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La secta (14)

en No Consentido

La secta XIV

A la mañana siguiente me tuve que despedir de los chicos del monasterio y de Calixto, quedamos de vernos después pero ahora en mi templo, así partí del monasterio montado en mi caballo, llevaba apenas como una hora cabalgando cuando por el camino vi a una pequeña niñita de piel morena como de unos 17 u 18 años que caminaba a la orilla, me acerque a ella y le pregunte:

¡Hola pequeña! que es lo que haces tan sola por estos lugares tan solitarios.

Es que me separé del grupo con el que venía, somos leñadores y estábamos en la montaña. Venía con mis hermanos pero me separe para hacer del baño y cuando me di cuenta ellos ya se habían alejado.

¿Vives por aquí cerca? – pregunte un poco extrañado sabiendo que no hay muchas casas por este rumbo.

Si en una casita que esta al otro lado del cerro verde, ¿Lo conoce?

Si... ya se más o menos por donde, es a pleno bosque ¿No?

Si, es por ahí.

Pues Bien.. sube al caballo y vamos a ver si los encontramos antes de llegar hasta allá... ¿Cómo te llamas?

Nancy...

Que bien Nancy, ven, acomódate aquí...

La niña subió al estribo del caballo y la ayude a montar, la coloque delante de mí, su cabello lacio de color negro y largo hasta la cintura, su cuerpo delgadito, apenas y se le apreciaban un par de pequeños senos que escondía bajo una blusa de manta blanca y no podía verle las piernas ya que traía puesta una falda también blanca y hasta los tobillos. Puede aspirar el agradable olor a hierva que su cabello despedía. Iniciamos la marcha a paso lento ya que el monte verde estaba bastante lejos de este lugar y tenía que regresar un poco por el camino hasta encontrar el cruce del camino que conduce a ese lugar.

Al paso del caballo su cuerpecito se pegó al mío y pude sentir lo firme de sus carnes, mi verga se comenzó a poner dura como una piedra, ella se movía al sentir la protuberancia justo en sus nalguitas pero no decía nada. Platicábamos de cualquier cosa por el camino. Como a eso de una hora más o menos de estar cabalgando vi a lo lejos un arroyo con aguas transparentes y entonces decidí dirigirme hacia el para así poder descansar unos instantes y ver que se podía hacer con Nancy.

Busque a lo largo del arroyo un lugar algo escondido y apartado del camino que ademas estaba bastante bien, había árboles, pasto alto y en el río se formaba una poza pequeña. Bajamos del caballo y yo sujete las riendas a un árbol grande que brindaba buena sombra, ahí el animal tenía buen pasto y agua del arroyo para que comiera y bebiera. Nancy se acerco al arroyo y se agacho para tomar agua, yo la apreciaba desde mi posición viendo lo rica que estaba, entonces le dije:

¿Que te parece si nadamos un rato?

Si... esta bien.

Yo entonces me comencé a quitar la ropa y quede completamente desnudo, entonces me metí a la parte más profunda de la poza y le dije a la niña que se metiera, ella dudo un poco pues no esperaba a que yo me desnudara por completo; después de pensarlo por un rato la niña se quito la blusa y la falda solo quedándose en bragas, su cuerpo moreno y delgadito se veía riquísimo, sus pequeños senos apenas en formación mostraban en la punta unos pezones grandes y puntiagudos. Nancy se metió al agua y descansamos unos minutos en la poza, luego le comencé a echar agua para así propiciar un juego, ella respondió a los ataques y también me comenzó a echar agua, al poco rato fingíamos una lucha, yo pegaba mi cuerpo al de ella y podía sentir en su totalidad las tersas carnes de la pequeña, mis manos se paseaban por su estomago y como no queriendo de repente le acariciaba las nalgas, su panochita o las tetas, ella parecía no darle importancia a esto así que cada vez lo hacia tardándome más tiempo y acariciándola más; por supuesto que mi verga ya estaba completamente parada y yo procuraba acomodársela entre los cachetes de sus bien paraditas nalguitas. Así jugando en una de esas ocasiones me sujete de la orilla de sus bragas y cuando ella quiso escapar lo único que consiguió fue quedarse sin la última prenda que le quedaba, se puso un poco roja y se detuvo por unos segundos pero luego pareció olvidarse del asunto y continuamos jugando.

Ahora cada que la atrapaba la comenzaba a besar en el cuello, en la cara y de vez en cuando en los labios, pero tiernamente, pasamos así cerca de una hora, ya eran cerca de las cuatro de la tarde, pero no importaba luego nos dio hambre y entonces prepare un poco de la comida que traía, comimos y luego tendí sobre el suelo una de las mantas y me recosté sobre ella, aun los dos estábamos completamente desnudos, ella mientras comíamos se le quedaba viendo a mi pito pero no se atrevía a preguntar nada.

Le dije a Nancy que se acostara a mi lado y ella así lo hizo, pude sentir el calor de su cuerpecito, los dos nos quedamos profundamente dormidos después de algunos minutos bajo el cálido rayo del sol. Serían ya las seis de la tarde cuando me desperté, la niña seguía profundamente dormida y entonces como ya corría un poco de aire fresco la tape con otra manta, me vestí y decidí explorar un poco las cercanías para ver si no había peligros durante la noche, rodee el terreno como a unos doscientos metros a la redonda y pude notar que estábamos completamente en desolado, como ya no tardaba en caer la noche entonces decidí que acamparíamos en el lugar; regrese a donde se encontraba Nancy y ella continuaba dormidita, ya había entonces recogido un poco de leña y comencé a preparar una fogata.

Nancy se despertó ya como a las siete de la noche, la oscuridad ya era bastante, me acerque a ella y comenzamos a platicar, yo la abrace, tenía la manta enrollada al cuerpo pero podía sentir la tibieza de sus carnes jóvenes ya que seguía desnuda, me puse de pie y fui por las demás mantas que traía, me desnude y nuevamente me coloque al lado de la niña, esta vez coloque las mantas a nuestras espaldas y así entre los dos nos enredamos en las cobijas quedando desnudos dentro de ellas. La abrace y la acerque más a mí con mi mano acariciaba despacio su bracito y la otra mano acariciaba sus piernitas, ella se quedo en silencio y yo también pero continué acariciándola, poco a poco moví una de mis manos hacía su pechito y comencé a jugar con su pezón que se puso durito, mi otra mano se fue acercando a su panochita y ahora rozaba delicadamente los labios de su panochita con la yema de los dedos. Comencé también a besarla por el cuello, ella se dejaba hacer todo sin protestar aunque ya se podía notar que su corazón palpitaba aceleradamente.

Pon una de tus manitas en mi palito Nancy.

La niña tímidamente llevó su manita hasta mi palo y sus deditos curiosos lo recorrieron en su totalidad, luego los envolvió sobre mi tronco y preguntó:

¿Por qué esta tan caliente?

Porque así lo pones tú mi amor... ahora mueve tu manita de arriba para abajo.

Nancy comenzó a mover su delicada manita a lo largo de mi tronco, masturbándome torpe pero deliciosamente, yo continué acariciando sus senos y su panochita mientras que besaba su cuello, poco a poco me fui acercando a sus labios, ella respondió y me beso aunque solo tiernamente, le dije:

¡Dame tu lengüita y juega con la mía!

La niña entonces sacó su lengua y me la ofreció, yo se la chupe y luego saque mi lengua para enseñarle como debía de hacerlo, la volví a besar y esta vez le introduje la lengua dentro de su boquita, ella comenzó a menear su lengua junto con la mía y ya después de varios minutos lo hacía bastante bien. Su panochita se comenzó entonces a humedecer e hizo más fácil que mis dedos se pasearan por los labios lisos, pasados unos minutos me levante quedando ella sentada, ya estábamos bastante calientes ambos y afortunadamente el ambiente no era frío sino más bien cálido. Recosté a la pequeñita y me recosté yo a su lado, nuevamente nos comenzamos a besar y después poco a poco fui bajando por su cuello, besándola lentamente y bajando cada vez más hasta que llegué a sus senos, le mamé los pezones que ya estaban paraditos y duros, sus senos aunque aun no eran demasiado grandes si eran demasiado deliciosos y ahí me quede chupándoselos por largos minutos mientras que mi mano seguía jugando con sus labios vaginales.

Luego continué bajando por su plano y moreno vientre, su sabor es verdaderamente espectacular, chupe su ombligo y luego seguí mi camino hasta que alcancé la parte alta de su panochita, sus bellos y lisos labios vaginales estaban apretaditos, solo se veía una tenue rajadita que olía espectacularmente, un poco de jugos escurrían debajo de su vaginita y mojaban su apretado y negro anito. Puse la punta de mi lengua en la parte alta de su conchita y despacio comencé a bajar por todo lo largo de la rayita, mi lengua iba separando los apretados labios vaginales de la pequeña Nancy quién comenzaba a experimentar agradables sensaciones en su conchita, luego regresé de abajo para arriba y así por unos cuantos minutos hasta que logre hacer que su panochita quedara abierta un poquito, y entonces le comencé a introducir la lengua en su agujerito, ella separó más sus piernitas para permitir que mi cabeza se acomodara mejor entre ellas y así mi lengua trabajara más a gusto, le estuve mamando la rajada por largos minutos y poco a poco ella comenzó a experimentar nuevas sensaciones que hasta ahora no había sentido, la fui guiando a través del placer hasta que ella sola se fue soltando y entonces se vino por vez primera.

Me voy a orinar... me orino.

No te preocupes pequeña déjalo que salga, vente en mi boca.

Si... que rico siento ¡Oh! Que delicioso... más quiero sentir más...

Se la mamé con más rapidez, mi lengua se meneaba de arriba para abajo a los largo de sus pliegues y también entraba y salía de su agujerito, las manos de Nancy se apoderaron de mi cabeza y me pegó más hacia su cuerpo, ahora continuaba mamándole la rajada y a la vez se la chupaba, los jugos de su interior se precipitaron y yo me los bebí todos y cada gota que iba mamando, la chiquilla gritaba y gemía fuertemente hasta que por fin cesó el éxtasis que estaba experimentando y se quedo quieta por un par de minutos.

¿Qué me hiciste? Que rico sentí... ¿Podemos seguir jugando así?

¡Claro mi vida! Te voy a ensañar muchas cositas ricas... ya veras...

Si... me gusto mucho... nunca había sentido algo así...

Veras que bien ten enseño y luego lo vas a poder hacer hasta con tus hermanitos y tu papi o con quien tu quieras.

Me levante de mi posición y me hinque, le dije a la niña que se pusiera en frente de mi, ella se sentó con las piernas estiradas debajo de mi cuerpo, le acerque la verga a la carita y le dije que la chupará, ella lo dudó un poco pero yo la fui guiando en lo que debería de hacer, tome su cabecita por la parte de la nuca y la fui jalando hacía mí, la verga quedo a la altura de sus labios y le pedí que los abriera, la niña abrió su boca y le introduje la verga lentamente, le tuve que indicar que no usara los dientes porque me comenzaba a morder aunque no duro. Le clave en su boquita como un cuarto de mi verga y luego le pedí que moviera su cabecita de adelante para atrás y así me masturbara procurando que en cada nueva entrada metiera más y más de mi verga en su boquita hasta que se tragara lo más que pudiera. Así lo comenzó a hacer Nancy primero torpemente y después fue adquiriendo más fluidez en sus mamadas, al poco rato ya se había tragado un poco más de la mitad de mi nabo que entraba y salía de su boquita con rapidez, le pedí que se detuviera y le enseñe como me la debería de chupar y lamer de vez en cuando, sacándosela de la boca y pasando esta por lo largo del tronco y los huevos para luego continuar mamándola como hasta ahora lo estaba haciendo.

Nancy aprendió muy bien lo que debía hacer a la hora de mamar un pito y estuvimos practicando por varios minutos más, luego le dije que me clavará uno de sus deditos en el culo para que yo sintiera más rico, la niña así lo hizo y ahora me la mamaba a la vez que uno de sus deditos entraba y salía de mi ano. Nuevamente le puse una de mis manos en su nuca y le fui marcando el paso, ahora más rápido, ya comenzaba a sentí como se llenaban mis bolas de semen y le dije a Nancy. – Ahora va a salir de mi pito una leche calientita que quiero que te tomes toda, ¿esta bien? – Nancy no contesto pues tenía la boquita ocupada pero asintió con un leve movimiento de su cabecita y entonces a la vez que ella movía su cabecita de adelante para atrás yo comencé a mover mis caderas cogiéndomela por la boca, mi verga se inflamó al máximo y potentes chorros de leche se depositaron el la garganta de la niña, al principio quiso separarse de mi palo pero se lo impedí y tuvo que hacer lo posible para irse tragando toda la lefa que le seguía dejando en su boquita; como pudo Nancy se tragó mis mocos y yo por fin comencé a dejar de moverme tras mi corrida.

Nancy se separo de mí después de que la solté de la cabeza – No me gustó mucho primero... pero después no sabía tan mal. – me dijo la pequeñita a la que le escurrían de los labios un par de gotas de mi leche, ella se las limpió con la manita y luego la acerque para que nos besáramos nuevamente. Luego de que descanse por unos instantes le dije que se acostara boca arriba y tomándola de las piernitas la hice que las pegara a su pecho y así me dejara la panochita morena completamente expuesta, sus labios se abrieron un poco mostrando el agujero interior, me acomode debajo de ella y se la comencé a chupar nuevamente, metía mi lengua lo más que podía en la apretada rajadita, ya mi verga comenzaba a revivir de nueva cuenta y ya cuando estuvo completamente dura me levante no sin antes dejar completamente ensalivada la rajadita de Nancy. Me acomode hincado frente a la niña y apunté mi verga a la entrada de su panochita, empuje un poco y la cabeza del pene se introdujo solo un poco en el agujerito, empecé a hacer presión pero la cabeza no entraba, entonces comencé a meter y sacar solo la puntita de mi pene logrando poco a poco ir abriendo ese estrecho agujerito. Por fin después de varios minutos de lucha con los pliegues vaginales de la niña la cabeza se introdujo en su concha. El calor de sus paredes vaginales se transmitía a mi pene, la verga se me puso todavía más dura al observar como su rajadita se abría de par en par ante el embiste de la gruesa cabeza de mi miembro, Nancy se canso de estar con las piernas abiertas y para no perder lo antes avanzado entonces yo se las agarre con mis manos, mis caderas continuaron meneándose en la apretada conchita tratando de avanzar poco a poco en la estrecha cavidad, no sin mucho esfuerzo logre hacer que por fin la verga avanzara y ahora ya parte del tronco se movía en su interior pero sentí también que ya me topaba con el himen de la niña.

Ayy... eso me dolió un poco... ayyy...

No te preocupes pequeña... te va a doler al principio pero luego ya no... veras.

No... no... me duele... duele muchoooooo...

Esto fue lo que alcanzó a decir pero yo al instante hice mis caderas lo más atrás posible sin sacar el pito de su interior y luego embestí con fuerza y logre romper la delicada tela que le daba su virginidad a la niña, su grito de dolor fue largo y fuerte, mi verga se clavó solo hasta la mitad pero ya no quise continuar esperando a que su dolor cesara un poco, la niña comenzó a llorar y la tuve que calmar, un hilillo de sangre se escurrió de su panochita hasta su ano, no fue mucha, cuando la niña dejó de llorar entonces le dije que no se preocupara que eso era normal, nuevamente comencé a empujar en su cuquita y logré meter un poco más de mi nabo, luego volví para atrás y lentamente reinicié la penetración, aun le dolía a Nancy la conchita así que lo hice muy lentamente por varios minutos estuve meneándome muy, muy lento en su panochita, el dolor disminuyo pasados como diez minutos, entonces mi velocidad en el vaivén aumentó solo un poco. Nancy empezó a cambiar los quejidos por gemidos y esto fue la señal para que yo continuara aumentando más y más la velocidad de mis embestidas, todavía le entraban solamente tres cuartas partes de garrote en su dolorida vaginita pero ahora ya se comenzaba a lubricar gracias a sus propios fluidos y la penetración a la vez de más suave se comenzaba a hacer más profunda.

Desde mi posición podía tener total visión de la penetración, mi grueso tronco salía y se iba abriendo paso entre esos apretaditos labios vaginales que a su vez me apretaban fuertemente, estaban abiertos de par en par y se amoldaban al grueso instrumento que los estaba partiendo, su clítoris ahora estaba fuera gracias a la apertura que tenían los labios que antes lo cubrían, las embestidas se fueron haciendo más y más rápidas cada minuto y también la verga se fue enterrando más y más en el joven cuerpecito de la niña hasta que por fin mis bolas chocaron con los cachetes de sus nalguitas en señal de penetración total. Nancy comenzó a gemir más y más fuerte diciendo que ya se comenzaba a orinar, entonces yo aceleré mis movimientos en su panochita para así lograr la comunión en la venida, ella se comenzó entonces a venir intensamente y su cuerpecito se convulsionaba a la vez que su vaginita se apretaba más contra mi palo, esto también me llevó a mí a iniciar mi orgasmo, la caliente leche salió con potencia y se estrelló en lo más hondo de su recién abierto agujerito, los dos gemíamos ahora con intensidad mientras el espíritu del placer nos invadía los cuerpos, la leche fue tanta que pronto comenzó a escurrir de su interior a cada envestida, los huevos me dolieron gratamente de la potencia y la cantidad de leche que expulse en el interior de Nancy, los jugos de ella se mezclaron con mi leche y se volvió de una consistencia más aguada que cayó en las cobijas e hizo un pequeño charquito. Me moví en su interior hasta que perdí la dureza, luego los dos nos acostamos fuertemente abrazados y nos besamos con pasión, ella me dio las gracias por tanto placer y después nos quedamos profundamente dormidos.

CONTINUA

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