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Encuentros familiares (04)

en Amor filial

Encuentros familiares IV

Habían pasado solo tres días después del encuentro que habíamos tenido mi esposa y yo con nuestra hija Viridiana y era una tarde demasiado fría, llegamos mi esposa y yo a la casa y cuando entramos solo estaba nuestra hija pequeña viendo la televisión, cuando le preguntamos por su hermana nos dijo que había salido a casa de su prima ya que tenía que hacer una tarea con ella, claro que yo sabía que Teresa no estaba en su casa ya que había salido con su madre al centro comercial, así que tenía que estar con mi hermano.

Marta y Yo nos metimos a bañar para relajarnos un poco y luego fuimos a nuestra habitación para acostarnos a ver la tele con nuestra hija, ya acostados ella quedo en medio de la cama, debo decirles que por supuesto todos nos acostamos completamente desnudos y en pocos segundos mi traviesa mano empezó a acariciarle los senos, me voltee hacia ella y la bese en los labios, su lengua salió al instante para encontrarse con la mía y después de nuestro beso fue mi esposa la que la beso, ellas permanecieron besándose por largo rato mientras yo masajeaba los senos de mi pequeña y jugaba con sus erectos pezones, con una mano, con la otra acariciaba las bellas nalgas de mi esposa. Mi pene se empezó a poner completamente duro y la respiración de todos se volvió más agitada mientras que nuestros corazones latían a un mismo ritmo.

Mi esposa abandono la boca de mi hija para depositar sus labios sobre los pechos de su pequeña y yo me levante para comenzar a besar las piernas de Marta e ir subiendo hasta llegar a su hermosas y carnositas nalgas a las cuales mime especialmente, primero besando los dos cachetes para luego pasar mi lengua sobre su ano e introducirle la puntita un poco, mordisqueando de vez en cuando con suma delicadeza, a veces alzaba la vista para ver la hermosa escena que estaban dando ellas dos con la boca de mi esposa pegada a los pequeños senos de Viridiana quien se retorcía de placer y para que este placer fuera mucho mejor ya dos de los dedos de mi esposa estaban dándole masaje a su clítoris en forma circular, de la panochita de mi hija empezaron a escapar jugos que me indicaron que había llegado a su primer orgasmo. Por mi parte empecé a meter uno de mis dedos en el anoa de Marta quién al sentir la invasión abrió un poquito más sus piernas permitiendo que mi dedo penetrara libremente hasta el fondo de su culo, despacio lo comencé a mover de adentro hacia fuera y de vez en vez lo giraba para producir en ella gratas sensaciones que me demostraba separando su boca del pezón de Viridiana y dando ruidosos gemidos de placer.

Con la mano que tenia libre me estaba dando una buena sobada sobre mi pito, Marta fue bajando por el estomago de Viridiana hasta que llego al ombligo produciendo un poco de risa en nuestra pequeña hija y luego bajo un poco más hasta que se topó con el clítoris ya erecto que al instante de sentir la lengua de Marta sobre el dejo escapar de la boca de nuestra hija un gran gemido de satisfacción, en ese instante yo ya había introducido dos dedos dentro del ano de mi bella mujer y estos entraban y salían a gran velocidad, acomode a marta para que quedara justamente debajo de mi hija con su cara pegada a su vagina y con las nalgas completamente paradas y así poder cogermela por el culo. Me levante de la cama y fui al buró en donde tengo un bote de vaselina la cual unte por todo mi pene y luego por su el rededor e interior de su ano, puse la cabeza de mi pene en la entrada y di un pequeño empujón que dejo adentro el glande y empecé a sentir ese grato calor que produce la penetración anal mientras más y más introducía mi verga dentro del culo de mi esposa más y más me iba apretando con su esfínter produciéndome un agradable estado de placer que me estaba acercando a un orgasmo cada vez que entraba y salía por lo que me tuve que detener por unos segundos para no venirme, luego de descansar por algunos minutos dentro de su ano continué con el bombeo en sus ricas nalgas, mientras mis manos estaban entretenidas con sus grades senos que se bamboleaban al ritmo de mis empujones. Mientras me cogía a Marta tenia a la vista el cuerpo de mi hija que se estremecía mientras que su mamá le lengüeteaba la vagina, ella se acariciaba los senos y se pellizcaba con delicadeza los pezones, de su boca no dejaban de escapar gemidos que nos indicaban como ella estaba gozando.

Pronto mi hija Viridiana llegó nuevamente a otro orgasmo y sus manos se posaron en la cabeza de su madre para que no se fuera a separar de su rica rajadita, en unos pocos segundos yo separe mi verga del culo de mi mujer y los tres descansamos por unos leves instantes para después continuar, pero ahora las posiciones se invirtieron y mi esposa se acostó de espaldas mientras que Viridiana se montaba sobre ella para continuar besándose, rápidamente sus labios y lenguas se unieron, pude ver como los pequeños senos de mi hija se restregaban con los bellos y grandes de mi mujer. Yo salí en ese momento para asearme la verga y después regrese, ya mi hija se encontraba mamándole los senos a su madre, Marta la iba guiando en la forma en como lo debería de hacer y ella como buena aprendiz lo hacia muy bien, su lengua jugaba con los pezones que al instante del contacto con la húmeda y juguetona lengua de mi hija se erectaban, la boca de Viridiana chupaba y succionaba de aquellos pezones que alguna vez la hubieran alimentado de más pequeña.

Yo por mi parte ya estaba listo y mientras observaba el espectáculo que me brindaban mis dos bellas damas me masturbaba febrilmente meneando el cuero de mi verga de arriba hacia abajo en forma pausada; pronto mi hija fue bajando por el estomago de su madre hasta que llego al inicio de su monte de Venus, aspiro por unos instantes para saborear ese rico aroma que escapaba de la vagina de su madre, su nariz y sus labios se pasearon por la mata de bellos que cubrían esa cachonda parte de mi mujer. Luego Marta la fue guiando con sus manos para que se colocara en la parte correcta, mi pequeña llego a la parte superior de los labios de su madre y despacio saco su lengua para empezar a recorrer solo por encima los labios delgados de su madre, desde arriba hasta la parte baja fue recorriendo con su pequeña lengüecita, luego inicio el camino de regreso y se detuvo cuando llego al clítoris que ya sobresalía en la parte alta de la vagina, con sus dedos lo descubrió y su lengua salió al ataque de ese sensible órgano, mi mujer solto un gran gemido de placer al sentir como su pequeña hija le comenzaba a chupar el botoncito, la lengua y los labios de Viridiana empezaron un gran trabajo sobre la vagina de mi mujer que en pocos instantes ya se estaba vieniendo, los labios de mi hija se enredaban con los labios vaginales de su madre y su lengua salía presurosa para recoger los jugos que manaban del interior de esa rajadita, me coloque detrás de mi hija y entonces acomode sus nalguitas para que quedaran paraditas igual que su madre había estado, luego puse la cabeza de mi verga en la entrada de su vagina y fui empujando despacio para ir penetrándola, con un poco de facilidad gracias a lo lubricada que estaba mi hija se fue perdiendo mi verga en su interior, pronto empecé a sentir como sus músculos vaginales me apretaban el garrote fuertemente y cuando llegue hasta su final inicié el regreso para continuar con un bombeo pausado y que en pocos minutos dio sus frutos logrando que mi hija llegara a otro gran orgasmo que hizo que se separara por unos segundos de la vagina de su madre, los jugos le empezaron a escurrir por las piernas y también mojó todo mi pene que mientras entraba y salía de su rajadita fue haciendo mucha espumita blanca que me empezó a mojar las bolas y luego los bellos que cubren mi verga, cuando termino su orgasmo me salí por unos instantes y asi poder observar como se encontraban sus labios vaginales, estaban abiertos completamente, regordetes sus labios y se podía apreciar parte de su rosado interior, de la parte en donde esta el clítoris escurrían los jugos que se iban regando luego por sus delgadas piernitas hasta casi la mitad de sus muslos.

Viridiana continuó con la mamáda sobre la panocha de su madre que ya había logrado tener quien sabe cuantos orgasmos y en la cara de mi hija se podía apreciar esta situación ya que estaba completamente empapada alrededor de su boca y barbilla, levante su cara y le di un largo beso saboreando su saliva y los jugos de mi mujer. Luego me separé y la deje que continuara con su labor en la rajada de Marta, nuevamente me coloque en mi posición anterior y reinicié con lo que estaba haciendo antes. Le volvía a meter la verga que esta vez entro con más facilidad, rápidamente se la fui hundiendo hasta que mis bolas chocaron con sus piernas e inicie a bombear nuevamente en su interior, fui moviéndome conforme notaba que Viridiana mamaba a su madre para así lograr que los tres nos viniéramos al mismo tiempo, de vez en cuando aceleraba un poco cuando notaba que disminuía el placer en mi niña, mi verga salía y nuevamente se volvía a perder dentro de la vaginita de mi hija dejándome ver como sus labios vaginales se estiraban aferrándose a mi verga y luego se iban hundiendo mientras se la clavaba, los gemidos en mi mujer y en mi hija se hicieron más evidentes ya que Viridiana se separaba por unos instantes de la panocha de su madre para dejar escapar un leve gemido y luego continuaba mamando. Empecé a acelerar mis movimientos y en pocos segundos note como el cuerpo de mi mujer se empezaba a contorsionar anunciando que su venida final era inminente, la varga entraba y salía rápidamente de la vagina de mi nena y entonces yo empecé a sentir como se acercaba ya mi venida, acelere un poco más sujetando a Viridiana por las caderas y entonces mi mujer soltó un gran gemido anunciando que ya se estaba viniendo, después de terminar su orgasmo que duro cerca de diez segundos Viridiana se separo de la vagina y también empezó a gemir más y más hasta que en cierto momento empezó casi a gritar que se estaba viniendo, justo en ese momento de mi verga empezaron a brotar gran cantidad de mocos que fueron inundando el interior de la vagina de mi niña, los jugos mezclados de su venida y la mía empezaron a escapar mientras que mi verga los iba empujando hacia fuera a la hora de salir casi por completo de su rayita, luego cuando volvía a entrar un nuevo chisguete de esperma volvía a golpear con gran fuerza en su interior, las sensaciones se empezaron a agolpar en nuestro cuerpo y al final de nuestros orgasmos los dos nos echamos a reír como si nos estuvieran haciendo cosquillas, no lo podíamos evitar, era la forma de demostrarnos lo mucho que nos había satisfecho la relación que estábamos concluyendo y que casi al mismo tiempo los tres habíamos disfrutado. Saque mi pito que estaba escurriendo gran cantidad de fluidos que en pesadas gotas cayeron sobre la sabanas de la cama, mi hija se desplomo sobre las piernas de su madre quién en ese instante también se estaba riendo junto con nosotros y en la rayita de Viridiana también se podía ver como los jugos escapaban, sus labios estaban hinchados y rozaditos de tantas chúpadas y verga que había recibido esa tarde, yo me deje caer pesadamente a un lado de mis dos bellas damas y abrace a mi mujer mientras que la besaba en la boca saboreando de ella también los jugos vaginales que minutos antes había chupado de mi hijita pequeña, mientras que mi niña abrazaba el cuerpo de su madre y se aferraba con la boca a uno de sus pechos, luego los tres nos quedamos solo ahí acostados y relajándonos, el ambiente era de lo más grato y relajante hasta que los tres y así como estábamos nos quedamos dormidos por unos quince minutos o algo más hasta que el ruido de una puerta que se abría nos despertó. Cuando volteamos a ver de que se trataba vimos que mi hija Sonia estaba parada en la entrada de nuestra habitación y viéndonos con ojos de incredulidad.

[Sonia] -¿Pero que pasa? ¿Qué están haciendo? ¿Cómo?-

Los tres le sonreímos abiertamente y la invitamos a acercarse a donde estábamos, Sonia se acerco un poco confundida y cuando llego al lado de la cama se quedo viendo nuestros cuerpos desnudos y que manaban aun los líquidos que minutos antes nos habían echo gozar tanto.

[Sonia] -¿Qué fue lo que hicieron?-

[Armando] –Estuvimos haciendo el amor pequeña... fue algo maravilloso.-

[Sonia] –Pero mamá... Viri... ¿Cómo? No entiendo nada...-

[Marta] –No te preocupes hija, el amor que todos practicamos es solo eso... mucho amor.-

[Viridiana] –Sí hermanita... es lo máximo sentirte así.-

[Armando] –También tengo sexo con tu prima Teresa... y tu mamí lo sabe.-

[Marta] –Sí hija... también sabemos de tu secreto con tu tío.-

[Sonia] –Bueno... si, pero el solo me hace el sexo anal... yo aun soy virgen.-

[Armando] –No te preocupes preciosa, no te obligamos a nada si tu no quieres.-

[Viridiana] –Deberías probarlo, papá es muy cuidadoso para hacerlo.-

Sonia se quedo pensando y luego salió de la habitación un poco confundida, los tres nos fuimos a bañar al baño de nuestra habitación y luego regresamos para quedarnos profundamente dormidos hasta la mañana siguiente.

El día era demasiado soleado y además era sábado, todos nos quedaríamos en la casa para descansar de nuestras labores ya en el desayuno estuvimos platicando con Sonia para que ella no se sintiera rara, los tres actuábamos como siempre pero ahora con la diferencia que lo hacíamos con mucho cariño más. Sonia nos dijo que estaba de acuerdo con nuestra relación pero que por el momento ella no quería formar parte ya que con su tío y su novio se la pasaba muy bien y no necesitaba nada más, todos estuvimos de acuerdo con ella ya que no la íbamos a forzar si ella no quería.

Esa tarde llegó a la casa mi sobrina ya que yo le había hablado temprano para que viniera a visitarnos, Sonia se había ido con su novio a dar un paseo. Teresa no se imaginaba que ya todas las mujeres de la casa sabían de la relación que manteníamos, cuando toco a la puerta de la casa yo fui a abrirle y la recibí con un largo beso en la boca, ella se sorprendió un poco ya que sabía que estaban ahí mi hija y mi esposa, cuando entro a la sala ellas estaban viendo la televisión sentadas en un cómodo sillón que ahí tenemos, la recibieron como de costumbre y luego todos nos sentamos a terminar de ver el programa al cual ya le faltaba poco, yo me senté al lado de mi sobrina en otro sillón que esta a un lado del otro, mientras veíamos el programa mis manos se deslizaron por un costado de las piernas de mi sobrina quien traía puesta una minifalda de mezclilla, inmediatamente se puso nerviosa y volteo a ver si mi esposa no nos estaba viendo, por supuesto que Marta sabía lo yo iba a hacer y de reojo volteaba pero cuando veía que Teresa la miraba disimulaba el no estar mirándonos.

Mi mano se volvió más atrevida y jale un poco hacia arriba la mini de mi sobrina casi dejando al descubierto uno de sus muslos el cual acaricie descaradamente, la excitación y el nerviosismo en la cara de Teresa era evidente y esto estaba excitando demasiado a mi esposa y a mi hija, lo pude notar en la forma como Viridiana que estaba acostada sobre el regazo de su madre le acariciaba las piernas y en los senos de mi esposa que ahora denotaba fuertemente bajo la tela de su blusa que sus pezones estaban completamente duros.

La respiración de mi sobrina se volvió mucho más agitada y en un instante se levantó pidiendo permiso para ir al baño, yo me levante y fui detrás de ella, ya en el pasillo mi sobrina me reclamo mi comportamiento frente a su tía y yo le respondí dándole un beso apasionado y profundo al cual ella no pudo evitar responder con la misma pasión que yo le brindaba, su lengua se enredo con la mía mientras que mis manos se posaron sobre sus nalgas bajo la minifalda la cual levante para poder llegar hasta ellas. Luego nos separamos y le dije que regresara al cuarto con mi hija y mi esposa mientras que yo preparaba unas bebidas.

Cuando regrese con los refrescos mi sobrina estaba sentada en el mismo lugar que antes y yo por supuesto me volví a sentar en el mismo sitió en el que estaba y continué con mis magreos sobre Teresa, pero ahora lo hacía con mucho mas descaro, de pronto en un descuido de mi sobrina le subí su mini hasta casi dejar descubiertas sus lindas bragas de color blanco, por la sorpresa Teresa dio un pequeño brinco del susto y sin dejar que bajara su faldita le comencé a meter mano en la conchita sobre la blanca tela de sus bragas que ya estaban completamente húmedas y la resistencia en mi sobrina fue disminuyendo mientras que veía que mi esposa no separaba la vista de su programa de televisión.

Mis manos se regocijaban frotando su vagina por encima de sus bragas que a cada momento se mojaban más y más mientras que la respiración de mi sobrina se hacia más y más agitada a la vez, mi esposa se levanto rápidamente sin darle tiempo a Teresa de reaccionar y se paro en frente de nosotros viéndonos con ojos de enfado, mi sobrina tenía una cara de susto que no daba crédito a lo que estaba pasando, ella trato de decir algo pero las palabras no le salieron de la boca y fue en ese instante que mi esposa le sonrió y se acerco para besarla en los labios, Teresa no sabía al principio como responder y se tardo un poco en responder al beso que mi bella mujer le estaba dando pero después del momento de turbación su lengua salió para encontrarse con la de Marta quien ya había puesto sus manos sobre los senos de ella, los sobaba y se podía apreciar como sus pezones se estaban erectando bajo su blusa ya que no traía sostén y se notaba claramente.

Mi hija solo se dedicaba a observar como estábamos haciendo gozar a su prima quién ahora ya no sabía ni que hacer y se estaba dejando llevar por las circunstancias, yo me para y me hinque delante de ella, coloque mis manos en los costados del resorte de sus bragas y las fui bajando hasta sacárselas por sus pies a los cuales también descalce y desde la punta de sus dedos fui acariciando, subiendo lentamente por todo lo largo de sus piernas y muslos hasta que me detuve en su húmeda vagina, mientras que mi esposa ya le estaba desabotonando la blusa y se la saco, dejando desnudo el torso de mi bella sobrina, sus hermosos y suaves senos quedaron libres con sus pezones duros como el metal, Marta se acerco a ellos y les comenzó a dar el trato que necesitaban, su lengua se fue enredando en ellos y su boca iba chupando con delicada ternura.

Mis dedos se incrustaron en la húmeda cavidad que los recibió gustosa y mi sobrina se acomodo en el sillón para permitir la libre entrada de mis dedos en su concha, sus clítoris salía de la parte alta de sus labios vaginales y los jugos ya escurrían pos sus piernas y bajaban pos sus nalgas mojando un poco su mini falda la cual levante para dejar más espacio a mis manos, de reojo alcancé a ver que mi hija Viridiana se estaba masturbando mientras que nos observaba dándole placer a su prima. Teresa continuaba gimiendo mietras que mis dedos entraban y salían de su linda vagina, mi esposa continuaba mamándole los pechos y acariciándolos. No fue mucho el tiempo en que mi linda sobrina empezó a retorcerse en señal de que su orgasmo la invadía, cuando por fin ceso su venida mi esposa y yo nos pusimos de pie y comenzamos a desnudarnos para luego terminar de hacer lo mismo con mi sobrina a la cual ya solo le quedaba la minifalda, se acerco Viridiana viendo a los ojos a su prima y entre las dos comenzaron a besarse, las dejamos que continuaran y entonces fue Teresa la que comenzó a desnudar a mi hija, sus manos se paseaban por el cuerpo de mi hija proporcionándole deliciosas sensaciones que se expresaban con los gemidos que escapaban de la boca de mi niña.

Cuando ya todos estábamos completamente desnudos yo me acerque a mi sobrina y la empine en el respaldo del sillón, me coloque detrás de ella y me la comencé a coger por su vagina, su humedad permitió que mi pene entrara fácilmente y se introdujera hasta lo más profundo de su ser. Mientras que mi verga entraba y salía de la rayita de mi querida sobrina mi hija Viridiana se colocó frente a ella y comenzaron a besarse, mi esposa se coloco a un lado de las dos y también pidió su parte en el encuentro, los labios de las tres mujeres se juntaban mientras que sus lenguas buscaban a la de las otras, se enredaban y con sus manos acariciaban el cuerpo de otra, de vez en cuando mi esposa y mi hija se acercaban a mi y me besaban y yo agachaba para besar a Teresa. Cuando sentí que ya estaba muy cerca de mi orgasmo pare de moverme dentro de la panochita de mi sobrina y entonces acosté boca arriba a mi hija en el otro sillón, me acomode frente a ella abriéndole las piernas y puse la punta de mi verga en la entrada de su conchita, despacio la fui penetrando hasta que todo mi pene se perdió dentro de ella, luego el vaivén inicio mientras que mi Teresa se coloco sobre su cara para que Viridiana le chupara la cuca, mi esposa se coloco atrás de mi sobrina y untaba su vagina contra las nalgas de ella mientras que entre las dos me besaban, las manos de Marta se centraron en los senos de Teresa. Los jugos vaginales de mi niña empezaron a salir de su rajadita y le fueron escurriendo por su lindo anito para después mojar el sillón en el que estábamos cogiendo.

Ya Viridiana y Teresa se habían venido en dos ocasiones así que decidí que era la hora de darle un poco de placer a mi esposa, me separe de la linda vagina de mi pequeñita y entonces me senté en el sofá y le dije a mi esposa que se sentara sobre mi, ella se paro, me dio la espalda y se fue sentando en mi garrote, lentamente se lo fue tragando por su linda vagina, estaba bien lubricada y sus músculos vaginales me apretaban gratamente el chile, inmediatamente después de que ella comenzó a cabalgarme de esa manera mi hija Viridiana se acerco a su madre y la comenzó a besar en la boca y de vez en cuando bajaba a chuparle los senos, Teresa que no se quería quedar atrás de este placer se coloco de rodillas frente a nosotros y le empezó a dar de lengüetazos al clítoris de mi mujer mientras que esta subía y bajaba de mi verga. Casi estaba a punto de venirme y mi esposa lo notó así que se desenchufo de mi y se coloco de rodillas junto con mi sobrina y mi hija, entre las tres me empezaron a mamar el camote y en unos pocos minutos más mi leche empezó a escapar en grandes chisguetes que salieron con gran fuerza, las tres acercaron sus bocas para que algo de esperma les cayera, los chorros pegaban en sus caras y en su cabello, luego de que mi gran orgasmo cesó entre las tres se comenzaron a besar para pasarse mis mocos por sus bocas y después de eso todos nos quedamos rendidos, nos sentamos en uno de los sofás todos abrazados y besándonos para luego quedarnos platicando de lo ocurrido por un largo rato.

Nos levantamos y nos fuimos a bañar y ya en la bañera yo empece a manosear a mi hija para luego meterle nuevamente la verga en su apretada panochita que me recibio gustosa, mi hija empezó a gemir hasta que tuvo un nuevo orgasmo, mojándome el garrote, que continuó entrando y saliendo de esa rica rajadita hasta que ella me aviso por segunda vez que ya se venía y yo le inunde su concha con mis mocos que nuevamente la golpearon con gran fuerza en su interior, mi esposa y mi sobrina no habían perdido el tiempo tampoco y primero Teresa le chupaba la cuca a mi mujer y luego invirtieron los papeles, después de sus orgasmos continuaron besándose bajo la regadera, terminamos de bañarnos y todos nos fuimos a acostar a la habitación de Marta y mía. Ya por la noche Teresa hablo a su casa de que no llegaría ya que se iba a quedar a dormir en nuestra casa, en la madrugada nos levantamos mi sobrina y yo e hicimos de nueva cuenta el amor y ahora si me vine en ella, luego nos quedamos dormidos hasta la mañana siguiente.

Ya desayunado vi que estaba en casa mi hija Sonia que por cierto nunca nos enteramos de a que horas llego a casa, así pasamos ese fin de semana compartiendo entre todos y ya por la noche llevamos a Teresa a su casa para al siguiente día comenzar la semana ya bien relajados.

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