Stag Life: Driller (1984)

Título: Driller (1984)

Dirige: Joyce James

Título Región 4: "Pesadilla en el Rancho Neverland"

Performancers:

Taija Rae, como Louise, la novia mojigata.

Dick Howard, como Dan, el novio nerd y facineroso.

Mr. J., como Hot Star (M. Jackson)

Renee Summers, como la Novia Skeletor

Rod Retta, como el Skeleton Groom

Cassandra Leigh, como la rubia virgen

George Payne

Frank Serrone

Esmeralda

Angelique

Quazi-Modo, como el jorobado de la mirada tierna.

Más bailarines, zombies, verdugos, vampiros y demás pesadilla de utilería.

Empleado del mes:

Taija Rae

Reseña:

Me sumo al oportunismo de hablar del recientemente muerto Michael Jackson, ello en la parte que me toca.

Recientemente vi la película "Zack and Miri make a porno (2008)", conocida en el mundo hispano como "Hagamos una porno" del sobrevalorado Seth Rogen. La película es ofensiva para todo pornófilo que se precie, y sólo será significativa para un público ordinario que considere tabú a la industria porno y vea en la cinta de Rogen una ventana para aprender –de manera segura y sin riesgos- la onda de las películas porno y su filmación. Mainstream para mainstreamers.

Como la mayoría de las películas de Rogen, se cimenta en alguna ocurrencia que no está del todo mal, misma que desdoblará de infinitas maneras, no vaya a ser que, de tan ingeniosa que es, no la entiendas. Si el que te trate como estúpido ni fuere suficiente (sorprenderá a conciencias que han estado encerradas en una mazmorra intelectual, y nada más), insiste en protagonizar sus guiones, confiando demasiado en la mucha o poca simpatía que tiene, y encima buscando que sus guiones ofrezcan un mensaje final saturado en moralina y supuesta lealtad de amigos, como esperando que cuando se hable de él en el año 2058 se diga "era un tipo gracioso y confiable". Tan gracioso como un oso tirándose un pedo y diciéndote que es tu amigo.

Pero no estoy aquí para plasmar mis pareceres acerca del último bodrio de Rogen (que seguro habrá más). Más bien traigo a corolario esta cinta porque dentro de sus artificios para hacer reír utiliza alguna información del género pornográfico que ya de por sí es graciosa. La escena de que hablo es cuando intentan decidir el nombre de la película porno que van a filmar. La insistencia de Rogen en extender un buen gag como si se tratara de una masa para pizza hasta hacer de ello una plasta aburrida no quita en nada que esta secuencia de hallar el nombre de la cinta porno sea hilarante, quizá lo único hilarante de "Zack and Miri make a Porno".

Para hallarle el chiste hay que dominar un poco los modismos del cine X y entenderlos en inglés, pues ya en subtítulos pierden toda la chispa, y la verdad no me atrevería a ver esta cinta doblada al español (que es un nivel todavía más bajo que el subtitulado). Proponen muchos títulos jocosos (terminan eligiendo Star Whores, que en español no tiene una traducción exacta y, si la tuviera, no rimaría con "La Guerra de las Galaxias"), regalándonos una secuencia divertida. Es en medio de ese tramo en el que Seth Rogen "ilustra" (desde luego no sé que tanto le pueda ilustrar Zack (Rogen) a una de las actrices de su cinta porno, encarnada por una Traci Lords venida a menos que hace un cameo soplando –supuestamente- pompas de jabón con el coño) al resto de idiotas que le siguen la corriente acerca de cómo es la industria porno en eso de los títulos y temas, y en un eruditismo barato dice: "¡Claro, hay cintas de parodia como Edward Penishands!". El Hilo Negro.

Esto revela la necesidad de hablar de las parodias en el porno para no pasar por desentendido preguntando: "¿A poco es cierto que hay una versión porno de Edward Scissorhands?". Claro. Hay de diversos temas, unas más malas que otras, pero por lo común malas. Hay parodia de La Familia Adams, en "The Maddams Family (1993)", con un Tío Lucas encarnado por Ron Jeremy; hay varias parodias de Terminator, destacándose "Penetrator (1991)"; hay parodia de Los Picapiedra, con "The Flintbones (1992)" nuevamente con Ron Jeremy en el papel de Pedro Picapiedra, donde Bam Bam se llama Gang Bang y repite estas palabras mientras azota su pinche garrote; y así, hay varias que parodian Star Wars; las hay que parodian videojuegos, como es el caso de "Super Hornio Brothers (1993)" donde, otra vez, Ron Jeremy hace de un Mario Bros muy vergudo; o incluso las hay que parodian la realidad, como es el caso de "¿Who´s Naylin Paylin?", que simula a la cachonda candidata republicana a la vicepresidencia de los Estados Unidos en 2008, Sarah Palin, gobernadora de Alaska, quien recibe a un par de rusos en su acogedora casa y les da calor compensándoles que hayan venido desde Asia.

Al parecer es a inicios de los noventa en que había una fiebre por las parodias (baste ver los años de aquellas que cité como ejemplo), sin embargo las ha habido todo el tiempo. La pregunta es: "¿Hay o no hay una parodia porno de Thriller de Michael Jackson?". Respuesta: La hay.

Intento imaginar la reunión ejecutiva de la VCA en la que un director de dicha productora le dijo a su secretaria allá por 1984, "¡Dile a ese pendejo que puede pasar!".

Con una carpeta bajo el brazo debió entrar Joyce James (que desde su dizque nombre ya es, él mismo, una parodia del autor de "Ulises") quien luego de tropezar con un doblez de la alfombra sonreiría y le acercaría al productor un ejemplar del guión de una película nonata. Se sentaría en una silla de por ahí y expondría su idea:

"Mire señor productor, estará Usted al tanto del inmenso éxito que está teniendo el disco Thriller de Michael Jackson y que el video de la canción tema ha roto muchos estándares, casi nada, Jackson ha vendido millones de copias de su disco y creo que con una inversión ridícula podemos lucrar un poco con esta moda. Podríamos hacer antes que nadie una parodia del video de Thriller, con las semejanzas necesarias para que la gente se sienta como en el video del cantante, pero conservando diferencias para no colocarnos en problemas de copyright. Si un cinco por ciento de los que han comprado el disco adquiriesen o alquilasen el video porno de Thriller recuperaríamos la inversión, y quién puede adivinarlo, quizá si Jackson muriese en el futuro –que algún día lo hará, estoy seguro- la cinta sería desempolvada aunque no valiese la pena, y habría gente que la reseñaría como tema de discusión como si de un clásico se tratara, esto en los sistemas computarizados que existan cuando ello ocurra uniendo al mundo en una red global que dinamite las fronteras de la comunicación entre la gente, convirtiendo las copias de la cinta en un artículo raro y de colección."

El productor diría: "No sea Usted mamón, Mr. James. Jackson es un tipo muy sano y sin vicios, morirá como a los ochenta años, que es lo que dura la gente sana de raza negra, y créame, ese güey es bien negro. Y, James, aun concediéndole el beneficio de la duda de que el flacucho de Jackson dejara de ser negro –lo cual me parece imposible-, no creo que para ese futuro apocalíptico que profetiza existan esas comunicaciones computarizadas que usted dice, y desde luego no habrá gente con tanto tiempo ocioso para dedicarse a opinar de una mierda de película como la que me pide que le produzca, y si semejante güevón llegara existir por alguna suerte de accidente, no creo que nadie lea lo que escriba. Me exaspera su fantasía, James, ojalá su imaginación diera para crear buenos guiones en vez de fabricar mundos futuros en los que la gente es feliz: no importa si inventasen una máquina para leer el pensamiento, la gente no va a comunicarse nunca porque no le conviene tanta libertad. En otro tema, no sea pretencioso James, los ochenta no serán entrañables para nadie."

El productor se quedará pensando y dirá:

"Pese a todo, esa observación que Usted hace de las posibles ganancias llama mi atención. Hagamos una cosa: Ajústese a la décima parte del presupuesto que me muestra, olvide esta parte en la que dice que con engaños invitará al verdadero Michael y agarre a cualquier cabrón que sepa bailar y que sea negro; tampoco llame a Quincy Jones, contrate a cualquier muerto de hambre que le pueda componer las canciones en un par de días; y sobre todo, olvídese de que Vanessa del Río interprete a la adolescente asustadiza y rocanrolera, ya que no es ni joven, ni delgada, ni virginal, y tampoco veo quien sea capaz de peinarla con listones; contrate a otra actriz, una que apenas empiece y que cobre más barato. Si se ajusta a esto, dé por hecho su cinta".

Al parecer James hizo caso, y pudo rodar la película que obedece al título de Driller. Las mamadas (no las literales, sino las intelectuales) están a la orden del día. Desde el inicio de la película enfrentamos una leyenda que dice: "Los productores hicieron esta película para expresar sus fuertes convicciones acerca de la existencia de lo sobrenatural, y lo real de las otras dimensiones y mundos nunca vistos". O sea, según esto, es un trabajo sincero y de autor que nunca quiso parecerse a un video famoso.

Comienza con una musiquita que tiene la misma base rítmica de la canción Billy Jean, de Michael Jackson, y es una especie de concierto. Entre la multitud sobresalen unas chicas que traen playeras de la revista erótica Cheri, las cuales brincan histéricas esperando que salga su ídolo, un negro que se hace llamar Hot Star, que lleva un guante con lentejuelas, pantalones ajustados y brincacharcos, con calcetas blancas y mocasines, con cabello relamido excepto por un cairel que le cae en la frente. Totalmente auténtico. La histeria es tal que una de ellas, de plano, se quita la playera para dejar que sus tetas brinquen de un sitio a otro.

Entre el griterío también se dan a notar una pareja de nerds. Uno de ellos es Dan (Dick Howard), que lleva unas gafas horribles, viste a la usanza del rock and roll de los años cincuentas, y se hace acompañar de Louise, su novia, que es ni más ni menos que Taija Rae vestida a la usanza de la película Grease (es decir, anticuada en medio de un concierto ochentero), quien lleva unos lentes pasados de moda con diseño puntiagudo. Ella luce molesta, como si estuviese soportando al resto de la gente, como si su novio la hubiera llevado a fuerzas al concierto de Hot Star (lo cual es absurdo ya que en su habitación no hay otra cosa que posters de Hot Star).

Salen del concierto y Dan dice haber perdido las llaves del coche. Raro, porque ni hay coche. Se supone que caminan a la casa de Louise, quien se apura a aclarar que sus padres están en casa y que no hay que hacer ruido porque tienen el sueño ligero. Así como no hay coche, tampoco parece haber padres, es más, tampoco parece haber casa, pues colocan una cartulina con un dibujo de una casa para sugerir que es la casa de ella. Claro, el dibujo es de una casa halloweenera, con una pinche luna inmensa, como si Júpiter hubiese descarrilado y se encontrase a diez minutos de colisionar con la Tierra.

De la nada ya están en un sofá. Louise trae un poco de té. Dan tiene un look de nerd, pero nada más, pues una vez que abre la boca de ella salen toda serie de majaderías tendientes a que su novia afloje las nalgas. Ella dice que no, pero lleva liguero, dice que no, pero no lleva calzones, dice que no, pero a un gesto ligero ya está con las piernas abiertas. El que la escena sea estúpida no reduce en nada que un buen conocedor se de cuenta que el coño de Taija Rae es muy bonito y en apariencia ergonómico.

En un dos por tres Dan ya está montándola al estilo misionero. Mientras la jode no se calla la boca, ni ella tampoco, pues sigue diciendo que no, hasta que Dan le tapa la boca poniéndole la verga en ella. Taija Rae demuestra cómo hasta en una posición incómoda puede dar una mamada y, como Dan no se calla, ella de vez en vez lo muerde. Por fin Dan se corre pero, como ella es fresa, se queja, se cubre la cara con ambas manos y se muestra molesta porque el semen le caerá en los lentes.

El encuentro es desabrido. Dan se marcha y Louise se va a su habitación, en donde enciende un televisor viejo.

A continuación vemos una escena que comparte tradición fílmica con cintas como "Santo en la Frontera del Terror (1979)" o "Tesis (1996)" de Alejandro Amenabar. ¿En qué se parecen? Se parecen en que, ya sea por economía, o por recurso cinematográfico, o por lo primero obligando a lo segundo, se conoce algo, que no se ve, a través de la cara del actor, que sí ves.

En la película de Santo en la Frontera del Terror se supone que Santo va a Texas, Estados Unidos, a investigar la misteriosa desaparición de mojados mexicanos que van a trabajar a unos sembradíos y en ellos desaparecen. Por supuesto, detrás de esta desaparición está un científico loco que obtiene carne fresca (e indocumentada) para sus experimentos, sin que nadie la reclame (por lo ilegal). Uno de los trabajadores se logra meter al laboratorio secreto, donde ve unas mesas tipo morgue con cuerpos cubiertos con sábanas. Levanta una de las sábanas, y uno no ve lo que él está viendo. El sujeto, que es pésimo actor, voltea a la cámara y supuestamente aterrado dice al espectador "Dios mío, le han quitado los ojos". Lo he escrito sin signos de admiración porque así fue como lo dijo el actor, sin credibilidad ni emotividad alguna. Lo cierto, con esa triquiñuela se ahorraron el pago de un maquillista que hiciera una cabeza sin ojos. En Tesis los personajes miran la televisión mientras se escucha el sonido de una sierra y los gritos de una chica que está siendo torturada. No necesitas ver lo que pasa en pantalla, pues las muecas de asco y morbo de los actores te permiten imaginar una escena atroz. Pues bien, lo que en Amenabar resulta genial, ya había sido llevado a cabo por el Santo y por James.

En Driller, Taija Rae se supone que está viendo un programa de zombies, vampiros, hombres lobo, o demás, y sólo se escucha la perorata de lo que ocurre y los gritos de una chica. La cámara no toma la televisión, sino solamente la cara de Taija Rae. En toda su filmografía siento que no hay una escena en la cual, sin que tenga una tranca en la boca, le tomen tan insistentemente el rostro. La escena es divertida por la gran cantidad de caras de miedo, incredulidad, vergüenza, morbo, risa, picardía, suspenso, remordimiento, presagio, suspicacia, temor, lascivia, compasión, etc., que va poniendo Louise.

Taija se duerme, pero empieza a salir vapor por todos lados, un vapor que, supongo, es el mismo que se escapa siempre en las películas de George A. Romero. Se ven sombras en su ventana, manos empiezan a rasgar los muros de cartón piedra, y entran a su habitación unas zombies acompañadas de Hot Star, quien resulta ser –no sé si esta descripción sea en verdad elocuente- como Michael Jackson, sólo que putón. Los zombies son bailarines y ejecutan una coreografía malísima que sólo sirve para que suene la canción que tanto esfuerzo les costó componer para la película.

En un dos por tres ya Hot Star está convertido en un personaje por todos conocido, un flaco con pantalones ajustados, chamarra de piel roja con una V de color negro, con carita de lobo de peluche y enormes ojos amarillos. Igualito al de Thriller, y hasta aúlla igual. A diferencia del hombre lobo de Thriller, este tiene una verga negra y rinconera como de cuarenta centímetros, misma que se retuerce como espantasuegras, o como la cola rolliza de un alacrán. Louise, que no había gritado debidamente cuando entraron los zombies a su habitación, si que grita cuando ve la verga del licántropo. El monstruo se le echa encima y comienza a fornicarla.

La penetración no se ve de manera explícita, tan solo se ve a la bestia pompeando encima de Louise. A diferencia del de Thriller, este tiene un rabito que va de allá para acá en la jodienda. El licántropo está de punto y arroja un Money Shot de chocolate.

Sin previo aviso, Taija ya está en una especie de catacumbas donde hay monstruos de todo tipo. El verdadero Rancho Neverland.

En la tradición de cintas como "Devil in Miss Jones" todo parece ocurrir en una especie de infierno. Si eres de aquellos a los que les excita en demasía que las chicas sean poseídas por monstruos, esta cinta es para ti. Los encuentros sexuales se irán dando. Un par de chicas como de oro hacen un acto lésbico con unos dildos luminosos mientras suena música arabesca. Al tiempo, dos verdugos se cojen a una rubia virgen. Se intercalan bailables y unas vampiras despojan a Louise de las telas con que viste. Más bailables. Luego sigue una orgía en que los zombies joden con las vampiras y los demás monstruos que andan por ahí, siendo la más protagónica una zombie que más bien parece una mujer escapada de un spa con la mascarilla de barro negro puesta todavía.

Los tonos oscuros diluyen los de por sí escasos planos explícitos. Durante la orgía está una voz como la del final del tema Thriller lanzando un discurso. Se termina la orgía y entre cuatro zombies amenizan un gang bang sobre el tierno cuerpo de Louise, quien no despierta de su pesadilla sino hasta una vez que los zombies han terminado con y en ella.

De vuelta en su cama, escucha que tocan el timbre y resulta que es Hot Star. Lo dicho. Es putísimo. Thats is it.

Honestamente creo que hay dos tipos de simpatizantes de Jackson: los que lo aprecian como músico y los que lo aprecian como personaje. Volviendo a la pérdida de conceptos fruto de la traducción, creo que a él le aplica la palabra "infamous", que no tiene un equivalente en habla hispana. Decir que alguien es "infamous" no significa que ese alguien fuese no-famoso, pues de ser así nadie hablaría de él. Yo sería "infamous", por ejemplo, no Michael. Pero "Infamous" no es eso, es algo cercano a la expresión "tristemente célebre", pero tampoco creo que la connotación triste sea la adecuada. Jackson era ante todo un ser muy complejo que en verdad tuvo contribuciones en la música, haciendo accesible el funk (que para su versión dura ya teníamos a James Brown, Funkadelic-Parmiament, o todos los exponentes del llamado P-Funk, todos con pantalones a punto de explotar), aunque se vio rebasado por sus excentricidades, evidenciando un monstruo moderno, o una caricatura de todos sus sueños.

Me pregunto si Jackson vio Driller. Le concedo el privilegio de que use sus gafas mientras ve la escena del pene del licántropo, para que sienta cierta intimidad. Lo imagino aturdido, quejándose de que ese no era el tipo de sentimientos que él quería despertar pero los despertó. Y puede que esa sea la historia de su vida.

Memorabilia:

Lo que distingue esta cinta de cualquier otra es la ocurrencia de mostrar la verga del licántropo de Thriller. No hay otra razón válida para que una persona comprase esta cinta. Como anécdota vale, pero nada más, al resto del filme le falta gracia, y para ver bailables es mejor ver al verdadero Michael Jackson.

En cuanto a lo sexual, la única escena que de verdad me parece provocativa es el ultraje de Taija Rae en manos de los cuatro zombies. El encuentro con el novio es deplorable. El del licántropo no puede contar como sexual. El resto de encuentros pareciera que los participantes en realidad son no vivos, algo los distancia.

En el gang bang final da la sensación de que al menos Taija es real, y los atacantes son irreales. Es este encuentro entre lo natural siendo ultrajado por lo sobrenatural lo que resulta interesante y excitante. No hay acrobacias, comienzan a penetrar a Taija teniéndola a ella en el suelo con las piernas bien abiertas. Los zombies amenizan un tournante, es decir, se quita uno para que se la coja otro, y así. Luego la ponen en cuatro patas. Todo luce tan predador y tan convincente que le eleva a uno la temperatura.

Las actrices tienen rasgos que las hacen únicas. Si no lo advierte uno, ello no tiene qué ver con ellas, sino con las limitaciones de nuestra percepción. Cada una tiene su truco o su rasgo distintivo, y nada hay más triste que un espectador incapaz de ver las diferencias. Algunas actrices tienen una manera sublime de empinarse en cuatro patas, ya por la forma tan bella que arquean la espalda, ya porque la forma de sus nalgas son como la versión humana de una yegua, ya porque sus nalgas no son caídas, pero tampoco tan firmes que extingan cualquier tipo de vaivén. Entre las que mejor forma de empinarse tienen me vienen a la mente dos. Una de ellas es Amber Lynn, a la cual es un orgasmo verla empinada, y otra de ellas es Taija Rae. Pues bueno, lo mejor de la película es eso, ver cómo se coloca en cuatro patas y recibe una embestida por detrás. ¿Que un zombie se le riega en la mejilla y no en la boca? Créanme, en el contexto que se da eso resultó muy bien.

Calificación:

3 Chiles.