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Las 4 rosas (40)

en Grandes Series

- No, no me he acostado con ningun hombre desde que he llegado a Nueva Orleans. Contesto Blanche haciendo abstraccion del difunto Morceb, de Drum y de Lamoro, Al fin y al cabo ellos solo eran negros, no hombres.

De pronto Blanche comprendio porque se habia librado de las garras de Hanna en aquellos dias ya lejanos en el tiempo. En aquellos dias en que Hanna hubiera podido hacer lo que la hubiera dado la gana con ella. Incluso si la hubiera matado nadie se hubiera preocupado lo mas minimo.

Recordaba que la Madam, despues de que hubieron matado aquel estupendo negro de una forma espantosa les llevo a una enorme finca que tenia una magnifica casa. Durante los tres dias siguientes hicieron cosas horribles con una docena de negros por orden de otros blancos entre los que se encontraba Hanna. El recuerdo de los hechos permanecia vivo en Blanche a pesar del tiempo transcurrido, pero lo que mejor recordaba era la mirada de deseo y de reproche con que la miraba Hanna.

La misma mirada por la que Blanche la habia reconocido al verla en la habitacion de Jesica.

Si entonces no se la llevo a la cama fue porque habia visto como un hombre la fornicaba en presencia de todos.

Era demasiado orgullosa como para lamer el sexo de una mujer que todos sabian que habia sido usada por un hombre.

- Perdoname Blanche, no se lo que me pasa, no se porque estoy tan nerviosa ?. dijo Hanna dejando de nuevo su tono agresivo.

- A mi tambien me gustaria entenderte ?.

- Veras, me desconcierta la idea de que quieras dedicarte a eso ?.

- Por que ?. Muchas mujeres antes que yo se han dedicado a ello.

- Ya, ya lo se, pero siempre he pensado que eran mujeres despreciables, pobres infelices a las que la necesidad empujaba a ello, mujeres que tenian mas o menos el mismo valor que los negros, incluso algunas veces he llegado a pensar que tenian menos valor que ellos. Ellos al fin y al cabo no son mas que animales sometidos al capricho de sus amos, pero ellas son seres humanos que se venden por unos pocos dolares, por bastante menos que lo vale un negro. Pero tu rompes la regla. No tienes ninguna necesidad que no puedas satisfacer. Has estado casada, sabes lo que es un hombre y podrias tener cuantos quisieras. O te ha ido muy mal en tu matrimonio ?, o no te comprendo.

- Estas equivocada Hanna. He sido feliz durante mi matrimonio. Puedes asegurar que a mi marido ha sido la persona que mas he querido y que he sido correspondida por el. Pero las cosas no siempre salen como una quiere y a pesar de que he sido muy feliz tambien he sufrido mucho a su lado, por eso no quiero establecer lazos sentimentales con nadie.

Y la mejor manera de no establecerlos es tenerlos con muchos al mismo tiempo.

- Comprenderia, que si has sufrido con un hombre quisieras cambiar y probar con una mujer. Dijo Hanna tratando de arrimar el ascua a su sardina.

- Me estas sugiriendo que me lie contigo ?. Pregunto Blanche comprendiendo la intencion ultima de toda la charla de Hanna.

- Por que no ?.

- Escucha Hanna, no quisiera ofenderte, pero debes comprender que no funcionaria.

- Por que ?.

- Porque a mi me gustan los hombres. Crees que nuestra union funcionaria si yo tuviera que prescindir de ellos o tu descubrieras que yo te engañaba con alguno ?.

Hanna no respondio a la pregunta de Blanche pero dijo.

- Podriamos intentarlo.

- No, estariamos condenadas al fracaso de antemano.

Blanche se dio cuenta que los negros presentes estaban fascinados por la conversacion pero la mas afectada era Tiara. Su rostro presentaba un aspecto desencajado e incluso cuando tenia que llenar la copa de Hanna sus manos temblaban ostensiblemente.

- En ese caso no me das ninguna esperanza ?. Pregunto Hanna en un tono que indicaba que estaba a punto de llorar.

- No, no te doy ninguna esperanza. Podemos ser amigas y pasarnoslo bien cuando queramos pero lo otro no funcionaria.

- Entonces no se que hago aqui ?. Dijo Hanna dejando que las lagrimas rodaran por sus mejillas.

- Tu sabras a que has venido ?.

- Yo tenia la intencion de pasar una tarde tan estupenda como la del otro dia ?.

- Que nos lo impide ?.

- Tu, y tus malditas palabras. Contesto en tono agrio.

- Una cosa es lo que tu pretendes y otra cosa es que como amigas podamos pasarnoslo bien juntas.

- Crees que puedo ser amiga de una puta ?. Dijo Hanna dejando explotar la furia contenida hasta ese momento.

Blanche no esperaba tales palabras pero antes de Hanna pudiera darse cuenta de lo que se la venia encima recibio el mas tremendo bofeton que habia recibido en su vida. La fuerza con que Blanche la golpeo fue tal que la hizo caer de la silla.

Mientras Blanche corria alrededor de la mesa para seguir desahogando su furia dijo.

- Maldita mierda asquerosa, estas confundida si crees que te voy a permitir insultarme. Tu amistad tiene para mi el mismo valor que una mierda de negro. Ya te estas marchando de mi casa.

- Perdoname Blanche! perdoname, perdoname, gritaba desde el suelo Hanna con la mano en la mejilla castigada.

- Que te perdone, maldita zorra ?. Acaso te crees mejor que yo por que todavia eres virgen ?

- Perdoname Blanche, perdoname, no sabia lo que decia, perdoname, seguia diciendo Hanna desde el suelo.

Al verla tirada y sin hacer el menor gesto de defensa la ira de Blanche se calmo lo suficiente como para no volver a golpearla pero dijo dirigiendose a los negros.

- Preparad el coche y llevadla donde diga.

El negro que hasta entonces habia lamido el calzado de Hanna lo tiro al suelo y salio de la estancia rapidamente dispuesto a quitarse de en medio. Temia que la disputa entre las dos mujeres terminara recayendo sobre el.

- Y tu, asquerosa cerda espera aqui a que vengan a buscarte. Añadio haciendo ademan de salir de la estancia.

- No, Blanche, por favor, no te marches. Imploro Hanna desde el suelo.

Blanche siguio andando como si no hubiera oido las palabras de Hanna y cuando estaba a punto de abrir la puerta la oyo implorar mas fuerte.

- No, Blanche, perdoname, no te marches.

Durante unos instantes Blanche dudo entre salir definitivamente de la estancia o detenerse ante la llamada de Hanna pero finalmente se detuvo dandola la espalda.

- Perdoname, perdoname. Repetia incansable Hanna.

- Crees que puedo perdonarte ?.

- Si, por favor, no queria ofenderte. Dijo Hanna sollozando.

- Pues lo has hecho ?.

- Me sentia dolida, En toda mi vida no he encontrado a una mujer digna de mi confianza y cuando por fin la encuentro me rechaza.

- Mientes, yo no te he rechazado.

- Yo creo que si, yo queria algo mas que tu amistad.

- Pues ya no te ofrezco ni eso.

- Por favor Blanche no seas rencorosa. Que sentirias si tu te ofrecieras a un hombre como yo me he ofrecido a ti y te rechazara ?.

Blanche se sintio desconcertada por la pregunta de Hanna. Realmente jamas habia ocurrido semejante cosa ni en su mente cabia la posibilidad de que ocurriera, estaba acostumbrada a que fueran los hombres quienes fueran detras de ella.

- Yo no soy un hombre.

- Esa es la diferencia, dijo Hanna todavia gimoteando en el suelo.

Blanche se acerco a Hanna y tomandola por los brazos la ayudo a levantarse mientras decia.

- Si alguna vez me vuelves a insultar no se si te libraras con un solo bofeton.

- Hanna esbozo una sonrisa desde su rostro mojado por las lagrimas.

- Me perdonas ?.

- Si, pero ya las cosas no volveran a ser como antes.

- Tan rencorosa eres ?.

- No es rencor, es amor propio.

- No suponia que te fuera a sentar tan mal.

- Procura medir tus palabras.

- No estoy acostumbrada a ello, debo reconocer que tengo una lengua muy suelta, a veces tengo que hacer verdaderos esfuerzos para no insultar a las personas. Tengo la costumbre de insultar continuamente a mis negras y las palabras salen solas de mi boca.

- Yo no soy ninguna de tus negras.

- Ya, ya me he dado cuenta, dijo llevandose la mano a la encarnada mejilla en la que se notaban las marcas de los dedos de Blanche.

Las palabras de Hanna la hicieron sonreir y dijo.

- Si hubieras sido mi negra no te habrias escapado sin una buena paliza.

- Si tu hubieras sido mi negra te habria abierto la barriga con un cuchillo y te hubiera metido en ella un gato,le hubiera dejado solo la cabeza fuera antes de cosertela de nuevo. Despues me hubiera puesto algodones en los oidos para que no me molestaran mucho tus gritos y me hubiera sentado tranquilamente a ver como reventabas de dolor cuando el gato te destrozara las tripas con las uñas.

Las dos estallaron en carcajadas durante un buen rato hasta que Blanche pregunto.

- Serias capaz de hacer eso?

- Ya lo hecho mas de una vez.

- Es una suerte no ser tu negra. Dijo Blanche convencida de que Hanna era capaz de hacer eso y mucho mas.

- Si, creo que las dos hemos tenido suerte de nacer blancas.

Durante unos minutos los dos jovenes se relajaron dejando que la tension que se habia creado entre ellas se disolviera pero Blanche no olvidaba que Hanna la habia insultado.

Unos timidos golpes sonaron en la puerta.

- Pasa, grito Blanche, todavia alterada por el incidente.

El negro que habia salido a cumplir las ordenes de Blanche entro con movimientos timidos y dijo.

- Dice Drum que el coche estara listo en unos minutos.

Blanche interrogo a Hanna con la mirada y esta la hizo una seña de que no queria irse.

- Continua con la labor que estabas haciendo. Ordeno al negro.

Vio como de mala gana el macho recogia el calzado de Hanna y comenzaba a lamerlo de nuevo.

- Por que no nos vamos a la cama ?. Pregunto de pronto Hanna.

- Antes me hubiera acostado contigo con mucho gusto, pero dado que no quieres la amistad de una puta ahora tendras que pagar.

Hanna humillada por las palabras de Blanche se irguio desafiante y dijo y despues de dudar unos instantes.

- Dime tu tarifa y vamos.

- Cien dolares, dijo Blanche con el mismo aplomo con que lo hubiera hecho años antes.

- ­ Cien dolares ... !, repitio Hanna incredula.

- Ese es el precio por lamer mi culo pero si te parece demasiado puedes lamer el culo de cualquiera de mis negras por mucho menos.

- Tengo a mi disposicion mas negras de las que puedo desear pero son ellas las me lamen el culo a mi. Dijo Hanna visiblemente ofendida por las palabras de Blanche.

- En ese caso mi coche te llevara gratis hasta tu casa y podras hacer lo que desees con tus negras.

- Te deseo a ti.

- Tu eliges.

- No llevo dinero encima.

- Es igual, de momento tienes credito en esta casa, pero si no me pagas lo convenido no habra una segunda vez.

- Tan pronto como llegue a mi casa te enviare a alguien con el dinero.

- Por que no envias a alguien al banco, sera mas facil y mas rapido.

- Tienes a alguien de confianza como para poder hacer la operacion.

- Naturalmente.

- Quien ?.

- Tu misma. Incluso tienes el coche preparado, dijo Blanche dando a entender que la gustaria recibir el dinero por adelantado.

- Vamos.

- No, ve tu sola, debo prepararme bien para recibir a mi primer cliente. Dijo Blanche haciendo una seña al negro para que viniera a calzar a Hanna.

- No tardare mucho. Dijo Hanna poniendose en pie.

- Te espero.

Una vez Hanna hubo salido de la estancia ordeno a Tiara.

- Encargate de que todo este listo y que no haya ningun fallo.

Vio como a la negra la temblaba los labios cuando dijo.

- Si ama.

Blanche sabia que la negra se sentia mal. Si era cierto que sentia por ella lo que en cierta ocasion la habia dicho el hecho de tener que prepara la cama de su ama para recibir en ella a otra mujer debia resultarla muy molesto pero Blanche no estaba dispuesta a dejar que su vida cambiara por respetar los sentimientos de ningun negro.

Tambien Blanche subio a la habitacion, queria inspeccionar por ella misma para evitar que pudiera surgir alguna sorpresa.

Realmente Tiara no tenia nada que hacer, tanto la cama como la habitacion estaban listas en todo momento y siempre dispuestas para ser usadas cuando que su ama lo deseara.

- Espero que no surja ningun problema si te ordeno que la hagas algo a esa mujer. Dijo Blanche en un tono que llevaba implicito una cierta amenaza.

- Puedo pedirla una cosa ama ?.

- El que ?.

- Que me sustituya por otra negra, yo no se si sabria hacerlo.

- Claro que sabras y pobre de ti como me de cuenta de que no haces las cosas a mi gusto.

El temblor de las manos y de los labios de la esclava se acentuaron pero no se atrevio a replicar a su ama.

Continuara...

Datos del autor/a:

    Nombre: Adela.

    E-mail: aadelaa@yahoo.com

    Fuente: Historia originalmente publicada en la lista de correo "morbo".

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