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Las 4 rosas (11)

en Grandes Series

Señor Warner, no trate de intimidarme mas. Si hay algun motivo real por el que no deba comprarla digamelo. Pero si no lo hay, si solo son habladurias me gustaria conocerlas pero sabiendo de antemano que son habladurias.

Arthur Warner la miro fijamente durante unos segundos. Despues dijo.

- Quiza usted piense que un sheriff debe saber todo lo que respecta a la ciudad que depende de el. Sobre todo lo que respecta a los lugares extraños, pero no es asi, y menos en el caso que a usted la interesa.

No la voy a hablar mas sobre lo ocurrio en esa casa aquella noche tragica de hace casi setenta años, la supongo suficientemente informada, por lo menos de lo que se pudo descubrir entonces.

- Si, cuatro de los hermanos Nielsen desaparecieron en una sola noche y el quinto se ahorco a los pocos dias.

- Exacto, pero hubo un hermano que desaparecio anteriormente.

- Si, tambien lo se.

- Entonces la supongo enterada de la fuga masiva de negros que se produjo posteriormente y de como el heredero de los Nielsen abandono la casa poco despues.

- Si, todo eso me lo ha contado Jesica. Pero lo que me interesa saber es si posteriormente se han producido mas muertes y si siguen repitiendose los fenomenos extraños.

- Ambas cosas señora Benson.

Los fenomenos extraños se producen continuamente desde entonces y en cuanto a las muertes que yo sepa se han producido dos no hace mas de un año.

- Quien murio?

- Dos vagabundos, gente que no sabia lo que sucedia en la casa y se metieron en ella para cobijarse sin saber lo que les iba a suceder.

Uno de ellos fue encontrado por uno de mis policias en plana noche saliendo de la casa tan lleno de terror que al saltar la tapia cayo de cabeza haciendose una herida de la que finalmente murio, pero vivio lo suficiente como para contar que dentro habia muerto su compañero cuando algo o alguien le arrojo por la escalera.

- Se encontro el cadaver?.

- Se encontro, pero no crea que fue facil. Es la unica vez que tuve que enfrentarme a un motin de mis hombres. Ninguno se atrevio a entrar en esa maldita casa.

Todos adujeron que ellos estaban contratados para luchar contra delincuentes pero no para hacerlo con demonios o espiritus.

- Entonces quien encontro el cadaver?.

- Un negro, un asesino negro al que le dimos a elegir entre ahorcarle y dejarle libre si sacaba el cadaver.

- Me gustaria hablar con ese negro.

- Me temo que es imposible. Le ahorcamos apenas hubo sacado el cuerpo. No pensara usted que ibamos a cumplir la promesa hecha a un negro, y menos a un negro asesino?. Dijo Warner sonriendo por primera vez.

- Es que no voy a poder hablar con nadie que me pueda dar una informacion reciente y veraz. Dijo Blanche haciendo un gesto de desesperacion.

Vio como Arthur Warner hacia un gesto de duda antes de contestar.

- Si, claro que si. Si no me equivoco yo soy la unica y ultima persona que ha estado en esa casa, estuve alli hace medio año.

Su dueño actual estuvo tambien alli pero hace mucho mas tiempo.

- Puede usted decirme algo señor Warner?. Rogo Blanche en un tono de voz que reflejaba la ansiedad que sentia.

- No me va a ser facil hablar de ello y menos delante de una mujer joven y tan preciosa como usted.

- Gracias señor Warner. Pero no creo que mis caracteristicas fisicas tengan mucho que ver con el asunto.

- No, evidentemente no, señora Benson, pero cuando oiga lo que voy a decirle comprendera que me cueste confesar ciertas cosas.

Esa casa ha sido mi obsesion durante toda mi vida, desde que era niño he oido contar mil habladurias de ella, yo era vecino de Jesica cuando nuestros padres vivian en la plaza del mercado de esclavos. Mas tarde los padres de Jesica se cambiaron de casa, no creo equivocarme si digo que los fenomenos extraños que se producian en Las Cuatro Rosas tuvieron mucho que ver con su traslado. Por aquella epoca muchos de nuestros vecinos se cambiaron. Nunca supe porque mis padres no lo hicieron, la aseguro que en aquellos dias yo rezaba todas las noches para que el buen Dios iluminara a mis padres y decidieran cambiarse de casa.

Los ruidos, los aullidos, los tableteos, los silbidos, se repetian con frecuencia, yo pasaba las noches en vela mirando aterrado desde mi ventana a Las Cuatro Rosas, para ver si descubria una luz o la menor señal de vida.

Nunca descubri nada que pudiera indicar que alli habia una forma de vida semejante a la nuestra.

- Siempre ocurren esos fenomenos por la noche. señor Warner?

- No, en absoluto. Se producen indistintamente por el dia y por la noche, a veces duran semanas enteras sin descanso ni interrupcion, otras veces solo horas.

Blanche se dio cuenta que la informacion de Jesica y de Warner coincidian lo suficiente como para que fuera cierta.

- No me interrumpa señora Benson, sino, no se si tendre el suficiente valor para contarselo todo.

Cuando fui nombrado sheriff, la idea de tener que enfrentarme algun dia al misterio de Las Cuatro Rosas fue lo unico que me hizo dudar para aceptar el cargo. Si he de serle sincero, mientras juraba el cargo lo unico que habia en mi mente era el terror que esa casa me infundia. Sabia que si en ella llegaba a ocurrir algo seria incapaz de enfrentarme a ello.

A medida que Arthur Warner iba hablando Blanche se sentia mas y mas impresionada. Cuando oyo a Jesica contar lo mismo, esta ponia mas enfasis en sus palabras pero a Blanche la habian ofrecido menos credibilidad. Pensaba que era una exageracion de una mujer mayor e impresionable. Pero ahora no. Quien la estaba hablando era un representante de la ley. Un hombre seguramente avezado en mil peligros que habia llegado a sheriff por su arrojo demostrado.

Los años fueron pasando, Continuo Warner, me case con mi primera mujer, Cristin, Por entonces mis padres habian muerto ya, yo seguia viviendo en la misma casa, parecia haberme acostumbrado a vivir con el terror, pero Cristin no lo consiguio.

Cada dia, cada noche que los fenomenos se repetian la encontraba mirando hacia la casa con los ojos desorbitados por el miedo.

Cada dia me juraba a mi mismo que haria lo necesario para cambiarnos de casa e irnos al otro lado de la ciudad.

Finalmente compre unos terrenos y comence las obras pero Cristin no fue capaz de esperar tanto. Una noche, me desperto sobresaltada, sentada en la cama miraba hacia Las Cuatro Rosas con la misma intensidad y el mismo terror con que yo habia mirado de niño. Intente hacerla dormir tranquilizandola lo mejor que pude como habia hecho tantas y tantas veces, pero esta vez fue distinto. De pronto mi mujer se llevo las manos al pecho aquejada de un fuerte dolor que la paralizaba hasta la respiracion. Fue cuestion de minutos. Poco despues Cristin habia muerto con el rostro desfigurado por el dolor y el miedo.

"Un fallo del corazon", dijeron los medicos. Pero yo sabia que no habia sido solo eso. El corazon fallo efectivamente pero por que?. Seguramente por la enorme tension nerviosa a que se habia visto sometido por el terror.

No se si la muerte de Cristin se puede achacar a Las Cuatro Rosas, pero estoy seguro de que si nos hubieramos trasladado antes, Cristin seguiria viviendo.

Es mas, segun el doctor O'Brien, las muertes producidas por esta causa, son mucho mas frecuentes entre las personas que viven cerca de Las Cuatro Rosas.

Cree usted que fui capaz de reunir el valor suficiente para ir a esa casa y enfrentarme de una vez por todas a los demonios que la habitan?.

No, no fui capaz. En lugar de eso me traslade lo antes que pude a la nueva casa aunque estuviera sin terminar. Pero una cosa me quedo clara, tarde o temprano tendria que entrar en esa casa y enfrentarme a sus misterios.

A medida que Arthur Warner hablaba la expresion de su rostro se iba volviendo mas seria y su voz se habia vuelto mas y mas grave. Habia momentos en que parecia estar ausente y que sus palabras salian de su boca empujadas por una emocion incontenible. En ciertos momentos parecia que no se daba cuenta que Blanche estaba escuchandole. Mas parecia un anciano repitiendo en voz alta sus dolorosos recuerdos que el animoso hombre que habia conocido hacia un rato.

Pase muchos años haciendo acopio de valor, cada vez que mandaba a mis hombres a una mision arriesgada sentia la vergenza en mi corazon.

Sabia que no era digno de su respeto mientras no fuera capaz de enfrentarme a los demonios de Las Cuatro Rosas.

Hace unos años me case otra vez. Fue con una mujer joven, mucho mas joven que yo, no queria volver a pasar por el trance de ver morir a la persona que amo. Margaret es mi alegria y mi consuelo actual, pero sigo sintiendo el mismo miedo que cuando era niño y me despertaba sobresaltado, para espiar lo que pudiera suceder en aquella maldita casa.

Maldigo a los Nielsen por haberla construido. Maldigo a sus hijos por haber desaparecido en la forma en que lo hicieron, maldigo al hijo mayor por haberse suicidado sin decir una sola palabra de lo que habia pasado aquella maldita noche y, me maldigo a mi mismo por no tener el valor suficiente para entrar con mis hombres en esa madriguera del demonio y escudriñar hasta el ultimo rincon para dar con el ser del averno que tantas desgracias me ha causado.

Arthur Warner hizo un prolongado silencio durante el cual parecio volver unos instantes a la realidad recobrando su natural gallardia y la elegante compostura.

Volvio a decaer de nuevo y continuo.

Hace aproximadamente un año, ocurrio lo de los vagabundos y lo del negro, me dije que esa era la ultima vez que pasaba algo en esa casa sin que yo supiera a que atenerme.

Totalmente decidido ordene a mis hombres entrar en la casa y removerla si era necesario hasta los cimientos. Fue cuando tuve que enfrentarme al motin, por primera vez en mi vida di una orden que no fue cumplida a rajatabla. Habia tomado la decision de encabezar la incursion a esa guarida de Satanas pero cuando mis hombres se negaron el valor me volvio a abandonar de nuevo.

Seis meses despues, hace aproximadamente medio año me arme hasta los dientes, tome varias linternas y una noche sin comunicarselo a nadie me decidi por fin a entrar en la casa.

Cuando entre hacia dos dias que los fenomenos se producian ininterrumpidamente, se puede imaginar el miedo que llevaba, las piernas me temblaban y el peso de las armas me obligaban a detenerme a cada paso.

Tome la precaucion de forzar tanto la puerta de entrada a la finca como la de la casa. Si tenia que salir corriendo era mejor tener salida libre.

Con el rifle en una mano y el farol en otra penetre en aquella madriguera. El suelo vibraba bajo mis pies y pude distinguir claramente los aullidos que tantas veces habia oido de niño, pero mucho mas fuertes que cuando los oia desde mi casa, junto a ellos la ritmica respiracion de lo que parecia ser un enorme animal, un monstruo que parecia estar en todos lados a pesar de que no lo veia por ninguno. Las luces y las sombras de la linterna hacian que mi vision fuera aun mas irreal.

Trate de calmarme y comenzar a analizar lo que sucedia a mi alrededor. Pronto descubri que los aullidos,las vibraciones y los silbidos se producian entremezclados, luego tras una corta calma se producia un tremendo ruido de absorcion en el que parecia que el monstruo o monstruos llenaban de nuevo sus pulmones al mismo tiempo.

Despues se reiniciaba el ciclo ininterrumpidamente.

Guiado por el oido trate de orientarme hacia el lugar de donde provinieran los ruidos pero me resulto dificil, tan pronto me parecia que provenian de la parte alta como de la parte baja de la casa, ademas el aire era tan denso que formaba volutas como de humo en los lugares donde incidia la luz del farol contribuyendo a desorientarme.

No tarde en llegar al principio de una escalera que ascendia a la planta superior. Note que mis pies pisaban una superficie mas aspera y rugosa que por donde habia pisado hasta entonces, ilumine el suelo y vi una mancha negra, recorde que el vagabundo habia contado que su compañero habia sido arrojado por una escalera y supuse que aquella mancha era sangre del cadaver que mas tarde sacaria el negro.

Comence a ascender con mil precauciones y toda la impedimenta. Los peldaños crujian bajo mis pies alarmandome mas y mas.

Por un momento tuve la sensacion de que algo me seguia pero cuando me volvi e ilumine la escalera por la que habia ascendido hasta la mitad me senti perdido, a mi paso se habia levantado una espesa niebla que me impedia ver el final de la escalera.

No supe que hacer, tras unos momentos de indecision me precipite escaleras abajo temiendo que en cualquier momento pudiera resbalar y caer rodando.

Respire un poco mas tranquilo cuando pise de nuevo el rellano. Pero la tranquilidad duro poco. Al iluminar la escalera por la que acababa de bajar vi que la niebla habia aumentado notablemente hasta el extremo de no dejarme ver el final de ella en la planta superior.

Poco a poco comence a sentirme desorientado. pasaba por un lugar en el que no habia niebla y cuando iluminaba hacia atras la niebla estaba alli, parecia seguirme incansablemente.

Cuando intentaba volver sobre mis pasos el aire se hacia irrespirable, olia a demonios y picaba en la garganta. Lo de demonios no lo digo solamente porque oliera mal, no, es que creo que asi deben de oler los malignos en el infierno.

No podria precisar cuanto tiempo pase en esa maldita casa antes de que me abandonara de nuevo el poco valor que sentia y decidi salir corriendo jurandome no volver a ser tan insensato.

Pero lo peor estaba por ocurrir, pronto descubri que me habia perdido y no era capaz de encontrar la puerta por la que habia entrado.

Corri de un lugar para otro, enloquecido llegue hasta golpearme con los muebles y las paredes, la niebla, cada vez mas espesa habia terminado por rodearme amenazando con asfixiarme, me lloraban los ojos, respiraba agitadamente y tosia continuamente asi que tropezaba con todo lo que habia a mi paso porque lo descubria demasiado tarde para evitarlo.

De pronto tropece una vez mas y cai golpeandome en la cabeza, no se si llegue a perder el conocimiento o no pero cuando me recobre senti que rachas de aire fresco llegaban a mi boca procedentes de una abertura que estaba ante mi, en el suelo.

Por fortuna el farol no se habia apagado y brillaba a unos metros de donde yo habia caido, eso si, con luz mortecina y rodeado de la espesa niebla que me impedia distinguir de el mas que la llama que se hacia cada vez mas languida.

No se puede haber acabado el aceite, pense desesperadamente tratando de conjurar el peligro de quedarme sin luz. Tenia pocas esperanzas de salir con vida, pero si habia alguna, tenia que servirme del farol encendido para encontrarla.

No me atrevi a moverme sin haber recuperado el farol. Era consciente que ante mi el suelo se abria hacia el abismo y ponerse en pie y caminar era una locura. Me arrastre con dificultad tanteando el terreno a cada movimiento hasta alcanzar el farol cuya llama habia disminuido tanto en intensidad que estaba a punto de apagarse.

Con el en la mano regrese precipitadamente al unico lugar que habia encontrado por el que ascendia aire fresco. La mortecina llama del farol se reavivo. Aire fresco si, pero tambien por aquel agujero se debia uno acercar a la guarida del maligno porque la intensidad de los aullidos aumento notablemente.

Ilumine el agujero y me aterre aun mas si es que era posible. Ante mi tenia una escalera descendente, al final de la cual un ser deforme, inmenso y oscuro con varias decenas de ojos que brillaban en la oscuridad me miraba fijamente. La sangre se me helo en las venas, el corazon que hasta ese momento habia golpeado en mi pecho como un caballo desbocado parecio pararse y crei que no iba a volver a funcionar mas. No exagero si digo que debi sentir algo parecido a lo que debio sentir Cristin la triste noche de su muerte.

Por fortuna el corazon comenzo a latir de nuevo solo para asombrarme al ver que el farol, escapado de mi mano caia rodando por la escalera precipitandose rebotando hasta desaparecer de mi vista.

En su caida habia iluminado los ojos del monstruo de mil formas distintas pero despues sus ojos habian dejado de brillar.

No se si por suerte o por desgracia el farol seguia brillando alli en el fondo de aquel infecto y terrible agujero, podia ver su resplandor a traves de un aire limpio, mucho mas limpio que el que habia sobre mi cabeza.

Guiado por el resplandor tome un revolver y apunte a donde suponia que habia visto el monstruo, dispare y dispare hasta que hube agotado las municiones del revolver.

Ha probado a disparar alguna vez dentro de una casa grande y deshabitada?. Pregunto Arthur Warner, luego continuo sin esperar la respuesta.

Fue atronador, pero estuve seguro de que entre estampido y estampido pude oir los mugidos del monstruo herido.

Aterrado, baje lentamente los peldaños de aquella escalera hasta llegar al farol que milagrosamente seguia luciendo ileso. Me precipite sobre el para iluminar a continuacion el lugar donde yo habia visto el monstruo por ultima vez pero alli ya no habia nada, nada mas que una gran mesa con las señales de haber sido atravesada en varios sitios por las balas.

Sin embargo debia estar o dentro o en la boca del huracan porque el ruido sonaba mucho mas intenso y cercano, Las vibraciones del suelo eran claramente perceptibles y cuando estas cesaban la respiracion del demonio engullendo aire se hacia mas intensa que nunca.

Continuara.

Datos del autor/a:

    Nombre: Adela.

    E-mail: aadelaa@yahoo.com

    Fuente: Historia originalmente publicada en la lista de correo "morbo".

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