ANDREA
Quiero contaros una historia de un joven, que tuvo sus dudas para definirse en lo que se refería a su sexualidad.
Se llamaba Andrea, sus orígenes eran italianos, hijo único, familia acomodada, de pequeño era un niño algo tímido y retraído, en el colegio tenía su grupo de amigos con los que conversaba de temas propios de su edad, futbol, deportes, etc. sus aficiones eran la pintura, aparte de sus clases en el Instituto, acudía a una escuela de bellas artes, según los profesores prometía en el dibujo y la pintura, y la fotografía.
Con la edad, los intereses de Andrea, cambiaban, las conversaciones con sus amigos aparte de las del futbol, derivaban a conversaciones sobre las chicas, se fijaban en que determinada chica, tenía los pechos más grandes que otra, que cuando salían en grupo, alguna de ellas se arrimaba mas a algún chico etc.
Las experiencias sexuales del grupo en general, no pasaban de ojear alguna revista porno y preguntarse si las chicas también tendrían esas aficiones, como mucho llegaban a masturbarse tras haber visualizado alguna revista porno.
Los años fueron pasando y Andrea ingreso en la Universidad, quería ser arquitecto. En la ciudad en la que residía, no había facultad de Arquitectura, por lo que se desplazo a la capital con el fin de matricularse en la escuela de arquitectura, una vez conseguido su ingreso en la misma, se dedico a buscar alojamiento, no le importaba que fuese compartido, ya que de esa manera podría conseguir nuevas amistades en una ciudad que desconocía.
Encontró un piso para compartir, quedaba un poco lejos de la facultad, pero las comunicaciones eran buenas, ya que el tiempo que tardaba en trasladarse era aproximadamente de 15 minutos en el metro sin necesidad de hacer ningún trasbordo.
Fue a verlo, era un piso amplio tenía cuatro dormitorios, dos baños, cocina y un amplio salón-comedor. El único inconveniente que tenia era que tres de las habitaciones las ocupaban chicas, también estudiantes, dos de enfermería y una de veterinaria, y tendrían que ponerse de acuerdo si lo admitían, ya que el meter un chico en el piso, les cortaba la libertad a ellas, mujeres, jóvenes, ávidas de hombres y que muchas veces andaban medio desnudas por la casa les suponía ser mas recatadas en su manera de ser, no obstante les venía bien otro compañero-a de piso ya que de esa manera los gastos a repartir serian menores, se dieron un plazo de 15 días, y si en el mismo no aparecía ninguna chica lo admitirían como compañero de piso, quedaron en comunicarle la solución al cabo de los 15 días.
Transcurridos los días señalados, Andrea recibió una llamada indicándole que podía mudarse al piso, ya que en ese tiempo no había aparecido ningún otro candidato-a para compartirlo, como él estaba en su ciudad, les indico que a primeros de mes estaría en la capital para tomar posesión del su plaza en el piso.
Al llegar, las chicas que se llamaban, Margarita, Elvira y Rosa, le dieron una pequeña fiesta de acogida, le dijeron cuales eran las normas a seguir para una buena convivencia y le indicaron que no se extrañase si algún día veía salir de alguno de sus dormitorios a algún chico, que aunque ninguna de las tres tenia novio de vez en cuando se traían a un amigo para que les “calentase” la cama. Que cuando todos coincidiesen en el piso se hacia una comida en conjunto y sino cada uno se haría la suya, que no se asustase de ver colgadas en el baño, a secar, sujetadores o bragas, cada una tenía un día para lavar su ropa que estaba puesto en un papel sobre la lavadora y que el escogiese el día. Los gastos generales del piso tales como, Agua, Luz, Gas, útiles de limpieza etc. se repartían en partes iguales, y que el pago del piso se tenía que hacer en los 5 primeros días de cada mes.
Todo quedo aclarado y en buena harmonía comenzó la vida de Andrea en la capital como estudiante de Arquitectura.
Las tres chicas, no ignoraban a Andrea, ya que su físico se hacía notar, 1,75 pelo negro, ojos verdes, manos finas y bien cuidadas, cuerpo atlético vestía con sencillez pero elegante nunca desentonaba con su vestir, educado y galante.
Durante algunos meses lo dejaron tranquilo para ver cómo reaccionaba el ante las visitas que recibían de vez en cuando, cosa que a Andrea no le importaba el las dejaba vivir sus vidas siempre que la suya fuese respetada. No obstante ya le habían tirado los tejos con la intención de que les calentase la cama no a las tres al mismo tiempo sino a cada una por separado.
En una ocasión, Andrea creyendo que se encontraba solo en la casa, ya que por la mañana había oído cerrar la puerta de la calle en tres ocasiones y a las horas habituales en que ellas salían de casa, se levanto al baño, él solía dormir desnudo, y al entrar en el baño se encontró con Margarita, también desnuda que salía de la ducha, los dos se vieron quedándose pasmados, Andrea, en ese momento tenía una erección matinal, lo que implicaba que su pene aunque no estaba erecto en su totalidad si lo tenía más grueso y crecido que normalmente estaba, Margarita, abrió los ojos que parecía que le salían de sus orbitas y le dijo.
- Andrea, menuda verga tienes entre las piernas, esas son las que a mí me gustan.
Y sin decir nada más se acerco a él le cogió de la mano y se lo llevo a su cuarto, ya dentro lo empujo hacia la cama y se tiro sobre él, besándolo al mismo tiempo que acariciaba su pene el cual parecía que quería crecer más, lo beso y se lo metió en la boca haciéndole una mamada de campeonato, notaba como crecía dentro de su boca, sin sacárselo de su boca, busco en su mesa de noche y saco un preservativo, se lo puso y se sentó sobre el pene de Andrea, cabalgándolo intensamente, los movimientos que hacia sobre el pubis de Andrea, producían en él una agradable sensación y excitación, se levantaba y se dejaba caer llegando a tocar el cuello uterino ya que el pene de Andrea en ese momento superaba los 22 cm. sus pechos generosos se movían al ritmo que ella le marcaba, y sin darse cuenta soltó un grito de placer al llegar a un orgasmo pleno con eyaculación femenina cayendo sobre el tórax de Andrea y besándolo dándole las gracias por el polvo que le había echado, aunque relativamente era Margarita la que se había follado a Andrea el cual había eyaculado simultáneamente, llenando el preservativo con una muy buena cantidad de esperma .
Una vez recuperada de la sesión sexual, ella le pregunto:
- Andrea, muy guardado tenias ese secreto que tienes entre las piernas, para quien lo guardas, tienes alguna chica que se lo beneficia?
- No, Margarita, si te soy sincero eres la primera chica que me ve desnudo, me has desvirgado, nunca había tenido relaciones a tal grado.
- Y que te pareció el estreno, te gusto?
- Sinceramente, no me produjo un gran placer, no estuvo nada mal, será por falta de experiencia.
- Eso tiene fácil arreglo, podemos probar más días, ya se lo diré a las chicas para que prueben también tu tranca, seguro que entre las tres despertaremos tus deseos carnales.
Transcurrida la conversación, Andrea, se quedo tumbado sobre la cama, viendo como Margarita se vestía, comprobó que tenía el pubis rasurado y le pregunto:
- Porque te afeitas el pubis, es normal entre las chicas?
- Pero Andrea, que inocente eres, tu nunca has visto a una mujer desnuda, nos afeitamos por comodidad, si tenemos el coño peludo, cada vez que orinamos siempre nos queda alguna gota entre los pelos, por eso siempre tenemos que llevar algo de papel higiénico para secarnos, de esta manera las gotas son mínimas, además cuando tenemos la regla siempre queda también alguna gota de menstruación entre los pelos y con las horas llega a oler mal, y por último a los chicos cuando nos comen el coño no quieren que los pelos les llene la boca. Tu deberías afeitarte ya que cuando te hice la mamada algún pelo me trague, si quieres otro día te afeito yo.
- Ya lo pensare, otra pregunta, y perdona mi ignorancia en lo que respecta a las mujeres.
- Dime.
- No os encontráis incomodas con el tamaño de las tetas, sobre todo para dormir y vestiros, vais atadas con los sujetadores debe de ser incomodísimo?
- Andrea, desde luego eres ignorante en lo que respecta a las chicas. Con respecto al tamaño de los pechos nos vamos acostumbrando con el tiempo, según crecemos las tetas también crecen tienen que cumplir una función en el futuro, a unas les crece más que a otras, lo que sí que nos molesta es cuando tenemos la regla, ya que las notamos más duras y sensibles, en lo que respecta a la incomodidad, según, debemos llevarlas bien sujetas, evitando los golpes y movimientos muy bruscos, hoy día hay sujetadores específicos para deportistas, que sujetan mas los pechos, te traeré una información de la escuela con respecto a nuestra anatomía para que te pongas al día.
Terminada la conversación, Margarita, se apuro a arreglarse, ya que tenía que marchar a clase, se acerco a Andrea y dándole un beso en la boca le dijo:
- Gracias chico por el polvo, lo necesitaba, en otro momento seguimos con la clase de nuestra anatomía.