ARAKARINA IV
UN PINTOR A OSCURAS
VIRGILIO
La gente me pregunta constantemente y en todas partes ¿Qué hace usted con su tiempo libre?. Por más que lo intento no logro entender de qué me hablan. ¿Tiempo libre? ¿Libre de qué? !Yo soy libre!, !Respiro!, !Vivo!, !Amo!, !Ardo!
¿Tiene tiempo libre el fuego?, ¿Lo tiene la vida?, ¿La respiración?, ¿El viento?, ¿El mar?
KLAUS KINSKI
Lucha de gigantes / convierte /el aire en gas natural.
Un duelo salvaje / advierte / lo cerca que ando de entrar
En un mundo descomunal, siento mi fragilidad.
Vaya pesadilla/ corriendo / con una bestia detrás.
Dime que es mentira /todo /un sueño tonto y no más.
Me da miedo la enormidad, donde nadie oye mi voz.
Deja de engañar, no quieras ocultar,
Que has pasado sin tropezar.
Monstruo de papel / no sé contra quien voy
¿O es que acaso hay alguien más aquí?
Creo en los fantasmas / terribles /de algún extraño lugar.
Y en mis tonterías/ para / hacer tu risa estallar.
En un mundo descomunal, siento tu fragilidad
Deja que pasemos, SIN MIEDO.
NACHA POP
I
¿Qué es exactamente eso que día con día crece dentro de mis ojos?.
¿Dónde se suscita la mutación? Adoro las cosas, lo existente, amo profundamente la gente. Sin saber precisamente en qué lugar eso se convierte en una pérdida de la fe, una pérdida de la confianza, probablemente en la más próxima esquina. Sin embargo todo puede ser mágico, aunque decepcionante también lo puede.
Soy una invitación de sueños que nunca es recogida del buzón. Soy un rey digno y soberano en un reino sin habitantes, la más prospera fábrica de imposibles del mundo. Creí que al recuperar la vista escapaba por fin de la soledad, de ese metro cuadrado de miedo y tinieblas en que estaba sumido. Veo que se avanza lentamente, y esto lo digo porque me doy cuenta que no se trataba de ese metro cuadrado de miedo, sino de un mundo entero de pavor. Supuse que el contacto se establecería por el simple hecho de estar en las mismas condiciones y veo que nunca nadie está en similares condiciones.
Cada cuerpo y cada alma son como una noche inmensa donde no hay focos que prender, donde los susurros son el canto, donde incluso el ruido sereno de una respiración puede dar tibieza a tanto corazón helado. Supongo que veo más allá que la gente, por el sólo hecho de que quiero darme cuenta de las cosas, quiero hallar mi esencia. Sé que está en todos, sé que está en todo, intuyo la presencia de un Dios, pero observo y no acierto a encontrarle.
Cuando me dijeron cállate por primera vez y pensaron que era para siempre se equivocaron, creían que era un bebé, pero ignoraron que entendía todo. No me callaron, yo guardé silencio. Lo hicieron de nuevo al definirme el bien y el mal, pues confío más en mis impulsos y en el sano bullir de mi espíritu, soy la búsqueda que no concluye, soy la casa abierta, todos son mis hermanos, y si pese a todo ello el mundo se empeña en seguir siendo ese monstruo donde la gente no se conoce nunca, lo rechazo.
Sólo quiero que en el corazón mío exista la suficiente furia para no llorar ante el espectáculo horrible de tanta gente sola, de tanta gente fingiendo, de personas empeñadas en guardar las apariencias ante un tirano muerto que sólo vive ya del recuerdo de sus seguidores que parecen ser todos.
Niego que la vida sea lo mismo que la paz, pues las pasiones nunca han estado sentadas.
Tengo que buscarte, espero darme cuenta que aun no estás muerto, debo percibir que estás viva. Debo encontrarme, y desde luego encontrarte.
II
- ¿No dejó absolutamente nada, Papá?- Preguntaba Virgilio, y su padre serio, altamente herido le decía - Te he dicho mil veces que nada dejó-
- ¿Ni recuerdos?-
- No. Sólo tú sabes de ella, llevas su sangre, te habló a ti antes de marcharse.
- Era sólo un bebé de días. ¿No dejó cartas?
- ¿Cartas? Envié una vez a su apartado postal una carta, nunca la contestó, no me culpes de nada.
La Carta
"Vislumbro la historia del cosmos Esposa mía. Tan sencilla e inocente que maldigo la conciencia de la propiedad y el término, del concepto, del ideal, pues un animal en su más salvaje estado no se abochorna ante nada que no sea lo natural, pero imagino pues tu útero como un recipiente de tierra siempre virgen, y me imagino el elemento más callado, nombrado con la palabra más tabú, semen, en toda su naturalísima fonética. Abrasadora, desinhibida, potencial. Semen lloviendo en un cálido espasmo dentro de tu útero que como manos de fuego vivo desmenuzan y seleccionan la semilla con cuidado, con cautela, separando. Ahí, a niveles seguramente inconscientes se negocia la entrega más cotizada. ¿Pero qué pensar ahora? Para mí tu útero no existe ya, es como si un vacío hubiera victimado tu vientre y hubiera cambiado aquél montículo de tierra generativa por un nido de ramas escabrosas en donde se gesta un aborto, uno que ni siquiera se ha perpetrado, con forma humana, pero árida, seca. Como un Feto Mandrágora, pero una mandrágora marchita que ya no sirve ni para la magia, con sus filamentos magros y deshidratados, muertos, rasgando tu matriz de manera corrosiva. No existe nada más ahí, nada más que la mandrágora que deja bien en claro la destrucción, siendo un ser que no se crea, la anti creación, no se gesta, se desgesta, se diluye en un abismo que no se puede remediar. Tuve la pesadilla. La mandrágora sufría animación, el hijo menos deseado que sin culpa queda aborrecido de por sí, y no queda más que llorar por todo aquello que irremediablemente no puede constituirse. Adiós. Pero sin querer despedirme, sin ser, alquilando estúpidamente un agujero que sólo pudre, no el cuerpo, el alma. Mi alma. Te maldigo, francamente te maldigo."
- Papá, ¿Puedo leer esa carta?
- No seas torpe. Si te digo que la envié, es obvio que no la tengo.
- ¿Recuerdas qué decía?
- No.- No recordar no es lo mismo que no poder olvidar. El padre estaba sentado sobre un banquillo de odio, en medio del no recordar y del no olvidar.