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Los ángeles de Charly (08: Italia)

en Amor filial

Los ángeles de Charly VIII (Italia)

Por: Cazzique

www.todorelatos.com

cazzique@hotmail.com

Al siguiente día por la mañana todos nos paramos a desayunar ya algo tarde como a eso de las diez de la mañana, no había prisas ya que las vacaciones continuaban y no teníamos que preocuparnos por horarios; mientras desayunábamos mi esposa me comentó que le gustaría ir a visitar a algunas de sus amigas que hacía rato no veía, por supuesto que le dije que si podía ir a visitarlas y así quedarme a solas con Italia, ella también se dio cuenta de mis intenciones y secundo mi opinión.

Eran ya como las dos de la tarde cuando por fin mi mujer estaba terminando de arreglar los últimos detalles de su vestimenta, en el carro esperábamos Italia y yo; Cesar, mi hijo, ya estaba en la calle listo para salir con sus amigos los cuales lo esperaban también, y por fin salió mi mujer, se veía tan bella como siempre, nos sonrió y abordo el auto, pronto salimos rumbo a la casa de sus amigas y cuando llegamos ella me dijo que me llamaría por teléfono cuando ya estuviera lista para regresar a casa, nos despedidos e Italia y yo partimos de regreso a casa.

Cuando llegamos a casa eran ya como las tres de la tarde, entramos y dimos una rápida mirada para ver que en realidad Cesar se hubiera ido con sus amigos, cuando confirmamos que estábamos completamente solos inmediatamente nos fuimos a mi habitación, Italia estaba sumamente nerviosa y se quedo parada en la puerta de la entrada, yo que venía atrás de ella la tome por los hombros y la hice que se girará para darme la cara, cuando estuvimos de frente me agache y pose con delicadeza mis labios sobre los suyos, comenzamos a jugar con nuestras bocas por algunos segundos y luego mi lengua salió a buscar a la suya, nuestro beso se fue prolongando por varios minutos más, nuestras lenguas se enredaban como si de dos serpientes se tratara, mis manos buscaron su cuerpo, primero su espalda y luego fui descendiendo hasta toparme con el inicio de sus nalgas, baje un poco más para poder posar mis palmas sobre los prominentes cachetes de estas, con movimientos circulares comencé a acariciar por encima de la falda los dos esponjados glúteos casi cargando a mi hija.

Nos separamos del prolongado beso y entonces dirigí a mi hija hasta adentro de la habitación, ambos nos sentamos en la cama y continuamos besándonos, ahora ella comenzó a abrazarme y a acariciar mi cabello, yo puse una de mis manos sobre su rodilla y desde allí comencé a avanzar hacia arriba para poder acariciar sus lindas y suaves piernitas, lentamente iba avanzando por su muslo hasta que mi mano se perdió bajo su falda, me acercaba cada vez más a su entrepierna y ya podía sentir el calor que manaba de esta, por fin me tope con sus bragas, delicadamente acaricié su monte de Venus palpando cada una de las formas y hendiduras que se dibujaban en la tela de algodón, Italia abrió un poco sus piernas para permitir que mi mano trabajara más a gusto; separando sus labios de mi boca me dijo lo mucho que le estaba gustando que le acariciara por ahí.

Con la mano que estaba libre empecé a desabotonar su blusa, sus blancas carnes iban quedando al desnudo a cada botón que salía del ojal, sus senos pequeños se dibujaban perfectamente bajo la tela de la blusa y antes de que se la quitara no pude evitar pasar mi mano por estos y sobar delicadamente hasta lograr que sus pezones se pusieran completamente duros. Pasee por cada una de las dos pequeñas protuberancias, duras, firmes pero a la vez suaves y delicadas, sensibles y exquisitas. Italia sacaba más el pecho para mostrar que sus dos bellas protuberancias eran más grandes y así recibir más caricias en ellas. Mi bella hija estaba sumamente caliente y lo demostraba ahora sin inhibiciones y cuando sintió que la blusa estaba completamente desabotonada ella misma se la quitó mostrando su fina y suave piel sin vergüenza, sus erguidos y puntiagudos senos se alzaban deliciosos e imponentes, sus pezones rozados apuntaban con firmeza hacia el frente; me agache un poco y así pude poner uno de ellos dentro de mi cálida boca, lo comencé a chupar tiernamente mientras que con la lengua lo acariciaba moviéndola circularmente alrededor de él.

Las manos de Italia se pusieron entonces a hurgar en mi entrepierna y lo que se encontró pues le agradó demasiado, la niña comenzó a sobarme la verga con movimientos rectos de arriba hacia abajo, aún sobre la tela del pantalón que traía, yo ya no podía aguantar la sensación y le pedí que me la sacara; Italia no se hizo del rogar e inmediatamente bajo el cierre de mi pantalón y busco bajo de el haciendo a un lado mis calzoncillos, tomó con su manita el grueso tronco y entonces lo sacó e inmediatamente inició de nuevo la tortura de la masturbación, pero ahora libre de todo estorbo. La dejé que continuará por algunos minutos con los sabrosos movimientos que estaba haciendo pero luego le pedí que le diera un besito, mi hija se me quedo mirando extrañamente pero se puso de pie y se inclino, con un poco de miedo se inclino hacia mi palo y deposito en la cabeza de este un delicado y tierno beso; yo le dije que así no se hacía y que la iba a ir guiando en este proceso.

Primero, le dije, tómala con tu manita y ponla completamente vertical... saca tu lengua y paséala por todo el tronco, procura ponerle mucha saliva... cuando llegues a la cabecita, recórrela, despacito, saboréala y siente todas sus formas, sus curvas... luego abre grande tu boquita y empieza a meterla lentamente en ella, trata de meter en tu boquita lo más que puedas de mi pito, procura con tu lengüita irla acariciando mientras te la tragas... ya que la tengas lo más adentro posible regresas a la punta y empiezas de nuevo... mete y saca, mete y saca... continuas así por algún rato mientras yo disfruto de esta deliciosa sensación... poco a poco vas a ir tomándole el sabor a esta nueva experiencia que estas adquiriendo. Estas eran las instrucciones que le estaba dando a Italia y mientras que yo lo iba diciendo ella las iba ejecutando, temerosa al principio mi hija dudaba un poco pero en poco tiempo le fue encontrando el ritmo a la felación y se fue soltando hasta que ya lo hacia muy bien.

Por largos minutos Italia me la estuvo mamando y cuando sentí que ya estaba a punto de venirme le pedí que se detuviera, entonces le dije que era su turno, la hice que se recostara sobre la cama y deje que sus piernitas cayeran por la orilla de esta, me hinque en frente de ella y empecé a quitarle los zapatos y las calcetas que traía, luego tome su pierna derecha y la sujete frente a mí; la comencé a besar comenzando desde el dedo gordo de su pie, al principio esto provoco un poco la risa en Italia pero luego se incremento aún más su calentura, fui subiendo lentamente por su pierna, besando cada milímetro de su piel, suave y firme, por fin llegue hasta sus rodillas y continué subiendo más y más, sus muslos suaves y de blanca piel se me estaban ofreciendo ahora, su olor era delicioso, ahora por fin pude apreciar su entrepierna oculta bajo las bragas de color blanco, también pude ver que ya un poco de humedad se dibujaba en la tela de algodón; acelere mis lamidas en su muslo para acercarme lo más posible a este deseado lugar y cuando por fin mi cabeza se perdió bajo la falda de mi hija pude percibir el olor de su vagina, dulce y único, me quede bajo su falda aspirando y lamiendo la piel de su muslo lo más cerca posible de su vagina, era algo delicioso, Italia me comentó lo mucho que le gustaba esto, me pidió que no me detuviera y por supuesto que yo no me detuve, con una de mis manos me masturbaba lentamente para prolongar las sensaciones de ambos.

Salí de debajo de la falda de Italia y la mire a la cara, ella estaba recostada en la cama pero con la cabeza levantada, tratando de mirar lo que ocurría debajo de su falda, le sonreí y ella correspondió. Puse mis manos en cada una de sus rodillas y acariciándolas lentamente fui subiendo pos la parte externa de sus muslos hasta llegar a encontrarme con la orilla de sus bragas, ahora subí por estas y me encontré el elástico de las mismas, metí mis dedos entre la piel de sus caderas y la tela de las bragas y entonces comencé a jalar hacia mí la prenda que lentamente se fue deslizando y dejando al descubierto su lampiño sexo. Por fin las bragas terminaron de salir y yo las acerque a mi nariz para poder aspirar su delicado aroma, luego me agache y pude aspirar directamente el mismo aroma pero ahora de la fuente que lo producía, su rajadita se encontraba completamente cerradita, entre sus piernitas que ahora permanecían cerradas, coloque mis manos sobre sus rodillas y fui abriendo lentamente las piernas de Italia quién no oponía resistencia; lentamente su rajadita fue quedando al descubierto y sus labios se abrieron un poco, mostrando su rosado y húmedo interior. Inmediatamente después de que las piernitas de Italia estaban bien abiertas me agache nuevamente pero ahora para aspirar mucho más de cerca y luego mi lengua comenzó a inspeccionar sus muslos y su estomago, por supuesto puse especial atención a su bello ombligo, fui haciendo un amplio circulo alrededor de su vagina y lentamente me fui acercando a su vulva, por fin cuando llegué hasta ésta comencé a lamer delicadamente cada uno de los labios exteriores y luego introduje justo a la mitad de la pepita mi hambrienta lengua, y acaricié con ella los labios interiores; la rajadita de Italia se iba abriendo lentamente como los pétalos de una rosa.

Mi hija comenzó a respirar ahora más agitadamente y a los pocos minutos logro alcanzar un orgasmo leve que me anunció con gemidos, deje que descansara por solo unos segundos y después continué mi ataque a su panochita, nuevamente mi lengua salió para hospedarse en las cálidas carnes de mi hija, introduje profundamente mi lengua en la rayita de Italia y comencé a menearla en forma circular para poder palpar cada una de las paredes vaginales de la niña, luego salí y recorrí a todo lo largo los labios vaginales, chupándolos y lamiéndolos en cada ocasión, permanecí haciendo esto por algunos minutos y luego busque en la parte alta de su vagina su delicado botoncito y cuando lo encontré me dediqué a inspeccionarlo y mimarlo, primero comencé a lengüetearlo por fuera y en pequeños circulitos que de repente cambiaba por movimientos de lado a lado, mi hija se comenzaba a retorcer en la cama y abría más sus piernas para facilitar mi labor, luego con dos de mis dedos tome el clítoris y fui sacándolo de su capuchón, cuando ya estaba afuera ataque con mi lengua, a la primer estocada que le di mi hija pego un brinco que por poco se me escapa de la boca y así inicié de nuevo mi grata labor, su clítoris fue mimado con caricias, chupetones y lamidas que mi lengua le estaba proporcionando y de vez en cuando con toda mi boca abarcaba su panochita para evitar que sus jugos se desperdiciaran, me bebí cada gota de los líquidos que estaban fluyendo del interior de mi hija.

Por fin a los pocos segundos de estar trabajando en la rajadita de mi hija dieron resultados y entonces nuevamente y con grandes gemidos y gritos mi hija me avisó que se estaba viniendo, pequeños hilillos de jugos comenzaron a manar del interior de su rajadita e inmediatamente me di a la tarea de chupar toda la pepa para evitar que se perdieran y continuar así dándole el placer que requería. Mientras que le seguía chupando la panocha uno de mis dedos se perdió en el interior de su ano y comenzó a entrar y salir a moderada velocidad. Su orgasmo duro varios segundos y por fin cuando cesó ella quedo completamente exhausta por algunos minutos.

Llegó el momento de intentar algo diferente, me puse de pie y termine de desnudarme, mí hija permanecía recostada en la cama con las piernitas abiertas, me incliné hasta quedar a su altura y entonces coloque mi verga a la altura de su vaginita, inmediatamente mi hija levanto su cabeza para ver como la iba a penetrar. Empuje levemente mi macana y la punta penetró unos milímetros entre los apretados labios vaginales de mi pequeña, la niña volteó a verme y con una mirada de suplica me pidió que continuara, yo entonces le dije que esta parte era la más difícil ya que le iba a doler un poco, entonces ella con movimientos afirmativos de su cabecita me dio el permiso para continuar; me acomode entonces y di un fuerte empujón de mis caderas, la verga se introdujo profundamente dentro de la apretada panochita de mi hija; ella soltó un fuerte grito de dolor pero no dejo de mirar como era penetrada por mi gruesa verga, algunas lagrimas se perfilaron en sus lindos ojos.

Un ligero hilillo de sangre escapo de entre su vagina y mi verga que aún no se movía del lugar en donde quedó, así permanecí unos cuantos segundos más esperando que Italia me pidiera continuar, sus manitas se colocaron en mi cintura y luego de unos segundos ella me empujo con su mano dándome la aprobación para continuar con mi trabajo, entonces comencé a empujar más y más hasta que por fin pude llegar hasta el fondo de su apretada panochita. De allí en adelante continué con un leve bombeo que poco a poco fue llevando del dolor al placer a mi hija, mi verga entraba y salía de la apretada panocha estirando los labios a su máximo, las caderas de Italia se meneaban de manera circular haciéndome sentir el verdadero placer de estar cogiendo con mi hija, la cual también estaba disfrutando de la penetración, me agache para que nuestros labios se unieran en un cachondo beso que se prolongo por largos minutos, las manos de Italia estaban ahora acariciándome las nalgas y a la vez guiando los movimientos de mis caderas que se encontraban con su entrepierna, los jugos vaginales de mi pequeña comenzaron a escapar de su rayita y la colcha de la cama se empezó a humedecer con ellos.

Estábamos tan metidos en nuestra cogida que nunca nos dimos cuenta de que éramos observados desde la puerta de la habitación hasta que un ruido delato al observador, nervioso mi hijo Cesar nos estaba observando, ni él ni nosotros supimos que decir cuando nos vimos, Italia solo tuvo como reacción taparse con la colcha pero se quedo recostada en la cama y yo a un lado de ella con la verga apuntando al techo y completamente humedecida de nuestros propios jugos, mi hijo solo dio un paso hacia nosotros y se detuvo, entonces yo observe que bajo sus pantalones se dibujaba una gran erección. Le pregunte a Cesar si le gustaría coger con su hermana y él se quedo mudo, sólo después de un par de minutos me respondió afirmativamente moviendo la cabeza.

Entonces y para sorpresa de mi hijo, le quite a Italia la colcha con la que se estaba cubriendo, el bello y delicado cuerpo de mi hija quedo al desnudo de nueva cuenta, su piel blanca, su cabello alborotado, sus labios hinchados por los besos que nos acabábamos de ofrecer, sus piernas abiertas de par en par y su panocha un poco dilatada y escurriendo nuestros jugos; le pregunte a mi hija que si le gustaría coger con su hermano, ella lo miro de arriba para abajo y luego de regreso, su voz dulce e infantil dijo un si largo y excitante, entonces le dije a Italia que ella ya sabía que hacer. Italia se puso de pie ya sin inhibiciones y se paro frente a su hermano, llevo sus brazos al cuello de Cesar y lo beso profundamente en los labios, él se quedo inmóvil por solo unos segundos pero inmediatamente después respondió al beso que se le ofrecía, sus manos se colocaron en las nalguitas preciosas de mi nena y las acarició con gusto infinito y las paseó de arriba para abajo por todo el largo de la espalda de su hermanita menor. Minutos después Italia se separo de su hermano y comenzó a desnudarlo, Cesar le ayudo para hacer las cosas más rápido, cayó la camisa y continuó su cinturón, luego su pantalón, bajo los calzoncillos de él se apreciaba la potente erección; Italia acarició con una de sus manitas la dura tranca de su hermano, luego bajo los calzoncillos de éste y la verga saltó apuntándola, la boca de mi hija se fue abriendo a la vez que se iba agachando y cuando sus labios tocaron la cabeza del miembro mi hijo gimió involuntariamente, Italia comenzó a lamer y chupar el pito de su hermano justo como yo se lo había ido explicando, la verga de Cesar no era tan grande como la mía pero para sus quince años ya mostraba un buen tamaño, la lengua de su hermana estaba recorriendo el tronco de arriba hacía abajo y pronto sus labios se abrieron para dar cabida a la barra de carne que lentamente fue devorada hasta que por fin logro introducirla por completo, luego volvió a salir hasta la cabeza en la cual chupo dos o tres veces y luego reinició hasta el fondo de nueva cuenta; varios movimientos bastaron para lograr que mi hijo comenzara a respirar agitadamente en señal inminente de su venida, la boca de Italia estaba devorando ahora con más velocidad la verga de su hermano cuando de pronto y con un gemido de satisfacción él explotó dentro de la boca de su hermanita, la leche comenzó a regar la garganta de Italia quién a pesar de esto no se sacó la verga de la boca hasta dejarla por completo flácida después de tan espectacular venida, toda los mocos fueron devorados por Italia y algunas gotas escurrían por la comisura de sus labios.

Cesar estaba reposando cuando le dije que era su turno de hacer feliz a su hermana, él no supo que hacer así que tuve que decirle como debería hacerlo, lo primero que le indique era que debería de chuparle a ella su panochita, Italia se acostó en la cama boca arriba y abrió sus piernitas mostrando su rosada vaginita en todo su esplendor; le indique a mi hijo que debería de ponerse en medio de sus piernas y comenzar a chupar y lamer la rayita que le ofrecía su hermana, sin dudarlo mucho tiempo Cesar se acostó boca abajo en la cama entre las piernas de su hermana y comenzó a inspeccionar la húmeda vagina de Italia. Su lengua comenzó a inspeccionar los labios vaginales que se le ofrecían, de arriba hacía abajo la lengua recorrió toda la rajadita y pronto sus labios comenzaron a chupar los gruesos y regordetes pliegues de ella, rápidamente él le tomo el gusto a la vagina de su hermana y sin necesidad de más instrucciones le fue dando una fenomenal mamada, su lengua se introducía dentro de su agujero lo más posible y con movimientos circulares la estaba haciendo gemir de placer logrando que en pocos segundos ella volviera a alcanzar un nuevo orgasmo.

Cesar y yo dejamos que Italia descansara unos minutos y mientras que ella reposaba acostada en la cama mi hijo termino de desnudarse por completo. Su verga ya estaba completamente dura de nueva cuenta lo mismo que la mía, entonces me acosté al lado de mi hija y le di un suculento beso en los labios, luego la fui montando sobre mí y la acomode para penetrarla por su vagina, la cabeza de mi pito quedo entre sus labios vaginales y con un leve movimiento de mis caderas ésta se fue perdiendo en el interior de esa apretada conchita, ella estaba de frente a mi y mis manos le acariciaban las nalgas con exquisito deleite mientras que uno de mis traviesos dedos se sepultaba dentro del caliente ano que fuertemente lo apretaba. Comencé a bombear esa rica vagina que me producía agradabilísimas sensaciones, cesar entre tanto no perdía detalle de lo que hacíamos su hermana y yo; a los pocos minutos de estarme cogiendo a mi hija en esa posición y después de que sentí que ya estaba preparada le dije a Cesar que se montara sobre de ella y la penetrara por el culo, claro que le indique que debería de lubricarse bien la verga para lograr que entrara en el agujerito, entonces el me pregunto como se la lubricaba, yo le dije que no lo hiciera que yo lo haría por él, llevé una de mis manos hasta mi cara y deposite una buena cantidad de saliva en dos de mis dedos, luego lo llevé hasta el ano de mi hija y comencé a embarrarle muy bien su culito, metí y saque uno de mis dedos para comprobar que en efecto estuviera bien lubricada su colita, luego le indique a Cesar que podía proceder, él se acomodo sobre de su hermana y de mí y puso la punta de su pene en la entrada posterior de su hermanita, lentamente y con un poco de fuerza fue empujando hasta lograr que la cabeza se abriera paso entre el apretado agujerito que se fue ensanchando mientras que la verga lo penetraba, cuando por fin la cabeza penetro lo demás fue entrando solito, y por fin Cesar se la metió por completo a su hermana en el culo. Cuando ambos estábamos completamente dentro de la pequeña entonces comenzamos a movernos lentamente primero como para tomar un ritmo y ya después los movimientos se fueron haciendo más y más intensos.

Las dos vergas estaban penetrando los agujeros de la niña, una entraba y la otra salía, los movimientos pronto lograron hacer que mi hija se viniera de manera espectacular, sus gritos fueron tan intensos que parecían ser escuchados por todo el vecindario, cuando seso su orgasmo nos detuvimos y la dejamos descansar pero sin sacarle ninguna de las dos macanas que en esos momentos tenía clavadas hasta lo más profundo. Después de un par de minutos continuamos con nuestros bombeos, los jugos de Italia ya escurrían mojándome las bolas, ahora nuevas contracciones de sus agujeros nos comenzaban a exprimir a ambos, esto hizo que nuestros movimientos se hicieran mucho más rápidos y ahora todos estábamos completamente agitados, solo bastaron un par de minutos más e Italia de nueva cuenta comenzó a venirse y junto con ella Cesar y yo comenzamos a regar con nuestra leche las entrañas de ella, fue una explosión formidable que nos hizo gritar, gemir y por último todos comenzamos a reír gracias a la dicha alcanzada, después de todo ese placer todos reposamos por algunos minutos en la cama completamente mojados por la mezcla de nuestros jugos, abrazados unos contra otros. Ahora entre los tres mantenemos este secreto y cuando sale mi mujer aprovechamos para hacer otra orgía como ésta y si no, pues nos encontramos de uno en uno en el cuarto de Italia por las noches o por las tardes.

FIN

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