como para oír lo que tengo que decirte para que comprendas lo que después voy a hacer con ella.

Bare era mi esclava personal desde hace unos años. Quiero decir con ésto que su vida estaba en función de la mía y que gozaba por esto de ciertas consideraciones ante todos los demás esclavos.

Esto ha permitido que después de la muerte de mi padre, se hiciera dueña de la situación, al principio, astutamente comenzó a decir el amo dice que ..., el amo quiere ..., el amo piensa ..., después poco a poco comenzó a dar órdenes sin ni siquiera molestarse en decir que lo había dicho yo.

Desde el principio comenzó a esquivarme, alejándose más y más tiempo de mi, de forma que cada vez que necesitaba algo tenía que esperar hasta que ella venía a mi lado o la daba la gana atenderme.

Pero finalmente no me atendía ni siquiera cuando venía, en lugar de eso parecía que gozaba enterándose de mis necesidades para demorar más y más su satisfacción, hasta que hace aproximadamente quince días cuando la requerí para tomarla como había hecho siempre me dijo que esperara, que enseguida volvía.

Lo hizo acompañada de Janoe. Ella llevaba la voz cantante. Fue ella la que sugirió al negro que entre los dos me sacaran de la cama y me sentaran en la silla.

Después se desnudó y se tumbó en mi cama invitando al negro a que la tomara en mi presencia.

Janoe lo hizo y después ambos se quedaron dormidos hasta la mañana.

Aquella noche yo vele sus sueños lleno de rabia e impotencia.

Por la mañana, cuando en la mesa me servían el desayuno la muy zorra lo contó delante de los otros negros.

Desde entonces no me he atrevido a salir de este cuarto por vergüenza, sabía que todos los negros se reían de mi.

A medida que Richard hablaba Blanche sentía que un furor sordo la embargaba el alma, nunca pensó que un blanco rico pudiera ser tan desgraciado y que una negra llegara hasta tal punto de rencor contra su amo.

Claro que había visto y oído muchas cosas, ella misma había participado en ocasiones en actos mucho más crueles y salvajes pero siempre las víctimas habían sido los negros y aquello formaba parte del plan natural de la vida.

Por primera vez desde que tenía uso de razón sintió que se identificaba con alguien que había sido tan desgraciado o más que ella.

Por fortuna había llegado a tiempo de remediar tamaña injusticia.

- Cuenta conmigo para lo que desees.

Richard la agradeció sus palabras con una sonrisa y dijo.

- Dile a Lama que venga.

Impresionada por el relato que Richard acababa de hacer Blanche salió de la habitación, podía haber gritado llamando a la negra pero no lo hizo, bajó la escalera y vio como dos negras temerosas de su presencia se afanaban en limpiar del piso la sangre de Janoe en el lugar donde éste había caído.

- Te llama el amo. Dijo en tono bajo pero firme.

Mientras Lama cumplía su orden, Blanche se quedó mirando la labor de las negras.

Poco después, Lama regresaba indicándola que el amo Benson la llamaba.

- Siéntate aquí. Dijo Richard señalando el borde de la cama, he mandado a buscar a Drum y quiero que oigas lo que quiero decirles.

Los minutos pasaron lentos hasta que los dos esclavos visiblemente preocupados acudieron a la llamada de Richard.

- Drum, mi padre tenía confianza en ti. Lama, hasta ahora has sido obediente y discreta por eso os he elegido para que en el futuro manejeis uno la plantación y otro la casa pero por encima de vosotros estará la señorita Blanche, ella ya ha demostrado su temperamento y vosotros sabéis a que ateneros, respetarla como si fuera yo mismo, obedecerla en todo, por que si no, estoy seguro ella se sabrá hacer respetar, además yo estaré detrás para respaldar todas sus decisiones, y en lo sucesivo que todos la llamen ama. Habéis comprendido?.

- Si amo, contestaron los dos al unísono.

- Bien ahora vamos a ajustar las cuentas a cierta negra que no ha tenido un comportamiento muy ejemplar.

Sacadme de esta maldita cama y de esta maldita habitación. Bajadme delante de la casa.

Blanche tomó la escopeta del suelo e hizo intención de salir de la habitación, no sabía por qué pero no deseaba turbar la intimidad de aquel acto forzosamente doloroso para Richard en que tenía que demostrar su inutilidad ante una persona extraña.

- No, por favor Blanche, no te salgas, quizá no te resulte agradable ver mi estado, a mi tampoco me gusta que me veas tal y como estoy pero tarde o temprano tendrá que ocurrir y cuanto más lo retrase será peor.

Entre Drum y Lama procedieron a vestir a Richard, Blanche pudo observar con cierta lástima que el joven era un ser perfectamente constituido de las rodillas para arriba, pero de las rodillas para abajo no era más que un amasijo de huesos y músculos sin concierto que le daban un aspecto profundamente lamentable.

Finalmente Richard fatigado por el esfuerzo y con expresión de dolor en el rostro quedó sentado en un sillón agarrándose a los brazos intentando tomar una postura algo más cómoda que en la que los dos esclavos le habían colocado.

Entre Drum y Lama bajaron a su amo y le sacaron delante de la casa. Después de la noche de aguacero el suelo permanecía empapado y grandes charcos se habían formado, el caminar se hacia penoso por el pegajoso barro que se adhería a los pies a pesar de que de nuevo el sol volvía a calentar con fuerza.

- Dejadme aquí. Ordenó Richard, señalando hacia el borde del charco más grande que había.

Un nutrido grupo de negros, machos y hembras se habían ido congregando delante de la casa, sin duda ya la noticia de la llegada de Blanche y de la muerte de Janoe se había extendido por la plantación. Blanche, armada con la escopeta permanecía detrás pero cerca de Richard, escrutadoramente observaba los grupos de negros para detectar la más pequeña amenaza. No, no había amenaza en los rostros, tan solo expectación y miedo.

- Drum, manda traer a Janoe. Ordenó Richard en voz suficientemente alta como para que fuera oída además de por Drum por los negros que estaban cercanos.

Este escogió cuatro machos desapareciendo con ellos detrás de la casa. Momentos después regresaban llevando cada uno de una extremidad el cadáver.

- Desnudadle.

Con cierta aprensión los negros obedecieron la orden teniendo que cortar las ropas en algunos sitios para terminar de quitarlas.

- Poned las piquetas de forma que el charco quede en medio de ellas.

Momentos después su orden fue obedecida. Cuatro largas y gruesas piquetas de hierro fueron clavadas en el suelo a golpe de martillo.

- Ponedle entre ellas.

Los negros se miraron unos a otros como si su amo se hubiera vuelto loco. Las piquetas se usaban para fijar a un negro al suelo cuando había que castigarle, pero era evidente que Janoe no se movería por más que se le azotara.

Momentos después el cadáver de Janoe, en medio del charco quedaba mirando hacia el cielo con los miembros estirados por la tensión de las fuertes cadenas.

- Lama, bajad a Bare.

Blanche tendió a la esclava la llave de la habitación donde había encerrado a Bare.

Mientras la orden de Richard era cumplida muchos negros y negras acudían reforzando el grupo de los espectadores.

Sus rostros demostraban tensión y miedo pero no agresividad. Blanche se preguntaba que podrían hacer en caso de que aquella multitud decidiera atacarles.

Un inválido, y una mujer armada tan sólo con una escopeta de dos tiros podían ser fácilmente reducidos por aquel numeroso grupo de negros.

Bare no tardó en aparecer por la puerta de la casa, era llevada por Lama y por otra negra casi arrastras ya que todavía permanecía atada con las ligaduras que Blanche la había puesto.

Apenas distinguió el cuerpo desnudo de Janoe tendido en el suelo entre las piquetas comenzó a sollozar con grandes gritos y palabras casi inarticuladas.

Lama y la negra la soltaron dejándola caer delante del Richard pero Bare sin hacerle el menor caso luchó con las ataduras tratando de arrastrarse hacia el cadáver de Janoe.

Ni siquiera pareció enterarse cuando por orden de Richard procedieron a desnudarla y a cortar las ligaduras.

Sólo reacciono cuando se dio cuenta de que sus muñecas y sus tobillos eran rodeados por fuertes cadenas.

- Dejadme, perros, dejadme, gritó una y otra vez mientras los negros tirando de las cadenas la hacían caer primero y después la arrastraban sobre el cadáver de Janoe. Las cadenas tensadas en las mismas piquetas hicieron que sus cuerpos coincidieran.

Por unos instantes Bare cesó en sus gritos tomando fuerzas para soportar el castigo que sin duda la iban a imponer.

Richard esperó un momento antes de decir.

- Te gustaba que ese negro te montase?, pues ahora serás tu quien le montes hasta que mueras.

Continuara...

Datos del autor/a:

    Nombre: Adela.

    E-mail: aadelaa@yahoo.com

    Fuente: Historia originalmente publicada en la lista de correo "morbo".

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