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Expedientes secretos X (II)

en Parodias

04 de octubre, 10:30 horas.

Escuela Secundaria México Independiente

Sala de maestros.

Ciudad Netzahualcoyotl

Mulder y Scully esperaban pacientemente a que el profesor Jaime se apersonara en la salita. Su tardanza era seña de lo poco que le interesaba la investigación, y en general lo poco que le interesaba cualquier cosa que no fuera él mismo. Cuando entró, lo que ambos agentes vieron fue una extraña vertiente viril de David Bowie, es decir, Bowie siempre luce perverso, camaleónico, estridente e intenso, y hasta cuando sale de barba y perfectamente trajeado, se advierte un rayo ligero de bisexualidad que cualquier homófobo criticaría, éste en cambio, no sólo se parecía a David Bowie en todo eso, sino que a la vez despedía una virilidad implacable, tan implacable que uno estaba seguro que podría meter la polla donde fuere. Su nariz era igual aguda, su barbilla afilada, sus dientes algo vampíricos, delgado, eso sí, con un paquete en los pantalones que nunca le hemos visto a David Bowie, la piel algo tostada. Este hombre daba una imagen sucia, pero no era su aseo el que daba esa impresión, pues sus uñas estaban perfectamente atendidas por la manicurista, su cutis seguramente era cuidado con mascarillas y el resto de su piel visible mostraba una tersura envidiable, su ropa estaba adecuadamente limpia e incluso se percibía que le sentaba muy bien el último perfume de Polo Ralph Lauren, era su iris, su pupila, su niña, lo sucio lo llevaba en el alma, y no era un simple manchón negro, era una naturaleza oscura, de tinieblas.

"Me indican que me estaban buscando. Si no es inconveniente, ¿Puedo ver sus identificaciones?"

Jaime miraba con atención de dónde sacaba cada uno de los Agentes su identificación. De hecho no perdía detalle de nada de lo que hacían Fox o Dana, era un observador nato. "Mmmh. ¿FBI?, ¿No están algo lejos de su país?, dudo que mi país haya hecho acuerdos, digamos, legales, para que ustedes estén husmeando en esta escuela pública, sacándome de mis actividades. Sé que sería lo más sencillo pedirles que se retiren y que dejen de andar de morbosos, pues, si no lo hacen por trabajo, ¿Por qué coño investigan algo que ni les va ni les viene?.

"Entiendo su postura" dijo Scully, para continuar "pero creímos que usted, como maestro de esta escuela tiene el interés de que esto se resuelva, y sobre todo usted, de quien hemos tenido referencias de que no teme a nada, ¿No estará temiendo nada verdad?"

"No es necesario que haga tanto teatro Agente Scully, comprendo sus intenciones, aunque le he de decir que no estuvo tan mal queriéndome enganchar con su treta de provocarme una afrenta personal al sugerir que soy cobarde para que luego yo quiera comprobarle lo contrario cooperando con ustedes, que es lo que le importa en el fondo. Vamos, mi cobardía o valentía es algo que a ustedes les importa lo que una puta madre. Le digo, no estuvo tan mal, pues eso de decirme miedoso si funciona en mi caso, y créame, nunca he perdido. Vamos a ahorrar tiempo, ¿Qué es lo que necesitan saber?"

"¿Mató usted a la señorita Hilda Alfaro?"

"Que simple, Agente Mulder. No fui yo quien la mató"

"¿Sabe quién fue?"

"Tampoco, pero lo sospecho."

"Hay algo que debe saber" Dijo Dana, Mulder la miró extrañado, pues aparentemente se trataba de algo en que no estaban de acuerdo, "Hace dos años fue acusado de violación a una estudiante..."

"Cosa que ha quedado perfectamente aclarada en la corte, por lo que usted debe dar por cierto que soy inocente."

"Es verdad, pero en esa ocasión le fue practicada un análisis de semen, sacaron el patrón de sus células reproductoras y fueron traducidas a un código que permite reconocerlas siempre. Pues bien, su mapa reproductivo coincide con el semen que fue encontrado en la escena ..."

"¿Escena del crimen?, ¿Lo fue?"

"Ese dato sólo nos permite saber que fue usted el último en verter dicho líquido dentro del cuerpo de esa chica, y en ninguna forma demuestra que usted la mató, sin embargo es claro que aunque no tengamos autoridad en este país, el dato de la exactitud que hay entre su semen y el encontrado en el cuerpo de la chica lo hará sujeto a responder muchas preguntas, y yo le haría una ¿A qué hay que temerle más, a una policía eficiente que lo descubrirá tarde que temprano si usted fue el culpable o a una policía incompetente que encontrará en ese simple detalle del semen la prueba irrefutable que le permitirá cerrar el caso con agrado de la opinión pública?, piénselo, no tenemos autoridad aquí, pero nos interesa encontrar al culpable, y si usted dice no serlo pese a que hay cierta evidencia que así lo señala, tendrá sin duda el mismo interés que nosotros en hallar rápido al asesino"

"Es muy lista agente Scully. Les ayudaré. Pero no se crea que es por amor a la verdad, sino porque nadie va a burlarse de mi, ni intentará hacer creer que estoy detrás de todo esto. Su argumento del semen es fácil de rebatir, por lo que no debe creer que tiene las riendas de la situación conmigo. Síganme."

El profesor los condujo por los pasillos hasta que llegaron al centro de vigilancia de la escuela. Entraron y había una especie de videoteca. Ordenados por día estaban enfilados muchos video cassetes, y el profesor se encaminó a tomar el video del 01 de octubre. Lo colocó en la video reproductora.

El cassete estaba justo en una parte en que se veía a muchos estudiantes dentro de un laboratorio de biología. Todos estaban en gran desorden, la imagen reproducida no era del todo nítida, pues el equipo de circuito cerrado de la escuela era obsoleto. En la pantalla apareció el profesor Jaime diciendo "Muchachos. ¿Quién ha robado la muestra de esperma que tan amablemente he donado a la institución?, Regrésenla.", los muchachos reían hasta que el maestro dio por concluida la clase veinte minutos después de la hora de salida, tiempo en el cual sus caras habían pasado de alegres adolescentes a unos patéticos prisioneros de la escuela.

"¿Ve la hora y la fecha que señala la cámara?, 01 de octubre a las 13:15. Es imposible que haya estado en el lugar del asesinato si a las 13:15 estaba yo preguntando por mi semen en el laboratorio de biología y ahí permanecí durante más de media hora. La media hora en que murió Hilda".

"¿Cómo sabe la hora exacta en que murió Hilda?

"Tuvo que haber sido entre las 13:15 y las 13:40 horas."

"Debe haber un video que haya registrado el asesinato Scully"

"No lo hay" dijo Jaime, "de hecho son cámaras desmontables. Hay sólo cinco cámaras. Se desprenden con un desarmador especial, y se colocan en los sitios más conflictivos, y esto de manera aleatoria. Dos siempre están vigilando la dirección de la escuela y otra más está permanente vigilando la bodega de artículos didácticos y de deportes. Las dos restantes se ponen en lugares estratégicos."

"¿Quién decide dónde?"

"Este mes fui nombrado encargado de las cámaras. Luego de un conflicto en las regaderas de mujeres tuve que colocar ahí una de las cámaras, y la restante la alterno entre los diversos laboratorios. Fue cosa de suerte, esa mañana del 01 de octubre acababa de quitar la cámara del laboratorio de química, justo a las 13:00, para ponerla en el de biología, a las 13:15. De haber sabido que habría un asesinato la hubiera dejado ahí"

"¿Quién más supo que usted había quitado la cámara?"

"Todos los alumnos están siempre muy pendientes de esos cambios. Me pregunta que quién, puedo elegir cualquier nombre y mi respuesta sería correcta, Dalila, por ejemplo"

"¿Cómo explica todo esto de los videos y la presencia de su semen en la chica asesinada?"

"El video no sólo muestra que estuve en un lugar distinto y muy público al momento del asesinato. Sé que fue en ese momento porque desde el escritorio de el laboratorio de biología puede verse la entrada del laboratorio de química, y fue como a las 13:35 en que acudió todo entorpecido el Director y, luego de unos minutos, ordenó acordonar el laboratorio. Déjeme le digo lo que podría ser un plan criminal. Alguien desea matar a Hilda, pero desea que me inculpen por ello. Roba una caja de petry repleta de mi semen y acude con la víctima a verse a escondidas en un laboratorio seguro, pues tiene las luces apagadas y no hay cámara de circuito cerrado, empieza a penetrarla y en medio de el follamen, embadurna su verga con mi semen y se lo mete a la putita esa de Hilda. Luego la mata con ese estilo tan particular. Investiguen estimados agentes. Este asesino me tiene con la boca abierta porque es fecha que no sé cómo fue que lo hizo."

Scully preguntó "Una última pregunta profesor. ¿Por qué llenar usted mismo la caja de petry que contiene la muestra se semen?"

"Me agrada su morbo Agente Scully. La respuesta es: por vanidad. Quería que le quedara bien claro a esos infelices que ninguno de ellos, y ni siquiera en grupo, eyacularían más esperma que yo. Por eso soy el maestro."

Una vez que el maestro se retiró, Mulder le dijo a Scully "No creo en su coartada, estas imágenes de video son muy fáciles de editar. Lo extraño es que el video estaba justo en el pasaje en que él preguntaba por su esperma perdido. Creo que es demasiado listo para ser inocente. Tendré que seguirlo esta noche"

 

04 de octubre, 23:00 horas.

Centro Histórico de la Ciudad de México

Andando por las calles de la Ciudad de México, avanzaba a paso rápido el profesor Jaime. Había una niebla inusual, y se sentía un clima húmedo y fresco. Jaime apuraba el paso y se metía por entre unos andamios que parecen estar permanentemente rodeando la catedral y las ruinas del templo mayor. Se detuvo e intercambió algunas palabras con un guardia y pareció entregarle algo. Luego siguió avanzando.

A unos cien metros de distancia, vestidos de manera formal y con tonos oscuros para disimular, venían Mulder y Scully. Veían a Jaime meterse por unos callejones más bien hechizos a punta de láminas. Lo perseguían y veían como se brincaba un pequeño protector y ayudándose con una zoga, se metía a las ruinas de templo mayor. Momentáneamente ya no había ningún guardia vigilando la zona arqueológica. En sí, poco hay que cuidar en esas ruinas, pues lo interesante son las estructuras arquitectónicas, y difícilmente alguien podría dañarlas. Tal vez podrías orinarlas o defecarlas, pero nada grave.

Jaime se había metido ahí, de noche, siendo que a esa hora está evidentemente cerrado. ¿Cuál era su propósito de meterse ahí? Mulder deseaba averiguarlo. Scully le indicaba que no dejaba de ser grave meterse a una zona protegida en la forma furtiva en que se pretendía. Mulder no hizo caso, y Scully solidaria lo siguió.

Uno no cree que existan laberintos modernos, pero lo cierto es que aquellas ruinas, oscuras como estaban, milenarias como eran, asemejaban un laberinto de penumbra en el cual sería fácil perderse. Scully y Mulder caminaban casi a tientas, pues no cargaban sus acostumbradas linternas, e incluso de traerlas no sería lo más viable encenderlas, pues ello los dejaría al descubierto en forma inmediata. Así, guiados por un sexto sentido, avanzaban lentamente, intentando identificar la silueta de Jaime. Un gato salió haciendo un ruido felino. Scully se asustó y abrazó en forma inconsciente a Mulder, para separarse de manera casi repulsiva e inmediata, cabreada de haberse visto tan... ¿femenina?.

Así avanzaron hasta que escucharon a espaldas suyas la voz de Jaime. "Les estoy apuntando con un arma, y créanme, no sé qué es más ilegal, matarlos, que me estén siguiendo o que estén ustedes en este centro arqueológico. Tiren el cartucho de sus armas al suelo y patéenlos en dirección mía. Bien hecho."

Mulder y Scully tenían sus brazos en alto. La camisa color azul plomo de Mulder comenzaba a mojarse con un sudor nervioso. Estaban en un pasillo un poco ancho que no ofrecía coba alguna. Mulder, en un arranque proteccionista, se colocó entre Jaime y Scully, como si se interpusiera entre sus balas y Dana. Jaime volvió a hablar.

"Déjenme adivinar. No tienen ninguna evidencia contra mí. Han revisado mi expediente penal y les sorprende que haya sido acusado por tantas y tan diversas causas criminales, pero los deja sin habla que en ninguna de ellas haya sido declarado culpable, ¿No es cierto?, y todo ello se debe a que confían demasiado en su intuición policíaca, su moral de sabueso. Algo en su olfato les dice que no soy inocente, que no soy bueno, y déjenme aplaudirles, pues no soy inocente, y menos aun culpable, soy integro conmigo mismo, y acertaron, no soy bueno, soy más bien un ser malo, muy malo, disfruto haciendo el mal. ¿Eso es lo que han venido a descubrir, que soy malo? Si soy malo. Pero no podrán demostrar que mate esa chica porque no la mate. Sin embargo merecen una lección, una lección que les deje claro que soy malo para que no vuelvan a dudarlo. Vinieron a buscar sin saber exactamente qué, van a encontrar lo que a mi se me ocurra. No me mire con odio Agente Mulder, no con esos ojillos ladinos que tiene, tampoco usted señorita Scully, ustedes son muy parecidos a mi, les encanta estar jodiendo al prójimo, joden y joden y joden; ¡Claro está!, joden a los malos, joden al asesino, al secuestrador, al incendiario, al ladrón, y joden a ellos porque es a quienes la Ley permite joderse, pero dígame Agente Mulder, ¿Qué siente cuando atrapa a un malhechor?, ¿Acaso no piensa, "te tengo cabrón, tengo la verga de más calibre que la tuya, te voy a joder, soy más listo que tu"?, si es así, usted y yo somos almas gemelas. ¿Y que me dice usted, señorita Scully?, ¿La pone cachonda joder a todo el mundo a lado de este Agente del FBI?, Le gusta dominar, le gusta ser fuerte, y cuando empuña su pistola es como si empuñara una verga que escupe semen mortal."

"Que bueno que me siguen, pues no tenía nada en mente. De hecho quería dormir en cualquier parte, a ser posible en un sitio en que sea ilegal dormirse, como estas ruinas, por ejemplo, pero ya que están ustedes aquí, se me han ocurrido nuevas cosas. Agente Mulder, comience a desnudar a su mujer."

Mulder se hizo hacia delante, como si pretendiera abalanzarse sobre Jaime, sin embargo, éste lanzó un disparo que le agujeró una parte del pantalón. "a la próxima no apuntaré a un sitio que no tenga carne adentro", Mulder comenzó a quitar el saco a Scully.

"Hágalo con delicadeza. Pregúntese, ¿Hay alguna mujer en esta tierra que le dé mayor inquietud sexual que ésta?, ¿Por qué tratarla así entonces, como si le molestara tener que jodersela?. Porque sabe, a esta mujer va a jodersela esta noche. Lo que debería de ser una noche gloriosa la está echando usted a perder. A ver, pregúntele a la Agente Scully si es usted el último hombre que desearía que la jodiera, pregúntele si desearía que antes que usted la follaran todos los hombres del mundo. No me mires con esa cara de imbécil, he dicho que le preguntes. Nada de lo que digo será broma, entiéndanme eso.

"¿Scully, dejarías que todos los hombres del mundo te follaran antes que yo?"

"No"

"Pregúntele a quién elegiría como violador si alguien la tuviera qué violar a punta de pistola. Pregúntele."

"Quién elegirías como violador si alguien tuviera que hacerlo forzosamente"

"Nunca elegiría violador"

"Señorita Scully. Deje de hacerse la difícil. Antes que después va a ser penetrada por este hombre. ¿O me dirá que le va a abrir las piernas ya que ambos estén viejos, ya que él no pueda mantener una erección y usted no tenga más hormonas?, ¿O me dirá que no pasó nunca por su mente jodérselo?. Una vez aclarado esto, quiero que le conteste al Agente Mulder la pregunta que le hizo y se deje de idioteces."

Dana cerró sus inmensos párpados y dijo en voz muy queda, "te elegiría a ti Mulder", para esto, sus células comenzaban a traicionar su célebre integridad, sus mejillas siempre blancas estaban adquiriendo un tono sonrosado, aunque ello no podría notarse por la penumbra en que estaban, su oído se ponía más alerta e incluso el aire la parecía más tangible que antes. Su sexo comenzaba a humedecerse entre el pánico y la excitación, y la razón era sencilla, sabía que este tal Jaime no cesaría en sus acciones hasta ver que Mulder la penetrara.

Frente a sus ojos pareció pasar aquel momento en que leyó algo acerca de él y ello no le significó nada. Le había llamado la atención que lo llamaran el "tenebroso", e incluso sonrió de aquel sujeto paranormal, pensando que era un cretino. Recordó cuando la asignaron de compañera a él, más que para acompañarlo, para fiscalizarlo, para juzgar todo y cuanto hacía. Pero lenta y seguramente había aprendido a querer a ese hombre, y en su soledad no se explicaba por que alguien que te salvaría la vida, que daría la vida por la tuya, no podría disfrutar de los beneficios de que estés precisamente así, viva, joven.

Mulder había quitado la blusa a Scully, y casi con ternura le empezó a quitar el sostén. Mientras lo hacía, los ojos de ambos se tomaron al vuelo, ambos disculpándose, ambos justificándose, ambos sorprendidos de lo que estaban a punto de hacer.

"Mire esos pechos amigo Mulder, ¿Qué tienen de mal?"

"Nada"

"Claro que nada, son bellísimos. Tome uno de ellos en cada mano y béselos como usted crea que lo merecen. Y tenga cuidado de hacerle creer a la Agente Scully que sus pechos no se merecen el trato salvaje que todo hombre da a los pechos que le enloquecen. Pobre de usted si no los besa bien, pobre de usted si no los hace pararse de excitación."

Mulder miró a los ojos a Scully como pidiéndole permiso, ella respondió misterio cerrando sus ojos. Mulder tomó los pechos de Scully y comenzó a lamerlos con la punta de su lengua. Los pezones eran de un tono cobrizo, de pezón grande y brillante, que al contacto de la lengua de Mulder comenzaron a contraerse como si se prepararan para convertirse en anzuelos que no dejaran escapar a la presa que osaba jugar con su boca en ellos.

Mulder sentía en su lengua, y luego en sus labios, el tenue sabor de la nada, de eso que sabe sin sabor, de estar comiendo de algo que no ingieres pero que te alimenta mejor que nada, mamando aquellos pechos como si de ellos manara una leche sagrada que lo volvía mas joven, más bello, feliz y por consiguiente eterno, pues la eternidad es la ausencia de tiempo y en sus labios éste no existía desde hace mucho. Mordía y los gemidos de Scully se hacían más evidentes.

"Abra su boca Señorita Scully, es más difícil gemir con los labios cerrados. Dele a su boca el derecho de ser hermosa, de representar el gozo."

"Ahhh" se escuchó. Y ese Ahhh de la boca de Scully fue como la inauguración de un paraíso. Mulder se sintió aceptado y Scully aceptó abandonarse. Mulder terminó de desnudar a Scully y comenzó por tocar con sus manos aquel cuerpo imaginado tantas veces. Era como lo había soñado. El sexo de Scully estaba cubierto de un tenue bello castaño, y de él emanaba una fragancia que invitaba, y Mulder aceptó. La lengua del Agente comenzó a lamer la entrepierna, luego la otra, hasta que las dos piernas se abrieron, y luego, la lengua se encajó en el centro de su sexo, paseando por todas partes como un platelminto divino. Dana estaba ya muy mojada.

"Señorita Scully, haga el favor de desnudar al Agente Mulder." Lo hizo, procurando olfatear cada parte que desvestía, reconociendo al hombre en lo que debería ser su compañero agente. Abría sus ojos al máximo, ella que había visto cientos de cuerpos desnudos en las planchas de la morgue, tenía la sensación de no haber visto un solo cuerpo en su vida, para ella este cuerpo era el primer cuerpo. Cuando quitó el pantalón y los calzones de Mulder quedó hipnotizada por la pesada verga que quedó al descubierto. Había imaginado a Mulder desnudo, pero nunca lo había visto, y menos con el pene erecto."

"Béselo Agente Scully" Ella se puso nerviosa, sin embargo su boca temblaba de una emoción por recordar aquello que sólo en sueños había hecho, siempre con hombres sin rostro a los cuales, luego de besar un poco, humillaba diciéndoles que eran sucios. Pero qué decir ahora, este miembro no le parecía repugnante, sino que lo quería suyo. Su boca se abrió, su nariz aguileña se distendió un poco y el lunar sobre la boca centelleó.

"No sea mojigata Agente Scully. Libere su mente, deje de ser tan clínica. Mame bien esa verga o la mataré de todas formas" Scully comenzó a engullir la verga de Mulder, llenándola de saliva, cerrando los ojos. Mulder estaba sorprendido de ver con qué facilidad alcanzaba a comerse la polla entera mientras que con sus manos le tocaba las nalgas. "Qué bien lo haces Scully", dijo Mulder. Scully le contestó, "Por favor no hables".

Mientras Scully mamaba a Mulder, Jaime pasaba revista por el culo de Scully, y veía una cadera que desde luego no era una cadera de una modelo, pero era ancha, blanca como la leche, y con un sexo súper atrayente. Escuchó que Mulder volvía a elogiar la manera de chupar de Scully y dijo:

"Tanto lo elogias que tendré que probarlo. Mientras quiero que la cojas por la vagina y la penetres como crees que se merece esa cadera. Cuidado con que no le quede muy claro a Scully que tiene un culo de lujo, que hombres se matarían por metérsela, que dude que no tienes más deseo que correrte dentro de ella."

Mulder si se enfureció, y Scully también, pues una cosa era follar con Mulder y otra con un desconocido. El cañon de la pistola de Jaime fue bastante afrodisíaco para Scully, quien se espantó un poco de ver el descomunal miembro de Jaime, que fácil era un cincuenta por ciento más grande que el de Mulder, quien no lo tenía precisamente pequeño. Descubrió una habilidad para engullir pollas, pues la de Jaime también le cupo entera en la boca. Mientras Mulder la jodía por la cadera, con cara de esposo engañado, como si le estuvieran cobrando derecho de pernada.

La magia cedió y todo fue brutal desde ese instante. De rato Mulder la penetraba por el coño y Jaime por el culo, y pese a que no es una práctica usual para una primera vez, Scully no se inmutaba, lo que no es lo mismo que no excitarse, pues estaba muy caliente, y no era ella la que más cerca estaba de decaer. Mulder le abría las nalgas con las manos y la besaba en la boca mientras que las dos vergas taladraban aquel cuerpo. Jaime fue el primero en acabar. Se salió del ano y se paró frente a Scully. Pese a que ella abrió la boca, el único interés de Jaime era correrse en las tetas, y comenzó a manar y manar y manar, demostrando que era cierto lo que decía de tener mucho esperma, de querer demostrarlo. Las pesadas gotas de semen se estrellaban en los pechos de Scully , y por gravedad terminaban por caer en el plexo de Mulder.

Jaime se las arregló para vestirse en un santiamén, y se perdió en la oscuridad. "Tengan cuidado", le dijo a los agentes. Mulder, cabalgado por Scully, empezó a verter su leche dentro de ella, y ambos bramaban de gozo. Atrás de ellos, un Dios Azteca sonreía.

En el coche, hablaron muy poco. Querían hablar, pero sabían que cualquier cosa que se dijera era inadecuada. Por fin, calculando Mulder que faltaba poco para llegar al hotel, empezó a hablar.

"Scully, te debo una disculpa"

"¿Una disculpa de qué?"

"Me comporté como un animal"

"Somos animales en el fondo Mulder, además fuiste todo un caballero. No esperaba menos de tu desempeño. Espero coincidamos con que ese sentimiento es mutuo. No es el fin de nuestras vidas, ni te quiero más o menos por esto. Por el contrario, este incidente aclara muchas cosas, vuelve más fácil el trato."

"Pero es que no es normal..."

"Ya que es una noche de libertades habrá que avanzar mucho. ¿No te preguntas por qué pude abarcar con mi boca el miembro de el profesor Jaime?, ¿No te preguntas por qué me fue cómodo, en cierta manera la doble penetración? Hago yo las preguntas porque tu vergüenza nunca te permitiría hacerlas. Descubrí esta noche Mulder que no me hubiera lastimado eso, ni una doble penetración anal, o vaginal. Mi cuerpo ha quedado preparado para eso y para más. Sé que te sonará raro todo esto Mulder, que es lo más morboso que has oído, pero sé que eres el único a quien puedo contárselo sin ser objeto del ridículo, y el más discreto para no tratar el tema nunca más."

"La noche del rapto fui objeto de un acto sexual alienígena. No sólo investigan tu cuerpo con aparatos. Esos seres tienen un cuerpo que es en sí mismo un laboratorio, con ellos miden, modifican, aplican. Me introdujeron objetos en la boca, en el ano, en la vagina, pero ahora me queda claro Mulder que no fueron instrumentos médicos, sino sus órganos sexuales. Disfruté esa experiencia, pero no dejaba de ser más que un trauma y un rechazo al sexo, hasta hoy que descubrí que no se trata de la abominación que supuse sino de una preparación sexual y cósmica. Lo más singular fue sin duda el último de sus actos. Un ser de cuerpo humanoide me tenía tendida en una cama, con las piernas abiertas, con mi sexo al descubierto, abierto. El ser se trepó encima de mí, puso sus brazos alrededor mío, pero yo volteaba a ver entre sus piernas pero no alcanzaba a ver ningún pene. Contrario a lo que pensé, no había pene entre sus piernas porque éstas terminarían en convertirse en uno. Juntó sus piernas y estas se solidificaron, convirtiéndose en un cilindro descomunal, frente al cual el pene de Jaime resulta risible, y no porque lo tengan pequeño, sino porque el otro era monstruoso. Temí como nunca, pues semejante miembro me partiría en dos, pero no. El falo del alienígena estaba rodeado de una estela energética color lila, que al contacto con mi cuerpo fusionaba ano y vagina, convirtiéndolos en un solo orificio, mucho más elástico y sensible que los que ahora tengo, y tal fusión no era una unión violenta de desgarre de tejidos, sino de un reacomodo sutil de células, que, estando unidas estaban en orden. El ser sufrió un orgasmo y yo con él, una sensación desconocida por mí. La misma que sentí cuando tu eyaculabas dentro de mi. Por eso, no pueden lastimarme los penes humanos, soy una mujer especial. No sientas celos, así fue. Y necesitaba decírtelo porque es una circunstancia demasiado personal que no le contaría a ningún terapeuta, sólo a ti. Y hoy es la noche ideal. Gracias Mulder, el sexo no es algo vedado para mi ahora."

Llegaron al hotel. Satisfechos. Les esperaba un mensaje. Había habido un nuevo asesinato en Ciudad Netzahualcoyotl. Las circunstancias eran idénticas a las de Hilda, pero esta vez la víctima era un hombre.

05 de octubre, 00:27 horas.

Casa de Dalila

Ciudad Netzahualcoyotl

El policía ponía al tanto a los Agentes del FBI: "Su nombre era en vida Fermín Ochoa. Según los vecinos tiene una hija y una esposa, ésta última parece ser bastante escandalosa y seguido trae amantes al hogar conyugal. La hija estudia en la escuela en que mataron a la chica, se llama Dalila Ochoa, y los vecinos cuentan que la cosa era cada vez más insostenible desde que la señora tomó como amante a un maestro de la escuela de su hija, un tal Jaime Ruvalcaba."

De las investigaciones realizadas en la casa, pocos elementos nuevos se podían tomar. "Mira Scully, aquí no se quebró nada más que el pobre señor, no hay cristal ni nada parecido".

"Tienes que ver entonces esto" dijo Scully mientras señalaba con su dedo índice un pequeño gato de cruza de angora, o lo que quedaba de él, con los mismos síntomas que el señor, estaba hecho añicos.

"¿Dónde está la esposa ahora?"

"En una cantina, a veinte minutos de aquí, ahí ha estado las últimas tres horas."

"¿Y la hija?"

"No se sabe"

"No entiendo" dijo Mulder, y pasó a la habitación de Dalila.

Encontró el desorden habitual de una habitación de una adolescente que vive en un hogar disfuncional al 110\%, sabanas destendidas en señal que dejaban ver que el cuarto no se había aseado en días. Un vaso lleno de polvo con agua con vetas de arena finísima sobre el agua indicaban que nadie ni nada había ocurrido en mínimo unos tres días. Sin embargo en esa casa estaba un muerto. Abierto en canal en una forma insólita, y un pequeño gato también reventado. En un pequeño librero había algunos libros, en su mayoría de tópicos religiosos, o más bien sectarios. Mulder tomó uno de ellos y comenzó a hojearlo, "gnosis" murmuró. Al leerlo, la elocuencia apocalíptica del autor le daba entre miedo y risa, miedo de pensar que alguien creyera semejantes cretinadas, y risa de pensar que el autor se autoproclamaba Emperador de Marte y Espada Justiciera de Anubis. El libro tenía subrayado con marca textos amarillo: En realidad de verdad os digo, humanidad doliente, que quienes desean ingresar al templo de toda santidad ha de hacerlo dignamente, una vez que ha bañado su vestidura astral. Nadie que cargue tras de sí pecado alguno podrá pasar el umbral de la gran pirámide, y más aun quien lo haga deberá mirar frente a frente a la gran sacerdotisa guardián, esa que no puede engañarse, la ama de todo, la que conoce la intención oscura de cada persona, la que en su garganta tiene grabada la nota síntesis de cada ser. Pobre del infeliz que acuda ante su presencia sin ser puro de corazón, pues ella, la Diosa nocturna, la Divina, pronunciará una única palabra, pero su entonación resonará tan profundo en el cuerpo de ese ser, que estallará, así como la copa de cristal decrece ante el sonido del diapasón, así la conciencia se rompe en mil pedazos, y más pobre es quien muere así, pues no sólo se romperá el cuerpo, sino su alma. Yo, humildes hermanos, poseo ese poder de conocer la palabra y entonación correctas, pero he jurado ante los Temp.`los de luz de los mundos akashicos que no lo usaré en esta encarnación, ello como dote de mi compasión para con ustedes.

"Scully, ¿Crees que un ser vivo pueda estallar con sonido? ¿Así como una copa de cristal ante un diapasón?"

"Imposible Mulder, la frecuencia debería ser tan extraña que no hay instrumento que sea capaz de producirla"

Mulder se quedó inquieto. Scully, conociéndolo, le preguntó "¿No estarás pensando que alguien pudo matar a estas personas con un emisor de sonido?"

"Está registrado que en 1876 una persona murió en circunstancias especiales dentro de una función de opera en Francia. Marcella Mozzi, la cantante, dejó de cantar desde aquella función, considerando que su voz era peligrosa. No ataba cabos hasta ahora Scully. Las reseñas de la época señalaban que parte del virtuosismo de la Mozzi se basaba en una particularidad de su voz: Se escuchaba como si hablaran dos personas a la vez, como Dalila."

"Es imposible Mulder"

"Ve a analizar el cuerpo. Lo llevarán a la misma morgue. Mientras yo esperaré a Dalila"

"No tiene caso que esperes, probablemente no venga"

"Vendrá"

"Cuídate Mulder"

"¿Me lo dice la misma persona que hace un momento indicó que mi teoría es imposible?"

Scully calló.

Sacaron el cuerpo de aquel apartamento. Mulder cerró la puerta simplemente y esperó sentado dentro del apartamento. Poco a poco empezó a haber un silencio abrumador. La gente que aun muy tarde seguía haciendo escándalo, fue quedando quieta. Se escuchó el rechinido de la puerta y entró a hurtadillas Dalila. Llevaba una lámpara pequeña, y con ella se orientó hasta su cuarto, alumbrando perfectamente la silueta dibujada en el suelo de su padre muerto, silueta que brincó con una indiferencia espeluznante, pasó a su cuarto y tomó un poco de ropa, lo puso en una bolsa y se dirigía a la salida, sin haber encendido más luz que la de su linterna.

"¿No te da curiosidad la marca en el piso? Es de tu padre, ha muerto."

"¿Agente Mulder?"

"Prometo no desvirtuar el sentido de todo esto, pero dime, ¿Posees algún don en tu garganta?"

"La marca en el suelo seguro que es de mi padre, pero no me pida que sienta dolor por él, no ha sido del todo bueno los últimos años y menos aun las últimas semanas. Sabía que moriría muy pronto, disculpe que no me sorprenda. Pero eso no es causa para que usted piense que soy yo la culpable, ¿Cómo lo mataría?"

"Con su garganta, tal vez"

Dalila dijo con desdén, "Por favor Agente Mulder, escúchese. ¿Cree que lo maté con mi garganta?" Dalila se acercó demasiado, a treinta centímetros de Mulder. Tomó una mano del Agente y la colocó en su cuello, "Si cree que mi garganta es malévola ¿Por qué no la aprieta Agente Mulder?, ¿Por qué no la extingue para siempre, ahorcándome de una buena vez?, no crea que me gusta mucho vivir. Anímese. Si no va a apretarme el cuello, ¿Por qué no toca con ambas manos mi garganta y me dice si le parece que ésta esté mal?, siéntala, expulso simplemente aire, y este cruza por mis cuerdas bucales y emite sonidos. Quisiera tener una bonita voz, toda mi vida he sido objeto de burlas por ella, y de todas ellas la más grave es esta que usted me hace, ahora mi garganta me vuelve una parricida, según usted. ¿Quiere ajustar las cuentas del mundo, quiere que impere la justicia?, hágale justicia a mi cuello, respírelo, huélalo, es dulce, dentro tiene unas venas que son ricas en sangre y lo vuelven muy tibio. Si usted fuera un vampiro me valoraría más. Por ahora parece tenerme miedo."

Dalila estaba ya tocando el cuerpo de Mulder, no abrazándolo, sino simplemente repegándose en él. Mulder había comenzado a sentir que su pantalón aumentaba de volumen, pues la voz sugerente, como si dos mujeres quisieran a la vez ser poseídas, lo estaba volviendo loco. Sin embargo, su sudor frío no era del todo convincente, pues Dalila aun temía que el agente quisiera eludirla más. El pulso de Mulder estaba muy acelarado. Su verga vibraba como la pipa de un órgano de una catedral medioeval al tocar un do mayor.

"Muérdame Agente Mulder. Pruébeme" Dijo Dalila poniendo su cuello a la altura de los labios carnosos de Mulder, quien empezó a besarla primero de una forma dócil, percibiendo el olor de la nuca y del cabello. Poco a poco sus mordidas fueron siendo más vicerales, más frenéticas, pues la manera en que Dalila se torcía ante cada mordisco, tal cual si la mordida en el cuello tuviera repercusiones en el coño, lo estaba poniendo totalmente fuera de control.

"Muerde mi cuello asesino" Dijo Dalila, y Mulder la separó de sí con fuerza, pero la frase había hecho estragos en sus testículos, los que quedaron hechizados al instante.

"Ve Agente Mulder. Este es el único poder que tiene mi garganta, el poder de decirle cosas que lo hacen desearme por encima de todas las mujeres, incluso más que su amiguita Scully." Mulder hizo una mueca, Dalila continuó, "¿Qué diría ella si supiera las ganas que tiene usted de follarme ahora?, ¿Qué diría si supiera que soy yo la que quiero follarmeló a usted y que usted está encantado de cumplirme ese capricho?"

"Cállate" le dijo Mulder, aunque en su pecho realmente deseaba que esta chiquilla le dijese cosas toda la vida.

"Mi garganta tiene otro don" le dijo Dalila mientras abría el cinturón de Mulder, dejando caer los pantalones. Los boxers negros que llevaba Mulder esa noche eran incapaces de reprimir el abultado paquete que tenía entre las piernas. El ojo del pene lagrimeaba pidiendo una mamada. Dalila lo fue engullendo lentamente, humedeciéndolo por completo, envolviéndolo con aquellas paredes bucales tan calientes, bajando y subiendo, registrando cada vena y cada palmo de piel. Dalila en veces mordía un poco a Mulder, y esto lo ponía muy bravo. Con fuerza la boca de Dalila sustituía una vagina. Luego se puso de pie, tendió a Mulder en un sillón y comenzó a cabalgarlo, apretando aquella polla con toda la fuerza que daba su escasa edad, su vientre nuevo, intocado por el hombre. Luego de notar que la excitación de Mulder era suprema, se retiró de su pelvis y volvió a meter aquella verga entre su boca, comiéndola completamente, aunque esta vez, empezó a mamársela con voz, es decir, chupaba en forma violenta y pronunciaba a la vez una letra "O" muy grave y aguda a la vez. La voz es vibración y lamida de labios, de lengua y voz hacían una sensación paranormal que originó que Mulder sintiera tal gozo que empezó a correrse con mayor fuerza que si hubiera encontrado a su hermana, vaciando todo el esperma que tenía en su cuerpo, desvaneciéndose, sintiéndose... estallar.

05 de octubre, 13:00 horas.

Hotel Marriot Aeropuerto

Ciudad de México.

Scully azotaba la puerta de la habitación de Mulder. Fox abrió la puerta con serias marcas de desvelo, su cabello enmarañado y despeinado, sus mejillas hinchadas y sus ojos todavía más pequeños, eran seña de que no había dormido del todo bien.

"Te vez cansado" dijo Scully haciendo notar un poco de recelo. "¿Encontraste algo?", espetó.

"No. Creo que Dalila es provocadora de misterio, pero no creo que sea ella quien está detrás de todo esto"

"Parece que te convenció a muy cercana distancia" dijo Scully con los ojos un poco afiebrados mientras señalaba un rasguño que Mulder tenía cerca de la clavícula.

"No es lo que piensas Scully. Por cierto, ¿Qué encontraste tu?"

"No lo creerás. Dentro de la segunda víctima también había semen de el profesor Jaime"

"Tenemos que hablar con la esposa"

"Ya hablé con ella. Estaba esperándome a la salida de la morgue"

"¿Qué te dijo?"

"Escúchalo tu mismo. Lo grabé todo"

Mulder empezó a escuchar la cinta en el reproductor que traía Scully, la voz se escuchaba gimoteante: "Era un inútil pero era buen esposo señorita. La última noche que vivió no quise estar con él. Si le cuento lo que pasó antes de la muerte de mi marido no es por morbo, sino porque creo que ayudará a su investigación. Yo estaba en la cantina, esperando a Jaime, mi amante, y este no llegó. Aburrida regresé a casa, para encontrarme que Jaime estaba ahí, pero no me necesitaba. Mi esposo había caído cada vez en mayores niveles de humillación, y yo lo humillaba porque creo que en el fondo era feliz sintiéndose inferior. Los vecinos le dirán que soy una perra, pero no pueden opinar, ellos no veían su cara de dicha cuando lo humillaba, su placer cuando después me pegaba por puta y mil cosas más. Era una relación fuerte, pero una relación. Por eso llegar allí y atraparlos divirtiéndose sin mi me hería profundamente. Filiberto estaba en el piso, en cuatro patas, y Jaime le ordenaba que actuara como un perro, y Filiberto lo hacía. Le pedía que olfateara el piso y lo hacía, que diera la pata, que rodara haciendo gracias, todo lo hacía contento. Luego Jaime le pidió que moviera la cola, y Filiberto movía el culo gordo que tenía, Jaime se rió y le dijo que le faltaba la cola, así que le ensartó en el culo un pequeño plumero que tenemos para limpiar las cortinas, y aunque Filiberto tenía cara de dolor, no dejaba de menear de izquierda a derecha el rabo postizo. Jaime le quitó el rabo y lo hizo sentarse, y le ordenó que le mamara la verga, y Filiberto obedecía chupándo como un perro, y mientras mamaba, Jaime le daba de palmaditas en la cabeza. Como si fuera un perro vil. No soporté más y me retiré ofendida. Rumbo a la cantina me pareció ver a Dalila que regresaba a la casa. No puedo decir si fue antes o después de la muerte de Filiberto, pues estaba muy ebria. Lo que sé es que quiero que agarren a quienquiera que sea que haya matado a mi esposo, creo que fue el profesor, a quien ya no quiero ver jamás"

"Ahí tienes Mulder. El asesino no puede ser más que uno de los dos, o Dalila, o Jaime"

Mulder no pensaba objetivamente. Recordar la garganta de Dalila no era para él una cuestión criminalística, era más que eso. Estaba convencido de la singularidad de aquella garganta, pero terminaba por rechazar la idea de que fuese el sonido emitido por aquel cuello el causante de los asesinatos.

Al no encontrar ni a Dalila ni a Jaime, Mulder y Scully vagaron durante la tarde por algunos museos de la Ciudad de México. Dentro del Museo Nacional de Antropología, Mulder miraba absorto un fresco relieve que mostraba un sacerdote pronunciando la nota síntesis, o canto del colibrí, mientras que la persona sobre la que se aplicaba el canto comenzaba sencillamente a desmembrarse. Eso le hizo replantear en su mente el mito de la nota particular. Sonó el teléfono de Mulder. "Soy yo, Jaime. Creo que Dalila me sigue para matarme. Estoy en el parque de diversiones, dentro de la casa del terror"

Mulder y Scully fueron hacia el parque de diversiones y entraron a la casa del terror. Al entrar instruyeron al que controlaba el juego que no permitiera la entrada de nadie, y que no echara a andar el trenecito. El juego era automático completamente, y estaba completamente oscuro. En realidad era una casona antigua que carecía completamente de luz normal en su interior. La limpieza se hacía con lámparas de mano y su interior era un verdadero infierno. El corazón de esta casa del terror era un laberinto de cristales y espejos, lo que era más ruin, pues si te metías a ese laberinto, un monstruo, o su reflejo, podría ponerte en problemas, no era raro que alguna gente rompiera un cristal al huir. Pues bien, dentro de esta casona del terror estaba Jaime, como un ratón de laboratorio, y por algún lugar estaba también Dalila, su predador.

La jodida casa del terror podía frenar su trenecito, pero no loe efectos especiales como luces intermitentes y efectos de sonido. Sin embargo, detrás de los efectos de sonido convencionales, se escuchaba la risa de una bruja moderna, de una bruja azteca que en su voz tenía un instrumento de muerte. El canto del colibrí había comenzado. Jaime iba armado, Mulder y Scully también. Dentro había algunos incautos que creían que las advertencias que venían de afuera eran parte de la parafernalia tétrica del juego, algunos estaban presos en el laberinto. La voz de Dalila se escuchaba como un fondo musical muy perverso.

Como prisioneros de unas cloacas celestes, Mulder y Scully se separaron para buacar cada uno por su lado a Jaime o a Dalila. La voz era omnipresente, en teoría no salía de ningún lado, en teoría era un efecto de sonido más, pero Mulder sabía que no era así. En el laberinto de espejos, Dalila y Jaime ya podían verse. Jaime disparó contra una imagen que creyó era Dalila y no hizo otra cosa que matar a un infeliz que estaba perdido detrás del espejo. Jaime nervioso como nunca tenía una cara de predador presa, poco dispuesto a dejarse atrapar, dispuesto a matar a todos si era preciso. La voz comenzó a sonar cada vez más fuerte, hasta que sus decibeles y escalas eran entre ensordecedoras e inaudibles. Un joven comenzó a estallar, y los ruidos que hizo se sumaron a los muchos efectos de terror. La carne de Jaime comenzó a ceder, su cuerpo a separarse, sus disparos ya no salieron de la boca de su arma porque al hacer fuerza con el dedo éste se desprendió. Se convirtió en un algo. Pero no sólo Jaime se rompió, también algunos cristales, y dentro de ellos, justo en medio, estaba la sacerdotisa del canto del colibrí, y su rito cesó cuando un cristal diminuto se fue a clavar en su garganta, esa garganta que tanto poder le daba, esa garganta que amaba, esa garganta que la hacía distinta a todos. Al romperse sus cuerdas bucales, cesó el canto, todo guardó un silencio sepulcral.

Elementos de protección civil atribuyeron el desperfecto sonoro al equipo de sonido. En ninguna forma se atribuyó que la muerte de Jaime, ni de Hilda, ni de Filiberto, fuera causado por Dalila, quien seguramente vería lastimada su voz a raíz de la herida del vidrio. Los Agentes Mulder y Scully salieron tensos pero ilesos de todo aquello.

Regresaron al hotel cansados, pensando si todo aquello había valido la pena, e internamente opinaron que si. ¿En qué piensan luego de atender un caso?, ¿Con qué se quedan de cada misterio que resuelven?, no se sabe, su experiencia va a fundirse con todo y cuanto han visto. Sin embargo ese viaje fue diferente, y sus conclusiones también. Esa noche la reservación estaba hecha para la mañana siguiente, estaban seguros que nunca sabrían la verdad, Mulder sabía que no vería más a Dalila, pero no le importaba, porque estaba seguro de que en algo se había equivocado aquella voz, nunca, en ningún instante, una mujer era más importante que la que tenía enfrente ahora, la distante y objetiva Agente Scully. La dejó en la puerta de su habitación. Se quedaron mirando en silencio. Scully dijo: "Creo que es hora de dormir, y cada quien debe ir a su habitación"

Mulder guardó silencio. Sonrió repegando sus labios y arqueando las cejas tristemente. Iba a decir que estaba bien, pero no lo sentía así. Su cara se iluminó como la de un niño cuando Scully le dijo:

"A menos de que seas capaz de aprovecharte de una mujer que duerme", y lo cierto es que si era capaz de ello.

jilo_deiss@hotmail.com

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