ESTELA – 6

Pasaron los meses, desde aquel primer intento, las dos hacían su vida normal, Estela en el hospital y Marta en su bufet de abogada, por las mañanas desayunaban juntas las dos se dirigían a su trabajo en el mismo coche, Marta dejaba a Estela en el Hospital y luego iba a su oficina, por norma Estela almorzaba en el hospital y Marta si le daba tiempo en casa o en alguna cafetería que le quedase cerca si tenía mucho trabajo.

Un día estando en la cafetería se encontró mal, se dirigió a los servicios y devolvió todo el desayuno, no le dio importancia, tal vez algo de la cena de anoche le sentó mal, pensó. Cuando llego a casa no se lo comento a Estela, se había olvidado, cenaron, vieron un rato la TV y se acostaron, al despertar, noto que los pechos los tenía más sensibles y al preguntarle Estela que quería desayunar le comenzaron unas nauseas que la obligaron a devolver la cena, se asusto, llamo a Estela y le dijo lo que le había pasado.

Estela, le cogió de las manos, la abrazo y le dijo, “Cariño, no es mi especialidad, pero por lo que me dices, estas embarazada”, Marta, se hecho las manos a la boca pero no era capaza de decir nada, beso a Estela y se puso a llorar.

Estela la abrazo, y le dijo, “Es lo que querías cariño, tienes que tomarlo con calma pide hora en el ginecólogo y que te confirme el diagnostico y no te estreses que no es bueno ni para ti ni para nuestro hijo” se abrazo a Estela y se puso a llorar.

Ya calmada, llamo al ginecólogo y le dio cita para esa misma tarde.

Acudieron las dos, el médico sabia el historial de ambas, por lo que les hablo claramente, además sabiendo que Estela era de la profesión no se corto ni un pelo en las explicaciones.

La revisiones consabidas y confirmación de su embarazo, no necesitaban análisis, el cuello del útero estaba tapado, hecho que se produce durante el embarazo y que se abre al romper aguas antes del parto.

El embarazo fue completamente normal, su vientre mes a mes se hinchaba, sus pechos habían aumentado varias tallas, preparándose para su función.

Estela, constantemente le preguntaba por las sensaciones que sentía, ella le indicaba como médico, pero ella quería saber las sensaciones como mujer. Sus molestias, si le dolían los riñones, cuantas veces tenía que orinar si los pechos le molestaban si le pesaban mucho y la tripa porque se la cogía constantemente. Le fue diciendo que los riñones le dolían por la postura que tenía que coger para no perder el equilibrio, orinaba frecuentemente, porque el feto le oprimía la vejiga, los pecho los tenía muy sensibles y le pesaban y la barriga se la cogía porque le daba la sensación que se le iba a caer, cuando daba patadas se reía y le preguntaba si le hacía daño, le dijo que no que le hacía cosquillas interiormente, se dormían abrazados, Estela le ponía una mano sobre su tripa, no le permitía que acariciase los pechos ya que le producía la secreción de calostro y no quería dormir mojada. Cuando se duchaban Estela la ayudaba ya que por el volumen de su tripa podía perder el equilibrio, con una esponja le lavaba la vulva y los pechos además del ano y el resto de su gran tripa.

Una mañana, cuando se levanto para orinar, Marta llamo rápidamente a Estela, al levantarse esta, se la encontró sentada en el wáter y le dijo, “He roto aguas, está llamando a la puerta”, inmediatamente se arreglaron y salieron para el hospital, al mismo tiempo que avisaban al ginecólogo.

Cuando llegaron la ingresaron en una sala de reconocimiento, la revisaron, y le informaron que aun tardaría unas horas en llegar, le pusieron un suero para ayudarla a dilatar y a esperar.

Las horas fueron pasando y comenzaron las contracciones, al principio eran cada 10 minutos luego se fueron acortando y cuando llegaron a los 3 minutos la llevaron a la sala de partos.

Estela permaneció a su lado constantemente agarrándole su mano la cual clavaba las uñas en la de Estela, cuando el médico le dijo que empezase a empujar ella ponía una cara de dolor al mismo tiempo que estela lloraba por el dolor que estaba pasando, cuando la criatura llego, se la pusieron encima dándole a Estela las tijeras para que cortase el cordón. Según dijo después, fue el momento más importante de su vida. Era un varón, completamente normal, le hicieron todos los análisis oportunos incluso los genéticos tenia los cromosoma XY.

Ya en la habitación, recibió las visitas de sus compañeros de profesión, tanto médicos como abogados, de la sicóloga, y de los padres de Estela que la felicitaron, le pondrían el nombre de Simón.

Al ponerlo al pecho de Marta, se agarro a el bien agarrado, le gustaba la teta, Estela en plan de broma, tendremos que tener cuidado con el, le gustan las chicas guapas con mucha teta.

El tiempo pasaba, ya en casa las cosas se normalizaban, las dos estaban completamente atentas a cualquier quejido de Simón, el cual lo único que hacía era comer, cagar y dormir.

Los años pasaron, Simón, tenía 5 años, Estela le pregunto si quería otro hijo, ella le dijo que no que Simón aun era pequeño y le ocupaba mucho el tiempo.

Estela le dijo, yo si quiero otro pero que salga de mi, bueno Estela, le dijo Marta, este salió de ti, tu pusiste la semilla es tanto mío como tuyo.

Si lo sé, pero me refiero que yo quiero parirlo, crezca dentro de mí como Simón creció dentro de ti, iré a un banco de esperma a solicitar una inseminación, ya que tú no puedes, a no ser que sepas de alguien que quiera fecundarme y sea de toda confianza.

Pero Estela, estás loca, le dijo Marta, te tendrás que operar. No, no me operare, ya que pienso engendrarte otro hijo, quiero tener la sensación y saber lo que pasaste durante el embarazo, lo que sufrió mi madre cuando me pario.

Marta, trataba de sacárselo de la cabeza, pero ella insistía,

Si no me consigues un donante me voy al banco de esperma, tal vez en el instituto tengan algún esperma congelado que puedan utilizar para preñarme, hablare con ellos.

Llamo a la sicóloga y le pidió cita. A la misma acudieron las dos, les  expusieron el caso, la sicóloga le dijo que el caso de Estela es muy diferente que el de Marta, ya que no quieres operarte para poder engendrarle más adelante otro hijo a Marta, con respecto a esperma congelado se que tenemos varios tendríamos que hacer un estudio y consultarlo con los médicos. Te avisaremos.

Al cabo de unos meses, le llamaron, acudieron ambas para saber el resultado.

Les informaron que se podría hacer, sería una fecundación invitro, extraeríamos un ovulo tuyo y lo fecundaríamos con uno de los espermas que tenemos, no podrías saber el donante, pero te aseguramos que es sano. Existe un riesgo, que es de que en la fecundación sea múltiple, es normal, sería un embarazo gemelar, como mínimo, aceptas.

Si acepto, quiero parir, tengo ovarios, útero óvulos y no me sirven para nada, quiero darles un motivo para que estén en mi cuerpo.

Bueno cuando estés ovulando vienes para extraértelo, fecundarlo y reimplantarlo, avísanos con antelación para tenerlo preparado

Cuando llego la fecha en que ovulaba, aviso al Instituto, se traslado y se puso en manos del equipo médico. A los tres días salió del instituto, le informaron que si sentía alguna molestia lo comunicase de inmediato, y que si al cabo de un mes no tenía la regla que pasase para hacer una revisión.

Durante 5 días permaneció en completo reposo, en el hospital le había dado unos días de descanso, ya que había explicado su propósito y todo el personal se puso a su disposición si el implante llegaba a buen fin.

El mes había pasado y la regla no le había venido, espero unos días más por si era un retraso, y asi otro mes, fue entonces al instituto para hacerse una revisión, quiso que Marta le acompañase. Cuando entraron estaban muy nerviosas, hablaron con los médicos, les dijeron que habían esperado dos faltas por si se trataba de un retraso.

Se subió a la mesa de exploraciones, se abrió de piernas, el ginecólogo la reviso, luego le dijo que se quitara el sujetador, le palpo los senos, ambas estaban nerviosas. Le dijo el médico.

Estela, tienes una pequeña enfermedad que se curara en unos 8 meses, estas embarazada, en hora buena serás el primer hermafrodita del mundo que engendre un hijo.

Tanto Estela como Marta, se abrazaron y se pusieron a llorar.

El médico le dio una carta para un colega del hospital que llevara todo tu embarazo, le mandamos el historial clínico, el te dará todas las pautas a seguir. Cuando salieron el personal sabiendo de la noticia los felicitaban.

Al dia siguiente en el hospital, en su consulta había un ramo de 50 rosas de todos los colores con una tarjeta que decía. “Estela, la dirección de este Hospital y todo su personal te felicita estamos a tu entera disposición “al leerlo sus ojos se humedecieron saliendo unas lagrimas de emoción.

Fue a ver al colega de ginecología y ponerse a su disposición, la reviso, tomo medidas análisis y demás preparativos para seguir un embarazo de riesgo, le dijo que no se estresase, que en cuanto viese que manchaba la ropa, acudiese de inmediato. Vida sana y tranquila si ves que no puedes atender a tus pacientes llamas a un colega para que lo haga, pero queremos que ese pequeño llegue a este mundo como debe de ser.

El tiempo, transcurría, su vientre se hinchaba, los sujetadores comenzó a usar los de Marta cuando estaba embarazada, las bragas tubo que compra una más grandes para abrigar la barriga y utilizar una faja pues su tripa le pesaba mucho, ya se movía, le hacia reír con sus cosquillas, los pechos los tenía muy sensibles y cuando se aplicaba una crema para evitar las estría rezumaban calostro.

En una de las revisiones periódicas le hicieron una ecografía para averiguar si era uno o mas, tras estar más tiempo de lo normal le dijeron de que solo es uno lo que si no te decimos el sexo hasta que lo tengas en tus brazos.

El tiempo corría, le aconsejaron que los últimos 5 días según el calendario de embarazo, los pasase en el hospital, se le habilitaría una habitación para ella sola, ya que el parto podría ser un poco complicado y para evitar urgencias de última hora. Ella sabía a lo que se exponía y acepto todo lo que le propusieron.

Marta pasaba las noches con ella, por el dia Simón estaba en una guardería y por la noche una chica del hospital se lo cuidaba en casa durmiendo en la misma.

Una de las noches, Estela, se despertó, estaba mojada, se asusto, llamo a Marta y esta a la enfermera de turno, había roto aguas. De inmediato el ginecólogo de guardia la visito, la dilatación todavía no había comenzado, la cambiaron de cama a otra limpia y le pusieron un gotero, le preguntaron si quería la epidural y ella dijo que no, que los niños se quieren más cuanto más dolor te producen al parirlos. Las contracciones comenzaron al principio eran pequeñas, pero con el tiempo eran más largas y con más dolor, llegado el momento la trasladaron al paritorio, ya se quejaba por el dolor pero lo resistía, cuando el ginecólogo se puso delante de ella y le pidió que empezase a empujar dijo “Enfermera tráigame un bisturí para cortar esta polla que no me deja ver el coño” Estela le contesto, “No se le ocurra, que aun tengo que dejar preñada varias veces a mi querida Marta”, todo el personal presente se pusieron a reír, incluso Marta que además le subieron los colores.

Venga Estela, dijo el Dr. empuja, ella agarrándose a Marta empezó a empujar, al mismo tiempo que se quejaba del dolor, otra vez que ya le veo la cabeza, Estela empujaba, muy bien, una vez mas y ya está. En el último esfuerzo el Dr. cogió la cabeza ya lo tengo otro empuja y al momento el niño estaba en brazos del Dr. así como estaba se lo puso en la tripa y ofreció las tijeras para cortar el cordón, Estela dijo, Marta, cariño, haz los honores, dándose un beso Marta corto el cordón de su hijo. Después se lo quitaron y lo llevaron para análisis y lavarlo, mientras le daban unos puntos y expulsaba la placenta. Estela es un machote, los análisis nos dirán como esta. Ya había conseguido y sentido, lo que su madre sintió cuando lo trajo al mundo, sabía lo que sufren las mujeres para traer a este mundo el tesoro mas importantes de sus vidas, lo que hacen por ello y por eso, ahora comprendía el fondo de aquella carta que en su día le dio el juez escrita por su madre biológica que había dejado de comer para que su hija pudiese hacerlo.

Por la mañana, su habitación estaba llena de flores, ya no solo del hospital, sino de madres que se habían enterado de que la Dra. Estela había tenido un hijo, sus compañeras de la residencia, la sicóloga sus padres, sus suegros.

Cuando se lo llevaron a la habitación se lo pusieron al pecho, al igual que Simón, su hermano se agarro al la teta de su madre y no la soltaba, le preguntaron qué nombre le pondrían, dijo que aun no lo tenían decidido pero seria el niño del milagro, por eso le pondremos  Martin.

Ya dada de alta el posparto fue todo lo normal que puede ser en estos casos, Simón tenía un hermano con quien jugar y cuidar, Marta era feliz pues su marida era feliz, Estela era feliz pues tenía una mujer maravillosa y dos hijos, había enfocado su vida para un futuro mejor.

Con el tiempo, Estela dejo preñada tres veces más a Marta, que le dio 2 niñas y un varón, todos sus hijos tenían los cremosas correspondiente, las niñas XX y los varones XY