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Vaya madrugada

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Vaya madrugada

Esa tarde llegó el tío Alejandro a casa, papá y mamá lo recibieron gustosos y comenzaron a platicar de sus cosas mientras que se echaban una copita. Yo y mi hermana estábamos en la recamara de mis padres jugando video juegos y solo salimos para saludar al tío.

Mientras jugábamos alcanzábamos a escuchar las risas y chistes que ruidosamente se escuchaban en la sala; así las horas fueron transcurriendo y entre pláticas y copas mis padres y el tío Alejandro ya estaban bastante ebrios. Se dieron las doce de la noche y la cosa no parecía no tener fin, mi hermana ya se había ido a acostar y yo aun continuaba con el juego de video. A la una y media de la madrugada mi padre me llamó.

Israel… Ven. – gritó desde la sala.

Oye hijo, ¿podrías acompañar a tu tío a su casa?… mira como esta ya de ebrio. Te quedas allá y te vienes a la hora que quieras, ten para el taxi.

Si pa´ al cabo que no hay nada que hacer mañana. – contesté.

Fui por un suéter a mi cuarto y regresé, el taxi ya nos estaba esperando en la puerta y tuve que ayudar a mi tío pues ya estaba bastante ebrio y no podía subir. Abordé y le di la dirección de la casa de mi tío al taxista, durante el trayecto el tío se quedó dormido en el asiento y no hubo nuevos incidentes, por fin llegamos. Un poco más repuesto mi tío se apeó del auto aun balanceándose y me coloque a un lado de él después de haber pagado. El es más alto que yo, cuerpo regular y cara agradable, esta calvo de la mollera pero tiene aun pelo en los costados; en pocas palabras mi tío es una persona muy agradable y de buen humor. Fue toda una odisea llegar a su departamento ya que vive en un quinto piso y no hay elevador. Entre chistes y risas subimos y después de unos veinte minutos me entregaba las llaves de la cerradura. Abrí y entramos, todo estaba a oscuras y casi tropezamos con la mesa de centro.

Prendí la luz y mi tío se sentó en el sofá, sobre la mesa de centro vi entonces una nota, era de mi tía la hermana de él.

Estoy en el cuarto, te estuve esperando pero no llegabas. En la mesa esta lo que me pediste… No me despiertes cuando llegues mañana temprano tengo que trabajar.

Un beso… Lupe.

A un lado del recado estaba un paquete cerrado, volví a colocar la nota en el mismo lugar; ya mi tío se había metido en su cuarto y comenzaba a ponerse su pijama. Le dije entonces que mi tía Lupe estaba en la otra habitación y como no había otro cuarto aparte de esos para dormir le pedí unas cobijas para dormir en el sofá. Para mi desfortuna no había tampoco más cobijas pues estaban en el otro cuarto. Mi tío entonces me dijo que me durmiera con el, la cama era matrimonial y no había problema cada quien dormiría en su esquina. No me preocupó y entonces me comencé a desnudar quedando solo en bóxer. Las luces se apagaron y sentí como mi tío se metía al otro lado de la cama. Pronto el silencio me arrulló y en poco tiempo quedé profundamente dormido.

Medio desperté no sé a que horas sintiendo que una potente erección me lastimaba, me agarré la verga por encima de la ropa y medio me la sobé para luego volver a quedarme profundamente dormido. No habrá transcurrido mucho tiempo de eso cuando sentí como una mano se apoderaba de mi tronco y lo masajeaba de arriba para abajo, como estaba medio adormilado dejé que continuara. Estaba sintiendo delicioso y poco a poco me comencé a espabilar, me di cuenta de que mi tío me la estaba sobando. Continué haciéndome el dormido y dejé a mi tío operar a su antojo. Unos minutos después sentí como me jalaba un poco el bóxer dejando libre mi garrote completamente duro; suavemente posó su mano sobre éste y la comenzó a mover con delicadeza, yo estaba completamente inmóvil y excitado al cien; la mano de mi tío se movía expertamente sobre mi tronco y si no es porque se detuvo me hubiera venido irremisiblemente. Esperó mi tío unos minutos durante los cuales se masturbaba, lo notaba por los movimientos de la cama y sus gemidos pero continua haciéndome el dormido. Mi tío Alejando se detuvo y pocos segundos después sentí que se levantaba mas no era así, en realidad se estaba acomodando y pronto supe para qué. Hincado sobre mí se introdujo mi verga en la boca, sentí por primera vez ese delicioso calor y humedad difíciles de describir, su lengua seguía cada uno de los contornos de mi herramienta y sus labios se adherían deliciosamente a mi piel, mi respiración se agitó entonces mucho más y no pude evitar soltar un leve gemido. Mi tío como si nada continúo mamándomela.

Mis caderas entonces se movieron levemente y fue cuando sentí como el pasaba sus manos por debajo de mis nalgas y me las acariciaba, nunca en mis quince años habría imaginado tener una relación con otro hombre, pero en estas condiciones la verdad no lo tomé en cuenta y me dejé llevar. La deliciosa felación que me daba mi tío comenzó a cobrar su cuota, mi leche salió disparada increíblemente y él se la bebía sin dejar escapara nada, me la estuvo chupando hasta que no quedó más leche y perdí la dureza.

No tuve tiempo de reponerme pues cuando me di cuenta de lo que sucedía mi tío estaba montado sobre mi pecho y su daga apuntando directamente a mi boca, no supe que hacer cuando tomando mis manos las puso sobre sus nalgas y noté el roce del glande con mis labios. Temeroso abrí la boca y dejé que la punta de su garrote se introdujera, un sabor acre me invadió y sentí un poco de asco, pero él continúo empujándomela al interior, no muy seguro comencé a mover mi lengua sobre esa gruesa herramienta mientras oía a mi tío animarme a continuar. Poco a poco el sabor acre se fue perdiendo o tal vez me fui acostumbrando y le perdí un poco el asco, mis lamidas se hicieron más largas y mis labios se pudieron cerrar sobre esa superficie suave y dura a la vez; las caderas de mi tío se comenzaron a mover de adelante para atrás cogiéndome por la boca y dejándome sentir sus pliegues a cada milímetro que entraba o salía. Mis manos entonces comenzaron a acariciar esas nalgas cálidas que se movían una y otra vez.

Mi tío con una mano me tomó de la daga y me comenzó a masturbar, la tranca lentamente fue ganando dureza y a los pocos segundos ya estaba completamente tiesa como lo había estado antes, aún mi tío me dejó mamarlo unos minutos más y luego me la volvió a chupar, en esta ocasión noté que lo hacía poniendo en mi verga más saliva y esto se sentía completamente delicioso. Solo una par de minutos me la chupó de esa manera luego se separó de mí y vi que se encendía la luz de la lámpara. Me vi tendido en la cama, con mi verga completamente dura y a mi tío desnudo con su palo tieso delante de mí.

¿Te gustaría metérmela? – preguntó.

No le contesté, solo moví la cabeza afirmativamente y entonces el se subió a la cama y se puso en cuatro patas mostrándome su culo, me acomodé detrás de el y vi sus nalgas cerradas ocultándome su agujero, tomé con la mano mi verga y comencé a acercarla, mi glande tocó sus cachetes y mi tío se abrió las nalgas con las manos mostrándome ese arrugado ano, empuje y la cabeza se introdujo lentamente, un delicioso calor me invadió el pene y me invitó a continuar penetrando, empuje más y logre perder la mitad de mi garrote en su interior, en realidad era delicioso. Por fin se lo clavé completamente y me quede esperando unos segundos, sintiendo en mi palo esa rica sensación difícil de describir con las palabras. Me comencé a mover atrás y adelante nuevamente, sin pausas, que delicia. Las manos de mi tío soltaron las nalgas y sentí como su ano me apretaba más, era el delirio. Por el espejo que estaba frente podía ver las caras de satisfacción que mi tío hacía y como nuestros cuerpos se movían rítmicamente.

La presión de sus paredes y mis movimientos incesantes me comenzaron pronto a llevar al paroxismo, ya perdido en las praderas del goce no paré y a los pocos minutos estallaba poderosamente en su interior, una descarga de caliente crema se regaba en sus entrañas, la sensación me hizo gemir y mover mis caderas con más ímpetu para tratar de penetrar lo más posible, una y otra vez los disparos se producían y yo hubiera querido estar así horas. Completamente rendido me desmadeje cayendo en la cama mientras veía como al salir mi barra su agujero completamente dilatado dejaba escapar un río de mi leche.

El tío Ale se levantó entonces.

¿Qué te pareció, sobrino? ¿Te gustó?

Sí… mucho.

¿Te gustaría que te la metiera?

No sé…

Te va a gustar… te lo voy a hacer con cuidado… vamos.

Bueno.

El tío se acomodó entonces a la altura de mis caderas recostado boca abajo, me hizo levantar las piernas hasta mi pecho y quedó por tanto mi ano a la altura de su cara. Su lengua me comenzó a rozar las nalgas y lentamente se acercó a mi ano, se paseó por encima de mi arrugado agujero y poco después se introducía la punta en él. No me desagradó la sensación y gemí. La lengua me comenzó a prácticamente a coger, entraba y salía de mi agujero y pasados unos minutos sentí que uno de sus dedos me invadía, con éste también comenzó a cogerme y noté como nuevamente mi daga se comenzaba a levantar. Otro dedo se unió entonces al primero y siguió los movimientos del otro, la lengua en todo momento no había parado de dar lengüetadas y solo se escuchaban los chasquidos producidos por la entrada y salida de sus dedos, mi respiración seguía completamente agitada y mi verga ya estaba nuevamente al cien. La boca de mi tío se apoderó entonces de mi chile y a la vez que me metía los dedos en el ano me la chupaba.

Antes de que me viniera mi tío se detuvo y se sentó entonces sobre sus pies, me tomó por los brazos y me levantó para quedar entonces yo sobre sus piernas, sentí cómo mi verga se aplastaba contra su estomago y cómo su rígida barra se acomodaba entre mis nalgas a lo largo del canal que separa los cachetes. Sin esperármelo me besó en la boca y su lengua buscó la mía enseguida, tardé unos segundos en reaccionar pero por fin mi lengua se enredo junto con la suya y el besó se prolongó por largos minutos. Sin despegarse de mis labios mi tío sujetó su barra con la mano y la fue dirigiendo a mi agujero, sentí el grueso glande apoyado contra mi ano y lentamente cómo se iba abriendo paso, la púrpura cabeza me atravesó el culo y has allí no sentí ningún dolor; conforme el grueso y largo instrumento de mi tío avanzaba sentía algunas molestias pero nada que me alarmara, fue casi ya la tenía completa cuando me dolió algo pero no como para retirarla, dejé que llegara hasta el fondo.

Ya la tienes toda adentro hijo. – me comentó

Si… se siente muy dura…

Lo está… ¡Qué rico me la aprietas.

Después de decir esto puso sus manos en mis nalgas y comenzó a hacerme subir y bajar, aun me molestaba un poco pero me gustaba, me deje coger y continué aferrado de los labios y la lengua de mi tío. Pasado un tiempo mi tío preguntó si me gustaría cambiar de posición, le dije que sí y entonces el se recostó boca arriba en la cama, me monté sobre su tronco y sujetándolo con una de mis manos lo encajé en mi agujero, lentamente me fui sentando en él hasta tragármelo todo, me movía entonces sobre el mientras que sus manos amasaban mi trasero. Con una mano tomé mi verga y me comencé entonces a masturbar al mismo ritmo de los sentones que me daba en su tranca, me dijo que me avisaba a la hora de venirse y así venirnos juntos y efectivamente unos minutos después me decía que estaba listo. Acelere los movimientos de mi mano sobre mi tranca y ahora en lugar de darme sentones sobre su tronco me la deje completamente clavada y hacía movimientos circulares con las caderas, de pronto sentí en mi interior la descarga de su caliente leche cosa que activó al instante mi propia venida, un poderoso dispara pegó en la cara de mi tío y a cada uno de mis chisguetes sentía otro más en lo más profundo de mis entrañas; los dos gemíamos y no paramos de movernos sino hasta que nuestras piezas fueron perdiendo su dureza.

Me dejé caer sobre su cuerpo y lo abracé, el también paso sus brazos alrededor de mi cuerpo y nos besamos, nos tapamos y quedamos profundamente dormidos hasta las diez de la mañana del siguiente día, mi tía ya no estaba en casa y otra nota nos avisaba que había salido temprano y que regresaba por la tarde a platicar.

Antes de partir para casa y después de bañarnos volvimos a coger y por supuesto que después tuvimos que bañarnos por segunda ocasión, pero entonces llamé a casa y mi tío le pidió permiso a mi madre para que me quedara pues supuestamente le estaba ayudando con unos trabajos de la casa, por supuesto que mi madre no le negó nada a mi tío y después de despedirse de el platique con ella un rato, pero nada fuera de lo normal, me recomendó que me portara bien y esas cosas. Nos despedimos.

Por la tarde nos dedicamos a descansar, comimos pollo Kentucky y luego nos sentamos en la sala a ver la televisión. Serían las seis de la tarde cuando llegó mi tía Lupe, hermana de Alejando, ellos son primos de mi padre. Me quedé viendo la televisión mientras que mi tío platicaba en la sala con su hermana y de las cosas que le había llevado el día anterior, luego de unos minutos mi tía se metió al cuarto en que se quedaba y salió al poco tiempo para meterse en la regadera. Nosotros continuamos amodorrados en la sala viendo la tele.

Veinte minutos después ("ya saben como se tardan las mujeres" mi tía salía del baño envuelta en una toalla grande, iba a entrar en la habitación pero mi tío la llamó y se acercó hasta la sala, quedó ella frente a mí y su hermano le dijo que esperara, se puso de pie y fue a la cocina, mi tía observaba la televisión sin prestar mucha atención en que estuviera envuelta en la toalla, el olor a jabón invadió la sala y no pude por menos que echarle una mirada.

Mi tía Lupe tiene cuarenta años, es mayor que Alejandro, su cabello oscuro ahora envuelto por la toalla de la cabeza es le llega hasta la cintura, es lacio. Su piel blanca, ojos verdes, mide aproximadamente 1.67 y es delgada, sus senos siempre se me han antojado pues se ven firmes y suaves ("claro que ya me había fijado antes en eso"). Sus piernas bien torneadas se mantienen duras y a pesar de que ya tiene tres hijos no se ve guango como otras de su edad, en suma mi tía me gusta.

Vi que mi tío regresaba por detrás de ella y me hacía señas de que no hiciera ruido, mi tía seguía observando el televisor y entonces me sorprendí completamente; mi tío ósea su hermano se puso detrás de ella y llevó a sus senos las manos apretándolas levemente.

¿Que te pasa? ¿Estás loco? – se quejó mi tía tratando de zafarse.

¡Tranquila hermanita!... Beto es de los nuestros…

¡Ah!... me asustaste, tonto…

Sin decir más vi como ella se dejó manejar dócilmente girando su cuello para recibir un beso de los labios de su hermano, sus bocas se pegaron y yo incorporándome y sin aliento noté como mi daga se ponía inmediatamente firmes.

Mi tío nuevamente apretó con suavidad los senos de su hermana y después jaló la toalla qué se escapó del cuerpo de mi tía y cayó al suelo, libres ante mi vista quedaron sus senos, firmes, blancos y con un pezón oscuro, paradito. Su estomago un poco flácido y unas llantitas muy leves encima de su panty de color azul claro. Debajo sus piernas, hermosas, de blanca piel, suaves y tersas. Entre sus piernas se abultaba su monte de Venus y se dibujaba bajo la tela de la panty su pelambrera.

Mi tío me hizo una seña con las manos y me acerqué, soltó la boca de mi tía y me dijo que le chupara las tetas, miré a mi tía que asintió levemente con la cabeza y me regaló una hermosa sonrisa, sin hacerme de rogar me apoderé de su pecho izquierdo, besándolo torpemente, entonces mi tío me fue diciendo lo que debería de hacer. Siguiendo las instrucciones de mi tío comencé a lamer toda la superficie de su seno y luego a besarla con los labios, como comiéndomela y de esto pasé a lamer y chupar el duro y erecto pezón; repetí la misma operación con el otro seno y esta vez puse mis manos sobre sus nalgas, las apreté delicadamente y acaricie toda sus superficie sobre la tela de la panty.

Mi tío entre tanto había comenzado a quitarme la ropa y se besaba con su hermana, me desnudó completamente y luego el hizo lo mismo, me hizo levantarme y le pidió a mi tía Lupe que me la chupara, ella se hincó delante de los dos y comenzó a mamar mi dura tranca, le quité la toalla que traía en la cabeza para ver su hermoso cabello, este cayó después de que lo liberé y puse mis manos sobre su cabeza, su boca era tan experta como la de mi tío y me estaba llevando rápidamente a eyacular. Pero ella era toda una experta y supo en que momento detenerse y entonces mamó la verga de su hermano.

Después de mamarnos a ambos se levantó y tomándonos a los dos por la mano nos llevó hasta la habitación que ocupaba, se subió a la cama y bailándonos sensualmente se comenzó a quitar la panty, primero nos enseño sus hermosas nalgas, duras llenitas y firmes, se empinó y nos dejó ver ese apretado ano y debajo sus labios vaginales apretaditos, luego se dio la vuelta y sacando una pierna de la panty nos mostró sus vellos enredados y oscuros formando un hermoso triangulito con la punta hacía abajo. Luego se terminó de quitar las bragas y se recostó en la cama abriendo las piernas de par en par, su vagina quedó ante nuestra vista completamente expuesta y mi tío me empujó contra ella; mi tía me recibió con los brazos abiertos y nos besamos, sus tetas se pegaban en mi pecho, mi verga dura se balanceaba rozando su concha. Mi tío me comenzó entonces a dar instrucciones que fui siguiendo paso a paso. Lamí los oídos de mi tía y le metí mi lengua, ella se retorcía entre risas y gemidos, luego fui bajando por su cuello, sin dejar de lamer y besar; continué mi viaje hasta llegar a sus senos y mamarlos como antes había echo. Dejé los senos y continué por su estomago, su ombligo y por fin la pelambrera, mi tío más atento me pidió que lamiera sus labios vaginales y los chupara, le metí la lengua profundamente saboreando sus jugos de suave y agridulce sabor.

Cómo estaba yo empinado mamando a su hermana mi tío se puso detrás de mi y me comenzó a besar y lamer las nalgas y el ano, su lengua me excitaba aun más. Mis lamidas se hicieron más continuas sobre los labios de mi tía y ella me dijo poco después que le chupara el botoncito que se veía sobre su panocha, levantándome un poco lo busqué, allí estaba, un pequeño botoncito, lo lamí sintiendo enseguida que el cuerpo de mi tía se estremecía, supe que era su punto. Lo chupé, lamí y apreté con mis labios y a los pocos minutos me regalaba mi tía un torrente de jugos, se estaba viniendo. Tragué todo el néctar que salía de su rajada sin dejar escapar una sola gota. Mi tío al mismo tiempo ya me tenía penetrado con dos de sus dedos.

Cambiamos posición mi tío y yo, el le mamó a su hermana la concha y yo me dediqué a su ano realizando los mismos pasos que el había utilizado en mí.

Después del segundo orgasmo de mi tía en la boca de su hermano volvimos a cambiar de posición, esta vez me pidió ella que me la cogiera, me monté sobre su cuerpo y apunté mi verga contra su vagina con una de mis manos, lentamente se la fui metiendo, su calor era delicioso y ni que decir de su humedad, entró mi verga hasta el fondo y me comencé a menear rítmicamente sobre el exquisito cuerpo de mi tía Lupe.

Unos minutos transcurrieron así y luego cambiamos de postura nuevamente. Mi tío se recostó en la cama boca arriba y ella se montó clavándose su herramienta en la concha, pero esta vez me pidieron que se la metiera por el culo. Le lamí el ano unos minutos y luego apunté, mi verga se fue introduciendo lentamente y sentí como la verga de mi tío estaba del otro lado de una ligera membrana o algo así, por fin se la metí completamente y nos comenzamos a mover los tres tratando de conseguir un ritmo regular que conseguimos luego de un par de minutos. Mi tía penetrada por su hermano y su sobrino jadeaba intensamente y un nuevo orgasmo la hacía gemir fuertemente.

Nuevamente cambiamos de postura, mi tía se recostó en la cama boca arriba y yo se la metí por la vagina, luego mi tío colocándose detrás de mi me preparó y me la metió hasta el fondo, comenzamos a movernos sin pausas pero lentamente, las sensaciones se agolpaban en nuestros cuerpos. Un fino sudor comenzó a cubrirnos y solo en la habitación se escuchaban los gemidos, jadeos y chasquidos producidos por las penetraciones. Solo unos minutos después mi tía comenzó a dar muestras de que un orgasmo más la iba a hacer su presa, aceleré los movimientos de mis caderas y mi tío Alejandro hizo otro tanto, en cuestión de segundos mi tía comenzó a venirse por enésima vez y yo junto con ella; mi esperma salió disparado con gran potencia dentro de su concha a la vez que nos uníamos en un prolongado e intenso beso. Pasados apenas un par de segundos de que iniciaran nuestros orgasmos sentí la caliente simiente de mi tío llenarme las entrañas, los movimientos fueron menos veloces cada vez pero más profundos, los tres estábamos satisfechos y entre risas, caricias y besos nos comenzamos a separar.

Quedamos tendidos uno al lado del otro en la cama, el hermoso cuerpo de mi tía estaba cubierto de sudor lo mismo que los nuestros, de su vagina escapaba mi lefa y se escurría hasta mojar sus nalgas, mi verga completamente empapada por los jugos de ella y mi leche estaba caída sobre mi muslo derecho y de mi culo aun palpitante salía el esperma de mi tío y su verga lo mismo que la mía completamente empapada y flácida. Por toda la habitación se extendía un excitante olor a sexo prohibido.

Nos levantamos luego a bañar y nuevamente nos volvimos a acostar juntos, nos acariciamos y pronto nos quedamos dormidos, por la madrugada una mano me masturbaba, era mi tía; me trepé sobre su cuerpo y me la cogí, al terminar tomé la reata de mi tío y lo masturbe, se acomodó y me la metió hasta que se vino y ya casi al amanecer nuevamente cogimos entre los tres, esta vez mi tío Alejandro y yo nos venimos cada uno en uno de los agujeros de mi tía Lupe. Yo llené su culo de leche y su hermano su concha.

Después de esa ocasión se han repetido otras tantas, a veces con uno, otras con uno solo. Lo qué si puedo dejar plenamente asegurado es que en cada una de esas ocasiones nunca he dejado de gozar tan intensamente como la primera vez.

FIN

Mas de Cazzique

Amanda

Belisa

Odette

Magnolia

Las primas

Kimberly

Alejandra

Kimy

Ximena

Maite

Verónica

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