ANDREA – 15

Los años fueron pasando, las chicas habían terminado sus estudios, Marga, consiguió un trabajo en el Zoológico, Elvira, trabajaba en una clínica particular y Rosa había conseguido plaza en la SS.

Yo, seguía con mis trabajos en casa de Katrina, cada vez eran más las llamadas que recibía, pero no podía atenderlas a todas, solamente iba tres días a la semana y con eso había conseguido la comodidad económica de mi familia y el dinero suficiente para la última operación, una vez al mes Katrina me penetraba, necesitaba que me hiciesen el amor, sentir que tenia la necesidad imperiosa de ser poseída por el único sitio por donde sentía placer.

Yo a las chicas también las satisfacía habían tomado el acuerdo de que una semana le correspondería a cada una con dos penetraciones por semana, me alimentaban bien me habían convertido en el amante perfecto, las satisfacía y no las dejaba embarazadas.

En una de las revisiones médicas, le pregunte al Dr. con respecto a mi operación, me dijo que haría todos los trámites oportunos para conseguir que la SS se hiciese cargo de la misma y que me tendría informada.

Alberto, aquel compañero de estudios, que se había enamorado de mi, seguía rondándome, éramos buenos amigos y decidimos presentar el proyecto de fin de carrera juntos, no obstante yo le había indicado de que hasta que terminase la carrera, no quería saber nada de amoríos, sabia como mujer, que si lo admitía como enamorado llegaría un momento que tendría que revelarle mi secreto y que este correría en boca de toda la escuela, reconozco que me gustaba, pero los compromisos adquiridos con anterioridad me impedían esa relación.

Un día me llamo el Dr. quería informarme sobre los tramites de mi operación, acudí a su consulta muy nerviosa, y tras una charla informal me dijo.

-          Andrea, presente todos los informes para que tu operación fuese con cargo a la SS. Y la contestación ha sido denegada, no se oponen a tu operación, pero será con cargo a tu cuenta. En este país aun no estamos preparados para determinadas burocracias, que nos cortan nuestro despegue científico. Voy a hablar con un colega en el extranjero y le explicare tu caso, cuando tenga noticias te informo.

-          Muchas gracias Dr. no deje de tenerme al corriente.

Cuando llegue a casa, y di la noticia, todas quedaron tristes, no obstante seguía con la esperanza de hacérmela en el extranjero.

Al cabo de tres meses, me llamo el Dr. me informo que su colega, estaba conforme en operarme con un costo muy especial, solo tendría que pagar el desplazamiento y la estancia. Por lo visto este Dr. le debía un gran favor a mi médico y él se lo pidió como devolución de aquel favor. Desde ese momento y por indicaciones del Dr. deje de medicarme con las hormonas hasta después de la operación y bajo indicaciones del Dr.

Al llegar a casa les dije a las chicas.

-          Chicas me voy, tengo que abandonar vuestra compañía con gran dolor por mi parte.

-          Pero como que te vas? Y adónde vas? Con quien? Ya no nos quieres?

-          Tranquilas, estaré fuera aproximadamente 3 meses, voy sola, si que os quiero y me voy a Tailandia a operarme, el Dr. ha conseguido que un colega suyo me opere gratuitamente, solo tengo que pagar el viaje y la estancia, por lo visto es una eminencia a nivel mundial.

-          Tengo que estar allí dentro de una semana, como antes me tienen que hacer unas pruebas y según el resultado la operación podría ser en quince días, después el postoperatorio que prefiero sea allí por si surgiese alguna complicación yo le calculo 3 meses, aprovecharé las vacaciones de verano así no pierdo clases si alguien pregunta por mí, mis padres, por ejemplo, he ido a un curso en el extranjero relacionado con mi carrera y si me llamase Alberto, he ido con mis padres de viaje por Europa.

Ellas sabían que Alberto, me rondaba y que estaba interesado en mi, también sabían de que me gustaba.

Todo quedo aclarado a la semana siguiente un avión me llevaba a Tailandia vía Alemania, al llegar me dirigí directamente a la clínica, pregunte por el Dr..

Tendría unos 50 años, muy amable y siempre estaba sonriendo, me dijo que de momento me alojaría en la clínica y que al día siguiente, me efectuarían los exámenes de rigor. Por la diferencia horaria, le pedí retirarme a mi cuarto, estaba muy cansada y además nerviosa.

Al día siguiente eran las 8 de la mañana, una enfermera, entro en la habitación, venia para hacerme una extracción de sangre para los análisis, y que después de desayunar fuese a ver al Dr. para un reconocimiento médico.

Durante el reconocimiento, yo le conté mi historia, que únicamente sentía placer con la penetración anal, que siempre había deseado ser una mujer incluso de que tenia 4 hijos y que sus madres eran Marga, Rosa y Elvira, por su propia decisión, en fin le relate mi vida. Durante el reconocimiento, me mando tumbarme en una mesa de exploración, comprobó por tacto el tamaño de mis testículos, el tamaño de mi pene y el escroto. Y me dijo:

-          La piel de tu pene, la utilizaremos para construirte una vagina, como si le diéramos la vuelta a un calcetín, con el escroto, haremos los labios mayores y menores y con el glande, te aremos un clítoris muy sensible, tendrás un orificio por donde orinaras, lo que se llama meato urinario y quedaras con una vagina que únicamente un profesional sabrá lo que eres y para que veas te voy a enseñar una fotografías de cómo era antes y como quedo al cabo de 3 y 12 meses de la operación.

Me dio un álbum de fotos, en el se podía ver a varios transexuales, antes de operarse, con su pene y testículos colgando, después una fotos al día siguiente de la operación, toda la zona estaba hinchada y te daban ganas de decir que no me operasen, en otra pagina la misma persona con una vagina completamente nueva, aunque se le notaba algunas inflamaciones y la ultima pagina al cabo de un año con una vagina completamente de mujer. Para llegar a ese fin debería sufrir mucho y tener fuertes dolores no podría tener sexo hasta que transcurriese un año de la operación, con unas revisiones mensuales que me las podían hacer en mi país.

El resultado de los análisis habían salido normales por lo que el Dr. señalo para la semana siguiente la fecha de la intervención, durante esos días previos, aproveche para hacer un poco de turismo y comprar algunos recuerdos para los niñas y las chicas.

El día señalado y a la hora indicada, 5 de la tarde, me llevaron al quirófano, el anestesista, me dijo que fuese contando desde 100 en retroceso mientras me aplicaba la anestesia. No sé a qué hora salí del quirófano, pero seguramente habría estado en el unas 6-7 horas, el efecto de la anestesia me mantuvo dormida toda la noche, al día siguiente y tras la visita de las enfermeras para tomarme la temperatura y la tensión arterial, apareció el Dr. me felicito por mi nuevo estado, reviso  la zona operada y me dijo que todo había salido muy bien, que las enfermeras estarían pendiente de mi en cada momento. Sentía las molestias propias de un postoperatorio, bien fuese de un apéndice o una cesárea, dolorida toda la zona. Durante tres días permanecí acostada, por las mañanas el Dr. venía a verme y comprobar la evolución de la zona, me hacían las curas y a descansar, al cuarto día el Dr. después de la cura, me dijo que podía levantarme y si quería caminar un poco. Prefería estar sentada en una butaca.

Me enseñaron a lavarme la zona, mientras la tenia inflamada, ya con 8 días de operada, me atreví a caminar, sentía que algo me faltaba ahí abajo, claro, mis huevos y mi polla, la sensación de caminar era de ir con las piernas abiertas, pero me dijeron que no, que procurase caminar con las piernas cerradas para hacer presión sobre la zona. Me entregaron unos dilatadores vaginales y me enseñaron a usarlos, era para dilatar la vagina interiormente y evitar que las paredes se pegasen una a la otra, debía hacerlo varias veces al día durante un tiempo.

Un día vino un nuevo Dr. era un endocrino, como había suspendido la ingestión de hormonas, debía retomar la medicación, me hicieron unos nuevos análisis y una nueva medicación, y que cuando regresase a mi país visitase al endocrino para indicarle la nueva medicación que me habían dado.

Había pasado un mes desde la operación, el Dr. me indico que en quince días me daría el alta y que debería seguir todas las pautas  que me habían indicado, ese mismo día, llame a las chicas, se pusieron muy contentas de oírme, me preguntaron como estaba, les dije que mi nuevo coño era muy feo por el momento, pero que ya se lo enseñaría cuando fuese bonito, pregunte por los niños, estaban bien y si alguien me había llamado. Me dijeron que mis padres habían estado allí y que les habían dicho que había ido a un cursillo en Alemania y que no sabían cuando regresaría, que Alberto, también me había llamado y le dijeron que estaba de viaje con mis padres. Les indique que el día que regresase les pondría un mensaje indicándole día y hora de mi llegada para que me fuesen a esperar.

Ese día había llegado, al despedirme del Dr. le pedí permiso para darle un abrazo y le dije:

-          Dr. me ha hecho Ud. la mujer más feliz del mundo, tengo 4 hijos, tres amigas que me quieren con locura, ahora tengo que buscar un hombre que me estrene como mujer y me haga feliz. El día que vaya por mi país, no deje de visitarme tengo muchas cosas que enseñarle que guardo en mi corazón.

-          Andrea, me alegra que tu nueva personalidad te colme de felicidad, de estrenarte como una mujer, no tengas prisa, celébralo cuando cumplas un año como mujer, lo disfrutaras mas, y cuando vaya a tu tierra invítame a comer, me han dicho que la cocina de tu país es estupenda.

-          Eso está hecho Dr. le hare engordar unos cuantos kilos, jajajajaja

Las largas horas de vuelo hicieron que en avión las pasase casi todo el tiempo durmiendo, cuando el avión llego a mi destino y después de pasar el control de aduana, la policía me vio con unas caras de salcornia, ya que en el pasaporte se indicaba sexo V, y viendo de donde venia, los cuchicheos entre los policías daban señal de que sabían de mi sexualidad, pero en poco tiempo, variaría esa letra.

Al salir de la aduana, vi a Marga con los gemelos, y a Rosa con Andrés y Esperanza, Elvira tenia guardia y no había podido venir a esperarme, nos abrazamos reímos y nos fuimos para casa, al llegar, comencé a abrir las maletas, y a sacar los regalos para todas los niños ya hablaban a su manera, y me preguntaban donde había estado, les dije que había ido a un sitio que había elefantes y tigres enseñándoles las fotos que me haba sacado durante mi recorrido turístico.

Al día siguiente, fui a ver al Dr. le conté todo el proceso y le di la información que me habían dado, quiso hacerme una revisión para comprobar que el viaje, tanto tiempo sentada no había afectado en nada a la zona. Cuando me vio dijo:

-          Este George, tiene unas manos de ángel, es maravilloso, te ha dejado una vagina como si fuese la de una chica de 20 años que no conoce varón, le debo una.

-          Ya le dije que cuando venga le voy hacer engordar unos kilos, pues parece ser que le gusta nuestra cocina.

-          Ya lo creo en un congreso que tuvimos decía que lo que más le había gustado eran las comidas de todo tipo.

Con respecto a las medicinas y pautas que me dieron, me dijo que hablase con el endocrino para que las comprobase y reafirmase las dosis si eran necesarias, desde allí mismo le llamo y le pidió hora para el día siguiente. Después me dio un sobre y una dirección, era la de un abogado para que presentase en el juzgado la solicitud de cambio en el DNI y demás documentaciones oficiales, en el sobre estaban todos los informes médicos y sicológicos así como fotocopia de la titulación del Dr. George, que me había operado, compulsada por la embajada en Tailandia. Al día siguiente fui al endocrino, y le informe de las medicinas que me habían dado, comprobó las especificaciones de cada una y me dijo que podía continuar con ellas hasta acabarlas y después las sustituyera por unas nuevas con las pautas correspondientes a su dosis y tiempo entre tomas.

Por las noches, las chicas me acosaban, querían ver cómo me habían dejado, pero yo fiel a lo que les había dicho permanecí en mis trece, hasta que no lo tuviese bonito no lo verían.

Habían pasado 6 meses desde la operación, ya estaba en condiciones de enseñarlo, pero no de usarlo, ese día fui al centro de estética, me lavaron la cabeza, me peinaron maquillaron, uñas, pedicura y les pedí una depilación total con laser, el haber dejado de tomar las hormonas antes, durante y después de la operación, habían producido que me volviese a salir bellos en axilas, piernas, brazos pero lo que no me habían hecho nunca era la zona sexual, toda alrededor de mi nueva vagina.