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Sorpresas

en Amor filial

Sorpresas

-Despiértate.... ya es tarde... Sandra vas a llegar tarde a la escuela.-

-Voy mami... otro ratito...-

Esa era la batalla de todas las mañanas en casa, entré a la habitación de mi hija Sandra que tiene 14 años de edad, es una linda mujercita ya con piel apiñonada (morena clara), su cuerpo se ha ido modelando bastante bien, sus nalguitas paraditas que caen un poquito en forma de gotita, unos senos bien proporcionados para su edad, cara fina, nariz respingada, cabello corto que apenas roza sus hombros, lacio y color azabache. En fin que mi hija se ha ido desarrollando muy bien, tanto que a mi ya me empieza molestar cuando vamos en la calle y alguno que otro chico voltean a verla hasta perderla de vista.

Bien pues entré en la habitación de Sandra para despertarla ya que ella siempre se la pasa toreándome y diciendo que ya viene y nunca se para, siempre termino yo entrando a levantarla. Levante las cobijas de su cama, aun estaba amodorrada, recostada de lado con las piernas flexionadas a modo fetal, encendí la luz y ella se tapo con las manos para que está no le molestara.

-Vamos... ya parate... no seas flojita... vas a llegar tarde.- le dije mientras comenzaba a acomodar las sabanas en los pies de la cama.

Fue cuando me di cuenta que ella estaba solo en bragas y que además estas se veían un poco húmedas en la parte baja de su vagina, esto me hizo observarla más detenidamente, el sexto sentido de las mujeres, ya saben, fui rodeando la cama y observando su cuerpos, sus nalgas abultaditas por la posición en la que estaba caían rápidamente en la parte donde sus cintura se hace más delgada, luego su espalda un poco encorvada por la posición dejaba ver muy bien lo suave de su piel, su cabello desordenado, me di la vuelta y la observe de frente, sus senos muy bien paraditos y ahora con los pezones morenitos un poco erectos por el frío.

Sandra se fue incorporando lentamente sentándose en la cama mientras que yo estaba ahí de pie observándola, se encamino hasta la puerta de su baño y pude entonces observar como un leve brillo se marcaba justo en sus muslos interiores, pensé entonces que esto era el resultado de algún sueño húmedo que había tenido mi niña... pero esto me hizo pensar en que ya pronto sería toda una mujer y yo tendría que estar batallando con ella y con sus novios.

Pues bien así pasaron dos o tres veces por semana en que ella se levantaba bastante cansada y con la entrepierna húmeda, esto me empezó a alarmar por lo seguido de la situación, fue entonces que pensé que posiblemente ella ya mantuviera relaciones con alguno de sus novios y que por las noches le abriera la ventana de su cuarto para dejarlo pasar a su habitación. Decidí esperarme otra semana para ver como amanecía ella, pero las cosas continuaron igual, los lunes por la mañana y a veces los miércoles y viernes eran los días en que ella amanecía más cansada y mojada. Entonces pensé que ella ya se masturbaba y yo no tenía porque intervenir en su intimidad. Aunque un poco me comía la curiosidad.

Fue entonces que para salir de dudas decidí poner una cámara en la habitación de mi hija, ese día me la pase buscando cual sería el mejor lugar para que ella no la pudiera ver, decidí que la pondría justo frente a su cama, así podría observar sin perder los detalles que de costado se perderían por la cercanía de las paredes. Acomode la cámara en el librero de estudio de mi hija que esta justamente frente a su cama, los libros me ayudaron a ocultar el lente y por entre un libro parado y otro recargado diagonalmente quedó mi trampa, claro que primero hice una prueba para ver que era lo que se veía y cuando observe la pequeña pantalla de cristal líquido me di cuenta de unas pequeñas partes que se ocultaban y tuve que corregir como seis o siete ocasiones pero por fin encontré el ángulo perfecto en donde se podría observar toda la cama y parte de los costado. Puse la video cámara en la velocidad de grabación más lenta, lo cual me daría unas cuatro o cinco horas de grabación para no poder perder detalle, en la noche cuando ya mi pequeña se iba a acostar pase a su habitación y con el control remoto encendí la cámara y pulse el botón REC.

Salí de la habitación de Sandra un poco nerviosa por lo que estaba haciendo pero lo mejor era salir de dudas, toda la noche tuve sueños extraños con respecto a lo que me iba a encontrar y por fin llegó la mañana, espere a que todos se fueran de casa para poder ir a sacar la video cámara del cuarto de Sandra, iba temblando de nervios cuando llegué a mi cuarto y conecte los cables de la video al televisor, luego se me hizo eterno el regreso de la cinta; pero por fin esta llego al principio.

Empecé a observar todo lo que sucedía, los primeros movimientos fueron de Sandra entrando en su habitación, se sentó en su cama y se puso a hablar por teléfono, estaba platicando con una de sus amigas, cosas de la escuela, nada fuera de lo común. Luego se levanto para ir al baño, regreso ya solo con unas bragas de color rosa y saco debajo de su almohada su playera larga con la cual duerme, se la puso y se acomodo en su cama boca a bajo a leer un libro, esto por aproximadamente una media hora, después se metió bajo las cobijas y apago la lámpara, esperé un rato pero nada, un grave error de mi parte, se me había olvidado accionar la opción de noche o poca luz y lo único que podía ver era un negro total en la pantalla. Aún así seguí observando o más bien escuchando para ver que era lo que pasaba, iba adelantando la cinta por tramos para poder ver si se escuchaba algo.

Corrí un largo tramo de la cinta, hasta que casi se acaba y fue entonces que al detenerla escuche unos gemidos.

-¡mmm... si... que rico... siento rico... sigue así... me gusta mucho...!-

Estas eran las únicas palabras que se alcanzaban a escuchar de ella, y también alcanzaba a escuchar algunos murmullos y gemidos de hombre pero no lograba identificarlos bien ya que al parecer le estaba hablando al oído, También se escuchaba el rechinido de la cama mientras que ambos estaban copulando, tuve que detener la grabación para no continuar ya que la verdad me estaba comenzando a excitar un poco aunque a la vez un poco de coraje al oír a mi niña teniendo relaciones con quién sabe quién. Pensé decírselo a mi marido para ver como podríamos solucionar esta situación y platicar con la niña pero como no había nada concreto en el video entonces decidí esperar a tener una grabación más o menos aceptable y así tener todas las pruebas en la mano.

Por ahora solo me quedaba esperar, pero todo plazo vence y entonces tres noches después volvía a entrar al cuarto de Sandra para encender la cámara con le control remoto, por supuesto que la había colocado en el mismo lugar de la ocasión anterior.

Al otro día ya estaba lista para sacar la grabación y observarla en la intimidad de mi habitación y ya que la casa estuviera sola. Cuando por fin todos terminaron de salir fui corriendo a sacar la video cámara del cuarto de mi pequeña e inmediatamente después fui hasta mi habitación para conectar la cámara en el televisor, ahora ya la cinta la estaba regresando desde que la tome del cuarto de Sandra, solo espere un poco hasta que la cinta topo en el inicio. Pulsa PLAY y se inició la grabación, esta vez entró Sandra en su habitación y yo la seguía, checámos algunas cosas de su tarea y después de que yo salí ella se fue para el baño, salió en bragas, esta vez en color negro, sacó su playera de debajo de la almohada ,como siempre y se acostó, apago la luz de su lámpara y se quedo profundamente dormida en pocos minutos, nada fuera de lo normal hasta ahí.

Esta vez si funciono el sistema de poca luz y observaba claramente aún con la luz apagada, pasaron así varias horas, por supuesto que le iba adelantando, con ella placidamente dormida hasta que de pronto pude observar como una luz se dibujaba sobre su cama, era la luz del pasillo al abrirse la puerta de su habitación, se cerro la puerta y con ella la luz se apago de nueva cuenta, una silueta que se acercaba, y... ¡Vaya sorpresa! Era nada más ni nada menos que mi marido, el propio padre de Sandra.

Se sentó en la orilla de la cama y comenzó a acariciarle el cabello a su pequeña niña, ella se despertó y se levantó, ambos se vieron por unos segundos y luego se comenzaron a besar en la boca como si de dos novios se tratase, en ese instante sentí una fuerte punzada en mi estomago, pero continué observando; Ella abrazó a su padre por el cuello y lo jalo hasta que ambos quedaron acostados, Roberto encima de Sandra, las manos de mi esposo comenzaron a recorrer el cuerpo de su hija por encima de las sabanas, ambos continuaban besándose ardientemente. Mi marido se incorporó por unos instantes para poder quitarse la camisa de la pijama la cual cayo al suelo de la habitación. Mientras que se besan poco a poco las sabanas fueron cayendo hasta que el cuerpo completo de Sandra quedo sin nada de cobijas encima, su padre le introdujo la mano por debajo de la playera obviamente para acariciarle los senos, ella separo sus labios de los de él para decir algo que no alcancé a escuchar.

Roberto levanto la blusa de su hija hasta por encima de sus senos dejando estos al descubierto, ella permanecía acostada boca arriba, Mi marido acaricio los costados de su hija desde arriba hasta las caderas y luego subió las manos por su estomago y todo su plano vientre hasta que por fin llego a las bolas de los senos a las cuales comenzó a masajear pasionalmente, con suma delicadeza como si se tratase de un par de joyas; luego se dedico a mamar los pezones y toda la masa de carne de cada uno, su lengua iba recorriendo milímetro a milímetro cada uno de los senos, los pezones de mi hija se pusieron completamente duros, se podía apreciar su gran excitación a simple vista. Cuando Roberto termino de mamar las tetas de su hija se incorporo hasta su cara y nuevamente se besaron, esta vez ambos giraron en la cama quedando ella sobre su padre, mi hija se levanto montándose sobre mi marido para poder quitarse la playera que a estas alturas ya estorbaba, sus perfectos senos firmes y excitados quedaron al aire, pero ahora yo solo podía ver su espalda, las manos de mi marido recorrieron desde las caderas hasta los firmes senos de su hija y ahí nuevamente se puso a masajearlos por unos minutos. Luego Sandra se volvió a acostar sobre su padre para continuar besándose. Las manos de él se recreaban entre tanto acariciando las nalgas paraditas de su hija por sobre las bragas que aun traía puestas; los dedos recorrían con sumo placer todos los rincones de mi hija deteniéndose especialmente en la parte del ano y la rayita de la panocha.

Ambos continuaron en esa posición por algunos minutos más y luego mi hija se levanto y le dio a su padre que le iba a quitar el pantalón, debajo este ya se apreciaba una notable erección, por los tobillos las manos de Sandra sujetaron las orillas del pantalón y lo fue jalando hasta que por fin esté salió por los pies de mi marido, su palo saltó como si tuviera un resorte cuando el resorte de la cintura termino de pasar por ahí, Sandra se rió entusiasmada cuando observo la verga de su padre saltar de aquella forma.

-¡Mmmm... que rico se ve papá!- fueron las palabras de la niña.

Luego se encuclilló en los tobillos de su padre y sin decir más se introdujo la gruesa verga dentro de su pequeña boquita, comenzando una mamada como las que él me había enseñado a hacer, la boquita de ella se resbalaba por todo lo largo del tronco de su padre hasta donde se lo podía tragar, solo dejaba afuera un poco menos de la mitad del rico palo de mi marido y regresaba hasta la punta de este para ahí jugar un poco con su lengua. Mi hija se la mamo a su padre por largos minutos y cuando por fin termino Roberto le dijo que se acostara, ella así lo hizo y él se paró y se agacho e su entrepierna comenzándole a mamar ahora a ella, sus labios comenzaron a chupar los labios vaginales de la niña, uno a uno, con calma haciéndola gemir a cada toque de sus labios con los labios vaginales de su hija, luego la lengua fue haciendo su trabajo, recorriendo palmo a palmo desde el ano hasta el clítoris, esto lo sabía yo a la perfección; a estas alturas tuve que hacer una pausa ya que la fuerte punzada que me había dado al principio ahora había cambiado por excitación y me di cuenta de que mis bragas estaban completamente empapadas, mis manos recorrían mis senos acariciando mis pezones ardientemente. Me levante y saque de uno de los cajones un gran consolador que hace tiempo no usaba.

Inmediatamente me desnude por completo y volvía a apretar el botón PLAY para continuar viendo la grabación de la noche anterior. Roberto continuó mamando la pecunia vagina de nuestra hija, su lengua se introducía dentro de la rajada e iba subiendo por su gruta hasta la parte superior y allí se topaba con el clítoris de la niña al cual comenzaba a chupar y luego con la lengua lo buscaba para acariciarlo con está, Sandra se agarraba fuertemente de las sabanas mientras que sus caderas rotaban en círculos para proporcionarse más placer, en pocos segundos pude observar como sus jugos comenzaron a invadir la boca de mi marido quién bebía sin parar cada gota que escapaba de la panochita de su linda niña. Sandra se retorcía arqueando su espalda gracias al placer que su padre le estaba proporcionando.

Roberto dejo descansar por algunos segundos a nuestra hija después de esa fenomenal mamada que le acababa de dar, se paro y fue al costado de la cama, se agacho y saco de la bolsa de su camisa de la pijama un paquetito, un condón, lo abrió y le dijo a Sandra que se preparara; Sandra se acomodo en la parte alta de la cama acostándose boca arriba y abriendo sus piernas ampliamente, tuve una vista espectacular de su linda vagina aun con un bello muy fino que la recubría, mi marido se puso el condón y luego se hinco entre las piernas de la niña, con su mano acaricio por algunos segundos la rajadita de la niña y luego se fue acomodando, con su mano guió la punta de su verga hasta que está topo con la pequeña entrada vaginal de mi hija. La cabeza penetro lentamente entre los labios vaginales de la pequeña que se iban ensanchando mientras que la gruesa herramienta se introducía. En pocos segundos la verga de mi marido llegó hasta el fondo de nuestra hija y entonces inició el bombeo, sus caderas se meneaban lentamente haciendo gozar a la pequeñita, su rostro reflejaba todo el placer que estaba recibiendo, la verga entraba y salía de su pequeña vagina que se veía claramente como sujetaba con gran firmeza esa gruesa macana tratando de retenerla en su interior, el pene salía casi por completo para de nueva cuenta perderse en los adentros de la pequeña Sandra, su boca abierta respirando dificultosamente y en su frente unas cuantas gotas de transpiración.

El dildo se encajaba profundamente en mi pepa, lo apretaba para sentir como iba saliendo poco a poco, la humedad que escapaba de mi vagina era demasiada, nunca antes me había mojado tanto, por mis dedos que sujetaban el consolador escurría ya parte de mis líquidos que no dejaban de manar. La sensación de ver a mi marido cogiendo con nuestra hija era demasiado excitante y me tenía casi al borde de un infarto, de pronto en mis entrañas estallo un orgasmo como nunca antes, ríos de jugo escurrieron de mis adentros, empapando las sabanas de la cama en la cual estaba recostada; fue algo verdaderamente delicioso que me dejo desmadejada por unos instantes.

En el video mi marido seguía cogiendo con nuestra hija ahora ya mas rápidamente, su verga se meneaba expertamente dentro de la panochita de nuestra niña, sus flujos ya salían cada que la verga entraba y salía haciendo que escurrieran por entre sus nalgas. De pronto mi hija estallo en un orgasmo, casi imagino igual al que yo acababa de experimentar.

-¡Si papi... así... que rico siento... quiero gritar...- decía ella.

-Grita mi amor... sé que te encanta... que rico me la aprietas... siento que no puedo más...- dio mi marido al instante que tomaba una de las almohadas y se la ponía en la cabeza a nuestra hijita, bajo la almohada ella grito tan fuerte que aun así se escuchaba en la grabación.

-Así... así... que delicia papá.... métemela hasta el fondo... así... más... más...-

Las caderas de mi marido se siguieron moviendo dentro de ella hasta que su orgasmo menguó y luego la dejo descansar por algunos segundos mientras la besaba en la boca y las tetas. Cuando Sandra sintió que ya estaba lista para continuar se levanto y se acomodo dándole el frente a la cabecera de la cama de la cual se sujeto firmemente parando las nalgas haciendo esto que se le vieran sumamente exquisitas, mi marido acomodo su cara detrás de estas y las comenzó a besar y lamer con gran amor. Por lo que pude alcanzar a notar él le lamía el ano y los cachetes de las nalgas en esa formidable posición. Luego se acomodo hincado detrás de ella y apunto con una de sus manos su gran vergas hasta la vagina de la niña en la cual penetro ahora más rápidamente.

Se hundió hasta que las bolas chocaron con los muslos de nuestra hija y se la empezó a coger en esa posición, ambos se movían uno contra el otro, las manos de mi marido estaban sobre las caderas de la pequeña, acariciaba sus nalgas y de vez en vez al parecer le introducía uno de los dedos en el ano, eso lo hace con migo, un orgasmo de iguales dimensiones se empezaba a formar en mi interior al mismo tiempo que en la pantalla mi hija rotaba sus caderas y se aventaba más duro contra su padre, quien también empezaba a moverse más y más rápido; detuvo un poco los movimientos de sus caderas para evitar venirse antes que Sandra, se mantuvo entrando y saliendo de su gruta pero a un ritmo menor, ahora las manos de él pasaron a acariciar los senos de la niña, los sobaba delicadamente poniéndole especial atención el los pezones, ella arqueaba su espalda hacia atrás y su cabello corto se meneaba como seda, de pronto le dio a su padre.

-¡Ya papá, ya... Hoooo... siiiii... todo... todo... hay que rico siento...!- rito ella.

Roberto comenzó a moverse ahora más rápido dentro de nuestra hija y de pronto sus espaldas se arquearon y uno gemido se escapo de sus labios, su verga se introdujo en lo más profundo de Sandra quien también se pego lo más que pudo al cuerpo de su padre, la venida había sido sumamente fuerte, ambos pegados lo más que podían seguían moviéndose pero sin sacar para nada la verga de él.

-¡Que rico me la aprietas pequeña... me gusta sentirte así... mójame más.. – le dijo él.

Ambos permanecieron así por varios segundos y después se dejaron caer en la cama para continuar acariciándose, mi marido retiro el condón que traía puesto y reviso que no estuviera fisurado, luego lo escondió dentro de su bolsita y un pañuelo y lo deposito en el cesto de basura. Roberto se agacho poco después para mamar de nueva cuenta la rajadita de su nena y tragarse así todos los jugos que él mismo le había extraído, luego la acomodo en la cama, la arropo, le dio un beso de buenas noches y se retiró de la habitación.

Fue que ellos terminaron que yo continué masturbándome con ese gran consolador hasta que logre arrancarme otro orgasmo más y después caí totalmente agotada en mi cama quedándome dormida hasta que oí que Sandra llegaba de la escuela, rápidamente acomode todo como estaba y me vestí, salí a recibir a mi niña y como no había guisado tuve que pedir pizza, lo cual a ella no le desagrado.

Estaba dispuesta a dejar que Roberto viera la cinta en cuanto llegara para ver que cara ponía pero aun no estoy convencida de que deba hacerlo así, no sé, tengo que ordenar mis pensamientos para saber de que modo actuar, por lo pronto a mi hija ahora la veo de forma distinta y hasta más cariño he llegado a tenerle, pero ahora debo pensar un poco.

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