ATENCIÓN: Esta historia contiene sexo con niños y familiares, si este tipo de material lo ofende le rogamos no leerlo. Esta historia es pura fantasía, no sucedió en la realidad, así que no intente hacerlo, ya que se puede hacer a acreedor a varios años de prisión.
La niña de catorce
Por Cazzique
Toda la noche me la pase pensando en esa carita de niña, su cuerpo desnudo junto al mío me proporcionaba la satisfacción que durante muchos años no había podido tener con nadie, su vagina húmeda y palpitante me apretaba la verga que ya empezaba de nuevo a recuperar su rigidez.
Sus pequeños senos se mostraban impúdicos y mis labios los buscaban una vez más para darles una mamada digna de la mejor de las putas. Sus nalgas eran apretadas por mis manos que se recreaban en esas formas juveniles y hermosas de piel tersa y suave.
Mis labios tomaron su pequeño pezón y la succión empezó enseguida, su sexo se contrajo cuando sintió esta nueva reacción de mi pene, sus nalgas comenzaron a rotar para proporcionarme la más caliente de las sensaciones que se puedan experimentar.
Empecé a mover mis caderas dentro de su pequeña gruta sexual, las paredes de su vagina apretaban mi verga como nunca antes había sentido, sus manos se posaron en mi cara y dirigieron mis labios a los suyos y un beso excitantemente y caliente comenzó. Mi lengua buscaba la suya y nuestras salivas se mezclaban, era toda una puta a pesar de su corta edad.
Mis movimientos se hicieron más profundos tratando de llegar lo más adentro posible de esa panocha babeante que me quería sacar la leche de una sola embestida, yo trataba de soportar lo más posible para disfrutar de esa exquisita sensación que me proporcionaba la cálida rajada calva de esta niña que acababa de conocer hace unos cuantos días en una esquina y que ahora ya tragaba verga como toda una experta.
La levante por la espalda y yo me acosté, prendí la luz de la lámpara ella se destapo por completo dejándome ver su tierno cuerpo desnudo, sus pequeñas tetas apenas en crecimiento eran hermosas, de piel morena con unos pezones bastante grandes y erguidos de un color mas oscuro. Su cabello oscuro y largo caía hasta la mitad de su espalda, sus bellas piernas color canela y de piel suave como las seda se fueron acomodando a los costados de las mías. Se encuclilló y me miró tiernamente con una bella sonrisa en su cara. Tomo mi verga con sus manos y entonces la dirigió a la entrada de su pequeña vagina húmeda, colocando la cabeza de mi pito dentro de su crica, despacio se fue sentando hasta que entro por completo mi miembro en su caliente cavidad.
Lentamente comenzó a moverse en mi verga de arriba abajo y sus jugos empezaron a lubricar nuestras carnes que se rozaban impúdicamente, el tamaño de mi verga era monumental comparado con su pequeña rajadita, pero aun así ya se lo comía por completo y por lo que se veía le encantaba coger a todas horas, era un nuevo juego que había descubierto gracias a mi y no lo iba a dejar ya jamás.
Sus gemidos comenzaron a hacer evidente que ya se estaba viniendo y las contracciones en su vagina de niña aumentaron la presión sobre mi verga, tuve que detenerla para que no se siguiera moviendo de esa manera ya que si no iba a lograr que me viniera demasiado pronto, ella lo comprendió y después de unos instantes de reposo continuo moviéndose de esa manera tan enloquecedora, sus gemidos agudos se escuchaban por toda la casa y mis palabras la calentaban todavía más, provocando que sus movimientos se hicieran mas eróticos cada vez.
Catorce años tiene esta niña y ya es toda una puta consumada, ella me platico después de que la encontré en la calle vagando que sus padres la golpeaban mucho y que por eso se había escapado de su casa. Esto lo recordé ahora que veía su cara de satisfacción y de que no se notaba su sufrimiento pasado.
Ella todavía no reglaba así que podríamos coger sin ningún riesgo hasta que tuviera su primera regla. Sus movimientos se hicieron más profundos, tratando de tragarse toda mi verga hasta los huevos. Yo veía como se iba incrustando mi verga en su vagina, desapareciendo en esa pequeña cavidad que tenis sus labios hinchados y brillantes por los jugos que de los dos escapaban.
Ya no pude aguantar más, moviéndome ahora yo para encontrarme con sus movimientos incruste mi verga lo mas adentro que pude de su apretada panocha y una fuerte explosión de mocos golpeo sus paredes internas haciendo que brincara un poco al mismo tiempo que sus gemidos se hicieron más profundos y después un grito de satisfacción escapo de su cuerpo que instantes después se derrumbaba sobre el mío, nos besamos nuevamente y después nos acurrucamos para quedarnos dormidos de nueva cuenta.
FIN