miprimita.com

Excitando 4 – El sobrinito de la vecina (parte 3)

en Voyerismo

Excitando 4 – El sobrinito de la vecina (parte 3)

Al día siguiente llegué a casa del trabajo pronto y él ya me esperaba en el portal. Yo llegaba y casi ni me deja entrar, me abrazó y empezó a besarme sin ni siquiera haber podido sacar las llaves de casa! Le aparté como pude, le hice a un lado mientras sacaba las llaves y abría el portal para entrar. Casi consigo entrar, pero fue traspasar la puerta y me arrinconó contra la puerta cerrada mientras sus manos exploraban mi cuerpo y me asfixiaba al besarme con tanta pasión.

Sus manos exploraron mis mallas, una de ellas me agarraba con fuerza las nalgas y la otra subía por mi vientre buscando el inicio de las mallas para entrar dentro de ellas y llegar a mi sexo, que inmediatamente se encharcó. Su boca pasó de la mía a mi cuello y a morder uno de mis pezones. Yo sólo podía gemir, mis piernas me flaqueaban y casi me dejo llevar por aquella explosión de deseo. Era puro sexo, puro deseo desenfrenado de adolescente que me estaba desnudando en el mismo portal y yo no podía hacer nada para pararlo, no quería, quería sentirme deseada, sobada, tomada, explorada y penetrada.

Finalmente reaccioné, con dos dedos dentro de mi sexo, la otra mano en la raja de mis nalgas y sus dientes apretando mi pezón (dolor, pero también placer), conseguí articular un “Espera!” mientras le separaba de mí. Sólo unos centímetros y vi cómo reaccionaba. Pese a su sonrisa de satisfacción, su mirada vidriosa de deseo contenido, sus dedos seguían acariciándome y empapándose de mi.

-       Me has puesto perdida, dije mirando como una mancha de humedad empapaba mis mallas por delante con sus dedos todavía dentro de mí. – Déjame subir a casa.

Sin darle opción a replicar me liberé de él, echando a correr escaleras arriba riendo mientras él me seguía. Al llegar ala puerta de casa casi no acierto con las llaves en la puerta (Dios, cómo podía ser que las manos casi me temblasen?). Pero conseguí meterlas en el momento que él me tomaba por las caderas y arrimaba su sexo a mis nalgas. A duras penas abrí y nos abalanzamos dentro, tiré mi bolso mientras él me volvía a arrinconar contra la pared y yo, con mi pie, cerraba la puerta.

Me subió el ligero jersey que llevaba y el sujetador liberando mis pechos, que se puso a devorar de inmediato mientras forcejeaba bajándome las mallas. Yo no acertaba a contenerlo y me dejaba violar por su juventud inflamada de deseo. Levanté los brazos para que pudiera sacarme la ropa por la cabeza e, inmediatamente, pasó a bajar las mallas hasta mis tobillos. Me tenía ridículamente aprisionada y recorría cada centímetro de mi piel con sus manos, labios y todo lo habido y por haber.

Traté de alcanzar su cinturón, y cuando él captó la idea me permitió desabrochárselo (a duras penas! Casi ni me dejaba moverme), se lo bajé juntamente con los calzoncillos y entonces él me giró de cara a la pared y me penetró violentamente por detrás (era la primera vez que me penetraba). Me envistió de un solo golpe, fuerte, violento y profundo. Me llenó completamente de una estocada obligándome a una profunda penetración mientras me sujetaba por las caderas. Yo era una simple muñeca zarandeada por él. Me doblé por la cintura sin poder evitarlo, lo que le facilitó aquella profunda primera embestida hasta mis entrañas. Una única sacudida y al chocar contra mi matriz explotó con una tremenda descarga que me llenó completamente, seguida de una segunda y una tercera que terminaron por desbordarme completamente y dejaron hilos de leche corriendo entre nuestras piernas.

Se congeló extático presionándome, una única embestida le había hecho explotar completamente, vaciarse en mí clavándome sus dedos en mis caderas y reteniéndome como queriendo morir en esa posición, reteniéndome con fuerza. Su éxtasis fue dejando paso a la relajación, sólo recuerdo el goteo tras la explosión. Un río de leche se derramaba empapándonos a los dos.

Respirábamos aceleradamente, yo no había llegado, pero en ese momento eso no importaba, estaba completamente empapada y dilatada y satisfecha con mi amante, rezumando su simiente entre mis piernas. En silencio, me deslicé hacia el baño mientras todavía le oía boquear en el rellano. Rápidamente me di una ducha, mis mallas empapadas por mis flujos y los suyos quedaron ene l suelo junto con el resto de ropa.

Mientras estaba yo en al ducha oí cómo el entraba y se adecentaba, por suerte no entró en la ducha conmigo (todavía tenía marcas de sus dedos en mis caderas y sentía mis pechos doloridos). Al salir ya no estaba, me enfundé en una toalla y recogí la ropa tirada llevándola al cesto de la ropa sucia. Me esperaba en el sofá, relajado y alegre. Yo dejé la ropa (que olía muy fuerte) en el cesto y él me vino a buscar. Sus manos me recorrieron el cuerpo dulcemente despojándome de la toalla (yo la tomé con la mano para que no fuera por el suelo, si esto seguía así no ganaría para lavadoras!).

-       Venga, déjame ya, tranquilízate un poco. – Le dije mientras sus manos seguían explorando mis pechos y zafándome para que no llegara a mi sexo.

-       Tengo que ir a la academia y pagar el curso, pero mis tíos no me han dejado el dinero, podemos pasar toda la tarde juntos. – Me imaginé la maratón de sexo que tenía él en mente y me vi completamente amoratada y agotada por ese cuerpo de adonis. La idea me sedujo, pero…

-       Cuánto es? – Me dijo la cifra. – Mejor lo cierres hoy no sea que se queden sin plazas, anda, paso por el cajero y te acompaño.

Así que me dirigí a la habitación a ponerme algo. Naturalmente él me siguió como perro fiel (sólo le faltaba babear), eso me encantaba, pero no iba a reconocerlo, claro. Se masajeaba la entrepierna mientras yo buscaba en armarios y cajones. “Nunca tienes bastante” le dije con una sonrisa mirándole de reojo. Casi se abalanza de nuevo sobre mí, pero le señalé la silla y se sentó obediente sin dejar de sobarse la ahora liberada verga de los shorts (por cierto, apestaban a sexo, pero es un olor que me pone). Sonriendo, totalmente desnuda, me tomé mi tiempo para escoger la ropa. Estaba excitada, y le veía masturbarse mirándome, pero es sí, bien quietecito en la silla.

Tomé una faldita tableada de escolar y me la sujeté a la cintura. Di una vuelta permitiendo que, pese a ser tan corta, ondulara a mi alrededor permitiendo una insinuante vista de mis nalgas. Mis pechos al aire, la faldita volando, mis redondas nalgas a la vista, mi sexo insinuado… fue demasiado para el sobrinito, que volvió a estallar con chorros de leche, esta vez contenidos por un pañuelito de papel. Yo me puse de rodillas ante él y le limpié la polla, que se iba poniendo fláccida, con mi lengua y boca. Me sentía lo suficientemente traviesa como para no dejarle que se relajara ni un minuto, lo quería duro y dispuesto por y para mi ;-).

Me relamí mientras tomaba un ajustado top de fina tela y lo encajaba abrazándome los pechos, caía luego liso, con lo que cualquiera sentado (por ejemplo, en ese momento el sobrinito), veía perfectamente la redondez de mis pechos por debajo. Mis pezones se marcaban descaradamente en la tela (estaban duros, casi me dolían de placer). Sólo el ver la mirada del sobrinito mientras me calzaba los botines de tacón de aguja casi me corro. Quería martirizarlo, hacerme desear con lujuria, y, naturalmente, lo conseguía perfectamente.

Se estaba volviendo a masturbar cuando me alcé, tomé mi bolsito diminuto de pedrería, metí llaves, tarjetas y NIE, e hice ademán de salir. Rápidamente saltó de la silla para seguirme mientras yo ya alcanzaba la puerta. Corría tras de mi abrochándose como podía, lo que no era fácil porque aquella tranca difícilmente le cabía en esos shorts, la presión debía dolerle, pero no me importaba, eso me daba placer.

Salimos y él todavía no se lo creía. Iba sin tanguita y con un top que dejaba bien a la vista que iba sin sujetador. Más que eso, mis pechos, libres, se balanceaban sólo un poco por la presión de la ajustada tela, pero por debajo estaban libres mis redondeces. En el brazo llevaba una chaqueta de tela fina por si tenía que cubrirme.

-       Te gusta cómo me he vestido? – Le dije insinuante. – Me encanta notar la libertad bajo la falda, el notar cómo la brisa acaricia mi sexo, especialmente si voy húmeda como ahora, porque estoy chorreante, sabes?

Sólo imaginarlo se puso cardíaco, pero no tenía que imaginarlo, lo tenía delante. Paseábamos por la calle y las miradas, sorprendidas por mis pechos, se volvían para deleitarse con mi traserito. En la esquina entré en el cajero y él se me puso detrás mientras yo sacaba un poco de dinero para completar su matrícula. Sus grandes manos tomaban mis pechos por detrás y pellizcaban mis pezoncitos, que ya estaban duros como las piedras.

Yo le dejaba hacer, se estaba ahorcando él mismo, notaba su sexo contra mis nalgas y hasta podía sentir cómo palpitaba al borde del orgasmo. Así que, sacudiéndolo con mis nalgas, retiré el dinero y lo guardé mientras le apartaba y salía sonriendo y algo acalorada, de nuevo a la calle.

Me indicó que la academia caía en el centro, así que fuimos a la entrada al metro para llegar allí. Me libré de él en el torno de entrada, pero rápidamente volvió a enlazarme por la cintura. Los dos en el andén dábamos un espectáculo lujurioso allí plantados. Su mano resbalaba hasta el final de la falda y se sumergía bajo ella lo justo para acariciar la redondez del nacimiento de mis nalgas, exponiendo al público el inicio de mis glúteos coronado por su mano. Su boca pegada a mi cuello, besándome y acariciándome. Chupando el lóbulo de mi oreja. Yo entrecerraba los ojos y me moría de gusto, especialmente cuando veía las miradas de los que nos envolvían en el andén. Era pronto y no había mucha gente, pero sí la suficiente como para que yo disfrutara de la excitación.

Me volví hacia él y nos besamos con pasión mientras sus manos, más descaradas, se perdían una entre mis muslos, y la otra tomaba la plenitud de uno de mis pechos. Yo, recatada, tenía mis manos en su pecho, pero no pude evitar fijar la mirada en un sesentón que nos miraba excitado, con la boca abierta. Fijando mi mirada en él, dejé deslizar una de mis manos pro el cuerpo de mi amante hasta pasar su cintura y tomar su marcado sexo presionándolo con fuerza. El sesentón empezó a tocarse, mirándonos desde el andén de enfrente.

La entrada del tren cortó el show. El vagón donde entramos iba medio vacío, pero nos quedamos de pie en la zona media, nuestros cuerpos pegados, yo contra la pared, él apretado contra mí, sin poder desengancharse del contacto de mi piel. Yo le acariciaba las nalgas, tomaba el borde del short insinuante, acariciando sus nalgas sin acariciar. Él se perdía entre mis pechos, sobaba mis desnudas nalgas y hasta buscó mi sexo mientras desvariaba, dijo algo de amor y me asustó, pero lo dejé pensando que era demasiado joven para saber lo que decía.

Finalmente, mis inocentes caricias produjeron lo inevitable y se derramó en los pantalones, lo cual le causó bastante azoramiento y a mi me divirtió mucho. Nos separamos (en parte para martirizarlo por la mancha que se le extendía por su entrepierna, aunque se disimulaba por ser los shorts marrones), y yo sonreía mientras me movía zafándome cuando él trataba de agarrarme de nuevo. Eso nos llevó al pasillo, porque me dejé atrapar entre las filas de asientos, sabiendo lo que venía.

Sus manos se colaron bajo mi faldita, mostrando mis nalgas expuestas a los que estaban detrás, y yo me puse de lado para que los que estaban sentados pudieran tener buena vista de mis pechos. Mi mirada buscaba los hombres sentados mientras sonreía al sobrinito, y pude ver cómo me deseaban y cómo se deleitaban con mi cuerpo. Sólo una mujer parecía indiferente, aunque sonreía al verme reflejada en el cristal del vagón (y al ver las caras de cómo estaban los hombres mirándome). Me exhibí a gusto, dando un recital de carnes expuestas. Me quejaba cuando el sobrinito, juguetón, liberaba uno de mis pechos, pero tardaba en volver a cubrirme sonriéndole y besándole.

Finalmente el recorrido llegó a destino y nos bajamos enlazados por la cintura. Bueno, yo lo tomaba por la cintura, él por mi nalga izquierda. En las escaleras mecánicas se situó detrás de mí, tomándome con ambas manos y recorriendo mi hoyito posterior con sus dedos.

Salimos, finalmente salimos del metro y llegamos a la academia, próxima al metro.

Besos perversos a tod@s,

Sandra

Mas de sandrahotbcn

En el autobús

Regalo para mis lectores

Por qué no quedo con mis admiradores de Internet 2

Por qué no quedo con mis admiradores de Internet

En un bar

Barcelona en verano

Lunes, huelga de metro en Barcelona

Mi marido me ofrece a un vagabundo

Laura (Capítulo de Vida de Casada)

Mi Boda XIX

Mi boda XX

Mi boda XVIII

Mi boda XIX

Mi boda XVIII

Mi Boda XVII

Mi boda XVI

Mi boda XV

Mi boda XIV

Mi Boda XIII

Mi boda XI

Mi boda X

Mi boda IX (CadaquésVIII)

Mi boda IX (Cadaqués VII)

Mi boba IX (Cadaqués VI)

Mi boda IX (CadaquésV)

Mi boda IX (CadaquésIV)

Mi boda IX (CadaquésIII)_2ª parte

Mi boda IX (CadaquésIII) 1ª parte

Mi boda IX (CadaquésII)

Mi boda IX (Cadaqués)

Mi boda VIII (el baile)

Mi boda VII (antes del baile)

Mi boda VI (el banquete)

Mi boda V (la boda)

Mi boda IV (lista para la boda)

Mi boda III (casi lista)

Mi boda II (Preparativos)

Mi boda I (preliminares)

Caliente_1

Excitando 5 – Parte 8

Excitando 5 - Parte 7

Excitando 5 - parte 6

Excitando 5 - Parte 5

Excitando 5 - Parte 4

Excitando 5 – Parte 3

Excitando 5 (parte 2)

Excitando 5 (primera parte)

Excitando 4 – El sobrinito de la vecina (y parte 5

Excitando 4 – El sobrinito de la vecina (parte 4)

Excitando 4 – El sobrinito de la vecina (parte 2)

Ecitando 4 (parte 1)

Excitando 3

Regalo de Navidad 3 (o de fin de año)

Regalo de Navidad

Regalo de Navidad (2)

Shorts

En el tren

El Partido 5

El Partido 3

El Partido 4

El partido 2

El Partido 1

Excitando 2

Núria

Viaje (11)

Viaje (y 12)

Viaje (10)

Viaje (9)

Viaje (8)

Viaje (7)

Viaje (6)

Viaje (4)

Viaje (5)

Viaje (3)

Viaje (2)

Viaje (1)

Metro 2

Mi antiguo trabajo (y 13)

Mi antiguo trabajo (12)

Mi antiguo trabajo (11)

Mi antiguo trabajo (9,5)

Mi antiguo trabajo (10)

Mi antiguo trabajo (8)

Mi antiguo trabajo (9)

Mi antiguo trabajo (7)

Para Raúl

Mi antiguo trabajo (6)

Mi antiguo trabajo (5)

Mi antiguo trabajo (3)

Mi antiguo trabajo (4)

Mi antiguo trabajo (2)

Mi antiguo trabajo (1, el inicio)

Metro1

Excitando