miprimita.com

Viaje (7)

en Voyerismo

Viaje VI

Ese día dormimos hasta tarde, yo estaba agotada, pero Osmiel también. Se vino adormir a mi habitación y me desperté desnuda, sin él. Me entretuve como una gatita, en la cama, y finalmente me di una ducha y me vestí con una faldita muy muy corta de vuelos, una tanguita a juego, casi transparente, unos zapatos cómodos (con poco tacón) y una camiseta con sólo un par de tiras en los hombros, cortita, que dejaba mi ombligo al aire. Me puse cremita para reducir el posible escozor posterior (hay que cuidarse) y salí.

Bajé y busqué la cocina donde desayunar. Creo que al servicio casi le da un síncope al verme en la cocina y rápidamente me indicaron el salón, donde una mesa rápidamente se llenó de bollos frescos, mantequilla, mermeladas, tostadas calientes, tortilla, algo de embutido, fruta…

Estaba hambrienta (sí, soy una chica con buen apetito y disfruto de la comida, que por suerte no me engorda, pero es que no había cenado!!!). Y pronto Sancho vino ha hacerme compañía. Me dijo que Osmiel estaba en la ciudad por negocios, tenía que ver a dos o tres personas, pero que iríamos a comprar algo de ropa y que se reuniría conmigo para comer más tarde.

Así que, después de comer un poco (bueno, bastante), salimos con Sancho, que condujo el Jaguar por la ciudad hasta un parking, desde donde iríamos… de tiendas ;-). Durante el viaje se mostró cortés, me dio conversación y no hizo ninguna referencia ni a la fiesta ni a los momentos del barco, pero tampoco habló nada de Osmiel (sólo que estaba "atareado", era la discreción personificada).

Desde el parking ascendimos a un centro comercial y me llevó hacia un área con tiendas de moda. La primera fue a una tienda de ropa y complementos, tuvimos que llamar para que nos abrieran la puerta de la tienda y una chica rubia preciosa vino a abrirnos y nos acompañó al interior. Allí, en algo parecido a un saloncito de té, nos ofrecieron asiento en unas butacas y nos sirvieron un café (a escoger entre colombiano y africano) o diversos tipos de te.

Una vez servidos una mujer algo mayor muy elegante sustituyó a la rubia y nos preguntó qué buscábamos (se presentó como María). Fue Sancho quien respondió diciendo que buscábamos un vestido de noche que realzara mi belleza. Ella asintió y me pidió que me alzara para poder hacerse una idea. Yo me sentí fatal por no haberme arreglado un poco más, pero al fin y al cabo, ella sólo debía evaluar la percha, así que…

Me levanté y di un par de vueltas. María sonrió aprobando. Apuntó cuatro cosas y llamó a la rubia, a la que alargó sus notas. "Bien, bien… alguna fiesta en particular?" le dijo a Sancho. "Una seducción", sonrió el, "Aunque no creo que sea necesario mucho más que, simplemente, ella", añadió. Siguieron algunos cumplidos más, como si yo no estuviera, pero no pude evitar sentirme halagada.

Al rato entró una preciosa morena luciendo un vestido largo, con amplio escote y espalda descubierta. Detrás de ella una negrita altísima con un traje color cobre, cinturón con brillantitos y falda corta. Otra más con falda larga con una tremenda abertura lateral. Y, finalmente, una rubia con una preciosidad de vestido color canela de larguísimos tirantes que dejaban ver un escote hasta el ombligo y una faldita corta de vuelos.

Sin duda quedé prendada del último vestido, y también Sancho, que me pidió que me lo probara. María me guió hasta una recámara lateral donde corrió la cortina y vi los vestidos de la desfilada colgados. "Sírvete tu misma", me dijo, y salió dejando la cortina a medio correr. Rápidamente me desvestí, quedando sólo en tanga y me puse el vestido. Me miré al espejo y pude ver la mirada de Sancho, tras de mi, todavía sentado en su butaca, des de la que tenía una perfecta vista de donde yo me encontraba. Su mirada no dejaba lugar a dudas de lo que había visto, y yo sólo pude sonreír mientras me veía en el espejo. Los tirantes del vestido parecían estar hechos para acoger mis grandes pechos, que quedaban difícilmente encajados en el escote, pudiéndose ver los laterales por la abertura del vestido. Mis pezones se marcaban sobre la transparente tela y se mostraban erguidos apuntando al frente.

Cambié el cinturón del vestido por otro que era una simple tira de piel, anudada a mi cintura y que realzaba mejor mi figura. La falda se abría en los laterales del vaporoso vestido y busqué unos zapatos a juego. Estaba concentrada en el vestido y los zapatos, pero no pude evitar, al agacharme, la perfecta vista que debía tener Sancho de mis nalgas bajo el transparente vestido ;-) Tomé unos zapatos de plataforma con alto tacón, pero finos que imitaban zapatillas de esparto anudadas en las pantorrillas.

Me senté en la butaca para atarme los zapatos mientras le ofrecía a Sancho una buena visión del escote y cuidaba de cruzar y descruzar las piernas para que pudiera ver bien mi minúscula tanguita ;-). Seguidamente me alcé y volví a la sala a mostrar los resultados. Debo reconocer que era espectacular, el vestido parecía hecho para mi, para marcar unos generosos pechos, a la vez que asegurar una fina cintura y mostrar unas orgullosas y prietas nalgas, realzadas las piernas por la altura de los tacones de las plataformas.

Hice un pase ante Sancho que con su mirada confirmó mi percepción. Lo más curioso fue ver también el brillo del deseo en la mirada de María. Esta vez no hubo comentarios, sólo unos ligeros gestos de asentimiento. En ningún momento se habló de dinero, sólo se anotó la compra del conjunto. "Buena elección de zapatos" dijo María, "tal vez algo de lencería?". Sancho sólo asintió, mientras daba otro sorbo a su bebida.

Esta vez no hubo desfilada, María me acompañó a la recámara mientras daba instrucciones a sus acolitas, que trajeron algunos conjuntos de lencería. De nuevo, la recámara se llenó de perchas con conjuntos colgados en ellas. La vista se me iba detrás de esas blondas y transparencias. Esta vez María no se retiró, sino que se quedó a la entrada (cuidando de no tapar la vista de Sancho).

Yo me desvestí y, sólo con la tanguita, me acerqué a la entrada a darle el vestido, cinturón y zapatos, que ella tomó con una sonrisa mientras no dejaba de acariciarme los pechos con su mirada. No era la única, de perfil pude ver que Sancho también se regodeaba con al vista. Les di la espalda y procedí a enfundarme en un conjunto de body negro transparente con blondas que realzaban mis pechos hasta unirse en mi entrepierna y delineando, por detrás, mis nalgas.

Me miré al espejo y pude ver la mirada de deseo de María reflejada en él. Se centraba en mis nalgas y vi cómo se relamía ;-), así que me agaché para darle una visión más completa de cómo se abrían mostrando la delgada tira de blonda entre ellas y mi tanguita blanca debajo. Me volví a alzar y entonces ella se me acercó. Miró el tiro del body en mis pechos y acarició la blonda sintiendo mis duros pezones debajo. Acarició la costura lateral sintiendo la suavidad de mi tacto. Se agachó ante mi y procedió a acariciar el corte lateral hasta mis nalgas. Yo sentía su aliento en mi piel y debo reconocer que me estaba excitando por toda la situación. Miré a lo lejos y vi a Sancho colocándose su tremenda erección en buena posición, acariciándose sobre su pantalón. Le sonreí mientras le indicaba a María y él asentía, cómplice.

María no dejaba de acariciarme, ahora notaba su aliento en mis muslos. Desató lso dos broches de mi entrepierna y, sin decir nada, alzó sus manos para tomar las tiras de mi tanguita y bajarla. Las tiras se deslizaron por mis muslos, pero el triángulo de tela, completamente empapado, quedó prendido de mis labios. Ella sonrió y olió mi perfume, mientras de un nuevo tirón deslizó la tanguita hasta mis rodillas. "Quedaba muy fea bajo el negro del body, así te verás mejor" se justificó mientras yo le notaba su voz entrecortada por el deseo contenido.

Yo levanté una pierna mientras ella sacaba la tanguita, con lo que mi rosadito coño se abrió, inflamado de deseo ante sus ojos. Volví a mi posición inicial, con las piernas ligeramente abiertas, mostrando mi sexo a pocos centímetros de su cara. Mi olor nos acogía a las dos. De nuevo alcé mi otra pierna, puse el pie sobre un taburete mientras ella deslizaba la tanguita y mi sexo quedaba expuesto ante su cara, con la tira de la blonda del body colgando, la aparté a un lado, y dejé mi pie sobre el taburete, con lo que ella se quedó con las manos pendientes de retirar mi tanguita de mi pie y su mirada fija al frente, ante mi sexo abierto. Su cara se fue aproximando a mi sexo y su lengua lo acarició de abajo arriba, recogiendo mi flujo a su paso y llegando hasta mi clítoris, que tomó entre sus labios y succionó con fuerza arrancándome un dulce orgasmo.

Me estremecí y ella aprovechó para sacar la tanga mientras se relamía con mi sabor en su boca. Seguidamente volvió a brochar el body mientras acariciaba mi sexo y me acompañó a ver a Sancho, al que le hice un pase mientras trataba de recuperar firmeza en mis piernas y mis sonrosadas mejillas recuperaban su color habitual. El no pude dejar de regodearse con la vista y de excitarse al verme alcanzar el orgasmo y luego ser examinada por él. Al volverme tomó mis nalgas, lo que me dejó sin respiración por un momento, no lo esperaba! Pero rápidamente vino la explicación: "No le hace una forma rara aquí?" a lo que María se acercó para examinar más de cerca mis prietos glúteos. "A ver…, agáchate nena".

Yo obedecí, dejando mis piernas abiertas mientras me agachaba por la cintura exponiendo mis posaderas a la pareja. "Parece una arruga en el tejido o…" dijo María mientras acariciaba mis nalgas. "Mire, ve?" dijo tomando la mano de Sancho y posándola entre mis cachetes. Ella apartó la tela para que él pudiera tocar debajo (la tela, claro), con lo que sus nudillos penetraban mi sexo y mi ano. Mis flujos goteaban sobre las manso de ambos, que examinando la tela no dejaban de acariciarme y penetrarme. "Debe ser un hilito", sentenció finalmente María, y pude notar su aliento en mis cachetes mientras se acercaba y sus mejillas entraban en contacto con mis cachetes y apartaba todavía más la tela dándole a Sancho (imagino) una perfecta visión de mis dos hoyitos.

Finalmente noté su aliento en mi sexo, sus dedos tensaron la tela, pero no se si sus dientes atraparon el rebelde hilo o no, sólo pude notar de nuevo su lengua acariciando esta vez mi ano. La sacó y me penetró dulcemente, como tres centímetros, a lo que mi ano respondió contrayéndose espasmódicamente. Luego unos dedos más gruesos, los de Sancho, abrieron mis labios y penetraron en mi sexo mientras la lengua no cejaba en su penetración. Se retiró la lengua mientras algo presionaba la mano de Sancho más y más en mi sexo. Era María, que le mostraba cómo, ahora que había retirado el "hilito", la tela quedaba perfectamente firme, mientras empotraba tres de sus dedos en mi sexo. "Ve?" Con lo que el encantamiento se rompió y Sancho retiró su mano dejando mi sexo anhelante de más. No pude evitar dejar escapar un jadeo cuando sus dedos me abandonaron.

"Ahora sí queda perfecto, verdad?". Dijo la maliciosa María, dejándonos a los dos excitados. Poco más podíamos comprar en esas condiciones, y yo me retiré a la recámara donde, de nuevo, hice un completo strip-tease y me volví a enfundar en mi top y mi faldita. Pero mi tanguita no la recuperé, así que salimos hacia otros horizontes (las bolsas ya las enviarían a casa, naturalmente).

Sancho me guió hacia una coctelería para… "refrescarnos un poco". Todavía no era hora de comer, pero necesitábamos algo fresco para volver a nuestras tareas. El Ginger ale me refrescó y me calmó un poco, pero me había quedado a las puertas del orgasmo de nuevo y estaba excitada y con ganas de más. Además, el ver a Sancho allí, tan cerca de mi, tan formal, cuando unos instantes antes me estaba penetrando con sus dedos… se los habría lamido? Le habría gustado mi olor? El ya se había percatado que no llevaba bragas, además, al sentarnos yo lo había hecho apartando mi faldita y poniendo mis desnudas nalguitas sobre el asiento, así que cuando cruzaba mis piernas, Sancho frente a mi, seguro que había podido apreciar mis interioridades ;-).

Te han gustado los vestidos? - le dije para romper el hielo.

Mucho, creo que esta noche lucirás preciosa.

Lo dices por el body o por el vestido?

Por todo ;-)

Sí, yo también lo creo. He disfrutado… comprándolos ;-). Y tu? – pude ver cómo Sancho se ruborizaba un poco ;-)

Mucho. Pero ahora tenemos que buscar algún bolso a juego y tal vez un collar y pendientes, no?

Así que la siguiente parada fue en una boutique de complementos donde escogí un bolsito a juego con el vestido y, después, a una joyería. Allí me mostraron desde perlas (no me gustan demasiado) hasta preciosos diseños trabajados en combinaciones de oro blanco y dorado. Finalmente me decidí por un conjunto muy fino de pendientes y colgante con formas de gota de agua y un pequeño diamantito en el centro (alrededor de mil euros, calculé).

Con el bolso y las joyas volvimos al coche. Yo me senté detrás, en el centro, mientras Sancho conducía.

Qué te ha parecido María? Un poco viciosilla, no?-, le dije mientras me recostaba en los asientos de piel sabiendo que así él podía observarme por el retrovisor.

Sí, pero una gran profesional.

Le llevas todas las conquistas de Osmiel?-, no pude reprimirle de preguntarle mientras con una mano me masajeaba una pierna y la otra se perdía bajo mi faldita. El miró por el retrovisor buscando mi mirada, pero luego miró a mi entrepierna.

A algunas, las que se lo merecen.

Y siempre las agasaja así?

Es la primera vez que se lo veo hacer

Pues me gustó, y creo que a ti también. – dije mientras soltaba una risita maliciosa y me acariciaba sabiendo que él lo podría ver a través del retrovisor. – Donde me llevas?

Te apetece comer algo?

Sí, pero no tengo demasiada hambre, he desayunado fuerte.

Perfecto. – Ahora ya con descaro estaba con las piernas abiertas detrás y me metía dos deditos en el sexo sin permitirme llegar al orgasmo. Mi olor llenaba el auto y ocultaba los olores nobles de la madera y el cuero. Sancho no se perdía detalle, y pese a todo seguía con su conducción suave y segura.

Te molesta? Es que María y tu me habéis dejado con las ganas. – Noté cómo deglutía, pero no hizo más comentarios. Yo me acaricié y penetré, pero sin querer llegar al orgasmo. Me excitaba la idea de Sancho viéndome mientras conducía, y yo detrás, muy puta, acariciándome y mostrándole mi sexo abierto con dos dedos entrando y saliendo de él, a su alcance, pero inabastable.

Mas de sandrahotbcn

En el autobús

Regalo para mis lectores

Por qué no quedo con mis admiradores de Internet 2

Por qué no quedo con mis admiradores de Internet

En un bar

Barcelona en verano

Lunes, huelga de metro en Barcelona

Mi marido me ofrece a un vagabundo

Laura (Capítulo de Vida de Casada)

Mi Boda XIX

Mi boda XX

Mi boda XVIII

Mi boda XIX

Mi boda XVIII

Mi Boda XVII

Mi boda XVI

Mi boda XV

Mi boda XIV

Mi Boda XIII

Mi boda XI

Mi boda X

Mi boda IX (CadaquésVIII)

Mi boda IX (Cadaqués VII)

Mi boba IX (Cadaqués VI)

Mi boda IX (CadaquésV)

Mi boda IX (CadaquésIV)

Mi boda IX (CadaquésIII) 1ª parte

Mi boda IX (CadaquésIII)_2ª parte

Mi boda IX (CadaquésII)

Mi boda IX (Cadaqués)

Mi boda VIII (el baile)

Mi boda VII (antes del baile)

Mi boda VI (el banquete)

Mi boda V (la boda)

Mi boda IV (lista para la boda)

Mi boda III (casi lista)

Mi boda II (Preparativos)

Mi boda I (preliminares)

Caliente_1

Excitando 5 – Parte 8

Excitando 5 - Parte 7

Excitando 5 - parte 6

Excitando 5 - Parte 5

Excitando 5 - Parte 4

Excitando 5 – Parte 3

Excitando 5 (parte 2)

Excitando 5 (primera parte)

Excitando 4 – El sobrinito de la vecina (y parte 5

Excitando 4 – El sobrinito de la vecina (parte 4)

Excitando 4 – El sobrinito de la vecina (parte 3)

Excitando 4 – El sobrinito de la vecina (parte 2)

Ecitando 4 (parte 1)

Excitando 3

Regalo de Navidad 3 (o de fin de año)

Regalo de Navidad (2)

Regalo de Navidad

Shorts

En el tren

El Partido 5

El Partido 3

El Partido 4

El partido 2

El Partido 1

Excitando 2

Núria

Viaje (y 12)

Viaje (11)

Viaje (10)

Viaje (9)

Viaje (8)

Viaje (6)

Viaje (4)

Viaje (5)

Viaje (3)

Viaje (2)

Viaje (1)

Metro 2

Mi antiguo trabajo (y 13)

Mi antiguo trabajo (12)

Mi antiguo trabajo (11)

Mi antiguo trabajo (9,5)

Mi antiguo trabajo (10)

Mi antiguo trabajo (8)

Mi antiguo trabajo (9)

Mi antiguo trabajo (7)

Para Raúl

Mi antiguo trabajo (6)

Mi antiguo trabajo (5)

Mi antiguo trabajo (3)

Mi antiguo trabajo (4)

Mi antiguo trabajo (2)

Mi antiguo trabajo (1, el inicio)

Metro1

Excitando