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El partido 2

en Voyerismo

Después de la primera experiencia del partido y… lo que siguió, fue inevitable algún cambio. Mi Osito estaba exultante de sexo y no paraba de acariciarme y ponerme bien caliente a todas horas (yo que creía que podía recriminarme lo puta que había sido y él estaba más encendido todavía!). Los días siguientes al… "encuentro" sus manos no paraban de excitarme continuamente, eso sí, con suavidad porque estaba algo sensible (como no!). Pero me vi yendo sin tangas continuamente porque él me las quitaba antes de salir de casa! Con los pezones endurecidos todo el rato y sin sostenes. Disfrutaba sabiéndome excitada, húmeda todo el rato y no dejaba oportunidad para rozar mi cuerpo provocativamente.

A los dos días creí morir de vergüenza en el autobús. Lo tomamos para ir al centro a recoger unas cosas en una tienda y, antes de salir de casa, ya me paró ante la puerta de salida y, mientras me asfixiaba con un profundo beso, me quitó la tanga dejándola en la mesilla (húmeda!). No me había puesto sostenes, y mis pezones se marcaban en la camiseta con descaro (y él no dejó de darme algunos pellizcos para endurecerlos más todavía!).

Bajamos las escaleras corriendo, casi escapaba de él riéndome (pero si no lo hubiera hecho, muy probablemente, me hubiera clavado en medio de las escaleras y no habríamos salido!). Bajamos a la calle y vimos el autobús, así que corrimos para tomarlo en vez de ir en metro. Él se subió tras de mi, "ayudándome" a subir mientras descubría mi kulito al resto de pasajeros retrasados (que eran pocos, por suerte!). Le miré con una sonrisa (para!), pero él sólo se disculpó travieso y siguió acariciando mientras yo sacaba la tarjeta para marcar los dos viajes. Entramos y fuimos al espacio libre en medio del bus entre la gente (eran sus roces lo que notaba? O alguna otra mano curiosa también? No lo vi, no me fijé, no quise fijarme, sólo me humedecí un poko más).

Nos acomodamos, yo contra la ventana, el frente a mi (protegiéndome?). Su mano se deslizó entre nuestros dos cuerpos y rápidamente se insinuó entre mis piernas bajo la minifalda acariciando mis pokitos vellos mientras me besaba. Me sonrió, le sonreí y así seguimos mirándonos mientras hablábamos bajito y su mano seguía acariciando mi sexo suave suave. Él me preguntaba si me gustaba, yo con las mejillas sonrosadas sólo atinaba a decirle lo malo que era.

A nuestro alrededor no podían dejar de darse cuenta de nuestros juegos, pero la cantidad de gente que había no los hacía demasiado descarados. Sólo cuando una mujer nos miró desaprobadoramente le dije que parara algo más en serio y me giré para ver dónde estábamos. Craso error! Su mano entonces se deslizó entre mis cachetes y tomó mi sexo desde atrás mientras notaba su sexo entre mis glúteos. No quería moverme de allí, pero los señores de mis lados tampoco parecían dispuestos a dejarme, ya que sus brazos empezaron a rozarme los lados de mis pechos.

Mi Osito, percibiéndolo, se conformó con atenderme por detrás dejando algo de espacio para que ellos se arrimaran un poco más. Al ver su consentimiento, y cómo yo me derretía entre sus dedos, se animaron y sus dedos empezaron a recorrer disimuladamente el contorno de mis pechos. Yo cerré los ojos y me dejé llevar por las sensaciones notando cómo dos dedos me penetraban suavemente el sexo y pinzaban mi clítoris mientras mis pezones notaban las embestidas de dos desconocidos. Me retorcí de placer con mi primer orgasmo y reconocí nuestra parada ante el frenazo del autobús. Entonces, de una sacudida, me libré de todos y bajé apresuradamente seguida de mi amante.

Conseguí adelantarme a él y entrar en la tienda sin nuevos… incidentes. Le aguanté la puerta para que entrara, fijándome en su protuberancia en los pantalones ;-). Reí y también él, y nos encaminamos al mostrador, donde coqueteó con la empleada que fue a recoger el paquete que teníamos encargado para él (un traje y un par de pantalones. Mientras esperaba vi cómo más de un hombre admiraba mis botas, yo no entendía nada. Eran unas preciosas botas altas con seis centímetros de tacón de aguja, de piel y con algo de pedrería (preciosas!) pero… que los hombres las admiraran no era lo habitual. Cierto que estilizaban mis piernas y… pero hasta que no vi el reflejo en el suelo de mármol no lo entendí. El suelo pulido reflejaba claramente lo que había bajo mi minifalda! Lejos de desagradarme, se lo comenté a mi Osito mientras esperábamos a la empleada, y él rió satisfecho y me obligó a pasearme por la tienda dando espectáculo a mis admiradores. Cuando veía alguien fijándose me acercaba para darle mejor… reflejo ;-) Y me ponía a mirar las etiquetas de algunas de la prendas mostrándole la mejor vista de mis intimidades mientras yo veía cómo sus bultos aumentaban la presión de sus entrepiernas ;-).

Volvió la chica con las bolsas para mi Osito y le indicó un probador donde comprobar los arreglos (por qué a ellos siempre se los hacen de gratis y no a nosotras?). Yo les seguí a distancia (creo que la chica no se había dado cuenta de que íbamos juntos. El corrió la cortinita mientras colocaba las bolsas en la sillita y nosotras dos nos quedábamos en el pasillo (yo algo apartada para mantener el juego). Vimos caer el pantalón de mi Osito después de librarse de los zapatos y cómo se enfundaba el primer pantalón. Cuando corrió de nuevo la cortinilla le pidió opinión a la chica mientras me sonreía disimuladamente a mi diciéndome que me quedara por allí.

Oí cómo ella alababa el corte, la caída y él se quejaba de algún pliegue. Cuando ella se arrodilló ante él, él desabrochó la chaqueta del traje y su prominente entrepierna quedó justo ante la cara de ella. Al alzar la vista pude ver la sorpresa de la chica, y él, acariciándose el sexo, se ponía de perfil y le comentaba algo de detrás. La mano de ella, ni corta ni perezosa, acarició los glúteos de mi amante mientras la otra se mantenía en su muslo, como queriendo perfilar el corte, pero notando toda su calentura. "Y tu qué opinas, cariño?" dijo él dejando a la chica de piedra, clavada en aquella incómoda posición sin atreverse a moverse. Yo me acerqué insinuante y miré la posición. Podía ver el descarado bulto de él, próximo a la mejilla encendida de ella, que me miraba azorada. La mano de ella muy cerca de su entrepierna, tratando de alejarse de su bulto pero sin hacerlo deprisa para no ser descarada.

Yo me acerqué y acaricié su glúteo por encima de la mano de ella, apretándola contra las posaderas de él. "Firme", dije, "como a mi me gusta", y acerqué mi otra mano por delante tomando la de ella y presionando el sexo de él "Y duro, como lo disfruto" dije con una sonrisa mientras la miraba a los ojos y también ella sonreía sin saber muy bien qué hacer. "Pero si lo manchas" dije mirándole a él mientras presionaba la mano de ella recorriendo su espada enhiesta "tendrás que llevártelo". "Pienso hacerlo igualmente" respondió él con petulancia. Yo mantenía la mano de ella apretada contra su sexo, acariciando arriba y abajo, y notaba cómo ella por momentos estaba más y más incómoda, quería seguir pero a la vez estaba terriblemente azorada. Forzó la mano para retirarla, y yo aproveché para, con ese movimiento, bajar la cremallera mientras volvía a tirar de la mano arriba y tomaba el sexo de él entre las manos de las dos sobre el calzoncillo.

Sacar aquel tronco de carne del calzoncillo no fue tarea fácil, menos reteniendo la mano de ella en la entrepierna. Con la otra mano corrí la cortinilla y, ya los tres dentro, liberé su tremenda polla a la vez que me arrodillaba al lado de la chica, acercando su polla justo en medio de nuestras caras. La sonreí, miré el tremendo sexo que teníamos en medio de las dos. Yo retenía su mano contra aquel trozo de carne y la obligaba a subir y bajar suavemente, ya casi sin fuerza, pues la mirada de ella había quedado prendada de ese pedazo de tranca que se descapullaba y ocultaba por momentos, humedeciendo su punta. La punta de mi lengua alcanzó esa humedad y alargó un hilo de fluido al retirarse. Entonces apunté el extremo hacia ella, hacia su boca, ella me miró interrogadora, sonreí, se relamió los labios y procedió a tomar el glande entre sus húmedos labios como saboreando un helado. Yo tomé las pelotas y las masajeé mientras ella se hacía con el miembro completo, que no tardó en descargar en su boca, la situación era demasiado excitante. Yo me acerqué y tomé el hilo de semen que desbordaba por su boca y le limpié la barbilla con mi lengua, miré a mi Osito todavía con su leche en mis labios y procedía tragar con gula.

La chica pareció despertar de un sueño, se alzó, se arregló la blusa y salió espantada del probador mientras nosotros sólo nos adecentábamos un poco y recogíamos las prendas para volver al mostrador. La chica ya no estaba, pero nos atendió una nueva chica, ante la que pagamos y salimos contentos de nuevo a la calle.

Nos acercamos al bar donde habíamos quedado con los amigos entre achuchones y algún que otro beso mientras él mostraba mis posaderas a los viandantes ;-). Él había descargado, pero me había dejado con una calentura… y lo peor es que él lo sabía, me conoce demasiado, y sabe que en esos casos no respondo de mi.

Era la primera vez que quedábamos con los amigos desde… el partido. No habíamos tenido ocasión en todos aquellos días, y no sabíamos exactamente qué esperar. Por suerte llegamos cuando sólo había algunos de ellos… acompañados de sus novias ;-) Nos saludamos y no pude evitar notar que, al acercarme para recibir los dos besitos de Lolo, su boca alcanzaba la comisura de mis labios y su mano acariciaba el final de mis glúteos bajo la minifalda. Sonreí satisfecha y me acerqué a Juanjo, que me tomó en sus brazos y me apretó contra su cuerpo notando cómo mis pechos se aplastaban contra el suyo y su mano se deslizaba de mi cintura mientras sus labios me besaban en una y otra mejilla, muy cerca de mi boca, a la vez que su mano no dejaba de recorrer la rajita entre mis dos cachetes. Sus novias no perdían ojo a mi Osito y se saludaban afectuosamente (aunque no tanto!), momento que yo aproveché para desasirme de Juanjo apartándome mientras mi mano le acariciaba la entrepierna.

"Cómo ha ido todo?" les pregunté mientras yo saludaba a sus chicas (algo más bajitas y planas que yo). "Aburridos sin vosotros" respondieron con cara de corderos degollados (ante la sorpresa de sus chicas). Nos sentamos y mi Osito se puso entre las chicas mientras ellos se acercaban a mis lados. Naturalmente, la situación era algo tensa, pues nada podíamos hacer pese a que se nos notaba a todos excitados. Mi Osito bromeaba con las chicas y hasta les hacía cosquillas, mientras Lolo y Juanjo se estaban como pasmarotes tratando de ocultar sus correspondientes excitaciones mientras me rozaban los cachetes o se acercaban a mi.

Ordenamos nuestras cervezas y yo me alcé para ir al baño, me puse en pie y, ante Lolo y Juanjo, me agaché por la cintura para acercar mi bolsito a mi Osito, dejándoselo en el regazo a la vez que regalaba a Lolo y Juanjo un primer plano de mi húmedo chochito y mi kulito expuesto a unos pocos centímetros de sus caras. Entonces procedí a buscar el baño (necesitaba hacer un pipí!). Me aseé, me sequé (tenía un montón de flujo por secar!) y salí del baño para encontrarme de cara con Lolo que me esperaba. Me sonrió y trató de tomarme por la cintura. "Qué haces?", él sólo sonrió, me besó con fuerza mientras su mano se deslizaba por mi coñito y abría mi flor con dos de sus dedos. Me aparté con violencia "déjame loko!" y me zafé de su abrazo volviendo a la mesa. Juanjo me miraba con lujuria esperando el resultado de lo que seguro que le había comentado Lolo que iba a intentar. Había llegado otro par de parejas, y saludé de nuevo, pero no me senté con Juanjo, le hice una mirada reprobadora y me quedé apoyándome en la butaca, de pie, cediendo el asiento a los recién llegados.

Lolo no tardó en volver, al verme parada se vino a mi lado y enlazó mi cintura, pero yo, de nuevo, me zafé y lo puse en su sitio mientras le advertía sobre la presencia de su chica allí enfrente. Cada chico que venía aprovechaba para acariciarme mis posaderas mientras hacía algún comentarios al fantástico partido jugado, pero siempre ocultando las caricias al resto del grupo, con lo que al final creo que fui la más acariciada del grupo (acariciada, caliente y excitada, allí, delante de sus novias! Serán malos!).

La charla continuó con continuas referencias al "Gran Partido" (mayúsculas por favor) y miraditas de excitación hacia mi persona. Estar allí, con las novias de casi todos ellos, y recibiendo esas miradas de lujuria, roces y comentarios velados… por un lado me hacía estar muy incómoda (eran sus novias!) pero por el otro me hacía sentir muy… puta! Estaba húmeda y a la vez me sentía culpable. Luis se acercó a mi por detrás y me comentó cuánto le había gustado el partido a mi oreja mientras presionaba su sexo contra mi kulito. Observé cómo el resto no paraban de rellenar los vasos de mi Osito y las chicas y se cerraban sobre ellos para que no nos vieran, pero yo no podía permitirlo!

Me giré para afrontar a Luis (el más bonito de ellos): "Pero eso fue sólo un partido, entendido?" Y le miré a los ojos parándolo. "Mmmm… pero qué bellos recuerdos, y qué calientes! No hemos podido olvidarlo en todos estos días." Hemos? Pensé, eso es que lo habían estado comentando. Bueno, para eso tenéis vuestras novias, no? Le dije maliciosa. No ha sido suficiente, si supieras las pajas que nos hemos cascado en tu honor… todo eso con voz baja conversando a media voz, muy cerca. José se unió a nosotros. Es que fue muy fuerte, sólo recordarte llena de leche y pidiendo más guerra… yo a mi chica me la he taladrado a gusto para celebrar el partido, pero es que tu eres increíble. Tu conseguiste exprimirnos a todos y todavía querías más.

Mi chochito se humedecía sólo con oírlos. Os habéis pajeado mucho? Un no parar, yo no podía contenerme, sólo de recordarlo mira cómo se me pone! Y vaya si lo veía, los dos estaban como monos mientras yo sólo bajaba los ojos y sonreía. Además, el verte sin bragas y tan preciosa… seguro que tu también tienes ganas de repetirlo… pero logré esquivar su mano. Y qué dirían vuestras chicas? Les dije traviesa mientras no quitaba mi mirada de sus paquetes y daba otro sorbo de cerveza hasta apurar el vaso mientras ellos se quedaban prendados de mis pechos (con los pezones duros, cómo no!). Es que tu eres puro fuego, sólo de recordarte en la furgoneta a mi… pues cuando te tomaron entre Lolo y… pues lo siento, dije decidida mientras les sonreía, dejaba mi vaso y con el reverso de la mano les acariciaba sus tremendos bultos, no habrá más, les dije mirándoles a los ojos, creo que no os sabéis contener, así que tendréis que contentaros con vuestras mujeres y seguir soñando, les dije mientras les daba un último apretón a sus pollas sobre el pantalón y me alejaba para buscar un lugar en la mesa.

Me senté al lado de mi Osito, que no me quitaba ojo y había estado atento a nuestra conversación sin poder oír (ni ver) nada. Puso su mano en mi muslo y me dijo a la oreja "Todo bien?", yo le respondí que sí, que todo bien, pero que estaban encelados como monos, y reímos los dos.

Bueno, nos vamos, que tenemos que dejar esto en casa, dijo mi osito. Pero el resto no estaban de acuerdo, y sugirieron venir a casa y encargar unas pizzas, así que todos nos movimos, pagamos las consumiciones e hicimos grupos para ir a casa. Nosotros pasamos antes para llegar primeros, en metro, junto con Lolo y su chica, mientras ellos pasarían por alguna tienda y comprarían cervezas, café y algo de licor para más tarde. Lolo y mi Osito me dieron alguna repasada en el metro mientras la chica y yo hablábamos, pero nada descarado. La pobre chica no se enteró de demasiado y yo, como pude, me alejé para ir conversando con ella sin los continuos toqueteos de los chicos.

Ella estaba muy contenta, parecía en las nubes. Resulta que todos los chicos habían celebrado una y otra vez la victoria del partido con sus mujeres y ellas estaban… "agradablemente sorprendidas" por sus… atenciones. Lo habían estado comentando entre ellas y me preguntaba si también mi Osito… yo le dije que era difícil observar en él un incremento de la actividad, pero que ahora que lo decía… tal vez sí, y reímos cómplices (si tu supieras nena…).

Seguimos conversando de… intimidades hasta llegar a casa, cuando ella y yo fuimos a la cocina a preparar los hielos, platos, etc. y ellos llamaban y encargaban algunas pizzas y refrescos. Al poco rato llegaron el resto y guié a los chicos para poner en frío lo que habían traído. Abrí el frigorífico y empecé a apartar cosas para dejar sitio a las cervezas cuando Juanjo, sin poder contenerse, acarició mis nalgas dejando mis posaderas al aire. Entre sus manos frías por las cervezas y la sorpresa no pude evitar dar un saltito, me puse seria frente a él, pero él sólo aprovechó para recorrerme mi sexo con su mano mientras sonreía. José y Lolo no se perdían el espectáculo, mientras tapaban la entrada de la cocina para evitar intromisiones. "Venga, no seas mala, es que no he podido contenerme" decía Juanjo como excusa mientras no dejaba de acariciarme pese a mi mirada de rabia. Le aparté la mano, se la puse contra su erecto paquete y apreté "Cuidadito, ok?" y tomé dos cervezas para introducirlas en el frigo.

Al girarme volvieron los toqueteos, esta vez más directos, introduciendo dos dedos en mi almejita empapada. Volví a girarme enfadada pero me encontré con tres pollas erectas a mi alrededor y la puerta de la cocina cerrada, la situación se me iba de las manos por momentos. Más cuando sus pollas se acercaron a mis caídas manos y los dos dedos apretaron mi clítoris sin piedad, yo me derretía pero no quería seguir, pero mis manos tenían vida propia y no pudieron dejar de tomar esas trancas y sacudirlas con fuerza, queriéndolas castigar con fuerza y sólo consiguiendo excitarles todavía más. Juanjo no tardó en echarme contra la puerta abierta del Frigo mientras me clavaba directamente y yo seguía apretando las dos pollas con fuerza mientras alzaba una rodilla para ayudarlo (Dios mío, qué hacía!). Por suerte no pudieron resistir mucho y se vinieron en mis manos mientras Juanjo se corría dentro de mi chocho a las pocas embestidas.

Cerdos! Les dije mientras me relamía las manos y tomaba lo que se derramaba entre mis piernas y me lo llevaba a la boca. Ellos sí se habían satisfecho, pero yo seguía caliente sin correrme. Ellos, al verme relamer los restos de sus corridas volvieron a excitarse, pero por suerte sonó una voz femenina a través de la puerta: "Necesitáis ayuda?" "No, ya vamos" respondimos a coro. Salí mientras les miraba con mirada asesina y volví al salón. Mi Osito me tomó rápidamente por la cintura e insinuó algún dedo en mi entrepierna, notando mi… humedad, me miró con gesto de sorpresa y le respondí a la oreja que sus amigos eran unos bestias y no se sabían comportar. Rió y seguimos con lo que estábamos, preparando cubiertos y platos para los que llegaban.

Lolo sugirió que cuando llamara el pizzero le abriéramos bien sexys, a lo que las chicas rieron y se apuntaron al juego (supongo que estaban tan contentas con sus… celebraciones del partido que no querían negarles nada). Una de ellas, que tiene unos pechos desproporcionados, se abrió un gran escote y sonrió, "así será suficiente?" preguntó con picardía, pero los chicos sólo me miraban a mi, con lo que otra, queriendo también atraer sus miradas, se alzó la cintura de su minifalda para mostrar bien las piernas (y hasta casi su braguita), "Mejor así?". Pero ellos seguían mirándome a mi, aquello ya era hasta incómodo. Entonces yo me subí la cintura de mi camiseta enrollándola en mi vientre dejando la parte baja de mis pechos al aire, desabroché dos botones de los cuatro de mi minifalda y me acaricié el pelo hacia atrás para que mi busto sobresaliera incluso un poko más. "Así?" y si no babearon, faltó muy poco. Entre mis mejillas rojas, los pezones mostrando mi excitación y mi humedad en la parte baja… disfruté el momento de exhibición.

Justo en ese momento sonó el interfono anunciando el pizzero. Los chicos me dieron el dinero y se apartaron al interior del apartamento como escondiéndose, pero pudiendo observar perfectamente la puerta. Yo tomé a las chicas y, descaradamente, abrí del todo el escote de la de los pechos grandes, subí la faldita de otra y le bajé sus pudorosas braguitas blancas hasta las rodillas, tomé la tercera y le deshice la falda, con lo que quedó sólo en camisita… en fin, casi las desnudé a todas que, ante el asombro del momento, no pudieron más que retirarse las braguitas de los tobillos o tratar de adecentarse, pero no les di opción a recuperar falditas o abrocharse. Los chicos sólo atinaron a animarme con sus voces, yo las empujé a la puerta y les mostré el kulito a los chicos, a lo que respondieron aplaudiendo mientras sonaba el timbre de la puerta.

Al abrir la puerta los ojos del chico se abrieron como platos, yo tomé la primera de las pizzas y la pasé a una de las chicas que, al tomarla, tuvo que dejar de cerrarse la camisa y sus pechos quedaron al aire, con lo que corrió hacia el interior (dando un espectáculo a los chicos, eso seguro). La segunda gran pizza para otra chica, que siguió a la primera al interior, y así un desfile de chicas semidesnudas ante el joven adolescente con acné que venía a repartir las pizzas. Al final quedamos sólo otra chica y yo (y los espectadores ocultos). "Cuánto es?" Le pregunté mientras me mordía los labios excitándolo y nos mostrábamos a él (quien en ese momento ya tenía un tremendo calentón, como indicaba su bulto en el pantalón). Nervioso, nos acercó la cuenta. Yo me entretuve contando monedas para dárselo exacto, tendí las monedas a mi compañera haciendo que se le resbalaran y se esparcieran por el suelo, a lo que ella y yo tuvimos que agacharnos a recogerlas, yo mostrando mi kulito desnudo al chico, ella, más modosita, también se agachó, sin darse cuenta que al no mostrarlo al chico lo mostraba a nuestros ocultos espectadores ;-).

Recogimos dando perfectos planos de nuestros sexos a todos, yo me arrimé hasta tocar la entrepierna del chico con mis glúteos. "Huy que torpes somos…" dije mientras me alzaba. Tomé lo que había recogido la compañera y se lo fui dando, moneda a moneda, al chico mientras contaba los céntimos. Luego le alargué los billetes y le pregunté a mi compañera "Y la propina?" a lo que ella me miró sorprendida, "No tienes algo más para darle?". El pobre adolescente no sabía qué hacer, "anda, dale un besito" con lo que ella se acercó a darle un besito y yo aproveché para aplastarla contra él y obligarla a refregarse con todo su cuerpo contra el del chico. "Y ahora la mía" y me acerqué humedeciendo mis labios con la lengua hacia él, mostrando mis poderosos pechos y contoneándome. Le tomé de la cintura cuidando que la mano que sostenía la bolsa quedara a la altura de mis pechos y me aplasté contra él mientras le daba un húmedo beso en su mejilla. Mi mano bajó hacia su entrepierna y le di un apretón mientras le aventaba y cerraba la puerta ;-) Entonces me giré y pude ver los chicos con sonrisas tontas y miradas de deseo. "A comer" dije mientras les rebasaba y pasaba al salón.

Las chicas estaban algo furiosas conmigo (son muy modositas), pero los chicos encantados, tanto que no las dejaron vestirse, sólo cubrirse lo mínimo, mientras les hacían carantoñas y les decían lo preciosas que eran (las calmaron un poko, pero no dejaban de mirarme a mi y acariciarme con sus miradas). Comimos las pizzas con cerveza, pero no pude evitar que mi Osito me regara la camiseta con su cerveza en un mal movimiento, con lo que mis pechos se transparentaban para regocijo de todos. Yo me alcé para ir a cambiarme, pero todos me pidieron que no saliera y trataron de… retenerme mientras pasaba por su lado. Me fui abriendo paso entre roces y caricias de todos (a lo que alguna de las chicas descubrió que no llevaba nada bajo la mini), hasta que Lolo me hizo caer sobre su regazo. Caer, sí, porque me hicieron tropezar y caí sobre el regazo de Lolo, quedando como una estudiante a la que el profesor va a azotar sobre sus piernas. Entonces, el travieso de mi Osito, levantó mi minifalda y me dio un azote a lo que respondieron el resto de chicos y alguna chica riendo y azotándome mi kulito abierto a ellos. Lolo me retuvo sobre él, mi sexo húmedo quedó a la vista de tod@s, pero los gritos de asombro de las chicas no frenaron nada, más bien fueron un acicate. La de los grandes pechos decidió vengarse dándome un azote que llegó a mi vulva, con lo que el resto se animaron y ya no sólo enrojecieron mi pompis, sino que cada vez los azotitos introducían uno o dos dedos en mi encharcado sexo. Mi Osito se puso en pie y creí que lo frenaría todo, pero el muy malvado lo que hizo fue abrir con sus manos mis cachetes dejando a la vista de todos mis dos agujeros e introducir tres dedos en mi rezumante sexo. Ahí sí que ya superó el límite de las chicas, que forzaron a Lolo a dejarme y me fui al baño a recomponerme rápidamente. Al salir las chicas me esperaban lamentándose de haber dejado llegar tan lejos todo. Yo salí con la minifalda y la camiseta en la mano, desnuda, y rápidamente todas fuimos a mi cuarto para que yo me cambiara y ellas me consolaran.

Una vez en mi cuarto, las chicas me siguieron pidiéndome perdón y flagelándose por haber llegado tan lejos. Yo me senté en la cama y acepté sus abrazos y besos y lamentos y… Mi Osito se asomó a la puerta con mirada triste.

Te parece bien? Te lo has pasado bien? – Le recriminé mientras el ponía mirada de perro apaleado y agachaba la cabeza y susurraba un "perdona".

Se acercó a mi, pero yo me hice la ofendida. Me giré y él vino a abrazarme por detrás. Las chicas iban a salir pero yo las retuve girándome.

Claro, ahora unos arrumacos y ya está, no? Pues no, esta vez no, me has humillado ante ellos y ahora te humillaré yo ante ellas.

Y me giré y alcé, desnuda, cerré la puerta con las chicas dentro y, desnuda, me enfrenté a mi Osito. "Estarás orgulloso, no? Todos me han visto desnuda y me has humillado". Tomé la cintura de su pantalón de chándal y la bajé, cayendo hasta los tobillos los pantalones mientras con la otra mano alzaba su camiseta descubriendo sus marcadas abdominales. Las chicas ahogaron sus grititos de sorpresa mientras yo tomaba en mi mano su pedazo de carne sin dejar de mirarle a los ojos.

Su sorpresa era evidente, pero no de humillación, sino de travesura, ahora empezaba a sintonizarme, pero yo continuaba seria y muy en mi papel. "Pues ahora van a ver ellas tu pollita", aunque de pollita eso no tenía nada, y seguía creciendo en mi mano mientras yo la apretaba con fuerza. Su glande asomaba rojo entre mis dedos, pero continuaba creciendo y creciendo. "Mirad", les dije a ellas mientras les mostraba su aparato, "lo veis bien?". Yo le dirigía hacia ellas, mostrando su sexo al pasar. Las miradas de ellas estaban centradas en ese trozo de carne inmenso que no dejaba de aumentar en tamaño y dureza. "Te gusta? Te gusta que te exhiba así ante ellas? A que te da vergüenza?", sí, tanta que estaba más duro y crecido que nunca.

Pero él supo continuar en su papel de corderito en el matadero, riendo y excitado por dentro, pero murmurando disculpas. Yo tomé las manos de las chicas y las fui pasando por su sexo dándole manotazos. "Así, te gusta? Te gusta ser el maltratado y exhibido como pedazo de carne?", y las chicas empezaron a excitarse también, dándole manotazos y tomándole la pija y estirando. Ahora su sexo apuntaba enhiesto hacia arriba, excitado y duro, en toda su grandeza (que es mucha). Lo empujé hacia una de las chicas y su sexo rozó la mejilla de ella, pero lo apartó con sus manos mientras aprovechaba para sobarlo y lanzarlo hacia una compañera, que siguió la rueda, y otra, y otra más, hasta que la siguiente lo atrapó y sacudió antes de dejarlo pasar. Ahora cada chica lo retenía un momento y sacudía su sexo masturbándolo antes de dejarlo para la siguiente.

Yo abrí la puerta en silencio para que todos lo vieran, pero se quedaron fuera, sólo miraban sin que nadie más se diera cuenta.

Hasta que una de las chicas dio el paso y se fregó ese sexo tremendo contra sus pechos, otra le dio una lamida a la mojada punta y la tercera ya lo masturbó sin piedad mientras con la otra mano le tomaba las nalgas. Le gritaban palabras soeces mientras lo devoraban, masturbaban y le acariciaban entero. Fui yo quien le hizo detener y lo tomé por detrás mientras le abría las nalgas y acariciaba un dedo ensalivado en su rosadito orificio. Las chicas aprovecharon su inmovilidad para abalanzarse sobre él y cubrir su cuerpo con sus manos, y su sexo con algo más, pues sólo pude ver una mamada a dos bocas hasta que una de ellas me sustituyó en su ano y lo perforó. Yo sabía que eso incrementaría todavía más el tamaño de su erección y lo llevaría al clímax, con lo que no contaba era con que, al apartarme, me tomaran a mi las manos de los chicos y empezaran a horadarme mis orificios con mil dedos.

Mi cuerpo ansiaba sexo desde el inicio del día, mi calentura no se había colmado y había estado al borde del orgasmo demasiadas veces como para no sucumbir a la tentación. Los chicos trataron de arrastrarme hacia fuera pero me agarré como pude a la puerta y fui yo quien los arrastré a la habitación donde la orgía explotó. Mi Osito se derramó cubriendo tres de las chicas con su abundante corrida en el momento en que los chicos entraban en ese caliente camarote de los hermanos Marx.

La sorpresa fue mayúscula, pero la temperatura pudo con tod@s y me empezaron a follar en la misma puerta, penetrándome mientras las chicas volvían a atacar a mi Osito que parecía otra vez un mono empalmado. Verme a mi fue abrir la veda de las penetraciones y pronto sentí cómo desde detrás alguien forzaba mi ano mientras una lengua se colaba en mi sexo. Imposibilitada para mantener el equilibrio caí al suelo y los chicos me cubrieron inmediatamente. Tomé dos pollas en mis manos mientras el que me penetraba por detrás alzaba mis caderas para penetrarme brutalmente una y otra vez, pero el caído ante mi me reclamó para él y batallaron el uno con el otro mientras yo sólo sufría de placer al notar sus embestidas.

Las chicas se asustaron ante el cuadro, ellas medio desnudas, mi Osito del todo, y los amigos abusando de mi, pero entonces mi Osito empezó a besarlas, desnudarlas y acariciarlas y el resto se unieron también. Alguna trató de resistirse escandalizada, pero en aquella lokura la forzaron hasta someterla (y conseguir su participación activa). Ese día despertamos las putas que había en ellas y creo que quedamos todas absolutamente rebosantes de semen por todos nuestros agujeros.

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Ecitando 4 (parte 1)

Excitando 3

Regalo de Navidad 3 (o de fin de año)

Regalo de Navidad

Regalo de Navidad (2)

Shorts

En el tren

El Partido 5

El Partido 3

El Partido 4

El Partido 1

Excitando 2

Núria

Viaje (11)

Viaje (y 12)

Viaje (10)

Viaje (9)

Viaje (8)

Viaje (7)

Viaje (6)

Viaje (4)

Viaje (5)

Viaje (3)

Viaje (2)

Viaje (1)

Metro 2

Mi antiguo trabajo (y 13)

Mi antiguo trabajo (12)

Mi antiguo trabajo (11)

Mi antiguo trabajo (9,5)

Mi antiguo trabajo (10)

Mi antiguo trabajo (8)

Mi antiguo trabajo (9)

Mi antiguo trabajo (7)

Para Raúl

Mi antiguo trabajo (6)

Mi antiguo trabajo (5)

Mi antiguo trabajo (3)

Mi antiguo trabajo (4)

Mi antiguo trabajo (2)

Mi antiguo trabajo (1, el inicio)

Metro1

Excitando