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Ayer y hoy en la vida de un bisexual

en Amor filial

Ayer y hoy en la vida de un bisexual

Bueno debo de empezar por decirles que me encantan los temas de incesto y todo esto porque yo mismo lo he vivido, de echo ahora mismo mantengo una relación con todos los miembros de mi familia, comenzó hace ya algunos años y a durado hasta el día de hoy, pues bien pasó a comentarles.

Todo comenzó desde mi infancia yo fui el menor de tres hijos, Margarita de ahora 20 años, Galilea de 18 y yo (Pedro) de 17 años recién cumplidos. Por aquel entonces yo debí de haber tenido como unos 10 u 11 años y era un chico delgado de piel muy blanca, ojos verdes y cabello rubio y largo hasta abajo del hombro, nada fuera de lo común a no ser por que cuando me quedaba a solas con mis hermanas a veces ellas me ponían sus vestidos y me maquillaban, desde entonces ya me gustaba cuando lo hacían, sentir esas medias que aprietan tus piernas y esa falda que deja a la imaginación lo que se puede ocultar detrás de ella, el maquillaje que te convierte en alguien diferente y te da un toque de misterio si así lo deseas, bueno he de comentarles que ellas hacían un buen trabajo conmigo ya que en realidad quedaba convertido en toda una niña y en algunas ocasiones salíamos a una tienda que estaba a unas cuadras de la casa a comprar unos dulces y el dueño de la tienda que era un señor como de unos treinta años bastante guapo por cierto no se daba cuenta de que yo en realidad era niño, a veces nos hacia pasar a mis hermanas y a mi detrás del mostrador para darnos algunos "dulces" que no tenía en el mostrador y yo veía como a ellas les metía la mano debajo de las faltas y les agarraba las nalgas, a mi solamente de vez en cuando me tocaba pero se animaba más con Galilea a la que siempre que íbamos manoseaba a su gusto y ella con tal de que le regalara los dulces se dejaba hacer todo.

Mientras que íbamos creciendo los gustos de Juan (así se llamaba el tendero) fueron pasando de galilea hacia mi, me metía la mano y me agarraba las nalgas, pero en una ocasión cuando me estaba metiendo la mano y acariciándome las nalguitas, mi pene se empezó a poner duro y cuando levanto la falda para verme las piernas notó el bulto que se me había formado en la parte de enfrente, entonces su mano se poso sobre mi garrote duro y lo apretó delicadamente, se levantó y se dirigió con mi hermana Margarita, le dijo algo y luego sin decir nada más ellas me tomaron de la mano y salimos de la tienda, yo creí que Juan se había enojado por lo sucedido, cuando llegamos a casa ellas no me dijeron nada y el día transcurrió como de costumbre.

Como a los tres días y cuando se fueron mis padres ellas comenzaron de nuevo a disfrazarme de niña y a maquillarme un poco, esta vez escogieron unas bragas un poco más sexys que las que antes me ponían, una mini falda de color negro, unos calentadores también negros que llegaban a la mitad de mis muslos blusa de color verde fluorescente y zapatillas negras, salimos de nuevo hacia la tienda, pero cuando llegamos está estaba cerrada, Margarita entonces saco una moneda y toco en la cortina, esperamos por unos segundos y entonces salió Juan a recibirnos por la puertecilla de la cortina métalica.

Juan nos dejó pasar al interior del establecimiento y después me admiro de pies a cabeza, me felicitó por lo bien que me veía al igual que a mis hermanas por el buen trabajo que me habían hecho, les dio algunos dulces y entonces ellas le dijeron que regresarían más tarde por mí, yo hasta ese instante no comprendía de que se trataba el asunto, Margarita y Galilea salieron de la tienda dejándome con Juan que se porto muy amable conmigo y me hizo acompañarlo hasta un cuarto en la parte trasera de la tienda en el cual había una pequeña habitación acondicionada como bodega, estaba muy limpia para tratarse de una bodega , nos sentamos en unas sellas y entonces comenzamos a platicar de lo linda que me veía y él me pregunto si tenia algún nombre como niña. Nunca a mis hermanas y a mi se nos ocurrió ponerme un nombre y pues le dije que no tenía uno, entonces él me propusó que buscáramos alguno que me gustara y así cuando estuviera vestido de niña me llamaran por ese nombre, Empezamos a pensar en algunos diciéndolos en voz alta, hasta que hubo uno que él me dijo que me encanto y que desde ese día uso cuando estoy vestido de mujer, Talía fue el nombre que me gusto más de todos.

Ya puesto el nombre con el cual me empezó a llamar entonces se acerco más a mi y me empezó a decir lo mucho que yo le gustaba y que si aceptaba que fuera mi novio, yo estaba muy nervioso y ya con una tremenda erección bajo las bragas y la minifalda, no me esperaba esto. Me le quede mirando a los ojos y entonces le dije que si, que me gustaría, acerco sus labios a los míos y entonces recibí mi primer beso en la boca, su lengua busco la mía que al principio no sabia como responder a la de él pero pronto aprendió, enrede mi lengua a la de mi nuevo novio y nuestros labios se chuparon y sorbieron sin limites, las manos de él reptaban por todo mi cuerpo, se separo de mi y se puso de pie, se bajo los pantalones y la truza, por vez primera pude apreciar un lindo y grandioso pene erecto que no fuera el mío, me dijo que me iba a enseñar como hacerle cosas lindas y que a mí me iban a encantar, me dijo que abriera los labios y empezara a chupar su pene como si de una paleta se tratase, que tratara de tragar lo más que pudiera y que lo succionara para después bajar y chupar sus bolas. Lentamente coloque mi mano en esa tibia barra de carne y la fui guiando a la entrada de mi boca, empecé a chupar la cabecita y ya que le tome un poco de sabor entonces me lo fui introduciendo en la boca hasta que pronto desapareció por completo dentro de mi, luego lo fui sacando y así adquirí un ritmo más o menos parejo, la verga entraba y salía de mi boca mientras que mi nuevo amante se retorcía de placer pidiéndome que no parara, que lo hacia muy bien.

Después de unos minutos de estar mamando esa rica verga el me empezó a desnudar y besaba cada parte de mi cuerpo, cuando yo quede completamente desnuda se poso su boca sobre mi pene y me dio el mismo tratamiento que minutos antes yo le había dado, él era ya un experto y gracias a mi inexperiencia en unos pocos minutos de estármela mamando mis primeros mocos explotaron en su boca, Juan se los trago todos dejándome el pito reluciente por su saliva, luego me dijo que venía la parte más importante y que sería mi primer hombre. Me hizo colocarme de a perrito y con uno de sus dedos me empezó a penetrar despacio y con mucha paciencia, al principio me dolía un poco pero Juan lo hacia con sumo cuidado y pronto ya eran dos de sus dedos los que me penetraban, las nuevas sensaciones se iban convirtiendo en un indescriptible placer que invadía mi cuerpo por completo.

Mientras que el con sus dedos me penetraba yo con una de mis manos lo estaba masturbando, su verga era realmente hermosa, me encantaba sentirla en mis manos, cálida y vibrante. Juan se puso de pie detrás de mi y se ensalivo muy bien la verga, puso el glande en mi ano e hizo un poco de presión, lentamente la cabeza se fue introduciendo en mi parte trasera y yo podía sentir como los músculos de mi esfínter se iban abriendo poco a poco en lo que esa barra se metía, la cabeza entro por entero, el dolor era muy fuerte pero la sensación que experimentaba era superior y no me queje, me aguante hasta que la barra ya se había introducido hasta la mitad, entonces le dije a Juan que se detuviera por unos segundos, él me espero hasta que le indique que continuara y poco a poco la parte restante de su verga se perdió en el interior de mi culo, lo habíamos logrado, él me estaba partiendo el culo. Lentamente fue sacando su macana hasta la cabeza y de nuevo adentro para iniciar así el vaivén, sus manos me acariciaban las nalgas y se sujetaba de mis caderas, yo por mi parte suspiraba y jadeaba por las gratas sensaciones que ya experimentaba, el dolor se había perdido y ahora estaba gozando de esa barra de carne que me acariciaba por dentro. Empecé a notar que apretando mi esfínter mi amante gozaba mucho más ya que sus gemidos aumentaban cuando lo hacía así es que empecé a apretarle el garrote con los músculos de mi culo, pronto lo lleve al paraíso y sentí como mi interior se inundaba de sus mocos, fue algo que no puedo explicar, sus jugos me inundaron y empezaron a escurrir de mi ano por mis piernas, era algo riquísimo, no lo puedo narrar.

Él me agradeció lo mucho que lo había echo gozar y me pidió que de ahora en adelante yo debería de ir mas seguido a visitarlo, nos besamos de nueva cuenta, me ayudo a vestirme y estuvimos besándonos y acariciándonos hasta que mis hermanas fueron por mi.

Ese día por la tarde mis hermanas se la pasaron preguntándome que era lo que Juan me había echo, yo con lujo de detalles les comente todo lo que había ocurrido en la trastienda y ambas se calentaron tanto que se acariciaban delante de mi, Galilea comenzó a acariciar a Margarita iniciando por los pechos mientras que yo les contaba, sus pequeñas manos se posaban en los pequeños senos de Margarita, no fue mucho tiempo en que la blusa de ella salió por su cabeza y por vez primera pude ver cuan hermosas eran sus tetas, firmes, de piel suave y tersa, con unos pezones puntiagudos de color rosado que al contacto de la mano de su propia hermana se erectaron, los de dos de Galilea se paseaban por las suaves carnes ahora desnudas de Margarita quien con su propia mano se acariciaba su vagina por debajo de su falda. Yo seguía con mi relato y seguía observando como mis hermanas se estaban dando un descomunal beso, sus lenguas salieron para encontrarse la una con la otras y se fundieron las dos niñas en un éxtasis incestuoso. Galilea se apresuro a despojarse de su ropa quedando completamente desnuda mientras que ahora Margarita era la que besaba el cuerpo de Galilea que respondió posando sus manos en la cabeza que recorría todos sus rincones.

Galilea se encontraba parada mientras que Margarita sentada sobre la cama besaba sus hermosos senos, dándole especial atención a sus pezones erectos, las manos de ella acariciaba febrilmente las nalgas, abriéndolas y metiendo un dedo dentro del ano de Galilea, yo no pude contenerme más y en ese mismo instante me desnude por completo y con mi pene completamente duro me coloque detrás de mi hermana, Margarita vio que estaba detrás de Galilea, tomo mi pene y me comenzó a masturbar con una mano mientras con la otra seguía metiéndole un dedo en el ano a Galilea, luego de unos minutos de esta posición Margarita me jalo del pito y lo comenzó a dirigir al ano de mi otra hermana, lo apunto bien y se puso de pie para besarla, sus manos separaron los cachetes de las nalgas de Galilea para permitir que mi penetración fuera completa, empecé a empujar despacio y mi miembro se fue perdiendo dentro de ese caliente culo que me recibía sin chistar, la sensación que ahora experimentaba era del todo diferente a la que horas antes había vivido, su culo apretaba mi pene de una forma tan deliciosa que empecé a sentir que se derretiría dentro de ella, cuando por fin llegue hasta el fondo ella misma se empezó a mover entre Margarita y yo, sus labios no se separaban y ahora las manos de mi hermana mayor estaban acariciando la vagina de Galilea quien solo suspiraba y gemía por el placer que estaba sientiendo. Yo empecé a sentir como algo se empezaba a formar dentro de mi y en pocos instantes y con gran fuerza empecé a inundar el ano de mi hermana con gran cantidad de mocos que golpearon las paredes internas de su ano. Ella gimió fuerte mente al mismo tiempo que yo me venía, nuestras venidas habían sido simultaneas, mi esperma le comenzaba a escurrir por las piernas y yo me seguí moviendo en su interior hasta que el palo perdió su erección. Margarita entonces recostó a Galilea y se montó sobre ella formando un sesenta y nueve, las dos se lamieron las puchas como si se tratara de agua en el desierto, Margarita incrustaba su lengua profundamente dentro de la concha de Galilea y esta a su vez hacia lo propio con la panocha de Margarita, los chasquidos de las chúpadas se escuchaban por toda la habitación y la visión de ellas haciendo el amor me volvió a encender el libido. Mi verga se puso nuevamente dura y entonces viendo que el culo de Margarita estaba al descubierto me coloque detrás de ella y se lo apunte a la entrada de su ano, Galilea lo tomo con su mano y lo dirigió entonces no al ano sino a la vagina de Margarita, puse la cabeza en su entrada y empuje un poco, está se perdió y ella empujo sus caderas hacia atrás para que la penetración fuera completa, me invadió el calor de su panocha y sentí como sus músculos me apretaban el garrote, me empecé a menear dentro de la vagina de mi hermana, sus caderas se movían en forma circular para que la sensación fuera completa, ambos estábamos gozando al máximo ese movimiento, Galilea entre tanto me chupaba las bolas y también le daba el mismo tratamiento al clítoris de Margarita, fueron largos minutos que pasamos disfrutando de esto hasta que los tres nos empezamos a correr, primero fue Galilea en la boca de Margarita y después y al mismo tiempo Margarita y yo, le inunde su concha con mis mocos mientras que por sus piernas ya estaban escurriendo los líquidos de su venida, los tres nos quedamos completamente agotados, acostados uno al lado del otro, yo estaba en medio de las dos y en instantes nos quedamos dormidos.

Una tarde que Margarita y yo fuimos a visitar a Juan y que a ambos nos diera tremenda cogida, regresamos a casa muy contentos, cuando entramos no quisimos hacer ruido porque sabíamos que Galilea posiblemente estaría dormida, abrimos la puerta de su habitación lentamente y cual fue nuestra sorpresa de que ella y papá estaban acostados haciendo el amor, los dos nos quedamos viéndolos sin saber que hacer o decir, nos vieron y yo aun estaba vestido de mujer, mi papá se me quedo mirando y sin decir nada continuó cogiendo con Galilea, Margarita y yo nos retiramos para que ellos terminaran de hacer el amor y yo me fui a desvertir, mi papá nunca me había visto así y ahora esperaba que el me fuera a dar una regañiza de aquellas.

Cuando terminaron de coger Galilea y mi papá, él salió de la habitación y le preguntó a Margarita que en donde me encontraba, que quería platicar con los tres. Comenzamos a platicar de las cosas del sexo, de porque él se cogía a Galilea, de que lo quería hacer con Margarita y que viéndome vestido de mujer se le había antojado probar conmigo, nos propuso que el domingo hiciéramos una pequeña orgía familiar en donde invitaríamos también a mamá.

Todos nos la pasamos esperando el domingo con gran entusiasmo, yo continue visitando a mi novio Juan que me seguía cogiendo como siempre, cada vez que lo visitaba me tenia algún regalo nuevo, ya sean vestidos o ropa de hombre, pero siempre me daba algo, a veces me daba dinero para gastar con mis hermanas en lo que yo quisiera.

El domingo por la mañana yo me fui a meter a la recamara de margarita para que ella me ayudara a vestirme y maquillarme, quede muy linda ese día, vestía una minifalda muy cortita especialmente escogida para que papá me viera muy bien, traía puestas unas medias negras con liguero, tacones y una blusa que me quedaba divina, papá entonces nos grito para que fuéramos a su habitación, él y mamá estaban acostados en la cama, pero ya se habían bañado antes, cuando los tres entramos en la habitación mamá se me quedo viendo y me pidió que me acercara a ella, así lo hice y entonces ella me admiro de pies a cabeza, me pregunto que si solo me gustaba hacerlo con hombres y yo le respondí que no que también con mujeres, ella me dio un beso en los labios y jalo a mi papá para que se acercara a mi y me besara de igual forma. Mis hermanas solo estaban paradas en el marco de la puerta observando. Mi madre se puso de pie y se dirigió hacia donde ellas estaban, cuando llego a ellas beso a cada una en la boca, entretanto papá seguía besándome a mi y ahora paseaba sus manos por sobre mis nalgas y mis piernas, mi verga estaba que explotaba desde que mi hermana me había vestido, sentía la presión que sobre ella ejercían las bragas que traía puestas. El calor en la habitación de mis padres comenzaba a incrementarse mis hermanas a hora estaban agasajando con mi madre, ya le habían quitado el camisón y mientras que Galilea mamaba las tetas de mamá, Margarita se entretenía en sus nalgas. Lamiéndolas y pasando su lengua por el ano, sus manos estaban en las nalgas de Galilea. Mi padre me empezaba a desnudar a mi y yo ya tenía una de mis manos sobre su verga y lo masturbaba frenéticamente. Las tres mujeres se dejaron caer sobre la cama, todas abrazadas y jugando con sus vaginas, sus labios buscaban otros labios y senos para mamar, se veían deliciosamente eróticas. Papá sacó mi verga y se la llevo a la boca para empezar a darme una deliciosa mamada como nunca me habían dado, su lengua acariciaba y recorría todo mi miembro dándole especial atención a mi glande, nos acomodamos e hicimos un rico sesenta y nueve, por primera vez veía la macana de mi padre tan cerca, sin pensarlo más me introduje esa rica barra en mi boca y comencé a darle una deliciosa mamada, uno de sus dedos se empezó a meter en mi ano, era delicioso sentirlo, yo hice lo propio en el ano de mi padre, luego de mamarnos mutuamente los garrotes por varios minutos, el se puso en cuatro patas sobre la cama y dándome un poco de vaselina me pidió que lo penetrara, unte la vaselina en su ano y el resto en mi pito, apunte la cabeza de mi miembro y empecé a cógerme a papá, se la metí hasta que mis bolas chocaron con las suyas e inicie el bombeo dentro de él, las mujeres nos observaron por unos instantes y después continuaron chupándose y mamandose las cucas, sus dedos se introducían también muy profundamente dentro de sus panochas y los gemidos de placer no tardaron en aparecer por toda la habitación. Los movimientos dentro del ano de mi papá continuaban, los músculos de su esfínter me apretaban fuertemente el miembro obligándome a llegar al orgasmo, los mocos empezaron a ser lanzados dentros de las entrañas de mi padre con una fuerza increíble, él gimió de placer cuando sintió mis cálidos jugos llenar sus intestinos y yo me seguí moviendo hasta que mi garrote quedo completamente flacido.

Después yo fui el que me coloque ahora en la orilla de la cama en cuatro patas, papá se colocó detrás de mi y empezó a lubricar con la vaselina mis trasero, puso la cabeza de su verga en mi ano y empezó a empujar su instrumento dentro de mi, poco a poco me fue invadiendo hasta que pude sentir como la penetración fue completa, empecé a apretar mi esfínter para que papá gozara al máximo, en pocos segundos su verga inició el vaivén dentro de mi, sus manos guiaban mi culo mientras entraba y salía. Mi mamá entonces puso su vagina delante de mi e inmediatamente se la comencé a mamar, su aroma era muy delicado, sus rosados labios vaginales me atrajeron como si de un imán se tratara, mi lengua invadio su interior y pude apreciar el exquisito sabor de sus jugos vaginales, en la parte alta de su vagina sobresalía su clítoris al cual tome con los labios y lo mordí delicadamente con ellos, luego mi lengua se encargo de hacer vibrar a mamá.

Ella a su vez le mamaba la concha a Margarita y margarita a Galilea, todas disfrutaban lo más que podían, minutos más adelante pude sentir como mi padre me inundaba con su cálido esperma, su eyaculación fue demasiado abundante y pude sentir como empezaba a escurrir de mi ano a mis piernas. Mamá y mis hermanas también se vinieron en esos instantes y todos quedamos muy complacidos acostados en la cama, pero mi verga todavía estaba dura, mamá lo noto y me pidió que me montara en ella, coloqué la punta de mi cabeza en la entrada de su vagina y empuje despacio para sentir la tibieza de la gruta que me recibiera al nacer. Cuando mis bolas toparon contra sus nalgas empecé a sacar y meter a un ritmo medio mi verga de la rica panocha de mi mami, era la gloria sentir como sus paredes húmedas me recibían con agradables contracciones sobre mi pene. Me estuve follándo a mi madre por largos minutos hasta que empecé a sentir como se formaban dentro de mis bolas mis mocos y se dirigían a la punta de mi garrote, explote en un gran orgasmo que lleno el interior de la vagina de mi madre, ella al sentir como la inundaba también exploto en un gran orgasmo, los dos nos besábamos como locos en ese instante, nos acariciábamos y nos revolvíamos en la cama sin importarnos que mis hermanas y mi padre nos observaran.

Fue fantástico tener relaciones sexuales con toda mi familia, desde ese día siempre hemos mantenido nuestra vida sexual dentro de la familia, claro que de vez en cuando yo o mis hermanas hemos tenidos algunas novias o novios, a Juan lo seguí viendo hasta que él se tuvo que mudar de ciudad y desde esa fecha solo mi padre se me monta, bueno de vez en cuando me echo una canita al aire. Todos en la familia lo hacemos con todos y nos encanta, no hay celos ni envidias y vivimos muy felices todos.

 

FIN

Mas de Cazzique

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Kimy

Kimberly

Maite

Verónica

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