miprimita.com

La secta (07)

en No Consentido

La secta VII

La secta continuaba creciendo, ya había juntado a varios padres e hijas educándolos en las cuestiones del incesto, varias eran las personas que se estaban acercando a mí para pedirme consejo o ayuda y así poder disfrutar de estos placeres que solo el supremo puede otorgar.

Una mañana como a eso de las ocho llamaron a mí puerta, me acababa de levantar y salí para ver de quién se trataba, era Magdalena, una mujer como de unos treinta y cinco años, ella es un tanto llenita, de cara simpática, unas nalgas firmes y redonditas y poseedora de un bello par de grandes senos que se dibujan hermosos bajo sus blusas escotadas. Por supuesto la salude cordialmente y la hice pasar al recinto, fuimos a la oficina, ella quería conversar con migo de un importante asunto. Nos sentamos en el sofá de la oficina y ella comenzó su casi confesión.

-Vera usted.- dijo un tanto exaltada. –me he enterado de las relaciones que se forman en nuestra comunidad... y pues yo quería que me aconsejara sobre algo.

-Bien hermana, comprendo de que se trata, continua por favor...- dije en tono tranquilo.

-Pues bien... usted sabe que mi marido se fue al extranjero y pues yo quede sola con mi niño... usted sabe ¿verdad? Bien... me gustaría... pues... lo que los demás... – continuó en un tono más nervioso.

Yo reí calmadamente. –Lo entiendo perfectamente, tu quieres formar parte de la sociedad más especial de esta comunidad ¿No es así?-

-Me ha entendido perfectamente hermano.- contestó ya más calmada por mi contestación.

-Pues bien hija, vamos a poner manos a la obra, ven.- Le dije a la vez que me ponía de pie y le tendía una mano.

Magdalena me tendió también su mano y me siguió sin preguntar, la guié hasta mi habitación, entramos y cerré la puerta, ella quedo parada frente a mí dándole la espalda a la cama que aun estaba destendida. Me acerque a ella y entonces puse mis manos en su cintura, sentí la suave tela de su vestido, ella temblaba de nervios; mis manos bajaron hacia sus caderas y las acaricié despacio, luego fue corriéndolas para atrás y así poder apoderarme de sus nalgas, eran aun firmes, pasee mi mano por los dos cachetes sin dejar de palpar cada milímetro de estas. Magdalena gimió y se abandono a mí abriendo su boca y permitiendo que mi lengua la penetrara hasta poder sentir que su propia lengua respondía y se enfrascaba en un húmedo y apasionado beso que la hizo estremecerse.

Baje mis manos por sus piernas y sujete la falda de las orillas, la fui subiendo lentamente, las piernas de la mujer fueron quedando desnudas, yo las podía apreciar a través del espejo que estaba a un lado de la cama. Su blanca piel se apreciaba a la vez suave, sus piernas eran bien torneadas, sus curvas estaban donde deberían estar, levanté un poco más la tela de su vestido y pude ver sus bragas que aunque no eran muy sexys en realidad venían con su personalidad, dándole un aire de madurez a esa hermosa piel, de color negro, contrastaban intensamente con la blancura de su piel, dejé por unos instantes su vestido en su cintura y pasé las manos a la parte lateral de sus bragas para irlas jalando hacía abajo, sentía el calor de su piel ahora. Las bragas cayeron hasta sus rodillas y ahí permanecieron unos instantes hasta que con movimientos de sus piernas estas se fueron al suelo.

Por el espejo pude apreciar la suavidad de los cachetes de sus nalgas y me separe de ella un poco para poder verle su cuca, llena de vellos enmarañados de color oscuro que formaban un bello triangulo sobre su vagina, puse mi palma completa para poder abarcar la cálida rajada de la bella mujer, ella saltó un poco al sentir como mi mano se amoldaba a su panocha pero después de unos segundos abrió un poco sus piernas para dejar que palpara a mi gusto toda la pucha. Moví mi mano hacia arriba y hacia abajo por toda la panocha de la mujer y después de unos minutos la retiré solo para hincarme frente a la hermana y comenzar a olfatear su nido de amor, ella permanecía inmóvil y sujetaba su vestido que estaba enredado en su cintura; mi nariz se incrustó entre las bien torneadas y firmes piernas de Magdalena, su olor era delicioso, a hembra en celo. Por supuesto que no pude evitar que mi lengua saliera pronta a disfrutar del néctar que comenzaba a manar del interior de esa rica rajada. Pronto mis lengüetazos hicieron su efecto y la mujer comenzó a gemir satisfactoriamente a la vez que una de sus manos se poso en mi cabeza y me apretaba fuertemente contra su vagina. Yo traté de tragarme todos los jugos que salían de su hermosa concha metiendo mi cabeza por entre sus piernas para poder acercar mejor mi lengua y que esta se clavara lo más profundo posible dentro de la húmeda rajada. Pronto llegó mi hermosa compañera a un orgasmo que hizo que las piernas le fallaran y se dejó caer pasadamente en la cama.

La dejé descansar por unos segundos solo para luego montarme sobre ella y retirarle por completo el vestido y su sostén, sus grandes tetas quedaron por fin a mi vista, inmediatamente me fui a besarlas y mamar los pezones como ella deseaba, eran hermosas, grandes como un par de toronjas, blancas, con unos pezones regordetes que parecían una uva, de un color café claro. Los lengüetee hasta que me canse y los dejé completamente erectos. Me levanté ya desnudo pues me había ido quitando las prendas mientras que le mamaba las tetas a Magdalena, mi verga apuntaba al cuerpo de la mujer, me arrodille en la cama frente a la cara de ella y mi verga quedo a la altura de su cara, levantó la cabeza y comenzó a chupármela con ansias, me la estuvo mamando por largo rato, casi me hace venirme en su boca, pero yo deseaba penetrarla así es que le pedí que se detuviera.

Me puse de pie delante de Magdalena y ella comprendió, puso sus pies en el borde del colchón y abrió lo más que pudo sus piernas, mostrándome impúdicamente su centro del placer ya abierto por la mamada anterior, me encarame sobre ella y le di un apasionado beso en los labios, luego con las caderas apunté mi verga a la entrada vaginal de la mujer, al sentir que mi verga se anidaba entre los labios de ella di un leve empujón y la cabeza se hundió, luego despacio la penetré hasta que mis cojones chocaron con su ingle, espere solo unos instantes y la comencé a bombear fuertemente, produciendo fuertes chasquidos por lo inundada que se encontraba su panocha, estuvimos cogiendo en esa posición por varios minutos y luego la puse de a perrito al borde de la cama, yo parado detrás de ella la penetre hasta el fondo y así continuamos cogiendo, mi verga entraba y salía con cierta velocidad de su mojada concha, pronto su esfínter comenzó a exprimirme y no me pude contener más, de la punta de mi palo comenzaron a salir gruesos chorros de caliente esperma que inundaron más aun la vagina de Magdalena, al sentir mi venida ella también comenzó a venirse, fuertes convulsiones de su cadera hacían que ella gimiera y gritara como un posesa, nuestros cuerpos ardían y continuaban moviéndose rápidamente y más rápidamente hasta que las sensaciones fueron casi insoportables y yo caí rendido sobre ella, los dos estallamos en fuertes carcajadas de satisfacción y quedamos noqueados por algunos minutos, solo nos besábamos con intensidad.

Nos dormimos cerca de veinte minutos y luego nos levantamos para asearnos, su rajada era un charco de jugos que le escurrían por las piernas al momento de pararse, ya en la regadera los dos juntos nos enjabonamos uno a la otra y comenzamos la siguiente platica.

-Sé que tienes un hijo de catorce ¿No es así?-

-Así es... es mi adoración, lo amo mucho...-

-Bien, quiero que lo hagas venir en el transcurso de la semana y además quiero que tú vengas con él, veras que bien te va a hacer sentir cuando le demuestres tu amor y el a ti.-

-Esperaré con ansias ese día, tu pon la fecha hermano.-

-Claro, el miércoles será la iniciación de ambos. ¿Te parece ese día?-

-Muy bien... me parece bien... aquí estaré-

Terminamos de bañarnos, luego nos vestimos y disfrutamos de toda la mañana haciendo diversas labores del templo juntos, luego ella se despidió ya que tenía que ir por su hijo, jorge, a la escuela.

 

CONTINUA

Mas de Cazzique

Belisa

Amanda

Odette

Las primas

Magnolia

Kimy

Alejandra

Kimberly

Verónica

Maite

Ximena

Tempranos inicios lésbicos (04)

La secta (32)

Tempranos inicios lésbicos (03)

Tempranos inicios lésbicos (02)

La secta (30)

Tempranos inicios lésbicos (01)

Una después de otra

La secta (26)

Junta vecinal

La farmacia

Nora y Paloma

Una tarde en el cine

La secta (19)

De regreso a casa

La marca de ese día

La mejor amiga

Vaya madrugada

El viaje

Flavio, mi cuñado

La secta (14)

Laura

Reprobar historia

La secta (11)

Aventón

En un barco

La secta (05)

La secta (02)

Dos amigos (09)

Bajo el puente

Fiesta familiar (39)

Confesión

Fiesta familiar (35)

Miedo

Fiesta familiar (32)

Fiesta familiar (33)

Fiesta familiar (31)

Fiesta familiar (30)

Viajar ilustra

Fiesta familiar (29)

Fiesta familiar (27)

Fiesta familiar (28)

Sorpresas (03)

Marcela (04)

Fiesta familiar (25)

Fiesta familiar (26)

Fiesta familiar (24)

Fiesta familiar (23)

Fiesta familar 24

Los ángeles de Charly (08: Italia)

Los ángeles de Charly (07: Italia)

Los ángeles de Charly (06: Erika y su mamá)

Los ángeles de Charly (05: Erika)

Sorpresas (02)

Los ángeles de Charly (04: Delia)

Los ángeles de Charly (03: Delia)

Los angeles de Charly (01: Lucrecia)

Los ángeles de Charly (02: Lucrecia)

Fiesta familiar (22)

Fiesta familiar (20)

Marcela (03)

Fiesta familiar (19)

Sorpresas

Fiesta familiar (18)

Fiesta familiar (17)

Fuga de casa a los 10

Fiesta familiar (16)

Fiesta familiar (15)

Marcela (02)

Fiesta familiar (14)

Marcela (01)

Fiesta familiar (13)

Fiesta familiar (12)

Fiesta familiar (11)

Fiesta familiar (10)

Fiesta familiar (09)

Fiesta familiar (08)

Fiesta familiar (07)

Fiesta familiar (06)

Fiesta familiar (05)

Encuentros familiares (07)

Fiesta familiar (04)

Las niñas consentidas (05)

Maria Fernanda (04: Anal)

Fiesta familiar (03)

Maria Fernanda (03: La penetracion)

Fiesta familiar (02)

Encuentros familiares (06)

Las niñas consentidas (04)

Fiesta familiar (01)

Las niñas consentidas (03)

Maria Fernanda (02: El cunilingüs)

Encuentros familiares (05)

Las niñas consentidas (02)

Encuentros familiares (04)

Maria Fernanda (01: La iniciación)

Las niñas consentidas (01)

Encuentros familiares (03)

Vacaciones, las mejores de mi vida (02)

Encuentros familiares (02)

Tío Rodrigo

Encuentros familiares (01)

Vacaciones, las mejores de mi vida (01)

Ayer y hoy en la vida de un bisexual

Sabrina

Noemi

Los amantes perfectos

Lidia

La niña de catorce

La niña

Hermana

Aprendiendo en familia

¡Que descubrimiento! (VI)

¡Que descubrimiento! (V)

¡Que descubrimiento! (IV)

¡Que descubrimiento! (III)

¡Que descubrimiento! (II)

¡Que descubrimiento! (I)