miprimita.com

Encuentros familiares (06)

en Amor filial

Encuentros familiares VI

La mañana pintaba bastante agradable y nadie tenía que ir a trabajar porque era sábado, todos nos despertamos de muy buen humor por lo ocurrido en la noche anterior y bajamos a desayunar cuando Teresa y mi esposa Marta nos llamaron, íbamos con nuestras pijamas y nos sentamos en el comedor de la casa, todos estábamos muy entusiasmados por el rumbo que empezaban a tomar ahora nuestras vidas.

Terminando de desayunar nos fuimos a bañar para luego dar un recorrido por el campo, tomamos la camioneta y enfilamos rumbo a la carretera para buscar un paraje en el que se pudiera caminar un poco y descansar de los aires de la ciudad, pronto encontramos un buen lugar y decidimos que ahí deberíamos de parar, un lugar muy bello lleno de pinos un gran pastizal y cerca algunos cerros, el cielo estaba completamente azul manchado solo por el blanco de algunas nubes que por allí viajaban, bajamos nuestras mesas desplegables y armamos un pequeño campamento mientras que las niñas jugaban un rato al voleiball a un costado de nosotros, un pequeño riachuelo corría por el pastizal.

Rubén fue a buscar a su hija para platicar un rato y los dos se alejaron caminando por uno de los tantos senderos que se perdían entre los árboles del lugar, mi hija Sonia me busco a mi y me pidió también que fuéramos a platicar un rato por el bosque, nos tomamos de la mano y salimos caminando por otro de los senderos mientras que Marta y Viridiana se quedaron jugando con la pelota en el campamento.

Sonia me comenzó a platicar que anoche con su tío habían platicado mucho de cuanto ellos se querían y que habían pensado en vivir juntos para ver si las cosas resultaban mucho mejor ahora que ella ya había dado el paso de perder su virginidad con él, yo le plantee que si ya había pensado en la diferencia de edades y en que si en verdad quería ella hacer ya una vida conyugal, que todavía estaba muy joven y que podría conocer a otros chicos con los cuales tendría diferentes experiencias. Sonia me dijo que eso ya lo había pensado y que también lo había platicado con su tío, él cual estuvo de acuerdo en que ambos se podrían dar la oportunidad de probar por fuera algo si se daba la oportunidad y ser francos con el otro para evitar problemas. Yo le dije que si eso era lo que ambos habían decidido que tenía mi permiso y que lo platicaríamos con su madre y su hermana para que todos estuviéramos de acuerdo en esto.

[Sonia] –Gracias papá sabía que me comprenderías.-

[Armando] –Eres mi hija y él es mi hermano, se quieren y eso a mi me agrada.-

[Sonia] –Papá quiero agradecerte... pero quiero que sea algo especial.-

Sonia se acercó coqueta a mí y pegando su bello cuerpo al mío poso sus labios en los míos que ya la esperaba, nuestras lenguas se unieron con gran cariño y empezaron a fundirse en un largo beso, nuestras bocas sorbían la saliva del otro mientras que nuestras manos estaban empezando a recorrer nuestros cuerpos, nos separamos por un instantes y entonces recargué a mi hija en un árbol y continuábamos con lo que estábamos haciendo, sus cálidos labios nuevamente se pegaron a los míos mis manos se posaron en su duro y paradito culo que masajeé con gran entusiasmo mientras que sus tetas pe pegaban a mi pecho y ella las restregaba con emoción. Las manos de mi hija empezaron a buscar mi erección que ya estaba al máximo de su capacidad y pugnando por salir del encierro en el que la tenía, cuando los dedos de Sonia jalaron hacía abajo el cierro de mi pantalón inmediatamente salió disparada mi verga pegándole en su mano, ella la tomo y me la comenzó a sobar despacio de arriba para abajo, en esos instantes me acorde de la primera vez que la había visto cogiendo con su tío (capitulo uno) y me excite aún más.

Dejando por unos instantes sus ricas nalgas pase mis manos al frente de su blusa y la comencé a desabotonar lentamente, metiendo de vez en vez mi mano para sentir la suavidad de su piel que nunca había tocado en esas condiciones, su piel es suave y tersa como la seda y su olor delicioso me embriagaba. Baje mi cabeza para poner mis labios sobre sus pezones al instante que la blusa caía al suelo, mi lengua empezó a reconocer esa piel que se erizaba al contacto, sus pezones ya estaban erectos y su rozado color se oscureció un poco por la excitación que ya estaba sintiendo, con las manos sopese sus pequeños pero firmes senos mientras que mi lengua y mi boca no se podía detener y continuaba sobre ese par de hermosas protuberancias. La mano de mi hija continuaba masajeándome la macana y pronto de está comenzaron salir las primeras gotas de lubricante que ella tomo con uno de sus dedos y la embarro por toda la cabeza del pene.

Agitado me despegue de la tersura de sus senos y puse mis manos en el frente de su vaquero para desabotonarlo y bajar el cierre, gracias a la gravedad el pantalón callo por sus piernas y sus bragas blancas quedaron a mi vista, de coquetos olanes en los bordes y una transparencia en la parte delantera que me dejaba ver los bellos de su vagina, pude apreciar como la parte baja de las bragas se hundía entre sus labios vaginales y no pude evitar bajar para aspirar el aroma de mi niña, ya que estaba por ahí abajo desanude sus tenis y se los quite para poder sacarle el pantalón, ella levanto un pie y luego el otro para facilitar la tarea de que la prenda saliera. Sus manos se posaron sobre mi cabello y lentamente me fue guiando hacia su entrepierna, mis manos pasaron a sus lindas nalgas a las cuales comencé a acariciar en forma circular sintiendo en mis palmas la suavidad y tersura de su piel, mi naris se fue hundiendo en la tela que cubría su entrepierna y mi lengua no pudo evitar salir para encontrarse con la hendidura que formaban sus labios vaginales que ya pasaban un poco de humedad a la tela, mi hija suspiro cuando sintió que mi lengua se hundía un poco dentro de su panocha y apretó más mi cabeza contra su cuerpo. Mis manos comenzaron a hacer descender las bragas blancas de mi quinceañera hija, lentamente, descubriendo su parte intima poco a poco, yo veía casi con incredulidad la hermosura de su vagina mientras que esta me iba enseñando sus finos bellos enmarañados de color castaño, las bragas de mi hija llegaron pronto todas enrolladas a la mitad de sus piernas y entonces ya no me pude contener más, hundí mi cara en la vagina de mi niña localizando su clítoris y comenzando a darle un rico masaje en esté con mi húmeda lengua que al instante palpo el sabor de sus jugos que ya estaban escurriendo. Mis manos regresaron a su culo y coontinue sobando las nalgas y las piernas de vez en cuando las subía para sus pechos y no dejar que sus pezones dejaran de sentir la satisfacción.

Pronto la vagina de Sonia me regalo gran cantidad de sus jugos y sus gemidos de satisfacción. Tomé todo lo que pude de sus líquidos y la deje descansar un poco mientras que su orgasmo pasaba, aproveche ese instante para desnudarme completamente al parejo de ella, luego me acerque y nos volvimos a besar, ella se colgaba de mi cuello mientras que mis manos no soltaban su cinturita, mientras que el besos se volvía más cachondo nuestras manos buscaron otras partes de nuestros cuerpos, mi sexo se pegaba al de ella queriendo penetrarla, ella se paro un poco de puntitas para acomodar bien mi pene entre los labios de su vagina y entonces el glande se introdujo un poco, yo flexione un poco mis rodillas para que la verga quedara completamente bajo la vagina y entonces fui moviendo la cadera para que mi pene se fuera perdiendo dentro del cuerpo de mi niña, mientras que iba penetrándola sentía el fuerte abrazo de sus paredes vaginales sobre mi pito el cual se perdió en su interior rápidamente gracias a la lubricación que ella producía.

El rito del sexo comenzó y mis caderas se empezaron a mover hacia a delante y atrás permitiendo que rítmicamente mi verga se introdujera y saliera del la vagina de mi linda hija quien me ayudaba meneando sus caderas en forma circular para que la sensación fuera mucho más intensa, nuevamente nuestras bocas se fundieron en una sola desmostrándonos el cariño y amor que nos teníamos, mis manos recorrían su espalda y las de ella estaba posadas en mis nalgas como guiando las embestidas de mi cuerpo hacia el suyo.

Las sensaciones se fueron acumulando en nuestros cuerpos y los movimientos de nuestras caderas también se intensificaron los chasquidos que mi verga producía mientras que entraba y salía de esa linda vagina que me apretaba a más podrían haberse escuchado por todo el bosque pero en ese instante nada más nos importaba que darnos la plena satisfacción de un orgasmo entre hija y padre. Muy pronto nuestros cuerpos se tensaron en un único orgasmo que nos invadía a ambos los moscos y los jugos vaginales se mezclaron en el interior de la vagina que al no poder contenerlos los dejo escurrir por entre mi pito y sus labios y gruesas gotas de nuestro amor se derramaron por el piso lleno de hojas de ese bosque, los dos gemimos y nos abrazamos fuertemente mientras que una explosión de risas invadía nuestros cuerpos, los oídos nos zumbaron y la vista se nos nublo, los dos nos dejamos caer sobre nuestras ropas que yacían en el suelo, ella encima de mi y por fin nuevamente nuestros labios y lenguas se unieron en un prolongado y apasionado beso.

Tumbados sobre la hojarasca veíamos las nubes pasar tomados de la mano, después de descansar por varios minutos nos levantamos y nos vestimos para caminar de regreso hasta el campamento en el que habíamos dejado a mi esposa y a mi hija pequeña.

Tomados de la mano íbamos caminando por un sendero de hierba que estaba bordeado por grandes árboles y pinos, de pronto entre los ruidos del campo alcanzamos a escuchar los gemidos de alguien e inmediatamente supimos de quién se trataba, nos dirigimos al lugar de donde provenían estos ruidos y entonces nos detuvimos a una distancia prudente para no interrumpir. Sobre unas grandes piedras estaban haciendo el amor Teresa y su papá, ella estaba empinada con las manos sobre un borde saliente de la piedra y el colocado detrás penetrándola por la vagina, sus ropas a un lado de ellos sobre el suelo, las manos de él se posaban sobre sus caderas y luego acariciaba su espalda y bajaba hasta sus senos que se movían al ritmo de sus arremetidas, sus dedos se enredaban entre sus erectos pezones haciendo que de la garganta de mi amada sobrina salieran sonoros suspiros y palabras de placer.

[Sonia] -¡Oh papí, así que rico me lo métes, dame más... cógeme así papá!-

El frenesí entre los dos iba en aumento y después de algunos segundos mi sobrina empezó a venirse con gran fuerza, parte de sus jugos vaginales empezaba a escapar de su vagina y escurría por sus tersas piernas, su papá se movía febrilmente y justo al instante de que iba a comenzar a venirse, sacó la verga de la rayita de su hija y se empezó a venir en sus nalgas, grandes chorros de semen golpearon el culo de mi sobrina y lentamente empezaron a escurrir por sus cachetes, ano y finalmente escurriendo por sus labios vaginales hasta caer en gruesas gotas sobre la dura roca en la cual se estaban amando. Rubén paso toda su macana sobre las nalgas de su hija para terminar de embarrar el semen sobre estas, luego ella se puso de pie y ambos se unieron en un cachondo beso mientras que sus manos terminaban de explorar sus cuerpos.

Cuando nos vieron nos invitaron a acercarnos y los felicitamos por tan lindo acto, después los cuatro nos fuimos caminando por el sendero hasta que llegamos al campamento que habíamos armado, ya Marta y Viridiana nos esperaban con unos emparedados que entre las dos habían preparado, todos nos sentamos en las mesas desmontables de plástico que llevamos para la ocasión y entre platicas, chistes y comentarios cachondos nos dispusimos a comer las ricas viandas que estaban exquisitas, luego de que cominos descansamos por un corto tiempo todos acostados y observando las nubes pasar para después ponernos a jugar correteadas entre todos, al final ya bastante cansados recogimos y nos regresamos a la casa.

Teníamos muchas cosas que arreglar pero eso sería otro día ya que por ahora estábamos demasiado cansados y lo que nos urgía era llegar a descansar, al llegar Rubén y Teresa se fueron hacia su casa y nosotros después de bañarnos nos fuimos a nuestras respectivas habitaciones a descansar del ajetreado fin de semana que habíamos pasado.

Mas de Cazzique

Amanda

Belisa

Las primas

Magnolia

Odette

Alejandra

Kimy

Kimberly

Maite

Verónica

Ximena

Tempranos inicios lésbicos (04)

Tempranos inicios lésbicos (03)

La secta (32)

Tempranos inicios lésbicos (02)

La secta (30)

Tempranos inicios lésbicos (01)

Una después de otra

Junta vecinal

La secta (26)

La farmacia

Nora y Paloma

De regreso a casa

La secta (19)

Una tarde en el cine

La marca de ese día

La mejor amiga

Vaya madrugada

El viaje

Flavio, mi cuñado

La secta (14)

La secta (11)

Reprobar historia

Laura

Aventón

En un barco

La secta (07)

La secta (05)

La secta (02)

Bajo el puente

Dos amigos (09)

Fiesta familiar (39)

Confesión

Fiesta familiar (35)

Miedo

Fiesta familiar (32)

Fiesta familiar (33)

Fiesta familiar (31)

Fiesta familiar (30)

Fiesta familiar (29)

Viajar ilustra

Fiesta familiar (28)

Fiesta familiar (27)

Sorpresas (03)

Marcela (04)

Fiesta familiar (26)

Fiesta familiar (25)

Fiesta familiar (23)

Fiesta familiar (24)

Los ángeles de Charly (08: Italia)

Fiesta familar 24

Los ángeles de Charly (07: Italia)

Los ángeles de Charly (06: Erika y su mamá)

Los ángeles de Charly (05: Erika)

Los ángeles de Charly (04: Delia)

Sorpresas (02)

Los angeles de Charly (01: Lucrecia)

Los ángeles de Charly (03: Delia)

Los ángeles de Charly (02: Lucrecia)

Fiesta familiar (22)

Marcela (03)

Fiesta familiar (20)

Fiesta familiar (19)

Sorpresas

Fiesta familiar (18)

Fiesta familiar (17)

Fiesta familiar (16)

Fuga de casa a los 10

Fiesta familiar (15)

Fiesta familiar (14)

Marcela (02)

Fiesta familiar (13)

Marcela (01)

Fiesta familiar (12)

Fiesta familiar (11)

Fiesta familiar (10)

Fiesta familiar (09)

Fiesta familiar (08)

Fiesta familiar (07)

Fiesta familiar (06)

Fiesta familiar (05)

Encuentros familiares (07)

Fiesta familiar (04)

Las niñas consentidas (05)

Fiesta familiar (03)

Maria Fernanda (04: Anal)

Las niñas consentidas (04)

Maria Fernanda (03: La penetracion)

Fiesta familiar (02)

Encuentros familiares (05)

Fiesta familiar (01)

Maria Fernanda (02: El cunilingüs)

Las niñas consentidas (03)

Encuentros familiares (04)

Maria Fernanda (01: La iniciación)

Las niñas consentidas (02)

Las niñas consentidas (01)

Encuentros familiares (03)

Vacaciones, las mejores de mi vida (02)

Encuentros familiares (02)

Tío Rodrigo

Encuentros familiares (01)

Vacaciones, las mejores de mi vida (01)

Ayer y hoy en la vida de un bisexual

Sabrina

Noemi

Los amantes perfectos

Lidia

Aprendiendo en familia

La niña de catorce

La niña

Hermana

¡Que descubrimiento! (VI)

¡Que descubrimiento! (V)

¡Que descubrimiento! (IV)

¡Que descubrimiento! (III)

¡Que descubrimiento! (II)

¡Que descubrimiento! (I)